Watergate catalán

¿El caso Carod-Rovira advierte del nivel de nuestra democracia?

Hace 31 años del caso Watergate hizo dimitir en EE.UU. al presidente Richard Nixon. Destapado por dos jóvenes reporteros Bob Woodward y Carl Bernstein del Washington Post, este caso reivindicó el periodismo de investigación, y la ciudadanía admiró a los periodistas como héroes al servicio de la libertad. Un "incidente de poca monta", todavía inexplicado en gran medida, obligó por primera vez en la historia a renunciar a un presidente norteamericano, y sus asesores más cercanos fueron enviados a prisión. La opinión pública estadounidense se preguntó: "¿Qué sabía el presidente... y cuándo lo supo?"

El poder de la prensa, la democracia asentada y la independencia de la justicia se hicieron eco de la frustración ciudadana en 1973 y desvelaron sórdidas revelaciones, conocidas como el escándalo Watergate. Todo comenzó cuando el 17 de junio de 1972 se sorprendió a 5 hombres registrando la sede del Partido Demócrata en Washington. Estaban relacionados con la CIA. Por entonces, el presidente republicano Richard Nixon, parecía destinado a obtener una fácil reelección sobre el candidato demócrata George McCovern. De hecho, en noviembre Nixon alcanzó una aplastante victoria, pero aquel fisgoneo resultó ser una bomba de tiempo que detonaría meses después.

La televisión jugó un papel decisivo en la avalancha de rumores, imputaciones, contraacusaciones y amenazas. Accidentalmente los investigadores descubrieron que Nixon había instalado una grabadora en la sala oval de la Casa Blanca, cuyas cintas contenían conversaciones desde la primavera de 1971. Estas grabaciones fueron requeridas, pero Nixon sólo entregó 7 de las 9 cintas solicitadas, con interrupciones borradas que, en muchos casos, fueron reconstruidas electrónicamente por expertos. Así se probaron las “mentiras del Presidente”. De los cinco cargos iniciales, tres fueron inculpaciones en el veredicto final: obstrucción de justicia, abuso de poderes presidenciales e intento de impedir el mismo proceso de inculpación. La noche del 9 de agosto de 1974, Nixon apareció en televisión para anunciar su renuncia.

Son evidentes las similitudes del Watergate con el espionaje a un político democrático, miembro de un gobierno autonómico. ¿Cuál es la diferencia? ¿Falta aquí una fuente confidencial como "Deep Throat" (Garganta Profunda)? ¿O la gran diferencia radica en la dependencia de los poderes legislativo, judicial y mediático? ¡Lástima que en vez de un Watergate fracasado aquí tengamos un triunfante super-regate del espionaje!

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