Más que una persona

La playa es un lugar único, donde todavía se entremezclan todas las personas, sin distinción de clase, raza o religión. Vivimos en un mundo cada día más segregado, con barrios, escuelas e iglesias donde no se producen encuentros humanos imprevistos. Pero siempre nos quedará la playa. Representantes de tres continentes, venidos de muy lejos en tumbonas señoriales con lugareños arracimados bajo una sombrilla, ancianos y bebés, muchos descansando y unos pocos vendiendo alfombras de Bagdad que ya no vuelan. Todo tan exuberantemente humano que resulta insólito, pero nunca demasiado humano.

En medio de esta muchedumbre que diariamente se agolpa voluntariamente, resulta imposible entender y relacionar lo que cuentan los periódicos con lo que sucede alrededor. Por mucha escandalera que produzca el borrador del plan Ibarretxe, aquí los vascos hablan con los madrileños sin que parezca importarles nada el tema, ni a unos ni a otros. Los conceptos y las ideologías políticas, casi siempre ocultando turbios intereses económicos, quedan eclipsados ante la presencia masiva de esta humanidad espléndida en una playa. Aquí las entelequias de la unidad nacional (española) o la dignidad parlamentaria (vasca) se posicionan donde deben: muy detrás de las personas reales. Aquí no caben los voceros salvapatrias ni los falsos profetas que, con graves palabras vacías, sólo sirven para encrespar los ánimos y conducir a enfrentamientos que sólo son deseados por quienes esperan vivirlos de lejos.

En un día con dos noches (porque la siesta es obligatoria), bajo este sol común para todos, y viendo a unos críos mientras comen un bocadillo y balancean despreocupadamente las piernas desde las sillas en las que están sentados, aquí y ahora sólo cabe reflexionar sobre las personas. La magnificencia humana demuestra que, siendo iguales en derechos, somos muy diferentes. Sin duda, los mejores seres humanos son los más desvalidos: los niños y los mayores, los enfermos y los incapacitados, ellos son el mejor modelo de referencia humana por el testimonio que nos brindan con su alegría infantil, con su sabia experiencia y con su valentía vital, en definitiva, con esa voluntad de superar las dificultades de la existencia.

Pero hay un tipo de personas con un aura especial, que brillan con más colores que el resto de los mortales. Algunos nunca podremos pertenecer a este selecto grupo, de permanencia limitada a unos meses. Es fácil distinguir a estas personas en la playa: ellas valen por dos, o por tres, raramente por cuatro, pero a veces hasta por cinco o seis individuos. Su doble valor, como coraje y como valía, nos asegura el futuro a la humanidad, y ejercen la actividad más humana que conocemos. Demuestran que el hombre es mucho más que cerebro y corazón. Estas máximas maravillas del universo son las mujeres embarazadas, cuyo seno materno es la obra maestra de la creación. Este estado humano nunca será debidamente reconocido por nosotros, todos nacidos del vientre de una mujer, donde por primera vez escuchamos la lengua materna. ¿Cumplimos debidamente con el artículo 25 de los derechos humanos, que declara que la maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencias especiales?

Cuando desde ese océano de líquido amniótico primigenio que es el Mediterráneo se observa el bullir de la playa, no se puede asimilar las cifras recientemente publicadas de embarazos indeseados y abortos. Desde el máximo respeto hacia todas las creencias, y desde la plena convicción de que son las mujeres las primeras o segundas víctimas, resulta muy doloroso comprobar cómo hemos fracasado como humanidad cuando todavía se dan las circunstancias para que una madre se crea obligada a matar a su criatura. ¡Cuánto tarea nos queda a los educadores!

Materia con tendencia a morirse

Recientes sucesos nos han evidenciado, una vez más, que sólo somos sujetos hechos de substancias con una inexorable inclinación a perecer… Ustedes, estimados lectores y yo mismo, el señor Ibarretxe y el señor Aznar, hasta el mandamás Bush e incluso el arrogante Charlton Heston, el Ben-Hur olímpico, el Moisés que separó mares, el Cid Campeador, el Simio del planeta, el defensor de Pekín durante 55 días, con su todopoderoso rifle… se nos muere, y aparece vencido por el mal de Alzheimer.

Los más diversos acontecimientos, ya sean felices o luctuosos, demuestran una decidida predilección a la baja de todos los sistemas y tejidos mortales, una ineluctable propensión de la carne humana a descomponerse más o menos vertiginosamente, con una irrefrenable predisposición y querencia de expiración que resulta harto preocupante. La vida no es sino un complejo cúmulo de fenómenos que se oponen a la muerte... sublimemente. Basta una única excepción de un solo eslabón aislado en tan prolija y milagrosa cadena, para determinar el final... de otro infinitesimal... ser vivo... que creyó... que vivía.

Ante tan infalibles leyes de la prosaica coexistencia en un espacio vacío fruto de un “big bang”, afanosamente nos debatimos en sociedad de socorro mutuo para abordar la quimera de la supervivencia antes de la axiomática extinción individual y colectiva. Sólo con la máxima clarividencia superaremos los avatares del odio siempre innecesario que amarga la injusta, infausta y trágica (¿pre?)existencia terrenal, durante un lapso temporal siempre demasiado efímero. Por tan fastidiosas razones resonando bajo los sones del postrero juicio final, acepten el consejo de este quejumbroso bufón: ¡Tómense unas dulces vacaciones y a la vuelta hablaremos de la política y otras menudencias! ¡Ah, cuídense de no precipitar la gran transición propia o ajena por las prisas de conducir impulsivamente para tratar de huir de la misma realidad que les espera allí donde vayan! Y, por favor, ¡no pierdan nunca esa lánguida costumbre de… vivir!

Armas de destrucción nativa

Después de las muchas mentiras sobre las armas de destrucción masiva comprobamos que esas armas realmente van apareciendo, en forma de nativos que matan a los invasores, por razones casi tan absurdas como las de sus adversarios, en una guerra que como siempre pagan los más inocentes. Una vez más comprobamos que la muerte sólo llama a la muerte, y el incesante goteo de sangre humana resulta inaceptablemente doloroso.

Y cuando un científico honesto denuncia tanta falsedad ante una cadena independiente (¡gracias a una libre BBC y reconocimiento póstumo para David Kelly!), “le suicidan” en un civilizado condado de Oxford con una inhumanidad que condensa y certifica fehacientemente toda la presencia del mal por el mundo.

Nativos que mueren, y nativos que matan a jóvenes soldados norteamericanos a miles de kilómetros de su país. Más y más cadáveres de iraquíes y de estadounidenses como precio… ¿de qué? ¿Y todavía nos piden que nos sumemos a este descabellado sinsentido? ¿Qué perturbado ministro señala que hay que ir a defender algo matando lo menos posible? La ayuda humanitaria no se tramita con más soldados, sino con civiles desarmados. ¡No a la guerra que sigue matando en Irak, y no al envío de nuevas tropas de ocupación!

Galaxia naranja

Julio es un mes vacacional y a muchos, en tierras lejanas, se nos despierta la morriña de ikurriña. Entonces, desde cualquier lugar del planeta, basta sintonizar con el espectáculo mundial del Tour, y aparecen profusamente miles de ikurriñas teñidas del naranja de Euskaltel, junto con banderas blanquirrojas o blanquiazules.

Los Pirineos ya no separan Estados, sino que se inundan de vascos que hermanan pueblos. Si el día 23 además oímos euskera para retransmitir alguna victoria de Zubeldia o Mayo, ya sólo podremos pedir que la avalancha de civismo euskaldun desborde fronteras y muestre al mundo entero lo que es Euskadi: un pueblo pacífico y amante de su patrimonio lingüístico, cultural y deportivo. Un país que sabe sufrir y movilizarse, y que, desde su hermosa pequeñez, ha intuido que debe competir con los grandes y ser solidario con todos para preservar su identidad, propia de un pueblo milenario donde ya no queda casi nadie que piense que “una idea vale más que una sola vida”, porque los vascos ansiamos el compromiso, el trabajo bien hecho, el diálogo, la convivencia y nunca hemos temido la paz.

A los ciclistas de Euskaltel, como a tantos deportistas, ¡gracias por enseñarnos que Euskadi debe seguir pedaleando y no peleando!

Familias centrifugadas

¿Qué está pasando con la familia actual? Parece que aceptamos todos como inevitable que la familia de hoy se encuentre lo más dispersa posible por supuestas ventajas de la modernidad. Muchos conocidos te cuentan la misma historia: El niño estudiando inglés en un remoto campamento, la chica en el extranjero, el hijo mayor de veraneo con los abuelos por la cuadrilla, la madre de vacaciones adelantadas, el padre trabajando,… y el perro en un hotel de animales abandonados.

El mismo espacio del hogar se ha desperdigado. Antes estudiábamos con los libros sobre una simple tabla de madera, puesta entre los brazos de un sillón, o todos los hermanos en la misma mesa de la cocina, oyendo la misma emisora y con máximo provecho. Hoy día, cada nene o nena necesita “su” cuarto, con un equipamiento integral de oficina: dos mesas, una para el ordenador con red e Internet, sillón giratorio, sofá, biblioteca personal, equipo de música, televisión y vídeo, cama propia y supletoria para invitar a los amigos,… y todo para encerrarse y no estudiar casi nada. Los críticos días previos a los exámenes deben acudir a una biblioteca pública, con los amigos, para concentrarse. Las luces de lectura en la cabecera les sirven para estudiar a fondo… los catálogos de motos o la convocatoria del siguiente festejo. El equipo informática adquirido para conectase a la “sociedad de la información” se limita a consola de juego o de chateo, y para “bajar” música estruendosa, que constantemente atruena por los auriculares soldados a las orejas que les aísla del ruido familiar. Incluso se organizan los turnos de comida y cena, para no encontrarse y poder elegir cada miembro familiar su programa televisivo favorito.

Toda esta anorexia familiar surge y proviene de múltiples frentes públicos y privados, pero solamente como personas conscientes podremos superar esta grave anemia hogareña. No se sabe si fue antes la gallina o el huevo, la “sociedad desfamiliarizada” o la “familia desintegrada” que estamos aceptando y construyendo. Exigimos más plazas de guardería y más extensos programas escolares, para que los niños desde un mes de edad estén poco en casa; más mediatecas y cibertecas públicas para que los jóvenes se larguen de casa; ayudas para las mujeres trabajadoras para que las madres no aparezcan por casa; más plazas para jubilados en residencias o centros de día para que los jubilados no molesten en casa; más empleo juvenil para que los jóvenes escapen de casa; y más policía para vigilar las casas vacías. Si es así, ¿para qué pedimos nuevos pisos? ¿Moradas que son hogares sin fuego, ni hijos, ni padres, ni abuelos? ¿Viviendas sin vida?

La responsabilidad recae en nosotros los adultos, los padres y madres que podemos decidir el modelo de familia. Como se dice y es obvio, no hay niños ilegítimos; sólo padres ilegítimos. La tarea de elegir el modelo familiar no corresponde ni a los hijos, que sólo conocen el patrón que se les presenta, ni a los abuelos, que vivieron otros tipos de familias. ¿Conocen esos globos-salchicha de moda con los que juegan los niños, que se inflan, se sueltan y viajan por el cielo un buen rato hasta caer al suelo tras agotar su aire contenido? Parecen una imagen de algunas familias recientes. El crío juega con el globo-familia, que le entretiene fugazmente, y luego le defrauda. Esperemos que quizá, mientras sube y vuela, el globo-familia también llore al ver que se le escapa el niño. Otro día hablaremos de los padres descarriados, que sufren el “estrés de la paternidad”, y que demuestran realmente que sólo algunos progenitores dominan el arte de educar mal a los hijos. Basta del cinismo imperante que afirma que “la más feliz vida de familia es la de un viudo sin hijos” y de quienes defienden “las familias numerosas, en las que toda mujer debería tener al menos tres maridos”.

El Talmud dice que “la sociedad y la familia se parecen al arco de un palacio: quitas una piedra y todo se derrumba”, y para Baudelaire "la patria es la infancia". Hemos de recuperar una familia que siga siendo el deux ex machina de la humanidad, con formatos renovados sí, pero más familia que nunca. Los padres hemos de seguir contando nuestros sueños a los hijos, que son esponjas inagotables de tiempo paterno. La más antigua de todas las sociedades y la única natural es la familia. Sólo los padres auténticos saben lanzar a sus hijos al aire y recogerlos luego. Ésta es la mejor prueba de la paternidad. Un hijo genuino es el que puede presumir: “¡Nosotros también tenemos padre! ¿Qué creías, que éramos pobres?” Recordemos que con el dinero se puede edificar una mansión espléndida, pero nunca fundar una familia dichosa.

Luz sin TEA

Escrito todo el texto adjunto sin las letras E,T y A... Si los rubicundos unicornios y los insumisos niños subscribimos sin conformismos y con compromiso un voluminoso libro inconcluso, por un próximo mundo limpio, sin sinuosos orgullosos, ni mordiscos insidiosos, sin molinos ilusorios, ni fríos homicidios ignominiosos infligidos por sordomudos,.. Si lo difícil hicimos, y si dirigimos un sinfónico mundo curioso sin división ni corrupción, con jurisdicción y sin proscripción, con un sincronismo mimoso,… Si coincidimos cómodos, y vivimos un novilunio hoy mismo con principios y como hijos con un Dios común,… ¿Vimos cómo somos dichosos y convivimos sin discurridos polimorfismos, con irrumpidos condominios y sin moribundos monopolios?

Como soy un minucioso y ridículo microbio gordinflón, conmovido por mis policromos domicilios y municipios, os doy mi proposición y conclusión, con un rumoroso susurro, mínimo y microscópico, sin circunloquios líricos ni sinónimos sonoros, con posibilismo psicológico y sociológico: Vivir un cosmos luminoso urdido sin E, ni T, ni A.

Descubre el secuestro secreto

Fue un robo sorprendente. En principio ninguno supo percibir que el insólito y único tesoro, el precioso recurso insustituible, hubiese sido removido. El suceso continuó oculto, escondido y recóndito. Pero un sutil detective, ¿posiblemente usted, inteligente lector?, pronto comprendió lo sucedido. O no fue posible y ni usted, mi querido leedor, logró convertirse en el hercúleo psicólogo de gemelo hecho y, usted me perdone, resulte ser menos resuelto e incluso le cueste un buen período de tiempo descubrir en este vigente documento el mismo embuste, que fue seducción y secuestro.

En 1969, el escritor Georges Perec publicó un folletín (de título “El eclipse”), en el que sugiere el descubrimiento homólogo de un supuesto procedimiento del mismo timo. Sólo en el último episodio se descubre lo que se desdibujó en el contexto desde el primer inicio y que persistió como el hilo conductor de todo el cuento de ficción, y que no se exhibe ni descubre sino concluyendo los últimos conceptos del libro, escrito con un perfecto discurso que se extiende en todo momento de este monumento retórico y poético. Porque el hecho consistió en omitir con intrépido frenesí y en todo el texto el repertorio y los giros que contienen un preciso signo, símbolo distinguido como el de superior repetición y frecuente fenómeno, del que existen numerosos ejemplos en el periodismo de trucos mentirosos. Otros repitieron el experimento, y yo mismo recientemente lo presento, como testimonio de que se evitó un decidido término, propio de que quien publicó precedentemente u hoy mismo con el insistente cuento.

Y si con todo lo escrito y siendo muy curioso no lo puede resolver, debe responderse que, o es un ciego que no ve ni lo que tiene enfrente, o usted y su entendimiento no exceden en erudición y conocimiento, porque pueden prescindir tristemente del mejor y superior héroe: Ese portentoso, invencible, típico y primer quijote en el método de escribir en este complejo revoltijo que gruñimos muchos elocuentes vocingleros, y que no es otro que ese dibujo que en el léxico reconocido se describe como “a”.

[15-12-2008: Podcast por Non sequitur]

Enlaces sobre variantes del SUDOKU

Sudoku Mundial: El libro oficial, lleno de otras variantes interesantes.
Sudoku Mínimo, una cuestión matemática.
Dodeka Sudoku, de doce signos
Sudoku Combat, para dos jugadores en línea.
Sudokus de Campeonato, una mini-serie de siete capítulos.
Consejos para resolver Sudokus, otra mini-serie en seis capítulos.
Cuboku, una variante 3-D de Agustín Fonseca.
Sudokube, otra combinación Rubik + Sudoku.
Sudoku Nonominó, una variante con formas irregulares.
Avances en Sudokus: el sudoku binario, un poco de humor.
Sudoku Samurai Killer, bastante curioso y difícil.
Killer Sudoku, sin números iniciales
Magic Sudoku, otra variante curiosa.
Sudoku, un puzzle de números, el nacimiento de la fiebre.
Sudoku.com, el sitio oficial en Internet.
Sudoku en la Wikipedia, con muchísima información.

Aburrirse es besar la muerte

"Contra el aburrimiento sólo el trabajo tiene eficacia; las diversiones no son más que un paliativo".
Siempre he creído...
Mikel Agirregabiria Agirre

¿Sucesión o su cesión?

Tras las vacaciones veraniegas viviremos un curso plagado de elecciones y sucesiones. El relevo de una generación de políticos José María Aznar, Xabier Arzalluz, Jordi Pujol, quizá Xosé Manuel Beiras, acaso Begoña Errazti,… Es monocorde el tema de las sucesiones políticas. Las quinielas se perpetúan, mientras diversas candidaturas se exponen al sol, las más de las veces para quemarlas como las alas cerosas de Ícaro, para precipitarlas al mar por volar alto desobedeciendo al padre Dédalo.

Aznar aborda la sucesión como un proyecto de “su cesión” del poder. Ya es tradición en un partido tan de “prietas las filas” como el PP. Ni democracia interna, ni inimaginables primarias: sólo la concesión del césar a un heredero, dejándolo todo atado y bien atado. Se comenta una posible dirección bicéfala, aunque nos conformaríamos con que no fuese meramente acéfala. Los ríos de tinta se desbordan en la prensa, porque es un tema cuyo oscurantismo garantiza el secreto hasta septiembre y propicio para la especulación gratuita, apenas fundamentada en datos aislados o en la interpretación de las “señales” del autócrata.

El único requisito exigido, necesario y definitivo, es la fidelidad a ultranza al legado político-ideológico… no del partido, sino de su intérprete supremo, Aznar. Resulta cuando menos sorprendente que para concluir convirtiéndose en líder máximo y detentar todo el poder, la cualidad definitiva sea la ductilidad al jefe anterior, como ya sucedió con Fraga y con Aznar, y como previsible y desgraciadamente se perpetuará con Rajoy, superior a Rato en personalidad maleable. El tercer candidato histórico Mayor Oreja, siempre postulante malogrado en todas sus intentonas ante las urnas, no cuenta más que con el apoyo de sus huidizas periodistas, y su única posibilidad es hablar de la secesión. Ruiz-Gallardón queda en la reserva, porque parece que no ha recibido el placet ni del presidente, ni todavía siquiera el de la presidenta.

A muchos, sinceramente, nos importa un bledo quién sea el “su-censor” de Aznar, a menos que democratice y transmute el funcionamiento monolítico (o paleolítico) del partido en cuestión, y deje que sean los órganos de base y los militantes quienes prefieran elegir libremente, sin ceder toda su confianza en el caudillo de turno. Convendría que esta importante cuota del electorado suscite y promueva una acertada sucesión, y no una sumisión arcaica, resignada e indiscutida.

La ignorancia es la gran debilidad de la humanidad

"El estudio es una escuela que admite a personas de cualquier edad; mientras se es ignorante, siempre es tiempo de aprender".
Séneca
Mikel Agirregabiria Agirre

¡Adiós, profe!

Acabó el curso, y ellos, los alumnos y las alumnas, se despiden con un alegre “¡Adiós, profe!”. Y los educadores nos vamos también de vacaciones, a descansar,… y a echarles de menos. Sobre todo, cuando les has visto crecer, madurar (hasta un cierto hervor no definitivo) y luego, romper amarras, y seguir el curso de cada una de sus vidas, tan frescas, tan centelleantes, tan por escribirse. Pasan los años, y te reencuentras con ellos, tan mayorcitos, tan formales, tan respetuosos… que añoras aquella insolencia fervorosa y obstinada que surgía, quiero pensarlo, de cuánto te apreciaban ocultamente y de cómo habían de negarte ante los demás por tu ascendencia sobre su vida, todavía antes necesitada de referencias.

Los profesores debemos invertir tiempo, mucho tiempo, hablando con los niños y con los jóvenes, con la excusa de nuestra asignatura o en las tutorías, animándoles a hablar de sus intereses y preocupaciones ante los demás y ante ese adulto representativo que significa cualquier profesor que ame la docencia.

Los estudiantes pueden llegar a descubrirse, a comentarte sus inseguridades. Se preguntan y les aterra ¿qué hacer con su vida? Lo viven con un problema insoluble, para el que no se sienten preparados. Y te escriben un e-mail, ya terminado el curso, con pocas frases pero mucha angustia. Y debes contestarles en unos minutos, porque ellos son los verdaderos “minute-(wo)men” surgidos del Messenger…

¡Ah, mi entrañable A. (nombre de pila), CoCo (su pseudónimo por ella elegido)!

Estaba a punto de cerrar el ordenador, y por pura rutina lanzo el Outlook. Et voilà! Un mensaje del más allá, nada rutinario, con una pregunta final como un piano. ¡Ah, c'est la vie! Faltan años para que sepáis cuánto recuerdo el foro que representaba tu grupo, pero tu vivificante cuestión es un bálsamo para mi nostalgia.

A. del alma, con tus “casi” dieciséis años preguntas nada menos que por la “inseguridad”. Si hubiese que elegir la gran pregunta en tu etapa vital, la atormentada adolescencia, ésa sería la incógnita clave. Debo meditar (diría que incluso rumiar una respuesta de la altura de tu pregunta), y que alcance todo el calado que encierra. Pero también debo contestarte con premura una primera aproximación. Y quiero señalarte, A. (prefiero tu nombre verdadero), que lo que quizás vivas como un problema (la inseguridad, en ti, en los demás, en lo que te rodea, en los apoyos que crees tener o no,...), todo eso, creo que es UNA GRAN VENTAJA, UNA GRAN OPORTUNIDAD, y te hablo desde la experiencia que dan los años, que no la sabiduría (que de ésa tú posees mucho más). Y te trataré de explicar por qué. La seguridad, que sí es completamente necesaria para una niña, porque debe sentirse arropada, incondicionalmente querida por ‘todo el mundo’, y que sólo en un contexto de cariño puede desplegarse plenamente, luego PUEDE SER UN LASTRE.

A. vas a cumplir 16 años la próxima semana. Tú estás comenzando a sentir, seguramente más precozmente que otros condiscípulos y amigos, que te estás enfrentado con otro concepto de peso, LA LIBERTAD. Estás sintiendo, interna y tal vez dolorosamente, que la emancipación puede asustar inicialmente. La libertad de quien es consciente, no es algo trivial, es algo desconcertante, que asusta o, al menos, despierta recelo. Tú lo estás percibiendo, y eso me demuestra que estás en el mejor camino, el de la madurez personal que no todos ni todas recorren con valentía.

Yo tengo la completa certeza de que tú, apreciada A., sabrás superar esta transición. Sólo te pido algo que quizá te resulte paradójico ahora: “NO PIERDAS NUNCA UNA DOSIS DE INSEGURIDAD”, o dicho sin tantas negaciones, “GUARDA SIEMPRE EN TU ALMA UNA PORCIÓN DE INCERTIDUMBRE”.

Para mañana igual se me ocurre algo más. Ahora sólo queda decirte desde la perspectiva de mi edad, parecida a la de tus padres, cómo se puede llegar a envidiar aquello (la inseguridad de la adolescencia) que se vivió con desasosiego en su momento.

(Y a la mañana siguiente, otro mensaje casi consecutivo, tras su segundo e-mail)

Mi inefable CoCo – A.:

Te debía una contestación al último emilio y ahora con tu segundo envío paso a dar cumplida respuesta a ambos, como se merece tu disciplinada pertinencia. Y debo aplicar un tono profesoral en la respuesta, aún a riesgo de requerir con ello que debas aplicarte a acudir al diccionario para mejor consulta de sus siempre rigurosas clarificaciones.

¡Ah! La hondura de sus acertadas interpelaciones, perennemente enmascaradas en formulaciones ilusoriamente simples por su palmaria apariencia, me supera y debo repensar con extrema circunspección la respuesta. Por otro lado, el mismo epígrafe de encabezamiento Mikel vs. Aristóteles sólo puede aturdirme ante la sola posibilidad de que tú, incluso como chanza, puedas enfrentarme a tamaño cíclope de la filosofía.

Pero... ¡acepto el envite! Y SÍ, tú tienes razón, si TÚ estás conmigo, ambos nos enfrentaremos al molino aristotélico para combatir contra tan insuperable adversario. Las disquisiciones metafísicas no son blancas o negras. La fijación de una meta puede conducir a la infelicidad, que no es sino la medida de la distancia entre lo anhelado y lo conquistado, pero los SERES HUMANOS, quienes como tú aspiran a VIVIR, no pueden triunfar en tal hazaña sin METAS, que son el alma, las entrañas de la vida. Sin objetivos, no se vive, se muere meramente.

Pero la fortaleza no reside en imponerse metas, sino en el firme propósito de superar los desmayos, los inevitables errores, las continuas caídas, los avatares de la vida. ¡Imponte metas, CoCo-A.! Puede que otros sean más infelices con ello, por no alcanzarlas plena y puntualmente. Pero tú estás llamada a proponértelas, seguro que a intentarlas porfiadamente y a conseguirlas. En ello consiste el reto y la consecución gradual que es la verdadera vida.

Tu profe, Mikel

Nota final: Si has llegado a leer hasta aquí sin dormirte, es que ya colmas todas mis esperanzas en ti depositadas, que no pueden ser mayores.

Pequeñas alegrías

“Las pequeñas alegrías” es un ensayo de Herman Hesse, en el que nos alerta contra la hiperactividad y el frenesí de la prisa, como peligrosos enemigos de la felicidad. Se lamenta, además, de que frecuentemente nuestra forma de gozar se acompaña de cierta ansiedad, sobreestimando el placer y minusvalorando la alegría. El Premio Nobel de Literatura nos recuerda que el disfrute moderado duplica la felicidad. El arte de vivir consiste en saber distinguir los innumerables deleites de las que el mundo está repleto, y que muchos ignoran mientras aguardan la gran felicidad.

Cada día está preñado de pequeñas alegrías, que hacen muy grande a la vida. Te levantas de madrugada, bebes un vaso de agua y piensas: ¡Ésta sería la mejor bebida si nos faltasen todas! Lo mismo sucede con los alimentos: ¿Cuál añoraríamos más si todos desapareciesen? ¿El pan, el tomate, cualquier fruta por modesta y común que sea como la manzana o la naranja? ¿Y el contacto diario con la naturaleza o la observación del firmamento? Y los olores… ¿El aroma de la medianoche, la fragancia del amanecer, el bálsamo del anochecer, o el aliento de un ser querido?

Porque lo más importante son las personas. Sí, ésas con las que convivimos, que tantas veces nos desquician: los hijos, los suegros, la pareja, los cuñados, las sobrinas, los vecinos, los conductores, los peatones, los gamberros, los cretinos,… Todos somos necesarios e imprescindibles. ¿Cómo podríamos apreciar la quietud pacífica de la noche si un desvergonzado no nos desvelase con un berrido intempestivo, que nos obliga o a acurrucarnos nuevamente o, a los insomnes, a escribir estas líneas? ¿O esos hijos adolescentes que te atruenan continuamente la casa con músicas estrepitosas, y que cuando se van al extranjero no te dejan concentrarte por el clamoroso silencio de su ausencia y el inquietante orden de sus cuartos? Y ¿qué me dicen de las reiteradas “batallitas” de los suegros, que el día menos hablador te preocupan y comentas con tu cónyuge: “Me parece que el abuelo está un poco mayor…”? ¿Acaso podríamos vivir sin ese beso descuidado que te da tu hija cuando sale cualquier tarde, tras pedirte una extensión de la paga? Y la “parienta” que te ha aguantado treinta años y que todavía cree que eres especial y único: ¡Ella sí que es excepcional!

Hay tesoros muy valiosos, pero ninguno tan preciado como la familia, que lo es todo. Y todos disponemos de una familia de la que preocuparnos y que se ocupa también de nosotros: se llama Humanidad. A menudo, no apreciamos lo obvio, lo gratis, lo cercano, lo nuestro,… ¡Qué ciegos podemos llegar a ser! ¡Levanta la mirada de este periódico, mira a tu alrededor y sonríe! Comprobarás que la vida es un espejo que siempre devuelva la sonrisa a los más risueños…

Euskara en el Tour

El PP, secundado por el PSOE (con vocación de eterno segundón como Poulidor “chupando rueda” de Anquetil), se ha escandalizado de que la organización del Tour aceptara a Batasuna (o más exactamente a la asociación cultural Euskal Herrian Euskaraz, “En Euskadi en Euskera”) como interlocutor en un tema de naturaleza lingüística-cultural, porque lo esencial no era el contenido del convenio para promover el euskara en la etapa vasca, que definen como “perfectamente legítimo y razonable”, sino el hecho de quién lo proponía.

Así pues, el gobierno de Aznar, de común acuerdo con el gobierno francés, se ha aprestado no únicamente a anular el convenio anterior, sino a firmar uno mucho más ambicioso y completo con Jean-Marie Leblanc, director del Tour de Francia, para que durante su paso por Euskal Herria se destaquen cumplidamente en todas las emisiones internacionales, y especialmente en las realizadas hacia los dos Estados pirenaicos, la lengua y cultura vascas, así como sus ricas y peculiares tradiciones y deportes, dando a conocer al mundo entero la existencia de un enclave europeo con una historia y lengua milenarias, asombro de filólogos e historiadores. Gracias a la extremada diligencia e intervención directa de Rajoy, Palacio, Villepin, Acebes, Michavilla, del Castillo, su homólogo Lamour y del presidente de la comisión del Cultura y Deporte de la Eurocámara, el ex primer ministro Michel Rocard, finalmente Europa conocerá la realidad actual de la lengua más antigua del continente con un acuerdo cultural de peso, actuando de firmantes todos los ministros citados de los dos Estados responsables, que se desvelan y miman al Euskera, siempre bajo la mirada atenta y vigilante de la eurocámara. Porque todo esto es verdad... ¿o no?

Por si acaso, voy a preparar el viaje para acercarme el próximo día 23 a la etapa Pau-Bayona. Llevaré una ikurriña más y un letrero que proclame: EUSKARA = BASQUE LANGUAGE, porque los ciudadanos de a pie también podemos contribuir en algo a la cultura universal. ¡Ah, y que cierta organización que emplea explosivos para la construcción nacional tampoco nos ayude a defender nuestra lengua, que bastante "apoyo" nos han proporcionado ya! Tag Technorati: .

Adolescente Euskadi

A veces no entendemos la política, porque la complejidad de los temas sociales es creciente y las incertidumbres abundan, e incluso se fomentan desde instancias interesadas en propagar verdades… a medias. Quizá una metáfora pueda ayudar.

Sustento la teoría de que “Euskadi es un país adolescente”, ubicado en su momento crucial para la configuración de su ulterior personalidad propia, de modo autónomo e independiente. Ahora se están definiendo aspectos de gran trascendencia para la vida futura de esta pequeña y hermosa nación. Es en esta etapa cuando, desde la herencia recibida, se forja la identidad: la propia e irrepetible individualidad nacional, reconociéndose y convirtiéndose en sí misma. Este desarrollo se verifica con cambios en el esfuerzo de síntesis y descubrimiento del yo, con ciclos de sobreestimación y subestimación.

Esta joven Euskadi, formada por su plural ciudadanía, lleva su propio camino, adoptando continuas decisiones diarias, que conforman su modo de crecimiento y maduración. Cotidianamente se encuentra afrontando y resolviendo los problemas que le acechan. Es razonable que experimente periódicas crisis menores y que muestre algún rasgo aislado de perplejidad, ya que debe establecer un logro de identidad, definiendo los aspectos claves de sí misma y de su relación con los demás.

Euskadi se quiere emancipar, quiere asumir su propia responsabilidad. Se cree suficientemente fuerte para abrirse su camino en el mundo, apoyando a los demás y apoyándose en ellos. Quizá sea osada, pero sólo desde la audacia medida se puede alcanzar el éxito, cuando se ha llegado ya una fase en la que vive apasionadamente todo, y el deseo de libertad es imparable.

Al igual que un adolescente, una joven patria debe desplegar varios niveles de desarrollo previo. Sus instituciones comienzan a acometer nuevas formas y funciones (como relatan las recientes noticias de cambios en la Acción Exterior del Gobierno Vasco), al tiempo que sus modelos simbólicos de referencia se erigen y centran en esquemas propios, en todos los ámbitos (cultural, lingüístico, educativo, mediático, sindical, laboral, social, político,…). Incluso la memoria histórica y la percepción colectiva del futuro en común se transforman, se desvinculan de ligaduras anteriores mediante un proceso de ardiente búsqueda que necesita ser declarado y compartido.

Un país adolescente requiere una población rejuvenecida en espíritu, con una imagen idealista del mundo. Esta característica propia de los púberes se hace presente no sólo en la conducta práctica, sino también en la actitud y en la elección de respuestas frente a las realidades del exterior. Los jóvenes, en ocasiones, se consideran a sí mismos demasiado importantes, se encierran en sus sentimientos, sobrestiman su vivencia, y dictan sus juicios creyéndolos el "summum" de la sabiduría. Por ello es tan esencial la autoformación y la reflexión, a fin de madurar y materializar el “desideratum”. Otro factor clave es la elección del garante ético, que identifique el código de valores morales aceptado y asumido comunitariamente.

La formación de un ideal, el despertar de la esperanza, el crecimiento arraigado de las estructuras, la maduración social, y la consolidación del sentimiento de sí mismo, son las señales de transición y los hitos de cristalización del espacio propio de un pueblo capaz de persistir y evolucionar, principalmente como resultado de la Educación y de la Investigación. Porque en estas dos áreas indelegables, trascendentes, verdaderas y únicas para actuar como catalizadoras del futuro se precisa el máximo esfuerzo.

Solamente una política inteligente y asentada democráticamente es capaz de gestionar este rumbo, aplicando en cada paso aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible, porque “la política es la historia que se está haciendo, o que se está deshaciendo”. Y la generosidad de la política se expresa en la única respuesta humana ante el conflicto, allí donde los animales sólo encuentran dos reacciones posibles, huir o luchar, el ser humano inventa la tercera vía: la palabra, el diálogo desde la comprensión mutua, rehusando la intolerancia y el enfrentamiento propio de seres irracionales.

Euskadi ha rechazado mayoritariamente las propuestas retrógradas, que desde un estado de dependencia conducen a destinos de contradependencia, donde se adoptan comportamientos oscilantes entre luchar y huir, para caer en la codependencia, donde competir con otros en forma destructiva. La cabal ciudadanía vasca ha elegido, en su asombroso proceso de progreso desde una tradición y cultura milenarias, avanzar desde la dependencia hacia la interdependencia venidera en el escenario europeo, superando el estadio de una anacrónica e imposible independencia decimonónica.

Euskadi es el chico rebelde e inconformista; Catalunya, el hermano formal; Galiza, el benjamín. Otros primos en Europa ya se han liberado: Litunia, Letonia, Estonia, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia,… El Plan Ibarretxe quizá sea una buena oportunidad para construir el sueño que resuena tras cada “Gora Euskadi Askatuta”.

Me quedo con Perurena

Los lectores hemos asistido a una diatriba entre Iñaki Perurena y un antipático enclenque olvidadizo, que le citó erróneamente, según acaba reconociéndolo ante la evidencia más incontestable de la prosa contundente del harrijasotzaile navarro. El colmo de la insolencia ha sido acusar al poeta de Leitza de estar vendido a intereses por parte de un verdadero experto en el tema, que podría quedarse calladito, al menos en la prensa local, tras cambiarse por enésima vez de camisa azul y de chaqueta multicolor, como recordamos todos los vascos con memoria, y dedicarse a recrear su historieta personal para otros mercados, como es su especialidad. Frente a un culto baserritarra, y empleando a la preciada institución vasca ETB como insidiosa arma arrojadiza, el constructor de autobiografías y recuerdos falsos, pretende vanamente injuriar a todos los vascos hablando nada menos que de ajenos comisarios políticos, cuando éste es otro de sus reconocidos pluriempleos, paradigmático del "quien paga, manda".

Ha sido un debate manifiestamente desigual, porque la altura ética y moral de nuestro deportista y actor le otorga una insalvable superioridad de coherencia y dignidad, propio de quien hace treinta años y en la actualidad, pensaba y piensa lo mismo sobre la violencia, sin sacar una vergonzante tajada por ello, ni antes ni ahora. Y si las urnas no mienten, los vascos también nos quedamos con la Historia en la que cree Iñaki Perurena, y no la de un repulido amnésico, ciertamente inconfundible por el oportunismo de sus artimañas, sin otro mérito que seguir siempre al lado de los poderosos, quienes ahora contratan críticos contra el nacionalismo vasco.

Finalmente, quienes llevamos toda la vida rechazando todas las formas de violencia política, sin relatar ni enarbolar nuestra presencia en centenares de concentraciones y manifestaciones por la paz, donde no mirábamos quiénes estábamos ni nos movíamos para salir mejor en ninguna foto, le agradecemos al mendaz y asustadizo oponente de nuestro harrijasotzaile su última reconversión, como siempre desinteresada. Pero que se ponga a la cola, como poco enigmático converso que es, y no pretenda dar lecciones de coherencia en Euskadi, ni a señalar que la dignidad trae problemas, como sabemos demasiado bien los vascos, y probablemente mejor que nadie Iñaki Perurena, una de las figuras más queridas y representativas del sentimiento vasco, pacífico y democrático.

Conducción segura

Recientemente he estrenado un coche con cambio de marchas automático. No es el primero para mí, pero nuevamente me ha confirmado que esta opción, muy escasa en nuestro país a diferencia de los grandes mercados automovilísticos (EE.UU., Japón,...), podría mejorar muy notablemente la seguridad de nuestras carreteras, al tiempo que simplificar y facilitar el uso del coche a determinados colectivos que tradicionalmente han encontrado dificultades para acceder al permiso de conducción. A propósito, podría expedirse un carnet especial que habilitase sólo para conducir coches automáticos.

Los modernos cambios automáticos pesan poco, consumen y aceleran similarmente en igualdad de condiciones. Incluso los favorables datos de catálogo son mejorables, porque para obtener las cifras exactas de consumo y prestaciones los modelos, manuales o automáticos, son conducidos por pilotos expertos. En la práctica, y para el 99% de los conductores (y ya sabemos que casi todos nos consideramos buenos conductores), el cambio automático significa mejores prestaciones con menor consumo, y muchísima mayor comodidad, descanso y, sobre todo, seguridad sin distracciones. Además, las averías de todo el sistema de transmisión (embrague y caja) e incluso el desgaste de los frenos se reducen. Y todo esto apenas cuesta más, según les demostrarán en los concesionarios. Por último, dejen de exponer esas ridículas excusas de que les gusta sentir que controlan el coche,… porque también podrían regular el avance del encendido y otros parámetros históricos de conducción que es mejor dejar en manos de la técnica.

Una recomendación: Prueben un coche automático y se convencerán. Los nostálgicos pueden adquirir un cambio automático secuencial… y verán lo pronto que se olvidan de mover la palanquita. La seguridad adicional que aporta un cambio automático, que nunca falla en un adelantamiento y que incrementa la velocidad del reflejo de frenado, podría colaborar a que el tráfico dejase de ser la primera causa de mortalidad hasta los 35 años.

Una cuestión de bolas es el golf: Darle a la esfera pequeña sin tocar la grande

"Está comprobado que en las empresas, los trabajadores juegan al futbol; los mandos intermedios prefieren el tenis o el padel, y los directivos se apuntan al golf. Dicen que cuanto mas arriba están, más pequeñas tienen las pelotas."
Dicen por ahí...

Días de Parlamentos

Estos últimos días desde el pasado lunes 30 de julio han sido, ciertamente, jornadas parlamentarias. Personalmente cada vez me interesan más las Juntas Generales de Bizkaia, en Gernika, y el Parlamento Vasco, que otras instancias más alejadas, donde mi representatividad queda demasiado diluida. Junto al Roble Sagrado, donde siempre creo escuchar el “Gernikako Arbola” de Iparragirre, José Luis Bilbao presentó su programa para el decisivo y próximo período. El nuevo Diputado General afirmó que “lo que no tenga rentabilidad social deberá esperar para cuando la coyuntura mejore”, al tiempo que defendió la “Propuesta para la Convivencia” por tratarse de “la mejor propuesta, la verdadera, la que busca la paz para todos” presentada por el Lehendakari Ibarretxe, al que comparó con el admirable presidente brasileño Lula da Silva.

Mientras tanto, en Eusko Legebiltzarra de Vitoria-Gasteiz, Juan María Atutxa y la Mesa del Parlamento Vasco proseguían su denodada defensa, no de un partido político, sino de la soberanía de la Cámara Vasca, elegida democrática y libremente desde Euskadi, y que sufre una furiosa e inaceptable intromisión en su autonomía como poder independiente, desde un Tribunal Supremo supeditado al PP gobernante en el Ejecutivo del Estado, mediante subterfugios que sólo pretenden desviar la atención de la opinión pública.

En las Cortes de Madrid, Aznar, a quien no se puede negar su contumacia, repetía machaconamente la vieja cantinela adaptada a los “tiempos modernos”: “¡Váyase, Sr. Zapatero!”. El careto del ¿líder? de la oposición, Rodríguez Zapatero, parecía presagiar que abandonará la política antes de las anunciadas ausencias de Pujol, Arzalluz y Aznar. Francamente, si frente a un personaje chaplinesco y en un curso como éste no puede lograr mejores resultados, que venga Marín y le sustituya. El Berlusconi español le atizó de lo lindo con el “libro gordo” de los infinitos pactos mutuos suscritos, y de tanto sucursalismo como reina en ambos partidos llegó a acusarle de gestionar mal la filial del PP llamada PSOE, en Navarra y otras localidades, hasta que uno y otro se dieron cuenta que se estaban descubriendo (en sus ansias de bipartidismo) y que les habíamos calado. Francamente, de Aznar ya sólo nos interesa su dedo ungidor, para que nos desvele su ejemplar preferido del delfinario que cultiva para ejercer de nuevo patrón popular, aunque el PP de tanto hacer “oposición a la oposición” quizá pase a ser directamente “oposición”. Iñaki Anasagasti lo hizo excelentemente, como reconoce desde su legítima discrepancia ideológica Eduardo Haro Tecglen en EL PAÍS, con la mejor intervención parlamentaria en las formas, y demostrando que algunos quieren que no sea fábula el cuento en el que ni siquiera se podía decirle al Rey que iba desnudo.

Por último, en la Asamblea de Madrid han acabado con las frágiles urnas de cristal a… ladrillazos. Recomponer la limpieza democrática no será tarea fácil, porque sólo quedan añicos de la credibilidad en unos y otros, que cada día parecen más cimentados en arcilla opaca y resbaladiza. Ahora que han abolido la caza del zorro en Inglaterra y Gales, parece que corretean libremente otras clases de raposos en el país de los toros. Y todo esto mientras los medios de comunicación “serios y pagados por todos”, como TVE, censuran hasta galas musicales donde “Las niñas” (sevillanas ellas) cantan depravadas consignas, que muchos coreamos, con el estribillo de “Decimos no, no a la guerra, que la guerra es mu perra”.