Europa, Auschwitz, África

La reflexión por el sexagésimo aniversario de la liberación del “campo de exterminio” de Auschwitz debe movernos a la acción colectiva contra el racismo, la injusticia y el genocidio… actuales.

El “Primer Mundo”, especialmente Norteamérica y Europa, sigue explotando los recursos humanos y materiales del resto del Planeta. Los europeos en particular, quienes decimos no entender cómo pudo producirse en el centro de nuestro territorio una barbarie como el holocausto judío, mantenemos una alta dosis de hipocresía y ceguera sobre el agravio continental. Criticamos la doctrina Monroe, de “América para los americanos”, que otorga a Estados Unidos el control económico y social del subcontinente americano al sur del Río Grande, que los “espaldas mojadas” tratan de cruzar para salvarse. Mientras tanto, África nuestro propio continente al sur, vestigio de los colonialismos europeos, está más cercado que nunca por el mismo Mar Mediterráneo, que antaño uniera civilizaciones y que ahora ahoga a emigrantes por millares.

En nuestra trastienda continental y en pleno 2005, bajo una ley no escrita de “África para los europeos”, las hambrunas, las sequías, el SIDA y la desatención europea en ayuda sanitaria y educativa están condenando a todo un continente, el más cercano a nosotros. La esperanza de vida humana que se duplicó en Europa durante el siglo XX y sigue aumentando constantemente (100 años para nuestros bebés), en el vecino continente del sur descenderá de los 59 años actuales a sólo 45 años, por la pobreza crónica de una población infectada masivamente por el SIDA y que apenas recibe medicinas por presiones de las multinacionales farmacéuticas.

No nos engañemos: Hoy día, cuando incluso la Comisión Europea se plantea financiar “campos de retención” para inmigrantes en el Magreb gestionados por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), “Auschwitz se llama África”. Actuemos ya para que nuestros hijos y nietos no tengan que avergonzarse de nosotros.

El frío no existe

Estos días invernales son propicios para aprender una enseñanza ética de la física moderna.

Una difundida historia apócrifa cuenta que un profesor universitario retó a sus alumnos con una espinosa cuestión: “¿Dios creó todo lo que existe?". Un audaz estudiante respondió: “Sí, todo lo hizo Dios”. Entonces el profesor arguyó: "Si Dios todo creó, también hizo el mal, y si nuestras obras son el reflejo de nosotros mismos, entonces Dios debe ser malvado".

Los alumnos callaron ante tan contundente respuesta, hasta que otro estudiante levantó tímidamente su mano y repreguntó al docente, tras pedirle permiso para ello: “¿Profesor, existe el frío?”. El profesor hubo de reconocer que, según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Volvió a insistir el aprendiz: "¿Y existe la oscuridad?”. Nuevamente el catedrático confesó: “Por supuesto que tampoco existe, dado que la oscuridad sólo es ausencia de luz”. Finalmente, el joven concluyó con una pregunta retórica: “¿Quizá tampoco exista el mal no, sino como ausencia del bien?”. Cuenta la leyenda que aquel alumno era Albert Einstein.

Quizá sea valiosa esta anécdota, aunque no sea verídica y aunque muchos llamen a Dios con distintos nombres. Lo verdadero es que en la Naturaleza sólo existen magnitudes positivas, que llamamos con denominaciones como calor, que es energía molecular transferida de un sistema de mayor temperatura a otro de menor, o luz, que es otra forma de energía. De la misma forma tampoco en economía existe la pobreza, sino como ausencia o mal reparto de la riqueza. Lo que existe y se puede sumar para distribuir es calor, luz o riqueza; no se puede acumular frío, oscuridad o pobreza.

Los seres humanos estamos plenamente capacitados para percibir las diferencias de temperatura, de luz, de riqueza o de bondad. Ojalá aprendamos pronto que sólo podremos disfrutar de los bienes que pusieron a nuestra disposición, si los compartimos debidamente entre todos.

El milagro del trabajo

Si hubiese que elegir la historia humana real más épica, lírica y dramática sin duda sería una con dos heroínas: Anne Sullivan y Helen Keller.

La “Historia de la Humanidad” está tejida con millones de semblanzas personales, con héroes y heroínas cotidianos cuyo esfuerzo, fe, valor y voluntad crean un universo ético de valor incalculable. Son casi infinitas las acciones y las vocaciones que diariamente se despliegan por todo el mundo, para que la vida funcione tal y como la conocemos. Siempre son noticias de primera plana las desgracias y los males que aquejan a nuestro tiempo, pero por cada acto de maldad humana existe montañas de heroicidad, valentía y ternura de los grandes seres humanos anónimos que construyen animosamente la verdadera realidad.

Los ídolos que habitualmente se ensalzan en los medios de comunicación generalmente son hombres, con gran preparación, que alcanzan fortuna y prestigio, y cuyas vidas se exhiben como modelo social del triunfo. Casi siempre parece que fueron elegidos y señalados desde su cuna de nacimiento, disponiendo de posibilidades únicas por su origen singular y por sus extraordinarias dotes personales. Por todo ello, al leer sus vidas ejemplares puede parecer que estaban predestinados para el éxito sin mayor ahínco por su parte.

La mejor historia real de todos los tiempos, en opinión compartida por muchos, fue la odisea de la maestra Anne Sullivan y su alumna ciega y sorda Helen Keller. Justamente porque sus dos modestas protagonistas parecían sentenciadas irremediablemente al fracaso y por construirse su doble conquista personal con el único material del que están forjados todos los sueños: el milagro del trabajo esforzado, continuado y perseverante.

El relato de sus vidas es universalmente consabido por textos y películas, por lo que no lo repetiremos aquí. Sólo resaltaremos que Anne Sullivan provenía de un ambiente pobre, se había quedado casi ciega los 5 años y fue enviada a un orfanato donde su hermano murió. Helen Keller perdió la vista y el oído a los 19 meses, convirtiéndose en una niña salvaje y agresiva a quien su desesperada familia pensó en internar. El 3 de marzo de 1887, Anne llegó a la casa de Helen y comenzó su comunicación en lenguaje de signos trazada con sus manos. Tras una ingente labor, llegó el día en el que Anne llevó a Helen a la bomba de agua, y tras mojar su mano deletreó varias veces A-G-U-A en la palma de la niña. Al fin Helen comprendió que todo en el mundo tiene un nombre. Helen, acompañada hasta 1911 por su maestra y amiga Anne, aprendió a leer y escribir en el sistema creado por Louis Braille, se instruyó para ‘oír’ de los labios de las personas, tocando con sus dedos y sintiendo las vibraciones, llegó a hablar, sostener conversaciones y dictar conferencias en público, obtuvo un título universitario con mención Cum Laude, escribió libros y viajó con gran celebridad por todo el mundo hasta su muerte en 1968.

Cuando nos encontramos con situaciones domésticas o escolares difíciles para familias, alumnado o profesorado, siempre es oportuno recordar estas dos biografías de dos personajes con una cualidad insuperable al alcance de todos nosotros: el empeño voluntarioso que todo lo vence. Quizá lo más difícil entre estas dos fabulosas mujeres sería destacar a una preferida entre ambas: A los docentes permítasenos que distingamos a la "maestra milagrosa", porque ella hizo posible -con el esfuerzo de su alumna- la hazaña de Helen Keller.

Para concluir, oigamos una reflexión final de Helen: "Quien dispone de una mente que pueda ser educada y una mano que pueda ser entrenada, poseerá ideales realizables. El trabajo de la gente es ayudarle a que pueda ser mejor por sí mismo y pueda ganar méritos a través de su trabajo”.
[Abajo, foto de Helen Keller]

Tiempo de gerundios

Gerundiando, que es doblemente gerundio y una castiza expresión panvocálica, con las cinco vocales una sola vez.

Dos memorables anécdotas del gerundio triunfal: 1ª El poderío de compatibilidad del gerundio, que se observa en la célebre disputa jesuítica sobre el tabaco, que declaraba que no es lícito fumar mientras se reza, pero sí rezar mientras se fuma. Al final resultan concurrentes los gerundios rezando y fumando. 2ª La superioridad del gerundio sobre el participio, como cuando durante la Restauración el Jefe del Gobierno Francisco Silvela, ocupando el primer escaño del banco azul, cerró los ojos y un ujier le advirtió: “Su Señoría está dormido”. Don Francisco le respondió: “No estoy dormido, estoy durmiendo, que no es lo mismo estar bebido, que estar bebiendo”. El Premio Nobel Camilo José Cela también tuvo una réplica similar en el Senado, utilizando el escandaloso verbo ‘poder’ con la jota inicial.

Somos muchos quienes pensamos que el gerundio es la forma verbal por excelencia. Siempre acabando en -ando o -iendo. Expresando una acción de duración limitada en procesos de ejecución, sin determinación de persona ni de número, ni variación en la terminación para expresar el tiempo, si bien manteniendo formas compuestas expresando el pasado y el futuro: amando, habiendo amado, habiendo de amar. Todos los verbos teniendo gerundio y, gramaticalmente, todos pudiendo adoptar la forma durativa.

Una enseñanza más del gerundio que resulta parodiando a Lope de Vega: ‘¿Cómo compones? Leyendo,/ y lo que leo imitando,/ y lo que imito escribiendo,/ y lo que escribo borrando,/ de lo borrado escogiendo’. ‘¿Cómo vives? Aprendiendo,/ y lo que aprendo emulando,/ y lo que emulo mejorando,/ y lo que mejoro perfeccionando,/ de lo perfeccionado eligiendo’.

Es el momento del gerundio. Para los políticos: Dialogando, negociando, acercando, entendiendo, aceptando, renunciando, avanzando, pactando, progresando,… Para todos los seres humanos: Respirando, creciendo, aprendiendo, comprendiendo, trabajando, votando, gozando, sufriendo, enseñando, publicando, ayudando, cooperando, amando, cuidando, sembrando, compartiendo, legando,...

Adivina y asimila

Elogio de una dama curalotodo, de blanca cara redonda, amiga diaria de mucha gente en los cinco continentes.

Con centenares de millones de devotos, que invocan diariamente su poder para aliviar dolores y penas, se ha extendido por todas las culturas. Prácticamente no existe un ser humano que ignore su existencia. Está presente en todas los hogares del mundo desarrollado, en un número de 10 o 20 unidades, y se considerada un equipamiento tan esencial que hubo de ser incluido en el exiguo equipaje del Apolo 11 en el primer viaje a la Luna.

Esta señora milagrosa ha ganado un Premio Nobel (1982), forma parte del Libro Guinness de los Records y fue elegida -junto al automóvil, la bombilla, la televisión y el teléfono- como uno de los cinco inventos imprescindibles legados por el siglo XX, aunque nació el 10 de agosto de 1897. Su progenitor fue el científico alemán Felix Hoffmann, quien la hizo nacer cuando él contaba con 29 años. El apodo popular de nuestra protagonista se inspiró en una planta llamada “Spirea”, porque su ilustre nombre completo es demasiado largo con 21 letras.

Con algunas de las mejores websites del ciberespacio Internet (en decenas de idiomas), esta venerable anciana de 108 años, sigue representando un signo de modernidad. Como cuando la destacó Ortega y Gasset en 1930: "La vida del hombre medio es hoy más fácil, cómoda y segura que la del más poderoso en otro tiempo. ¿Qué importa no ser más rico que otros si el mundo lo es y le proporciona magníficos caminos, ferrocarriles, telégrafos, hoteles, seguridad corporal y (nuestra heroína)…?" Los actuales medios de comunicación y de transporte han experimentado insospechadas innovaciones, pero esta diosa por excelencia continúa siendo la misma criatura sorprendente y reluciente.

Por si aún no lo han descifrado, aportaremos más datos. Se calcula que en sus escasos 100 años de historia reconocida se han fabricado más de 350 billones de reproducciones en todas las lenguas civilizadas, y que se consumen unos 216 millones de copias cada día. En cada minuto que pasa, más de 123.000 personas distribuidas por todo nuestro planeta deciden probar sus cualidades prodigiosas.

Ha demostrado su saludable poder como producto analgésico, antiinflamatorio y antipirético. Los continuos descubrimientos sobre sus inéditas aplicaciones verifican nuevos efectos preventivos e insospechadas propiedades que se añaden a la interminable lista de usos de este producto, sobre el que se efectúan 3.000 investigaciones anuales. Un estudio reciente publicado en The Journal of the American Medical Association, llega a asegurar que “su empleo diario reduce el riesgo de muerte por cualquier causa en más de un tercio". En todo caso, este fármaco –el más consumido del mundo- , llamado ácido acetilsalicílico o aspirina es una medicina y mejor si solicita con receta facultativa.

Del sílex al silicio

La herramienta universal, que fue el hacha de sílex, se ha transformado en una agenda electrónica con GPS.

Nuestro primer antepasado, bípedo con pies no prensiles y primer dedo alineado con los restantes, que presentaba hipercefalización (cabeza creciente) y una verticalización completa del cráneo, fue el “Homo erectus” o pitecántropo. La evolución humana trascurrió por las etapas de “Homo floresiensis”, “Homo rudolfensis”, “Homo habilis” y “Homo antecesor”, hasta llegar al “Homo ergaster”, que puede ser el primer homínido con capacidad para un lenguaje articulado. La capacidad craneal siguió aumentado con el “Homo heidelbergensis”, hasta llegar al “Homo sapiens fossilis”, “Homo sapiens neanderthaliensis” y “Homo sapiens sapiens”, el hombre de Cro-Magnon u hombre actual.

El “Homo sapiens sapiens” (Hombre que sabe que sabe) es una subespecie del “Homo sapiens” (Hombre que sabe), la única que sobrevive de todo el género de los homínidos, sin más parientes vivos que los grandes simios como el gorila, el orangután o el chimpancé. El “Homo sapiens sapiens” es de origen africano y apareció hace unos 45.000 ó 100.000 años. Su expansión por todo el planeta, coincidió en Europa con la extinción de su coetáneo, el hombre de Neandertal.

Los Neanderthales usaban útiles de sílex, elemento que se encontraba fácilmente, creando las primeras hachas, azuelas y hoces. Con estos instrumentos se inició la civilización gradual de la humanidad. Las máquinas comenzaron a rodear a los seres humanos, a integrarse en sus vidas, a componer sus hábitats. La inventiva se tecnificó, y hemos llegado hasta la llamada generación-i (Internet Generation).

Actualmente vivimos inmersos en ayudas tecnológicas, que incluso portamos personalmente en todo momento. Reloj, gafas o lentillas, llaves, móviles,… son parte de nuestro equipamiento imprescindible. Nuestras mentes se han educado, se han entrenado, se han sofisticado y recurrimos a ordenadores y toda clase de recursos audiovisuales para mejorar nuestras opciones de información y comunicación. Pero, quizá, nos faltaba algo que potenciase nuestra capacidad intelectual, como el hacha amplificaba nuestra fuerza física. Algo que se pueda asir, que se pueda llevar en todo momento, que resuelva nuestras dudas existenciales más profundas: ¿Quiénes somos? ¿Dónde estamos? ¿Adónde vamos? Como una primera respuesta, filosóficamente poco relevante, hoy podemos saber que somos quienes aparecemos en pantalla TFT (Thin Film Transistor) con 65.536 colores al encender el PDA, estamos donde el GPS nos indica y vamos hacia donde queramos del mapa por la ruta sugerida.

La solución se llama PDA con GPS incorporado. PDA (Personal Digital Assistant) es un pequeño ordenador en forma de agenda electrónica, compatible con los sistemas informáticos estándar, y el sistema GPS (Global Positioning System ) es un sistema de posicionamiento mediante satélites que permite localizar instantáneamente nuestra posición terrestre. Productos que caben en la palma de la mano como Acer N35, basado en Microsoft® Windows® Mobile™ 2003 Pocket PC y con un completo sistema de navegación GPS integrado. En el bolsillo, con sólo 165 gramos, llevamos Explorer®, Outlook®, Word® (con El Quijote para leer en tiempo muertos), Excel®, MSN Messenger®, Windows Media Player®, Destinator (con los mapas peninsulares preinstalados),…

Un regalo de Olentzero, Papá Noel o de los Reyes Magos como una PDA con GPS, todavía algo caro (400 €, con todo tipo de accesorios adicionales), nos permite saber nuestra latitud y longitud, no perdernos, y llevar todo tipo de datos personales. Además las posibilidades son incontables. A modo de ejemplo trivial, con un programa astronómico gratuito conoceremos la hora de amanecer y de atardecer en nuestra ubicación, las fases de la luna, las mareas, la posición de cada astro en el cielo visible,…

Desde aquel ancestral cuchillo paleolítico de bordes afilados, viajamos hacia un útil universal único con PDA, teléfono móvil, capacidad de navegación Internet de altas prestaciones, cámara digital y reproductor de fotografía, música y vídeo, que sirva como sistema de pago (dinero virtual), identificación (Documento de Identidad), sistema de seguridad (llaves),… Pronto lo veremos: sólo falta que las multinacionales nos vendan previamente todos esos dispositivos con una integración incompleta… Ya se sabe, el mercado manda.

Comunicándonos por quintuplicado

Descubriendo la múltiple dimensión de un verbo de moda que ha multiplicado varias veces su significado.

El término ‘comunicar’ recogía hasta hace pocos años, un solo sentido como verbo transi­tivo: ‘Fulano comunica algo a Mengano’. Hasta ese momento, comunicar requería al menos dos personas,… y un medio de transmisión. Pero después surgió la modalidad in­transitiva, sin necesidad de complemento directo ni indirecto, aceptándose por ejemplo: ‘Fulano comunica bien’. Incluso se emplea como verbo reflexivo: ‘Fulano se comunica bien’ (indicando que sabe comunicarse). Parecía que no cabían más desarrollos para este vocablo cuando alcanzó la categoría de tridimensional.

El concepto de ‘comunicación’ (común i acción) era demasiado prodigioso y poderoso para no continuar creciendo. Una misteriosa ‘cuarta dimensión’ apareció y parecía definitiva, la voz pasiva: ‘De­jarse comunicar por otros, por la familia, por las amistades, por el entorno’. Los gurús explican a directivos en costosísimos cursos que, en esta acepción, estriba el éxito empresarial, en aceptar la comunicación que proviene del mercado, en ‘escuchar’ a la demanda, a la clientela, al público.

Pero todavía queda una quinta dimensión, la autorreflexiva: ‘Cómo se comunica cada uno consigo mismo’. El polimorfismo de la comunicación se ha despiezado, y puede centrarse en quien comunica o en quien escucha, que además pueden ser la misma persona. Cada uno de nosotros, en cada instante, ‘se cuenta lo que le pasa a su modo’. La comunicación, que se sobreentendía siempre como interpersonal, alcanza su mayor repercusión cuando es intrapersonal. La forma de interpretar las circunstancias de la vida, la calidad de esa intracomunicación, puede ser más significativa que las propias contingencias sufridas. Un mismo fracaso objetivo puede ser sentido como un estímulo o como un lastre; o un mismo éxito parcial, puede actuar de forma variable, en función de cómo se comunica a uno mismo.

Examinémonos: ¿Comunicamos bien lo que queremos expresar?, ¿comunicamos acertadamente?, ¿nos comunicamos debidamente?, ¿nos dejamos comunicar?, y especialmente ¿nos comunicamos correctamente con nosotros mismos? Recordemos que ‘por la boca muere el pez’, y que con una entrenada y quíntuple capacidad de comunicarnos podremos mejorar sustancialmente nuestras vidas.

Síndrome de Munchhausen

¿No será quizá que vivir es una enfermedad imaginaria?

El síndrome de Münchhausen es el trastorno psicopatológico ficticio más conocido, definido como un deseo irrefrenable de recibir asistencia médica. El caso más famoso de la historia médica lo protagonizó el inglés William McIlroy (1906-1983), quien consiguió ser intervenido quirúrgicamente 400 veces. Estuvo internado en cien hospitales distintos, bajo 22 nombres falsos. El mayor periodo de tiempo que permaneció sin hospitalizar desde que desarrolló el síndrome fue de seis meses. Finalmente, en 1979, súbitamente creyó superada su enfermedad, afirmó taxativamente que ‘estaba harto de tanto hospital’ y se recluyó voluntariamente hasta el fin de sus días… en un asilo geriátrico.

Este extendido mal se caracteriza por aparentar una enfermedad física inexistente para deambular de hospital en hospital. El término que lo designa, síndrome de Münchhausen, fue acuñado por Asher tomando el nombre de Karl Friedrich Hieronymus, Barón de Münchhausen. Este personaje nació el 11 de mayo de 1720, en Bodenwerder, Alemania, y desde su cuna aristocrática hizo carrera militar como oficial de caballería en el ejército ruso. Combatió contra los turcos y alcanzó fama por sus historias de aventuras impregnadas de una gran fantasía. Tras fallecer en 1797, Rudolf Erich Raspe recopiló sus fábulas en la obra "Las aventuras del Barón de Münchhausen" en 1785, y Gottfried August Bürger escribió otra célebre versión en 1786.

La excéntrica "simulación de Münchhausen " es una desarreglo somatoforme cuyos síntomas físicos, gravedad y duración no puede ser explicada por ninguna enfermedad orgánica subyacente. En un grado sumo de hipocondría, estos enfermos psicosomáticos (más frecuentemente varones) inventan repetidamente padecimientos y suelen ir de médico en médico en busca de tratamiento y pruebas diagnósticas. Fingen preferentemente enfermedades de difícil pronóstico, como las de tipo Abdominal Agudo, de tipo Hemorrágico o de tipo Neurológico (cefaleas o pérdida de conciencia). Un elemento detector de estos pacientes imaginarios con un trastorno límite de personalidad, suele ser que explican su caso de forma dramática, pero son evasivos cuando relatan sus ingresos hospitalarios y muy reacios a que se revise su historial clínico.

Generalmente, estos crónicos dolientes son inteligentes y con recursos para emular enfermedades con sobrado acierto, además de disponer de un minucioso conocimiento sobre las prácticas clínicas. Así logran su objetivo de tratamientos continuados, análisis intensivos y hospitalización prolongada, e incluso de cirugía mayor. Su engaño es plenamente consciente, pero no sus motivaciones ni su necesidad de atención por parte de los demás.

Lo cierto es que esta patología es una enfermedad propia de nuestro tiempo y de nuestra sociedad, cuando abundan los problemas emocionales . A falta de otro tipo de atención personal, sólo queda como último el recurso médico para algunas personas. Desde la anécdota común de la viuda anciana que vive sola y que diariamente acude a su médico de cabecera, excepto cuando se excusa porque no puede ir al estar enferma, hasta graves formas clínicas del síndrome de Münchhausen en edad pediátrica. En este caso puede ser por parte de los mismos preadolescentes, o por proximidad (por poderes) cuando los niños son víctimas de una enfermedad fabulada por sus progenitores (generalmente, la madre).

A todos nos conviene desmitificar las enfermedades. Cuando Goethe creía que “la salud es clásica; la enfermedad, romántica”, se refería más a las revoluciones culturales que a las enfermedades individuales. Es verdad que si no pudiesen contar, y presumir, de algunos achaques, habría muchos menos enfermos. También que, al igual que casi todos los médicos tienen sus enfermedades favoritas, también los pacientes mantenemos nuestros males predilectos. Pero no caigamos en el pesimismo de Heine cuando opinaba que ‘la vida es una enfermedad; el mundo todo, un hospital; y la muerte, nuestro médico’. Mejor pensemos que mucho remedio es peor que la enfermedad. Sumémonos al lema de Bulwer-Lytton: ‘Niégate a estar enfermo. Nunca digas a nadie que estás enfermo, nunca lo confieses. La enfermedad es una de las cosas que se debe rechazar por principio’.

Enero, me temo

El enero verbenero que venero tiene un poco de lunes, algo de relevo y mucho veneno de los almaceneros.

Ha llegado enero con toda su corte de subidas generalizadas de los servicios públicos y privados. Todo sube, menos nuestros salarios que se siguen negociando y cuya subida, aunque sea retroactiva, se producirá de golpe con un nuevo efecto de “ilusión monetaria” que incitará al despilfarro. Los grandes almacenes están de acuerdo con el zar Nicolás I, cuando tras la derrota de Napoleón señaló que “Rusia tiene dos generales en los que puede confiar: Enero y Febrero”. Todos sabemos que la única poesía mágica en nuestras vidas la pone “El Corte Inglés”, que –además de felicitarnos indefectiblemente en los aniversarios- nos ofrece rebajas y abundantes “semanas fantásticas” a lo largo del año.

La “cuesta de enero” se produce por dos motivos concurrentes: 1º Las fuerzas que promueven el consumismo desbocado son mucho más poderosas que los esfuerzos por educar en el consumerismo. Nos adelantan la paga extra con el mensaje tácito de que se puede dilapidar, bajo el aluvión de anuncios para toda la familia. 2º Porque somos débiles seres sociales, demasiado influenciables por nuestros convecinos y, al alimón, caemos gozosos en el dispendio de los excesos navideños. Si no cometemos algún exceso, ¿qué tendríamos para presumir al final de las vacaciones?

Para nuestro consuelo, o desdicha, se nos ofrecen las rebajas de enero, teóricamente justificadas en la necesidad de dar salida a los artículos de fuera de temporada. Pero frecuentemente caeremos en otra trampa de consumo descontrolado, porque nos han habituado a gastar compulsivamente como fuente de placer, especialmente cuando nos fallan los verdaderos mecanismos de la felicidad, como amar y ser amados, como ayudar y ser ayudados, o compartir lo propio.

Por todo ello, el sentido de la “cuesta de enero” no es sólo de naturaleza económica, sino esencialmente de carácter psicológico. Tras la mala conciencia por el injustificado dispendio en gasto y en comilonas, lo que nos espera a la vuelta de enero es la rutina del trabajo cotidiano, sin esperanzas de vacaciones hasta la Semana Santa. Surge el síndrome post-navideño, esa depresión pesimista de la tarde del domingo amplificada quince veces. A la tercera semana de enero, cuando ya nos hemos reprogramado, el viento invernal ha arrumbado los utópicos objetivos que nos planteamos cuando tomábamos las uvas del 31 de diciembre, con el habitual propósito de ''año nuevo, vida nueva''.

¿Soluciones para escalar la cuesta de enero? Racionalizar todo el presupuestario personal y familiar, reservando una partida para el ahorro, Adicionalmente siempre cabe la anulación de gastos innecesarios, como el tabaco, el alcohol, el transporte privado o la automedicación, que además de insanos son sumamente caros en dinero, tiempo y vida. Con ello mejoraremos simultáneamente nuestra cartera y nuestra calidad de vida. También es sumamente importante preservar a los más pequeños de la casa para evitar su contagio de nuestra fiebre consumista.

Recordemos que John Kenneth Galbraith, el famoso economista, decía que "antiguamente, lo que distinguía al rico del pobre era cuánto dinero tenían en el bolsillo; mientras que ahora los distinguen las ideas que tienen en la cabeza". Quizá con su sabio consejo podamos ser un poco menos pobres, superar la cuesta de enero y esperar la primavera…

¿Cómo V.A.S.?

Déjame confesarte mi lema preferido: Vivir, Aprender, Soñar.

Tres verbos de acción marcan el mejor estilo vital si se conjugan bien en el tiempo: Aprendamos del pasado, vivamos el presente y soñemos el futuro. Son además tres paradigmas que interaccionan entre sí: aprender soñando y viviendo, vivir soñando y aprendiendo, soñar viviendo y aprendiendo. Son tres procesos cíclicos que se necesitan para su buen funcionamiento trilateral : no se puede aprender sin soñar y vivir, ni se puede soñar sin vivir y aprender, ni vivir sin soñar y aprender.

A quienes nos cuesta aprender y nos cuesta soñar, acaso nos duela luego vivir. Quienes aprenden fácil, sueñan felices y viven dichosos. Aprender es el primer paso, soñar no es más que el segundo, vivir es el tercero y definitivo. Cada día que amanece, apresurémonos a aprender; cada hora que disfrutemos, recordemos soñar; cada minuto que respiremos, gocemos de vivir. No pospongamos ni un momento la posibilidad de aprender, ni la ocasión de soñar, ni la oportunidad de vivir.

Descubramos plenamente la vocación de aprender, la inspiración de soñar, la afición de vivir. Dentro de cada uno de nosotros habita un aprendiz de soñador vitalista. Dejémoslo crecer. Que nunca puedan decir de nosotros que no tuvimos entusiasmo para aprender, audacia para soñar o valor para vivir. ¿Cómo Vives, Aprendes y Sueñas? ¿Cómo VAS?

Plan legal

Respetando que se pueda debatir la legitimidad del Plan Ibarretxe, ¿cabe aún la mentira de su supuesta ilegalidad?

Quienes vivimos en la época franquista, diferenciamos perfectamente entre lícito y legal, porque entonces lo democrático era ilegal, pero no ilegítimo. Ahora al “Plan Ibarretxe” se le califica gratuitamente de ilegítimo y, además, de ilegal. Si bien la licitud pudiera ser de más difícil evaluación, aunque siempre la voluntad popular es la única que otorga legitimidad a las leyes, ahora muchos vascos nos preguntamos:

¿Las elecciones autonómicas del 13 de mayo de 2001 fueron legales? ¿El actual Parlamento Vasco es legal? ¿Todos sus parlamentarios y parlamentarias son legales? ¿Sus decisiones son legales? Creo que la respuesta es afirmativa a todo ello, porque no hay ninguna causa judicial interpuesta en sentido contrario. Por lo tanto, ¿en base a qué razones se afirma que es ilegal el nuevo “Estatuto para la Comunidad de Euskadi”, aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento Vasco?

Pastillas de tristeza

Fue uno de esos extraños sueños cuyo sentido se adivinó al despertar súbitamente.

No sé muy bien cómo empezó todo. Alguien me contó que una joven, conocida mía, disponía de unas extrañas píldoras que provocaban un inmediato estado de tristeza profunda. Opiné que debía tratarse de un bulo, porque en caso de resultar la noticia verdadera sería la más estúpida invención posible. Días después, me volvió a llegar el rumor de que la susodicha vecina había traído tales comprimidos de un lejano viaje, y que se estaban vendiendo rápidamente con un promocional precio inicial. También supe que esta estudiante se estaba haciendo rica con su producto, habiendo abandonado la universidad para centrarse en aquella distribución en la que había invertido todos sus ahorros.

Me explicaron que existe mucha gente que, aún disponiendo de todo y siendo más o menos felices con sus vidas, decidían probar la nueva experiencia de entristecerse abismalmente, como último reto para combatir la posibilidad de una vida alegre y tranquila. Finalmente me propusieron probar una de las “pastillas tristes”, de bello color, con el módico precio de un euro.
Me aseguraron que descubriría una nueva dimensión de la aflicción y del dolor, como nunca antes hubiera podido imaginar. Garantizaron que la experiencia sería inolvidable y que desearía volver a vivirla, porque su recuerdo queda grabado para siempre. Tanto me tentaron que hube de tomar una determinación final.

Contesté con rotundidad: ¡NO! Que no me interesaba en absoluto saber de penas artificiales, de pesadumbres químicas, de muerte adelantada. Y entonces desperté. Comprendí que eso es la droga, que promete divertida felicidad, pero sólo aporta un seguro sufrimiento y una atormentada agonía.

Acompañados

Para vivir felizmente sólo es necesaria una condición ineludible: la compañía de otros.

Todos, en ocasiones, nos quejamos de la gente. Las muchedumbres, a algunos, nos aterran. Somos incapaces de acudir a esos recintos cerrados como estadios de fútbol y sentirnos rodeado de decenas de miles de personas hasta el punto de sospechar que el oxígeno circundante será insuficiente para tantos. O esas playas abarrotadas donde parece que la tierra seca se ha agotado y que algunos nos tendremos que reconvertir en la especie acuática que fuimos para refugiarnos bajo el mar todavía despejado.

Algunos refranes abundan en la idea que la soledad no es tan negativa, como el proverbio de origen italiano de que “mejor solo que mal acompañado”. Pero esta sugerencia no hace sino resaltar el valor de una buena compañía, obviamente cuando el grupo aporta valor positivo para todos sus componentes. Tras las fiestas navideñas apreciamos especialmente la inconmensurable aportación de los equipos humanos que la naturaleza y la sociedad nos proporcionan: nuestra familia, siempre en primer término; pero también las amistades, los vecinos o quienes comparten con nosotros su tiempo de trabajo o de ocio. La compañía que procura una pareja apropiada, o unos padres, hermanos o hijos, es infinitamente más gratificante que todas las posesiones materiales gozadas en soledad.

Especialmente meritorio es el compromiso ético de quienes reconociendo el tesoro de la compañía, ofrecen parte de su vida para acompañar a los más desamparados, muchas veces abandonados en la pobreza, la enfermedad o el olvido. Una faceta de esta solidaridad, anecdótica pero entrañable, radica en la sabiduría popular de esas acogedoras comunidades de paisanos extravertidos que, según nos consta, salen a la calle para ver si encuentran algún forastero a quien acompañar.

Sabemos que nunca estarán solos quienes viven acompañados de sí mismos y de nobles intenciones. De acuerdo, pero muchos deseamos vivir más acompañados. Desayunar acompañados, trabajar acompañados, comer acompañados, aprender acompañados, disfrutar acompañados, dormir acompañados,… incluso morir acompañados, como todos nacimos acompañados.

La vida es una serie de sorpresas

"Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día".
Archibald MacLeish (1892-1982), poeta estadounidense.

Trucos del éxito

El inicio del año es un buen momento para aplicar consejos que conducen al triunfo en la vida.

Nuestros padres nos comunicaron tres simples sugerencias que aseguran la felicidad en la tierra. Tras haberlas seguido mediocremente, las transmitimos también a nuestros hijos, con la esperanza de que ellos las apliquen con mayor rigor y provecho. De su efectividad no cabe la menor duda. He aquí el secreto del éxito:

1º Madruga todos los días de tu vida. Puedes trasnochar todo lo que quieras, o mantener rutinas horarias a tu antojo, pero no dejes nunca de levantarte cada mañana a la misma hora, cuanto antes mejor. Si es posible a las seis, mejor que a las siete. Las ocho es ya demasiado tarde para el proverbio, “A quien madruga, Dios le ayuda”.

2º El método más rápido de hacer muchas cosas, es ordenarlas y hacerlas de una en una. Puedes proponerte todos los objetivos que quieras, de golpe incluso; pero luego debes ordenarlos e irlos obteniendo en la secuencia lógica. Por ejemplo, la juventud piensa: “Quiero estudiar, trabajar, comprar casa y coche, casarme y tener hijos, conquistar el mundo,…”. Todo es posible, pero siguiendo un orden y concentrando el esfuerzo en cada paso.

3º Descubre que lo más excitante de la vida… es la vida misma. Nunca recurras a drogas de ningún tipo (ni tabaco o alcohol), para explorar la trascendencia y grandeza de la existencia. Es mucho más eficaz y satisfactorio aprender a descubrir, apreciar, querer y amar profundamente todo lo que te rodea: tu entorno, tu trabajo, tu gente. En todos ellos encontrarás todo lo que necesites, pagándoles con la misma moneda de cariño y afecto.

Perogrulladas para Ibarretxe y Zapatero

Necesitamos que nos expliquen conceptos políticos básicos que antes del barullo mediático creíamos mutuamente compartidos.

1. ¿No se nos dijo que, en ausencia de violencia y por caminos democráticos, todos los proyectos políticos eran legítimos? ¿O quería decirse que sólo aquellos que no cambien nada?
2. ¿Simplemente hay que esperar a que desaparezca ETA? Bien, porque eso es lo que propone el Lehendakari, como condición previa del referéndum.
3. ETA sobra como todos anhelamos, y hasta los de Batasuna dicen en privado. ¡A ver si se enteran los últimos agresores con "soluciones militares" en Europa!
4. Si es posible y plenamente respetable por todos que alguien se sienta sólo español, o vasco y español simultáneamente, ¿no es posible que otro se sienta sólo vasco? ¿Quién determina que tal opción no es válida?
5. Si una sociedad está dividida entre el 65% y un 35%, y no es posible que la mayoría del 65% aplique su visión política, entonces ¿debe seguir siendo el 35% quien se salga con la suya siempre, imponiendo su conciencia nacional minoritariamente respaldada? Si caben dudas sobre los porcentajes, ¿por qué no resolverlo pacíficamente en las urnas?
6. Toda propuesta de reforma constitucional es, por definición, inconstitucional hasta que se aprueba para que quepa en la nueva constitución, porque si no fuese anticonstitucional no habría por qué reformar el articulado constitucional previo.
7. Si dos partidos unionistas –lícitamente-, PP y PSOE, se negaron en redondo al plan Ardanza que ahora añoran (el PP también se negó al Estatuto), luego rehusaron leer siquiera el Plan Ibarretxe, después confiaron en que el poder judicial no detuviese y finalmente que no sería aprobado en Vitoria, ¿cuándo lo negociarán? ¿Nunca jamás? ¿Quién les dio el derecho a veto desde la minoría? Si dicen que el nuevo “Estatuto para la Comunidad de Euskadi” es secesionista (que no lo es, pero podría serlo), por qué no les presenta algún partido un plan legítimamente independentista, para que se aprecien las notables diferencias.
8. Las naciones, o incluso los municipios, que se han segregado (que no es el caso, pero podría serlo), ¿lo han sido tras el voto favorable de la totalidad de la unidad preexistente? ¿Toda la Unión Soviética votó a favor de la independencia de Letonia, Lituania y Estonia, y bien que tenía una constitución y un ejército nuclear para suspender una autonomía?
9. ¿Debe la voluntad popular someterse a la norma escrita, porque lo fue una vez y para siempre, o debe la ley adaptarse y surgir de la voluntad popular?
10. Si un proyecto aprobado por mayoría absoluta en el parlamento vasco no es legítimo, ¿para qué sirven entonces las votaciones y todo el sistema político en Euskadi?

Luz azul

Todos los terrícolas deberíamos elegir dos colores preferidos: el azul y otro.

El cielo es azul por la interacción de la luz del sol con la atmósfera. La luz solar se dispersa por las partículas de aire como Newton comprobó mediante un prisma de vidrio, según el fenómeno físico de la refracción. Podemos ver toda la gama de colores, al igual que las gotas de agua producen el arco iris: Desde el violeta y azul, hasta el amarillo y rojo. La desviación es máxima para los rayos de longitud de onda corta (violeta y azul), y mínima para los de longitud de onda larga (rojo y amarillo), que casi no se desvían. La luz violeta y azul son las que más se separan o difunden de la dirección del blanco, por lo que son más visibles en el cielo, llenándolo y tiñéndolo de su color por las continuas difusiones.

La luz cuando llega a nuestros ojos no proviene directamente del Sol, sino de toda la bóveda celeste. De ahí que el cielo nos parezca azul, mientras el Sol aparece amarillo, pues los rayos amarillos son menos desviados y van casi directamente en línea recta desde el Sol hasta nuestros ojos. El color del cielo, debería ser más violeta que azul, por ser su longitud de onda más corta. Pero la luz solar contiene más color azul que violeta y, además, el ojo humano (que es quien capta las imágenes), es más sensible al azul que al violeta. Si la Tierra no dispusiese de atmósfera, la luz del Sol alcanzaría nuestros ojos directamente desde el disco solar y no recibiríamos luz difundida. El cielo aparecería tan negro como por la noche, como los astronautas observan las estrellas, la luna y los planetas durante el día debido a que están en el exterior de la atmósfera.

Lo más grandioso es que el cielo visto desde la Tierra cambia frecuentemente de color. De noche es negro, debido a que apenas llega luz y no se produce suficiente difusión. Las salidas y puestas de sol brindan casi a diario los más bellos espectáculos que nuestra vista puede disfrutar. Al amanecer y al anochecer, el camino que la luz solar recorre dentro de la atmósfera es más largo, de modo que por rebotes sucesivos los colores más abiertos desaparecen, y sólo los más direccionales rayos rojos se salvan siguiendo un camino casi rectilíneo. De ahí el color rojo del sol naciente o poniente. También algunos atardeceres, cuando las altas presiones atmosféricas concentran por las corrientes del anticiclón una mayor cantidad de partículas de polvo en el aire, se produce el cielo rojizo por efecto de esos aerosoles (polvo en suspensión) que anuncia buen tiempo para el día próximo.

¡Ah, y el mar! ¿Por qué es azul? Simplemente porque el agua, incolora en pequeñas cantidades, refleja el color del cielo. Aunque a veces, el mar se presenta verdoso, debido a minúsculas algas que componen el fitoplancton, que necesariamente son verdes por la clorofila de todas las plantas que realizan la fotosíntesis. Pero el océano también adopta otros colores, y no sólo por el cambio constante de paso de nubes o de variación del firmamento. La corriente del Golfo, que en la costa oriental americana es de un profundo azul, en Japón es tan oscura que ha sido llamada Kuroshio (corriente negra). El color verde de las aguas más comunes en cercanías de la costa, se debe a pigmentos amarillos que se mezclan con el agua azul procedentes de plantas microscópicas del fitoplancton. Otras plantas microscópicas o residuos en suspensión también pueden dar tono café al mar.

Los poetas notan que, como el mar, la vida y la muerte también son azules. Dicen que antes del impresionismo no había sombras azules. Escriben que los ojos más inocentes tienen la pupila azul. Aseguran que para ser feliz basta un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas. Rubén Darío dio comienzo al modernismo proclamando que el Arte es Azul. Baudelaire describía el Paraíso como un lugar bajo un cielo de limpio azul donde todo es amor y alegría, donde todo lo que se ama es digno, de ser amado. El último verso escrito por Antonio Machado concluyó: “Estos días azules y este sol de la infancia”. El contrapunto lo pusieron Emile M. Ciorán cuando adivinó que “el azul, sea cual sea su matiz, es la negación de la inmanencia”, y Argensola al descubrir que “ese cielo azul que todos vemos, ni el cielo, ni es azul; ¡lástima que no sea verdad tanta belleza!”. Muchos seguiremos anhelando que nuestro “planeta azul” sea un universo multicolor de libres irisaciones, pero donde todos los uniformes militares sean con cascos azules (de la ONU).

Además, a los educadores especialmente, siempre nos quedará musitar la cita del maestro Vasili Sujomlinsky, promotor de la “escuela de la alegría” donde el azul es esencial: “Nuestra escuela estará bajo el cielo azul, sobre la hierba verde, bajo el peral frondoso, en el viñedo, en el prado. Y mañana venid descalzos, en nuestra escuela será mejor”.

Príncipes de Persia

Una reinventada versión del clásico juego despierta un entrañable recuerdo y una reflexión.

En 1994 se distribuyó la primera versión de “Prince of Persia”, que aún se puede descargar gratuitamente en http://www.dosgamesarchive.com/. Inicialmente hubo una versión sobre MS-DOS (los más jóvenes que repasen la prehistoria informática) de este típico “juego de plataforma”. Estos juegos de acción y aventura, con énfasis en la exploración, se llamaron así porque lo común era saltar entre plataformas o niveles distintos para sortear peligros y descubrir metas.

Fue un compacto programa pionero en su época por los gráficos avanzados, distribuido en un disquete de 720 Kb cuando el CD-ROM no estaba generalizado. Era un juego adictivo para los más pequeños, con el límite de una hora para rescatar a la princesa. Trabajosamente y con mucha paciencia, en su tiempo de ocio nuestros alumnos de siete años iban venciendo a todos los "sultanes" que había y recogiendo ánforas, combinando la tecla Shift con las de desplazamiento para caminar despacio y sin caerse. Todavía en equipos 486 y algún Pentium de los años finales del pasado siglo, los escolares recordaban trucos para las fases difíciles (combinaciones como Shift T, Shift W o Shift L).

Siempre recordaremos, mi esposa y yo mismo, a un niño incondicional de este juego, aunque nuestra recomendación era variar entre las innumerables posibilidades educativas y lúdicas de los programas disponibles. Borja siempre elegía “Prince”, a pesar de que a su corta edad ya manifestaba una inteligencia y sensibilidad inusual. Cada vez que su “héroe príncipe” sucumbía y “moría”, Borja quedaba tan impresionado que –en silencio- lloraba con grandes lagrimones durante unos minutos.

Esperamos que no pierda nunca esa ingenua ternura infantil, en un mundo como el que vivimos donde los estragos continentales del tsunami en el océano índico apenas alteran nuestras cenas en familia, cuando merecerían que el planeta entero llorase ante tal desastre mundial con 200.000 muertos y millones de damnificados. La vida no es exactamente un sueño feliz ni un juego divertido, ni siquiera aquel acrobático pasatiempo relativamente inocuo con luchas incomparablemente menos agresivas que la mayoría de los videojuegos posteriores. Ante la catástrofe asiática, todos deberíamos primero condolernos y después ayudar, por ejemplo a través de la Cruz Roja. [Abajo: La nueva versión aparecida en noviembre de 2008]

New Olentzero: Cuento navideño

Nuestros hijos siempre supieron la triple historia de los Reyes Magos, Papá Noel y Olentzero.

En el País Vasco conviven tres tradiciones con personajes navideños que dan regalos a los niños. El protagonismo de cada leyenda es variable según la familia, pero toda la infancia vasca sabe que “existieron” y cuáles fueron sus orígenes. Cuando nuestros hijos fueron pequeños, y de esto hace ya unos lustros, aprendieron que la nochebuena del 24 de diciembre celebrábamos el Olentzero, la nochevieja del 31 de diciembre Santa Claus, y los Reyes Magos la mañana del día 6 de enero. Si deseaban un regalo en cada ocasión, debían escribirles en sus “idiomas propios”, respectivamente en euskera, inglés y castellano.

Olentzero, la figura menos conocida fuera de Euskadi, es un personaje precristiano de la mitología vasca como Basajaun, las sorginas o brujas, las lamias o hadas, los mairus, los iratxos, Gaueko, Tartalo, los galtzagorris, Herensuge o el dragón primigenio, los jentiles,... Es un particular Santa Claus en forma de ingenioso y bonachón carbonero, de los que hacían carbón de madera en el bosque durante todo el año, con una descomunal afición gastronómica. Vestido con una boina y un saco, el grueso Olentzero fuma en pipa y canta su canción predilecta (Horra, horra, gure Olentzero). Habiéndose enterado del nacimiento de Jesucristo, bajó desde el monte al pueblo cargado de regalos para comunicar la buena noticia. En realidad, Olentzero es una reminiscencia de la celebración del solsticio de invierno, que la Iglesia Católica renombró como fiesta de la Natividad.

Los más pequeños tratan de conjugar los tres relatos, antes de descubrir cómo sus padres ayudan a estos seres mágicos para que puedan distribuir tantos regalos en una sola noche. Quizá por eso han instituido los tres días de reparto. He aquí una versión reciente, del siglo XXI, para resaltar nuevas claves contemporáneas de la triple fábula festiva de inicio del año.

“Acabadas las fiestas navideñas, a la salida del pueblo coincidieron las tres comitivas. La más lujosa, la de los Reyes Magos, patrocinada por los grandes almacenes que traía camellos y pajes. Santa Claus disponía de un trineo tirado por renos, con menos apoyos comerciales. Olentzero, acompañado en su carro de bueyes por algunos “laguntzaile” (ayudantes), también parecía cansado de trabajar, pero feliz por haber repartido todos los regalos.

Melchor comentó que este año los niños se habían portado bien y estudiado bastante, aunque aún podían mejorar. Santa dijo que los manjares que le habían puesto en las casas estaban deliciosos. Olentzero señaló que prefería que no le pusieran tanto licor para beber junto al árbol, porque prefería refrescos sin alcohol para trabajar y conducir.

Los Reyes Magos, ya de edad avanzada, explicaron que sería deseable que las familias se fuesen antes a la cama para aumentar las horas de reparto, y que si los niños se quedaban hasta tan tarde viendo la televisión, algunos se encontrarían sin regalos. Papá Noel, que se había puesto a dieta y se lo recomendó a Olentzero, indicó que gracias a Internet recibía más cartas y mejoraba la preparación de los regalos. Gaspar estaba contento porque cada año le pedían más libros para leer,… y en varias lenguas, apuntaron al unísono Olentzero y Santa Claus.

Baltasar recordó lo bien que se llevaban todos ellos entre sí, a pesar de ser blancos, negros o árabes, y de venir de las montañas vascas, de Oriente o del Polo Norte. Por último, todos decretaron que -para recordar la fiesta del Niño Jesús- sería necesario que los niños ricos compartiesen sus juguetes con los más pobres de su ciudad o de países lejanos. Una de las ayudantes, que oía la conversación, pensó que también debería haber personajes femeninos en el reparto de regalos, pero que la Historia se escribe muy despacio”.

Herramientas inmediatas

-Para consultar el diccionario en español, simplemente:
http://www.rae2.es/palabra <---la palabra que quieras consultar). -Para hacer cálculos matemáticos: Teclea la operación y con Intro verás el resultado, por ejemplo: 2 * 3^4 , y aparecerá 2 * (3^4)= 162
-Para buscar definiciones, en la ventana de búsqueda de Google, basta poner define: define concepto (por ejemplo, define casa, y aparecerá... Definiciones en la web para Casa Una 'casa es una edificación destinada a vivienda....

Informarse y a votar

¿A qué viene tanto escándalo ante el Plan Ibarretxe si parece que pocos lo conocen y menos lo apoyan?

Según algunos periódicos de gran tirada y según sus profetas autorizados, en Euskadi casi nadie sabe lo que es el “Plan Ibarretxe”. De los pocos que lo conocen, no gusta a casi nadie. Incluso entre grandes sectores del nacionalismo moderado, despierta grandes reticencias y no suma apoyos. Además, es completamente seguro que no tiene ninguna opción de seguir adelante, porque no representa a nadie y todo el mundo sabe que todas sus consecuencias son obvia e infinitamente negativas.

Entonces, ¿por qué hay que impedir a toda costa que –cuando el proyecto haya conseguido condiciones de ausencia total de violencia- se vote en un referéndum? ¿Por qué todos esos sectores y partidos que suponen que fracasará estrepitosamente el nuevo Estatuto para Euskadi se oponen a que el pueblo lo rechace clamorosamente como ellos pronostican?

¿Cómo es posible que un mismo texto sea explícitamente soberanista e independentista, y simultáneamente oculte una trampa que encubre una salida hacia la autodeterminación? ¿Olvidan PSOE y PP que ya el 15-02-1990 el Parlamento Vasco apoyó por mayoría absoluta el derecho de autodeterminación absteniéndose en la votación los 13 parlamentarios de Herri Batasuna? ¿Y cuál es la coherencia de Batasuna que –sin pedir con rotundidad el fin de toda violencia- apoya por igual el Sí y el No ante una misma propuesta?

Señores editores y articulistas varios: Continúen repitiendo la misma crónica una y otra vez si es su deseo; mantengan su inamovible criterio único y persistan en sus amonestaciones y advertencias. Nunca podrán quitar la última palabra al electorado sin dejar la democracia. Todos podemos opinar, aunque indudablemente muy pocos acaparan los periódicos, radios y televisiones. Pero el derecho de decidir reside en el conjunto de la ciudadanía, con un perfecto reparto equitativo de un voto por persona. Y el resultado de las urnas, sea cual fuere, nos obliga a todos.

Paradoja caracola

En el “Año de la Física” aprendamos metáforas de la naturaleza para saber más de la vida.

El mágico oleaje marino que se escucha cuando se aplica una caracola al oído, no proviene del sonido que quedó retenido en el interior de la concha como describe la fábula. Una prueba concluyente, por si hiciera falta, sería emplear una simple taza o una botella de boca ancha para oír ese mismo “ruido blanco”, llamado así porque es una mezcla de todos los sonidos, tal como la luz blanca es suma de todos los colores.

El rumor que percibimos cuando colocamos una caracola al oído, se debe a su función resonadora que amplifica los leves ruidos procedentes del medio ambiente, que no percibimos por ser muy débiles. La mayor parte del sonido, si el ambiente es silencioso, procederá justamente de nuestro propio oído interno, que dispone de unas estructuras llamadas “conductos semicirculares” con un líquido viscoso que brinda información al cerebro sobre nuestra posición y equilibrio.

El ruido mixto, que se asemeja al que producen las olas al batir la costa, es un simple eco amplificado de la fricción del inestable líquido interior de nuestras propias entendederas. Basta agitar nuestra cabeza con una vasija en la oreja para que chapotee o se encrespe el océano profundo que escuchamos aparentemente fuera, pero que viene de muy dentro.

Así ocurre cuando distintas personas leen el mismo periódico o viven parecidas circunstancias: La mayor parte de lo que cada uno de nosotros interpreta proviene de nuestra peculiar forma de ser. Las sensaciones tan vívidas que experimentamos y que juzgamos externas, como casi la totalidad de malos entendidos y prejuicios, no son ajenas a nuestro ser. Sólo son resonancias que podemos transmutar en poderes solidarios, en facultades maravillosas, en historias posibles de amor, familia y convivencia en playas vírgenes con arena dorada, donde sólo caben besos y abrazos para enjuagar unas pocas tristezas compartidas.

Aprendamos a auscultar la totalidad interior-exterior del espacio - tiempo. Conjugando inteligencia y bondad, descubriremos que principalmente oímos el runrún de nuestro propio corazón. Y su calidad, en cualquier contingencia, únicamente depende de nuestra sabiduría, voluntad y decisión.

Progresión pacifista

Este mismo año 2005 se podría alcanzar la Paz en todo el mundo mediante una simple cadena humana de compromiso.


Según el Libro Guinness, la adivinanza más antigua se remonta al año 1650 a.C. durante la dinastía egipcia de Amosis I. Fue recuperada por el matemático Fibonacci hacia el año 1200, 28 siglos después a través de la cultura romana. Una versión actualizada del célebre cuento de Mamá Gansa que cambia la ciudad de Roma por St. Ives, enunciaría el acertijo así: Cuando iba hacia la ciudad me crucé con un hombre que llevaba siete esposas, cada esposa transportaba siete mulas (o sacos), cada mula acarreaba siete gatas y cada gata tenía siete gatitas. Gatitas, gatos, mulas y esposas, ¿cuántas se dirigían hacia la ciudad?

Obviamente la respuesta es cero o uno, en el caso de que el narrador sea una esposa, dado que el resto venían en dirección contraria. En caso de contabilizar cuántos se encuentran, además del narrador, el resultado es la suma de una progresión geométrica: 7 esposas + 49 (7x7) mulas + 343 (49x7) gatas + 2.401 (343 x7) gatitas. En total, 2.800 seres vivos.

La leyenda más conocida sobre sucesiones geométricas, donde cada elemento surge del anterior al multiplicarlo por un factor constante, relata la inteligencia del inventor del ajedrez, supuestamente un sacerdote hindú llamado Sessa. Cuenta que un emperador, fascinado por el juego, le ofreció a su descubridor lo que quisiera. Éste le contestó que se conformaba con un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera, e ir doblando la cantidad hasta la casilla 64 del tablero. El monarca ordenó a su visir que calculara el premio solicitado, quien comprobó que era imposible cumplir el deseo, ya que habrían de reunir 18.446.744.073.709.551.615 granos. Esta cantidad, sabiendo que un kilogramo de arroz son unos 25.000 granos, equivaldría a la actual producción mundial de trigo (600 millones de toneladas anuales) recogida durante 1.230 años. La fórmula que se aplica es Suma = a1 . (rn-1) / (r-1), donde a1 es el primer elemento de la progresión, r la razón de crecimiento y n los elementos que se suman.

Las series geométricas también se aplican en los “sistemas en cadena” con objetivos de “ventas multinivel” o incluso en “estafas piramidales”. Son fórmulas que crean una red donde un primer miembro inaugural recluta a varios del siguiente nivel, los cuales deben seguir la cadena sucesivamente, remitiendo dinero o postales a los antecesores de varios grados anteriores. Hace muchas décadas se generalizó en Estados Unidos con el envío de un centavo por correo, hasta el punto de que hubo de prohibirse el envío de dinero por vía postal por la saturación que se produjo, que benefició únicamente a los promotores de la cadena.

Estos métodos obviamente sólo multiplican el dinero o las cartas para los primeros escalones de la progresión, que recogen de varios miembros de menor nivel, todos los cuales no podrán conseguir la misma suerte porque la cadena no es infinita. Pero la fórmula funciona y con efecto milagroso si de lo que se trata es de buscar adhesiones a una causa justa. Por ejemplo, para declararse pacifista a ultranza.

Si cada uno de nosotros, cuando le llegue la cadena consiguiese que dos personas más se comprometiesen en el plazo de una semana a implicarse en este plan, antes de finalizar el verano de este año 2005 todo el planeta Tierra estaría en paz permanente. Hoy, día 1 de enero de 2005, comenzaremos la campaña, con dos nuevos socios pacifistas. El esfuerzo de cada uno será únicamente incorporar dos nuevos socios en siete días y habrá concluido, pero la próxima semana ya seremos tres. Esos dos socios, durante su semana conseguirán otros dos cada uno, y la tercera semana sumaremos siete. Al llegar a febrero, si nadie falla, acumularemos 31 pacificadores. A primeros de marzo seremos 511 residentes de mi vecindario los que apostemos por la paz. En abril, 8.191 habitantes de mi barrio nos habremos comprometido en el empeño. A primeros de mayo, todo mi municipio y parte de otro, sumaremos 131.071 pacifistas. El 1 de junio seremos más de cuatro millones los pacifistas, un pequeño país entero. En Julio, pasaremos de 67 millones, equivalentes a toda Turquía, por ejemplo. A primeros de Agosto seremos dos o tres continentes con 2.147 millones de habitantes no belicosos, la mitad de la Humanidad. Antes del 15 de Agosto, todos los seres humanos habremos decidido ser pacíficos con esta utopía, que algún día se alcanzará. ¡Feliz 2005, que ojalá sea el año de la Paz!