Seabiscuit, una metáfora educativa

Quienes nos dedicamos a la educación solemos estar permanentemente obsesionados con este temática, y creemos ver referencias escolares incluso cuando vemos una película como "Seabiscuit: una leyenda americana", que podría parecer enteramente ajena al tema. Seabiscuit es un drama dirigido en 2003 por el realizador Gary Ross, sobre un excelente guión propio, basado en el libro Seabiscuit: una leyenda americana (descargar en PDF), escrito en 2001 por Laura Hillenbrand, que recopila hechos reales de las hazañas de un famoso caballo de carreras en los años 30 llamado Seabiscuit (23 de mayo de 1933 - 17 de mayo de 1947). 

La historia completa fue todo un símbolo de esperanza para las clases sociales que más sufrieron durante la Gran Depresión. Cuatro perdedores agraviados por la vida, con un futuro negro y poco prometedor, logran un éxito histórico en un campo donde los milagros parecían no existir:
  1. Un caballo, Seabiscuit 923,  hambriento y holgazán, postergado desde su nacimiento, descartado por ser demasiado pequeño frente a los caballos de carreras.
  2. Un jinete, Johnny Red Pollard (Tobey Maguire), voluble, frustrado y resentido, golpeado duramente por la vida, cuya carrera va cuesta abajo y que resulta demasiado alto y cegato para ser jockey.
  3. Un entrenador, Tom Smith (Chris Cooper), marginado, maduro y testarudo vaquero cuya existencia se desvanece, a quien nadie toma en serio y que trata más con animales que con personas.
  4. Un emprendedor, Charles Howard (Jeff Bridges), un millonario de la industria automotriz arruinado emocionalmente por la traumática y precoz  muerte de su hijo en un accidente automovilístico. 
  5. También abundan los personajes nada secundarios como la joven mujer Marcela Zabala (Elizabeth Banks) que rehace la vida de Charles Howard, o el periodista (William H. Macy) que genera la leyenda para animar a una población desesperada a encontrar su salida. 
Cuando gana por varios cuerpos al indiscutible vencedor de siempre, el gigantesco corcel War Admiral (ver grabación recreada, o el vídeo histórico de 1938 y una foto de la salida) tras lograr que aceptase un duelo en las condiciones impuestas (minuto 83'), el promotor Charles Howard declara: "Somos un equipo con un caballo demasiado pequeño, un jinete demasiado grande, un entrenador demasiado viejo y un propietario que no sabe lo que es un caballo". Pero creyeron que podían ganar, y que iban a intentarlo una y otra vez sin cambiar ningún elemento del grupo.

Aquí viene el símil académico: Un sistema educativo pequeño compite y aprende con gigantes como Finlandia con toda una tradición ganadora sustentada en factores ventajosos como la historia, la composición, la organización,... Pero en plena crisis de valores y de recursos hemos de construir nuestro equipo educativo. 

Acaso contamos con un alumnado motor (y unas familias y una sociedad) que puede compleja, sin esas características propias de los máximos ganadores, buena raza cultural,... pero que tiene espíritu y voluntad de correr, de galopar hacia su futuro. El alumnado es el alazán, quien realmente nos lleva a la meta. 

Acaso el profesorado guía es algo mayor, algo mareado por el cambio constante, pero cuenta con un alma que sabe conducir y soltar las riendas cuando ya no hace falta su concurso. El profesorado es el jockye, que conoce y se adapta a quien realmente es cabalga y vuela llevándonos al futuro.

Acaso la administración inspiradora (gestores, direcciones, inspección, servicios de apoyo,...) adolece de cierto alejamiento de lo que sucede en el campo de juego, pero mantiene esperanza y cuenta con experiencia. La administración es el entrenador, que sabe que ni corre ni cabalga, pero debe sentir e interpretar todo lo que acontece. Como cuando el entrenador le dice al jinete: "Siente el caballo, él te dirá cuándo está preparado (para partir hacia la vida)"

Acaso el poder político no sepa nada de cada ámbito de gestión, pero sabe descubrir qué claves son las que articulan una fórmula de éxito y apuestan por ella sin prisas, con apoyo sostenido y con confianza. El poder político, que no conoce bien cómo alcanzar la equidad y la calidad educativa, sí comprende perfectamente que el porvenir se crea desde la educación.
Ni la película acaba con un triunfo aislado (no es un film fallido, a pesar de lo recibir ni uno de los 7 Óscars y 2 Globos de Oro a los que fue propuesto en 2003), ni la metáfora se agota ahí. Caballista y montura sufren lesiones graves, parecen irrecuperables, pero el equipo prosigue infatigablemente y logra recuperarse años después con un corcel y un jockey desahuciados por sus respectivas cojeras, pero que siguen ganando carreras imposibles (veáse en este vídeo adicional al tráiler sobre este párrafo).

3 comentarios:

Juan José Azpiroz dijo...

2Mikel, muchas gracias por la completa y magnífica información que adjuntas a este post, pero sobre todo por tu análisis comparativo con nuestro sistema educativo, lleno de optimismo y espero que también de realismo.

Anónimo dijo...

pues paso a decirte,que PRECISAMENTE...fue jakeado,No existe!!!
lidia-la escriba

blog nuevo

www.nuncajamashablamos.blogspot.com

Doris Dolly dijo...

Mikel..." Una metàfora educativa "

Gracias por compartirla.
¡Muy interesante tu blog.!!!

Recibe mis saludos desde Argentina

un beso

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