Niveles educativos mínimos

Al fijarse los niveles mínimos, los típicos rígidos imponen dígitos cínicos, y los míticos líricos preferimos límites nítidos, lícitos y cívicos.

El establecimiento de niveles académicos mínimos y de pruebas diagnósticas generalizadas y periódicas efectuadas por evaluadores internos y externos ha demostrado una eficacia indiscutible en todos los sistemas de enseñanza. En nuestro caso, desde la desaparición en 1970 de las pruebas de Ingreso al Bachillerato y de sus correspondientes reválidas en 4º y 6º, sólo disponemos de la Selectividad como prueba común.

Sus efectos son sumamente positivos en los dos cursos actuales de la enseñanza secundaria post-obligatoria, apremiada por la medición individual y colegial que supone. Ello, a pesar de algunas deficiencias quizás no tanto basadas en el hecho de que su corrección sea competencia exclusiva de profesorado público, sino en no asegurarse rigurosamente el anonimato del alumnado y del centro de origen, ni una doble corrección independiente y contrastada.

En este momento, el sistema educativo vasco se encuentra ante una encrucijada, donde han de reconsiderarse y resolverse dos elementos centrales de la enseñanza: el currículum escolar y los modelos lingüísticos. Las comisiones técnicas que han analizado ambos aspectos llevan muchos meses de trabajo preparatorio para la elaboración de sus opciones, y ahora serán los políticos quienes hayan de convenir las propuestas definitivas.

El nuevo Currículum Vasco es un tema de una complejidad que excede la extensión de este artículo. En lo referido a los niveles mínimos para la universalidad discente, únicamente hemos de señalar el potencial riesgo que supone la construcción parcelada por áreas temáticas, introduciéndose por separado pero aditivamente y con el doble enfoque de competencias y contenidos mínimos. La suma de todos ellos, con el doble origen de un 55% marcado por la LOE y el 45% definido desde la Comunidad Autónoma de Euskadi, podría resultar excesiva para una minoría significativa del alumnado. Especialmente si apostamos por una educación que no favorezca el fracaso, que no deje atrás a nadie, como preconizan y logran las sociedades más comprometidas y solidarias.

La revisión de los Modelos Lingüísticos puede significar, igualmente, un latente peligro si se confundiesen objetivos y/o plazos en lo relativo a los niveles mínimos exigibles. El incumplimiento de la Ley de Normalización del Euskera, de 1982, deriva –en parte- de su desmesurada meta en el Artículo 17: “El Gobierno adoptará aquellas medidas encaminadas a garantizar al alumnado la posibilidad real, en igualdad de condiciones, de poseer un conocimiento práctico suficiente de ambas lenguas oficiales al finalizar los estudios de enseñanza obligatoria”… (finalización que entonces, antes del BUP, sucedía a los 14 años).

Veinticinco años después de la Ley 10/1982, las evaluaciones del ISEI-IVEI concluyen que si se establece el nivel B2 como terminal en la actual ESO, sólo el 47,3% de nuestro alumnado de 16 años supera este nivel (el porcentaje sube al 53,7% incluyendo la expresión oral), repartido según los actuales modelos en 57,2% del D, el 27,5% del B y siendo inapreciable el porcentaje en modelo A.

Reglar el nivel B2 como mínimo en un plazo programable (planificado a 6-10 años) resulta inverosímil de alcanzar, ni siquiera para el 80% del alumnado, a pesar del éxito reconocido internacionalmente que ha significado la euskaldunización del profesorado y de las familias, y el avance sociolingüístico de nuestro entorno formativo, mediático y social. Bastaría considerar el mapa donde se concentra la tarea pendiente, áreas metropolitanas del Gran Bilbao y Vitoria-Gasteiz, para comprender que el nivel B1 universal al acabar la ESO es un reto considerable, si se desea alcanzarlo realmente y no como una declaración de principios generacional, que se logrará… pero un plazo mayor.

Concluiríamos que los niveles educativos deben escalonarse en su currículum debidamente con tres referencias: niveles mínimos exigibles, niveles recomendables medios y máximos niveles de excelencia, que serán los que se definan desde la autonomía de las redes y centros escolares, muchos de los cuales aseguran para su alumnado cotas muy altas en resultados lingüísticos y curriculares. Los niveles mínimos deben atender a una premisa de equidad que no instituya un fracaso insuperable, mientras que los niveles recomendables nos sitúen en convergencia con los países más avanzados educativamente y el porcentaje de quienes alcanzan los niveles máximos establezcan la calidad del sistema que, entre todos, hemos de apoyar e impulsar.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2007/minimos.DOC

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Por si eran pocas las razones para facilitar el éxito de todos, dando cada cual su máximo,... ahora sabemos que:




La repetición nos cuesta alrededor de 1.500 millones de euros anuales

Nada menos que 1.500 millones de euros –225.000 millones de las antiguas pesetas– le cuesta a nuestro sistema educativo la repetición sólo en la ESO. En total, cerca de un 20% más de alumnos se matriculan cada año en esta etapa.


José M. LACASA 21 de febrero de 2007 Imprimir esta noticia

El sistema educativo francés, del que han copiado tradicionalmente nuestras autoridades educativas a la hora de pensar en uno propio, siempre ha tendido a utilizar la repetición como sistema de acogida de los alumnos más retrasados. En España, esta copia, a las que hay que sumar nuestras innovaciones patrias, se ha convertido en un agujero negro para los siempre escasos recursos: sirve para paliar un desastre, no para prevenirlo.
Tras los años de la promoción automática Logse –en el que se retrasaba la repetición de manera absurda hasta hacerla aún más improductiva por tardía– la única modificación que se les ocurrió a los autores de LOCE y LOE fue adelantar la repetición. Lo cual era imprescindible si no se quería cambiar demasiado el sistema, sino parchearlo. Pero a todas luces insuficiente, dadas las enormes cantidades que nos cuesta....

Ondřej Sloup dijo...

Hi,

I like your blog. Nice spots. If you'll have time you can look on my page.

Anónimo dijo...

Publicado, como colaboración, en Diario de Gipuzkoa, el 2-3-7.

Mikel Agirregabiria dijo...

Publicado en Noticias de Álava, como Tribuna Abierta el 22-3-2007.

Anónimo dijo...

2007-4-1 El Consejo Escolar de Euskadi pide rebajar el nivel de euskera del modelo lingüístico de Educación (Revista Consumer)

El Consejo Escolar de Euskadi considera excesivo el nivel de euskera que plantea exigir Educación a los alumnos al finalizar la Secundaria en su reforma de los modelos lingüísticos, según indica en su Informe sobre la situación de la enseñanza en la Comunidad Autónoma Vasca. Este órgano consultivo de la enseñanza en el País Vasco, en el que están representados todos los sectores de la comunidad educativa -padres, profesores, estudiantes, sindicatos y partidos políticos-, recomienda a la consejería buscar una meta más baja que el B2, que equivale a un _first_de inglés, para que puedan llegar a ella todos los alumnos en el plazo de diez años...

Anónimo dijo...

Creo que haces una lectura incorrecta de los datos del informe del nivel B2 del euskera. En primer lugar, los datos obtenidos lo fueron el el peor de los casos: sin preparación previa del nivel (vete al examen de First sin saber ni lo que es y verás...), es decir, por sorpresa.
En segundo lugar, no se puede obviar la prueba oral como si fuese una nimiedad. Los datos reales, en las condiciones descritas, son un 68% de aprobados en el modelo D y un 33 en el B. Pero además en las páginas 37 y 38 del informe se ve la distribución de puntuaciones. En ambos modelos, al menos un 25% del alumnado estuvo a las puertas del aprobado, sin preparación previa. Es claro que el día que el B2 sea el nivel a alcanzar y se preparen para ello lo superarán sin mucho esfuerzo probablemente un 93% en el D y probablemente un 58% en el B. El resto si que tendrán que trabajar más.
Los niveles de exigencia más bajos tienen otro problema: no sirven para "aprender en esa lengua" o pueden dar problemas.

Josu

Mikel Agirregabiria dijo...

Para Josu:

Agradezco el comentario y apunto el primer argumento, el de que preparando una prueba se mejoran sustancialmente los resultados.

Creo que no minimizo la prueba oral, que no fue universal sino sobre una muestra.

Considero que el B2 en el Portfolio europeo, que equivale a 4º y 5º de la Escuela de Idiomas, SIGUE siendo un desmesurado nivel MÍNIMO para todo el alumnado.

Anónimo dijo...

Lo que no tiene sentido, Mikel, es que las Escuelas de Idiomas (enseñanzas especializadas)solo lleguen al nivel B2 con quinto. Pregunta a cualquier experto en idiomas. Estan contradiciendo las directivas europeas que apuestan por niveles B1 y B2 para lenguas extranjeras en Secundaria. Mira http://register.consilium.europa.eu/pdf/es/07/st08/st08387.es07.pdf
Josu

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