Circuito cerrado terrorista

Creo que el PSOE no debe pactar con IU en ninguna circunstancia porque, con la desquiciada lógica de Aznar, en ese momento todos nos convertiríamos automáticamente en terroristas. Lo explico. Si en algún malhadado caso Rodríguez Zapatero pacta con IU, (que apoya al PNV y EA, los cuales dan "oxígeno" a la disuelta Batasuna, que no condena los atentados de ETA, lo que significa que los apoya, y se transmutan en cómplices igualmente terroristas) PNV-EA, IU y el PSOE se convertirían, en cadena, también en terroristas. Incluso el propio PP, que siempre pacta con el PSOE en Euskadi, se transformaría instantáneamente en pérfido terrorista, por apoyar al terrorista PSOE. Sólo queda una solución: que los tribunales impidan los pactos y que gobierne este PP por siempre jamás para evitar la reproducción infinita del terrorismo (tesis de Oreja).

Al PSOE, que no le incomodó la impresentable criminalización que los medios de comunicación y los prebostes del PP hicieron contra los nacionalismos democráticos y contra Izquierda Unida, ahora le toca tragar la misma quina que anteriormente creyó que le beneficiaba. Han comenzado a oír contra ellos (Caldera, Rojo,.) el grito de "asesinos", con el que se regala diariamente a Llamazares, Ibarretxe, Madrazo, Atutxa, y ni siquiera se respeta el cartel de no disparen al pianista (véanse los ataques a ETB).

El pensamiento único y el partido único se extenderán hasta que, entre todos, los paremos. ¿Por qué nadie busca aquí un Nobel de la Paz como John Hume y David Trimble por el camino de la reconciliación, y no del frentismo, con soluciones propias adaptadas a la realidad de España-Euskadi? Recordemos que el premio se lo otorgaron a estos dirigentes moderados y mayoritarios del nacionalismo y el unionismo, y no a las figuras de Gerry Adams y Tony Blair. ¡Zapatero e Ibarretxe, no esperéis a Otegi y Aznar!

Flamantes cincuentones

He ingresado en la legión grisácea de los cincuentones, sin eufemismos paliativos tales como jóvenes maduros o veteranos juveniles. Cuando publiquen esta nota, ya habrá pasado mi cumpleaños, así que pueden abstenerse de felicitarme. Nací un viernes santo cualquiera, justo hace diez lustros. Este quincuagésimo cumpleaños es la fecha en la que descubres que todo es más sencillo de lo que pensabas, y coincides con tus hijos adolescentes en que el día para pegarte el banquete o la fiesta de tu vida es… hoy mismo, sin esperar a mañana, y eso cada día de los próximos mientras puedas decidir. Con todo, la crisis de los 50 me parece más llevadera que la depresión de los 40, y de la angustia de los 30, que ni siquiera recuerdo bien. Convertirse en cincuentón es una trágica y traqueteada experiencia, pero que se vive en compañía de todos los coetáneos. A ellos están dedicadas estas líneas. Siempre pensamos que aquélla fue una gran cosecha, la del 53, aunque ahora lo dudamos tras descubrir que son de la misma quinta Aznar y Blair (quien dijo sentir mariposas en el estómago el día que cumplió 50).

Aquel nuestro año 1953  finalizó la Guerra de Corea, Franco firmó el Concordato con el Vaticano y los primeros acuerdos económicos y militares con los EE.UU., llegó la Coca-Cola, se escaló en Everest, se demostró la relación entre cáncer y tabaco, se descubrió la estructura en doble hélice del ADN, se simplificó la famosa ecuación de Einstein a E=m.c2, se inventó el bolígrafo Bic y se pusieron de moda los pantalones vaqueros. Murieron Stalin, el compositor Prokófiev, el poeta Dylan Thomas,…, pero ahora lo que importa es cómo fuimos, y cómo somos los que entonces nacimos –más exactamente, los que todavía quedamos-.

Nosotros nos criamos a lo bestia. Hacíamos lo que jamás permitimos luego a nuestros hijos. Corríamos en pequeñas e inadecuadas bicicletas sin casco, los columpios eran de metal roñoso y con esquinas en pico, y jugábamos a ver quien era más bruto. Construimos goitiberas para bajar por las cuestas y descubríamos que habíamos olvidado los frenos. Jugábamos a "chorro, morro, pico, tallo, qué" (no pregunten eso qué significaba), procurando caer en plan bomba, y nadie sufrió dislocaciones vertebrales. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos al anochecer. Nadie podía localizarnos por ningún móvil. O hacíamos una fogata para asar patatas y contarnos historias de miedo. Nos abríamos la cabeza jugando a “guerra de piedras” y no pasaba nada, eran “cosa de niños” y se curaba con Mercromina y un cachete adicional de castigo. Comíamos moras, pipas de melón y porquerías, bebiendo aquel refresco de color butano, pero no fuimos obesos. Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. No tuvimos Playstation, Nintendo, películas en vídeo, móviles, computadores ni Internet: sólo un canal de televisión en blanco y negro,.. en casa de algún amigo rico. Siempre recordaremos nuestros escasos juguetes, pero nos sobraban los amigos y primos. Quedábamos con ellos en el parque más cercano. O ni siquiera quedábamos, con la merienda íbamos a la plaza y allí nos encontrábamos. Ligábamos con las chicas persiguiéndolas, no en un chat tecleando ;-D. Y jugábamos a las chapas, a las canicas, al “hinque” con clavos herrumbrosos, con pólvora,... en fin, con tecnología punta. Bebíamos agua directamente del grifo, cazábamos lagartijas y gorriones con la "chimbera de balines", sin adultos vigilándonos. En los juegos del patio, no todos participaban en los equipos; debías ser elegido. Los otros tuvieron que aprender a superar la decepción. Los menos estudiosos, repetían curso y les ponían a trabajar prematuramente de “botones”… en una Caja de Ahorros y cuando pasadas las décadas te los reencontrabas, te denegaban el crédito.

Viajábamos en minúsculos coches sin cinturones de seguridad ni air-bag, durante viajes de 8 horas con cuatro adultos y cuatro niños en un 600, sin síndromes de la clase turista. Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. Si transgredíamos alguno de los numerosos preceptos, nuestros padres no sólo no nos protegían, sino que además nos castigaban aparte. Tuvimos media libertad, mucho fracaso, poco éxito y moderada responsabilidad, pero aprendimos a crecer con todo ello.

Ha pasado la mayor parte, pero quizá no la mejor, de la vida familiar y profesional. Nuestros hijos son insufribles y eternos adolescentes, nuestra pareja ha engordado casi tanto como nosotros, y ya estamos plenamente instalados en esa burguesía postmoderna y acomodada,… que tanto se parece a la de nuestros abuelos y que fue mejor que la de nuestros sufridos padres. Nuestros rutinarios paseos con la parienta, esos recorridos de café con leche en café con leche (descafeinados por supuesto), con muchas paradas, permiten a los comerciantes poner en hora sus relojes cuando nos ven desfilar puntualmente cada atardecer. Nuestra carrera laboral ya ha acumulado suficiente mediocridad como para no quitarnos el sueño las pasadas aspiraciones, que han envejecido más prematuramente que nosotros. Ya sabemos adónde vamos a llegar, y eso con suerte: a la prejubilación. Pero nos sentimos bien, nada de esa "sensación de que la vida se me está escapando". Chispeantes, seguimos creciendo. Los pies, por ejemplo, cada vez están más lejos y cada día te cuesta más llegar hasta ellos, sobre todo el izquierdo. Cierto que ya no podemos pasar de los tres platos en las alubiadas, y que crecen los periféricos de ayuda (gafas de presbicia, y pronto audífonos), pero hay otras ventajas: Vas perdiendo la vergüenza, y desarrollándose una “cara dura” con la edad,…, y disminuye drásticamente el riesgo de morir… joven.

Comenzamos a adivinar lo que se nos avecina en las próximas décadas. Los ruiditos que nos acompañan a cada movimiento, sobre todo de alzada. Disfrutamos de ese sueño “camembert”, plagado de periodos de insomnio, y cuando te levantas recuerdas eso de que si no te duele nada, es que ya estás muerto… El tango dice que “veinte años no es nada”, pero “cincuenta años” otorgan una madura lucidez,… que estremece. Nosotros que fuimos testigos de la carrera por la Luna, pertenecemos a la maldita “generación sándwich”, de selectividades dobles, de “mili” larga, siendo jóvenes cuando se llevaban los veteranos y llegando a expertos cuando mandan los novatos. Fuimos obedientes con nuestros padres y con las demás autoridades de turno, y ahora nos tienen en jaque nuestros hijos a los que, en general, malcriamos por miedo a repetir nuestra historia. Debimos aprender a liberarnos de muchos prejuicios y cuando lo conseguimos, resulta que estábamos cargados de años. Pero disfrutamos de regalos tardíos, como redescubrir y recuperar la música de los ’70 por Internet y ver a la siguiente generación cometer nuestros mismos errores. La nostalgia empieza a invadirnos y cada vez nos parecemos más a nuestros progenitores, e incluso a nuestros abuelos. Pronto añoraremos cuando hablábamos… todo seguido, y no recordaremos a ese tal “Al..zheimer”, y se acerca el día en el que ingresaremos en esos grupos de “ancianas de los dos sexos”. - “Es cruel”, digo, y mi mujer replica: - “Sí, para ellas”.

La vejez es lo más inesperado que le sucede al hombre y llega sin ser invitada. Sólo comienza cuando se pierde la curiosidad y cesa de indignación por todo lo que está mal a nuestro alrededor. La madurez, incluso la vejez bien llevada, puede ser el tiempo de nuestra dicha. La felicidad es el antídoto de la edad. ¡Seamos felices! 
[Cumpleaños para un 3 de abril,....]

PNV-EA: El valor de la coalición

I ¿Todos ganan o mienten todos? Tras el 25M se han sucedido los análisis postelectorales. Como viene siendo costumbre, algo que hace unas décadas no se estilaba, todos los partidos han ganado. Parece que los especialistas en comunicación aconsejan esta estrategia para animar y agradecer los resultados obtenidos a los respectivos electorados, pero que aburre e incomoda al conjunto de la ciudadanía por el manifiesto fraude que supone. Breve y objetivamente, porque queremos centrarnos después en el único aspecto interno de la coalición PNV-EA, se pueden resumir así los resultados en la CAPV (los de Navarra merecen un análisis específico): 1º Gana y mejora notablemente sus resultados de 1999 la coalición nacionalista PNV-EA, pero no en toda la dimensión del 13M de 2001. 2º IU crece en todas las medidas, pero partiendo de valores bajos. 3º PSOE pierde localidades tradicionales, pero recupera la segunda posición general. 4º PP retrocede nuevamente, pero podrá conservar con los votos prestados del PSOE los referentes de Gasteiz y Araba. 4º Batasuna, o AuB,... pierde toda su representación municipal y foral por el proceso de ilegalización y por su reacción hacia el voto nulo, pero conserva una parte de electorado sin efectos prácticos. 5º Aparece una significativa Aralar, en Gipuzkoa y Navarra, pero con nula presencia en los otros territorios históricos.

Se manifiesta, nuevamente, la tenaz inercia del electorado vasco que sólo cambia lenta y paulatinamente su voto, pero en una tendencia marcada que toda la sociedad debe apreciar. La ciudadanía otorga su confianza a PNV-EA en Bizkaia y Gipuzkoa, que recupera su primer puesto en Araba, donde no alcanza a la suma PP-PSOE. IU se convierte en llave de municipios emblemáticos, Bilbao, Getxo,… El PSOE queda en una difícil posición trabada, sin poder firmar en blanco ante el PP por la proximidad de las elecciones generales, ni acercarse a IU por el precio a pagar ante la presión mediática manipulada por el PP. Batasuna se acerca cada día más al final de su callejón sin salida, ante la satisfacción del PP que mantendrá su fórmula del “eje del mal” nacionalista vasco. De otros intrusos violentos preferimos no hablar porque políticamente no aportan nada, excepto desolación social y perturbadores obstáculos para las soluciones dialogadas.

En síntesis, Euskadi ha refrendado las fórmulas conciliadoras que personifica el Lehendakari Ibarretxe, facilitando a la coalición PNV-EA la gobernabilidad de las Diputaciones Forales de Bizkaia y Guipúzcoa y de los más significativos Municipios, oponiéndose a quienes en antinatural alianza (PP-PSOE-Batasuna) buscaron el colapso del sistema democrático con medidas de filibusterismo legislativo y bloqueo presupuestario en las Instituciones y Parlamentos vascos. También ha premiado a quienes han actuado de puente, como IU, y pasado factura a los que cedieron gratuitamente los votos (PSOE), al partido de la guerra (PP) y a los de la “papeleta en la papelera” (AuB).

II La complejidad municipal y la búsqueda de “contraefectos” electorales. Se decía que “Si alguien no queda confundido por el resultado de unas elecciones municipales, es que no las ha entendido”. Esta guasa resulta especialmente aplicable, en Euskadi. En estas convocatorias la conversión en elecciones primarias, el carácter de plebiscito continuo y el protagonismo personal de los candidatos produce variaciones desconcertantes: el caso de Odón Elorza es paradigmático, apreciándose nuevamente la cualidad “puente”. Otra insufrible estrategia, que embrolla adicionalmente los resultados, radica en la búsqueda de consecuencias aparentemente opuestas a la lógica simple. Muchos agradeceríamos una relación más directa entre los objetivos y las medidas políticas, pero la astucia de algunas formaciones políticas les conduce hasta el indeseado punto de que buscan objetivos paradójicos en espera de sus efectos contrarios. Veamos algunos recientes casos: 1º ¿Cómo Batasuna facilita su ilegalización encabezando sus plataformas electorales con sus más conocidos dirigentes? ¿Pretende el ataque masivo sobre sus posiciones para salir reforzado, desde su tesis de “cuanto peor, mejor”? 2º ¿Por qué el PP persiste en su política frentista que tan pésimos resultados le reporta en Euskadi? ¿Embiste tozuda y baldíamente con su acoso mediático sólo para rentabilizar votos fuera? 3º ¿Para qué insiste el PSOE en no hablar de pactos postelectorales si toda la ciudadanía sabe de sus preferencias y de su inquebrantable lazo con el PP en Euskadi? 4º ¿Cómo es posible que IU que ha acertado plenamente en Euskadi con su política pragmática y de pacto pague esta misma factura en el Estado? 5º El embrollo de AuB rebasa todos los límites: atribuir su ilegalización (provocada por ellos mismos) a los únicos partidos que se opusieron, y tras pedir el voto nulo, exigir su representación a los partidos que se opusieron a la ilegalización, todo ello tras haberles boicoteado reiteradamente y colaborado durante toda la legislatura con sus ilegalizadores.

Según nuestro criterio, el electorado vasco no sucumbe fácilmente en estas irregulares tácticas electorales, y prima la claridad programática de quienes defienden rectamente los objetivos declarados, como la coalición PNV-EA o IU que adelantaron expresamente sus posiciones para después del 25M.

III Gana la coalición EAJ-PNV y EA.

La tabla adjunta, con los votos recibidos por separado o en coalición de PNV y EA, muestra que desde la segregación de EA, se han producido dos fenómenos sostenidos: el crecimiento continuo de la suma de ambas formaciones políticas y el incremento del peso del partido mayoritario EAJ-PNV frente al minoritario EA. Cuando han concurrido por separado, EA ha perdido peso dentro de la unión, mientras que los últimos resultados de la concurrencia conjunta son magníficos, llegando a los 604.222 votos bajo el liderazgo de Ibarretxe el pasado 13 M de 2001.

Un análisis más pormenorizado, municipio a municipio, reforzaría esta misma conclusión. Frente al criterio de universalidad de EAJ-PNV, allí donde EA insistió y prefirió acudir por separado, supuestamente sus “plazas fuertes”, el electorado no parece haber recompensado esta actuación. EA pierde frente a PNV en Tolosa (con su misma portavoz Onintza Lasa, frente a Jokin Bildarratz), Mutriku, Alonsotegi, Amorebieta, Gernika, Lekeitio, Lemoa, Markina, Mungia, Ortuella, Plentzia, Zaratamo,… con la única excepción de Bermeo. Incluso el porcentaje medio de EA se acerca peligrosamente al 5%, con el descenso promedio que se produjo desde las Autonómicas de 1998 (EAJ-PNV 28,01% - EA 8,69%) hasta las Generales de 2000 (PNV-EAJ 31,32% - EA 7,80%), agudizado aún más en determinadas circunscripciones electorales. Por ello sorprendió sumamente la resistencia de algunos sectores de la ejecutiva de EA para fijar las bases y aceptar la coalición en las conversaciones preliminares, en proceso sinuoso con episodios que casi agotaron la paciencia no ya de las comisiones negociadoras, sino incluso de los simpatizantes nacionalistas que creían en la validez del acuerdo. EAJ-PNV proyectó una imagen de insistencia por un acuerdo global que ha sido reconocido por el electorado, y EA que aporta riqueza a la coalición, debe ser consciente de su representatividad relativa (que ha venido bajando desde el 29,05% de la coalición en 1993, al 19.95% en 2000), decreciendo cuando se distancia de la actuación conjunta.

EAJ-PNV, incluso mejor coaligada con EA, representa la expresión política de la mayoría vasca. Congratulémonos todos sus votantes del valor añadido que aporta la coalición bipartita, incluso de la colaboración gubernamental pactada con IU, que ha sido refrendada electoralmente por la ciudadanía vasca, que cree que “el poder político, si no se basa en la unión y el acuerdo, es débil”. La validez de la coalición es tal que según una proyección de “El Diario Vasco” (27-5-03), en una transposición a elecciones autonómicas la unión PNV-EA obtendría 35 escaños y 5 parlamentarios IU, lo que sumaría 40, dos más que la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco.

Quejoso presidente

Aznar, si cumple su reiterada promesa, se irá de la política después de gobernar ocho años con el permanente tic de proceder como en la oposición: criticar en lugar de responsabilizarse. Cada vez que no está a la altura de las circunstancias, la culpa es… de los demás. Siempre rebusca incumplidores ajenos: la misma oposición, Rodríguez Zapatero, Llamazares, la OTAN, la ONU, los elementos meteorológicos, la suerte,… y, el cabeza de turco por excelencia: Euskadi y todo lo vasco, Lehendakari, Gobierno, Parlamento, ETB o la prensa en euskera, la Ertzaintza, la Iglesia vasca, la Universidad del País Vasco o las ikastolas, o la inmadurez de los votantes vascos. Empieza a resultar enfermiza su búsqueda de una “cabeza de vasco” como excusa perfecta para lo que sea y en donde sea.

Los últimos episodios han sido lamentables. La fatídica muerte de 62 militares se salda con que hubiese sido impopular gastar en un transporte como es debido, o el asesinato de dos policías en Navarra que se distrae con el inconexo sentir vergüenza porque en Vitoria-Gasteiz los parlamentarios hagan únicamente tres minutos de duelo o no sepan cómo pasar otros al grupo mixto.

Aznar no va bien: Le gusta jugar a todo lo que no es su rol institucional. Quiere ser la oposición a la oposición, actuar como estadista mundial y estratega belicista, mantener una familia cuasi real, juzgar más que los tribunales, presentarse como concejal en Bilbao y apoyar a la concejala de Madrid, dirigir todo el poder económico y controlar toda la prensa, las radios y las televisiones. Todo ello sin centrarse en su papel y asumir plenamente su deber como presidente, recordando que un gobernante puede ser culpable por negligencias cometidas 'in eligiendo' o 'in vigilando'. Por ejemplo, ¿por qué no se asegura de cómo se ejecuta el gasto militar y de cómo se coordinan sus propias policías?