¿En qué se parecen?


Los políticos, los médicos, los profesores,... ¿en qué se parecen?


Todos ellos hablan demasiado y no escuchan lo suficiente. Su profesión les condiciona a dedicar casi todo el tiempo a explicar y exponer sus creencias y opiniones. Casi siempre sin haberse interesado por los demás convenientemente. Y ello a pesar de que antes de ser políticos fueron administrados; antes de médicos, pacientes, y antes de profesores, alumnos. Pero luego creen que no necesitan comprender lo que desean y necesitan aquellos a quienes pretenden ayudar compartiendo su experiencia y sus conocimientos. Se olvidan de escuchar, concentrándose sólo en hablar.

Por eso, en general, cuando les corresponde un cambio de rol… los políticos son malos súbditos (de otros gobernantes), los médicos son malos pacientes (de otros galenos), y los profesores son malos alumnos (de otros enseñantes).

La calidad de los políticos, médicos y profesores se mide por el tiempo que descuentan de largar sus rollos para medir mejor su consejo y su ejemplo,… atendiendo y auscultando a quienes quieren servir (que no mandar). Por todo ello, los grandes políticos saben estar en la oposición, los mejores médicos saben ser curados, y los magistrales profesores saben ser aprendices toda la vida.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/parecen.htm

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