Inmaduro Aznar

“Prematuros”, acusó el descompuesto corrupto

Aznar, en su última entrevista por muchos años dedicada a su incondicional COPE, acusó a Rodríguez Zapatero de “falta de madurez”. El noqueado ex-presidente ha vuelto a su improperio preferido: inmaduro. Antes así acusó a la ciudadanía vasca tras las elecciones de Euskadi en 2001, luego a Catalunya y ahora injuria del mismo modo a su sucesor en Madrid, ya que no puede ultrajar a todo el electorado.

Miquel Roca Junyent acertó, hace ya muchos años, al vaticinar que “los gobernadores civiles caerán como fruta madura”. Del mismo modo, por su propio peso, ha caído Aznar y su intolerante PP. El trasnochado y anacrónico “líder que quiso pasar a la historia” nunca alcanzó la lucidez política, ni en su despedida, porque la madurez se define como aquella edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo.

Dos reflexiones, la primera de William Shakespeare para el tenebroso pasado crepuscular: “De hora en hora maduramos y maduramos, y luego, de hora en hora también, pudrimos y pudrimos... y aquí se acaba el cuento”. La segunda de Federico García Lorca para quienes respiramos aliviados tras la aurora del nuevo siglo: “Esperando, el nudo se deshace y la fruta madura”.

Los gorriones no disparan

Casi nos convencen de que los jilgueros son peligrosos

La comunidad estaba harta de disparos y fusiles. Todos querían desterrar las armas. Era un sueño pacifista: una utopía de paz. Pero no pudo ser, tampoco entonces.

El patrón, el de la escopeta más grande, advirtió que -aniquiladas las bestias más feroces- proseguiría las cacerías, porque eran ahora los pájaros quienes desafiaban el silencio con sus trinos amenazadores. Urdió una inicua patraña: “Las avecillas del bosque se están armando, sus gorjeos son cantos de guerra”. Ordenó exterminar a las malhadadas criaturas aladas, tergiversando con una “última cruzada para acabar con los trabucos… de los petirrojos”.

El embustero matón pidió escopeteros voluntarios para luchar contra los ruiseñores. Algunos serviles acudieron prestos en auxilio del seguro vencedor de tan desigual batalla. Allá marcharon, a la arboleda. Las descargas y los tiroteos fueron estruendosos. Mataron por millares alondras, mirlos y estorninos, pero no pudieron volver triunfantes del todo. Siempre quedaba alguna golondrina viajera para cagarles en la cabeza. Ello reafirmaba que las almas inocentes volarán eternamente por encima de los malvados culpables, quienes nunca podrán mirar al cielo sin temer su merecido castigo. ¿Cuándo entenderán los fantoches espantapájaros el secular proverbio: No pidas un cañón para matar un gorrión?
Gorrión ante el Museo Guggenheim Bilbao
[Actualización: Una de nuestras fotos de gorriones.]

Lo mejor de Jaume Perich (1941-1995)

Algunas de sus mejores frases:

La mejor prueba de que en Estados Unidos qualquiera puede ser presidente la tenemos en su presidente.
Nadie ha sabido jamás lo que refleja un espejo cuando no hay nadie delante.
Si Francia fuera Espanya, el himno nacional "la Marsellesa" se llamaría "la Parisina".
Recibe el nombre de "Mundo Libre" aquella parte del mundo que está en poder de Estados Unidos.
Resulta bastante deprimente el que la suposición de que se pueda celebrar una tercera guerra mundial sea una esperanza.
Aunque parezca que no, tenemos bastante mala opinión de nosostros mismos. Para demostrarlo basta con salir a la calle y gritar: "eh, gilipllas" y ver cuántos se vuelven.
Yo, la verdad, hubiera preferido que me educaran sexualmente a que me enseñaran logaritmos. Porque de los logaritmos hago tan poco uso...
Eso de que "todo depende del color del cristal con que se mire" no me convence, porque de algún color será el cristal, se mire como se mire...
Encender un cigarrillo por el filtro es una experiencia que todo el mundo debería pasar alguna vez. Curte.
La religión sirve para resolver una serie de problemas que no tendríamos si no existiera la religión
A la palabra "democracia" cuando se le añade algo detrás es como la palabra "whisky" cuando se le añade "español"
Hay que amar a nuestros enemigos... llevarles flores a su tumba, tenerles presentes en nuestro recuerdo y celebrar cumplidamente el aniversario de su muerte
El inventor del supositorio quiso permanecer hasta el fin de sus días en el anonimato
Actualmente la televisión posee una enorme ventaja sobre cualquier otro medio de comunicación de masas: se oye y no necesita pensarse
Una de las principales acusaciones que se hacen a los "hippies" es que no hacen nada para cambiar una sociedad que no les gusta. Claro que si hicieran algo, las acusaciones se las lanzarían desde un Tribunal
A pesar de lo que diga el refrán, si vestimos una mona de seda es muy posible que pueda entrar en el Liceo una noche de gala
Cuando nos peguen una bofetada en una mejilla es aconsejable poner la otra, porque si nos vuelven a dar en la misma de antes, duele más
Un científico es el único individuo que puede explicar una teoría sobre el mundo, demostrarse años más tarde que no acertó ni una y sin embargo pasar a la historia como un genio
Un pacifista muerto en la guerra es la prueba más palpable de que tenía razón
Es mucho más fácil ser un valiente muerto que un cobarde vivo
Educar a un niño requiere mucha paciencia. En especial por parte del niño
Hay que pedir las cosas con educación. Por lo menos mientras no dispongamos de un método más rápido y eficaz de conseguirlas.
Que no se deje a las mujeres ser curas lo encuentro tan estupido como que ellas quieran serlo
El Ministro de Cultura tiene dos problemas, le sobra ministerio y le falta cultura
El dinero no da la felicidad. Se puede ser pobre y feliz a la vez, eso sí, hay que hacerse pajas
Mis amigos me dicen que soy muy agresivo, pero me lo dicen a gritos


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Pasión Pigmalión

El milagroso “Efecto Pigmalión” en la convivencia cotidiana

Relata Ovidio en su obra “Metamorfosis” la historia de Pigmalión, un monarca chipriota que destacó por su sabiduría como regente. Su tiempo libre lo dedicaba a la escultura. Un día comenzó un ambicioso proyecto: crear una figura femenina de marfil tan perfecta como ninguna mujer real podría serlo. Trabajó incansablemente hasta lograr su objetivo. Cuando hubo acabado, la vistió con las mejores galas y le impuso el nombre Galatea.

Pigmalión comprendió que se había enamorado de la estatua, pidiendo a la diosa Afrodita que infundiese vida a Galatea para adorarla. La deidad se lo concedió diciendo: “Mereces la felicidad que tú mismo has moldeado. Ahí tienes a la compañera que has elegido”. Pigmalión advirtió que uno de los dedos marmóreos se movía y palpitaba. Ante sus atónitos ojos, Galatea adquirió los primeros rubores en sus mejillas e inició un grácil movimiento, bajando del pedestal para sonreír a su creador. Éste le rogó que se desposase como reina de Chipre. Ella indicó que le bastaba ser su amante esposa.

Las variantes de la leyenda griega de Pigmalión y Galatea son múltiples en la historia del arte y la cultura, naciendo con el precedente bíblico de Eva como costilla de Adán. Ha inspirado a pintores y músicos, a dramaturgos y psicólogos. Destaca la obra del Premio Nobel de Literatura George Bernard Shaw, “Pigmalión”, llevada al cine en dos oscarizadas ocasiones, la última por George Cukor como “My fair lady” (Mi bella dama). Allí una inolvidable Audrey Hepburn da vida a “Eliza”, descarada florista barriobajera a quien el lingüista profesor Rex Harrison convierte en aristocrática dama. Para no extendernos con derivaciones en obras pictóricas y partituras, citemos una sola oración cervantina como referencia concluyente: “El Quijote sí creyó y trató a Dulcinea... como a una reina”.

Filtrando los matices sexistas y paternalistas, los educadores hemos aprendido mucho del “síndrome Pigmalión” para el desarrollo pleno de todas las potencialidades del alumnado. Olivier Reboul condensa la tarea pedagógica, como la de redimir la preciada estatua ignota y presa en un bloque amorfo: "Educar no es fabricar adultos según un modelo, sino liberar en cada persona lo que le impide ser él mismo, permitirle realizarse en su 'genio' singular”. En la búsqueda del máximo desarrollo de las variadas capacidades de todo ser humano, se encontrará la irrepetible identidad personal y la elección singular del destino vital. Para ello conviene aplicar generosa y generalizadamente el patrón Pigmalión: creer en cada uno de los estudiantes, manteniendo docentes y progenitores altas expectativas en cuanto a las aptitudes de sus pupilos e hijos, sobre todo en el caso de los más desfavorecidos.

Los familiares y toda la comunidad educativa deben creer en los inconmensurables talentos de cada joven, especialmente en la etapa en la que la maduración evolutiva origina inseguridades. “Creer para crear” posibilidades ciertas en todos los escolares con independencia del recorrido anterior y de los fatalismos estadísticos. Afirmando sus formidables facultades se logra el prodigio de vencer el fatídico determinismo del “fracaso escolar” darwinista que una buena educación puede superar.

Está demostrado que cuando un padre, un tutor o un responsable creen y transmiten elevadas expectativas a sus hijos, discípulos o personal, logran de éstos el máximo rendimiento, al límite de sus inexploradas capacidades. Se configura así un círculo virtuoso que mejora esperanzas y resultados, creciendo eficazmente todos por la armónica interacción.

Moraleja: “Mantengamos las más altas ilusiones en aquellos con quienes convivimos; si sinceramente creemos en sus posibilidades, las veremos cumplidas”. Difundamos en nuestro entorno este optimista mensaje de fe en nuestros familiares y amistades, en colegas y convecinos. El éxito se construye en una atmósfera positiva que presupone bondad y capacidad en las personas. Las expectativas que proyectan nuestros personajes de referencia, a quienes queremos y en quienes confiamos, repercuten y determinan decisivamente nuestra vida. Si ellos creen en nosotros, su consideración se nos transmitirá y mejoraremos. Todos cumplimos las profecías que nos predicen porque las asumimos. La confianza obra prodigios: Si creemos en nuestra fortaleza, creamos nuestro poder. Ésta es la Poción Pigmalión o la Ley del Espejo: “Tratadme como alguien excepcional y lo seré”. Así funciona con cada uno de nosotros. Probadlo en los demás y veréis sus maravillosos efectos.
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Nuevos estilos políticos

El siglo XXI comienza a imponer innovadores talantes en política

El siglo XXI ha sido adelantado por intelectuales y futurólogos como el centenario que será ético o será el último, la época de la igualdad real de hombres y mujeres, la era del conocimiento, el tiempo de la sociedad civil, la centuria de las migraciones y la interculturalidad, o como el siglo de la paz. Muchos creemos firmemente que este periodo está destinado a convertirse en el siglo de los derechos humanos, porque este anhelo ha prendido en el corazón de la humanidad.

La ruta hacia esa utopía circula por veredas políticas, regidas por seres humanos y sometidas, allí donde la democracia existe, al sentir colectivo de las ciudadanías. El advenimiento del nuevo milenio amanece con leves, pero apreciables, cambios en los modos de hacer política que despuntan a escala autonómica, estatal e internacional. Los matices novedosos despuntan lenta pero palpablemente en cada convocatoria electoral. Los electorados en su transición hacia sociedades más justas y solidarias escogen, en procesos similares a los de la evolución natural descrita por Darwin, aquellas opciones que adoptan formas y fondos más aptos para la supervivencia colectiva en un nuevo tiempo donde nacientes creencias van extendiéndose.

Destaquemos únicamente dos ejes de modernización política, que marcan tendencias ganadoras: humanización e integración.

La humanización implica una voluntad política menos machista y más acorde con un mundo de mujeres y hombres, donde deben compartirse los valores de energía y afecto como universales y compatibles. La política es todavía un reducto donde predomina la testosterona belicosa, con graves efectos indeseables de arrogancia y prepotencia que abundan y reproducen estilos políticos rancios. Sólo una incorporación masiva de mujeres al debate político permitirá superar la agotada noria de la confrontación y de la violencia como único sistema de resolución de conflictos. Todas aquellas personas con vocación política harían bien en suavizar las formas, favorecer el entendimiento mutuo, crecer en generosidad y desplegar ese sentido extensivo de “familia humana” que tanto bien haría aplicado a la gestión de lo público.

La integración supone un giro copernicano en la dinámica política, significando un vuelco en los sistemas de alianzas necesarios para lograr las mayorías. Supone renunciar a la simple agregación de agentes parecidos para derrotar a los contrarios, para preferir acuerdos más fructíferos entre representantes contrapuestos que se articulan sobre aspectos comunes, para difuminar diferencias extremistas y alzarse con pactos fecundos de interés general. La integración construye puentes entre orillas, respetando voluntades legítimas, frente a obsoletas tácticas de trincheras y muros en vanos intentos de subyugar o ignorar a las minorías.

No nos detendremos en una revisión de las últimas modas impuestas, del estilo Bambi frente al Doberman, sea en versión tejana o en adaptación ibérica. La política del futuro requiere más progesterona, más inteligencia, cambio del paso de la oca al vals de opuestos, cambios de parejas, más bailes de conjunto que cabriolas a lo suelto, más pistas de baile, búsqueda de soluciones y no de culpables, más diálogo sin condiciones, más temperancia partidista, más democracia interna y externa, menos militarización y más civilización. En definitiva, la victoria de las almas sobre las armas.