¿Equidistantes o centrados?

Ha llegado el día en que todo parece equidistancia: el PSOE equidista del PNV y del PP, como el nacionalismo vasco democrático entre ETA y el ¿EsTAdo? Equidista Cataluña entre Euskadi y España, y equidista mi elección entre la extrema ¿derecha? española y la radical ¿izquierda? vasca. Porque sí, he comprobado horrorizado que, en la intimidad, soy un temerario equidistante. Pero no me rehabilitaré de tan peligrosa pasión por el centro, el epicentro, el ombligo y el sumidero, fruto de una majadera teoría propia de “politiqueros analfabetos” que simplifican conceptos geométricos sin conocer ni al pitagórico Euclides, ni al hiperbólico Lobachevski, ni al elíptico Riemann. Como la naturaleza detesta el vacío, los extremistas o polos opuestos se atraen y abominan del centro.

Algunos todavía creemos que podemos ser centrados demócratas, pacifistas, respetuosos con los derechos humanos y repudiar toda forma de violencia, estando frontalmente contra ETA y decididamente en apoyo de las víctimas, sin ser necesariamente del PP, ni pensar obligatoriamente como sus voceros mediáticos de modo que podamos lamentar siempre la muerte, incluso de los terroristas. Reivindicamos nuestra forma de pensar como legítima, a pesar de las presiones de unos -que también matan, persiguen y extorsionan a quienes no somos del PP- y de otros -que nos acusan de cómplices del terrorismo por no ser clónicos con ellos-. No somos “equidistantes” entre ETA y del PP como simplonamente predican algunos manipuladores interesados, sino que rechazamos categóricamente la existencia de la desalmada ETA por razones éticas, al tiempo que por coherencia rehusamos políticamente el 'pensamiento único' para líquenes votantes que quiere imponer este incivilizado PP.

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