Sonido familiar

©Mikel AgirregabiriaUna historia que les sonará familiar, acerca de un medio donde el sonido se propaga lastimosamente lento.

Hace muchos siglos los pensadores intuyeron que el sonido se propaga en el aire como las ondas en el agua. Los primeros fueron el filósofo griego Crisipo (año 240 a. C.) y el arquitecto romano Vitruvio (siglo I a. C.). Hubo de esperarse hasta el siglo XVII, para conocer con mayor detalle la transmisión del sonido tras establecer Galileo la base del “método científico”.

Fue el propio Galileo (1564-1642) quien calculó por primera vez la velocidad del sonido, de una forma sencilla. Con la colaboración de un artillero, una medianoche dispararon una salva (sólo con pólvora), mientras observaban desde un monte próximo, a unos 3.500 metros del cañón. Con ayuda de un primitivo reloj inventado por Galileo, el "pulsilogium", contaron el tiempo transcurrido desde que se vio el fogonazo hasta que se oyó el estruendo. Fueron aproximadamente 10 segundos, por lo que Galileo exclamó en voz alta: ¡350 metros por segundo!

Poco después, el monje y matemático francés Marin Mersenne (1588-1648) realizó medidas precisas del retorno de un eco y calculó un valor más exacto de la velocidad del sonido. Por ello, Mersenne es considerado el padre de la Acústica, si bien es mucho más conocido en el mundo matemático por sus famosos (números) primos. En 1660, el científico inglés Robert Boyle (1627-1691) demostró que el sonido necesitaba un medio gaseoso, líquido o sólido para su transmisión, comprobando que una campana era inaudible en el vacío. El gran físico británico Isaac Newton (1643-1727) demostró que la propagación del sonido a través de cualquier fluido depende de sus propiedades, como la elasticidad o la densidad.

El siglo XVIII permitió el desarrollo del cálculo, con contribuciones de científicos suizos como Johann Bernoulli (1667-1748) y Leonhard Euler (1707-1783), y franceses, como Jean le Rond d'Alembert (1717-1783) y Joseph Louis Lagrange (1736 - 1813). Finalmente, en el siglo XIX se alcanzó una descripción completa del sonido mediante el análisis armónico, desarrollado en 1822 por el matemático francés Joseph Fourier (1768-1830) y aplicado al sonido por el físico alemán Georg Simon Ohm (1789-1854).

El sonido es una vibración que recorre un material haciendo que sus moléculas se contraigan o expandan. Por ello, el sonido no viaja en el vacío, a diferencia de las ondas electromagnéticas (como la luz) que no necesitan ningún éter de soporte. La velocidad del sonido varía según el medio y la temperatura: En aire a 20ºC viaja a 343 m/s, en aire a 100ºC a 390 m/s; en agua a 20ºC llega a 1.483 m/s y en acero alcanza los 5.060 m/s.

Sorprendentemente existe un medio, el entorno familiar, donde el sonido se oye casi instantáneamente… pero se escucha al cabo de una generación. Los padres damos múltiples consejos a nuestros hijos durante sus etapas infantil y juvenil: Estudia, aprende, lee, organízate, escucha a tus mayores, elige buenas amistades,… Los niños parece que atienden, pero no lo aplican. Los jóvenes lo rechazan directamente. Pero hay que insistir… El sonido les va llegando… muy vagamente. Los progenitores no debemos desesperar… Continuemos día tras día con buenos consejos y con mejores ejemplos.

Aparentemente pasan los años infructuosamente… Hasta que un día, tu hijo o tu hija te sorprenden. Me está pasando recientemente, de forma reiterada. Por ejemplo, uno de mis hijos me cuenta: “Anoche, tras revisar lo que puede del temario, me fui a dormir pronto para estar despejado por la mañana. Creo que fue una buena decisión, porque he rendido más en el examen”. Le contesto: “Has hecho muy bien, en lugar de estar toda la noche repasando y llegar dormido a la prueba. ¿Quién te lo ha aconsejado?”. Respuesta de nota: “¡Aita (papá en lengua vasca)!, ¿te has olvidado que tú siempre nos lo dices?”.

La humanidad ha conseguido construir artefactos, como el avión supersónico X-43 de la NASA que vuela a 11.265 km/h y supera en más de 10 veces la barrera del sonido (Mach 10). Pero hemos de mejorar mucho la educación para que en la comunicación familiar, la velocidad de propagación de la sabiduría de los abuelos no requiera toda una generación para ser traspasada a los padres, y otra generación para alcanzar a los nietos.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/sonido.htm

El graduado en edad

Dicen que “en la edad está el misterio”. Desentrañemos algunos secretos de “El Graduado”.

Ha muerto una gran actriz, Anne Bancroft, que recibió el Oscar de la Academia en 1962 por su prodigiosa actuación en “El milagro de Ana Sullivan”. También fue mundialmente reconocida por su interpretación de Mrs. Robinson en la mítica película “El graduado”, dirigida por Mike Nichols (quien obtuvo el Oscar por ello) y con la inolvidable música de Simon & Garfunkel, destacando "The sound of silence" (oír en adynwavs.com/soundofsilence.html).

Fue un hito generacional aquella agridulce comedia, de deslumbrante narrativa cinematográfica con un soberbio montaje de abruptas elipsis. Describe ácida y mordazmente las relaciones entre un inseguro joven (Dustin Hoffman) y una neurótica mujer madura (Anne Bancroft), madre de una estudiante (Katharine Ross), de quien finalmente se enamora el diplomado como habían programado sus padres. Ofrece una reflexión, tristemente válida hoy día, sobre la alienada desorientación juvenil, la vacuidad de las relaciones interpersonales, o la incomunicación social y familiar, aunque se atisbe un esperanzador final de superación y amor.

En 1967, hace 38 años, se rodó esta película. En esa fecha, el “graduado” tenía 30 años, la “joven” 26 años y su “madre” 36, al igual que el director berlinés. Las edades “reales” de los protagonistas indicarían que los “supuestos” amantes eran un estudiante retardado (en todo) y una apresurada señora (también prematura madre a los 10 años).

Quienes vi(vi)mos aquella historia cuando éramos adolescentes, estamos graduados en edad y con la lucidez de la madurez podemos reconocer ahora muchas perspectivas complementarias. Como la oportunidad de un amor… o que cada uno tiene la edad de su corazón, el cual conserva la edad de aquello que ama. Porque la edad de una persona la concede su ánimo vital, no una partida de nacimiento. En el fondo, la verdadera edad no son los años que hemos vivido, sino los años que nos quedan por vivir.


Anticuada actualidad

©Mikel AgirregabiriaLa actualidad, distribuida mediante innovadores soportes de difusión, sólo cuenta viejas historias con nuevos protagonistas, sin más cambio que la cíclica permanencia.

A quienes tratamos de garabatear diariamente en algún blog, ocasionalmente nos escriben algunos lectores recriminándonos cuando nos apartamos de la “actualidad” para tratar temas intemporales o transversales. A ellos van dirigidas estas líneas, como justificación, excusa o lo que quiera que sea para mantener esas excursiones temáticas ajenas a la “tediosa actualidad”.

Porque la “actualidad” es sumamente aburrida o, al menos, la supuesta actualidad profusamente publicada. Y lo cierto es que a todos nos gusta la novedad, lo inédito, lo flamante, lo reciente, lo estrenado. Recuerdo que alguien me decía que la mejor marca es “nuevo”, cuando prefería cualquier producto (como una casa o un coche) recién hecho a otros de mayor calidad, pero usados. Pero entre la información no hay casi nada “nuevo”, ni “desconocido”.

Guerra: A escala planetaria o regional, persisten lamentablemente las palabras vacías y los estériles deseos de paz, mientras todos, desde Bush hasta ETA, se aprestan con sus acciones para el eterno combate sin final. Ello demuestra que todavía se creen aquello de “si quieres la paz, prepara la guerra”, el decadente lema romano (‘Si vis pacem, para bellum’). La industria bélica sigue moviendo la ciencia y el mundo. Nadie ha entendido a Pío Baroja cuando afirmaba que “En las guerras fracasan el que pierde y el que gana. Es un juego malo para los dos. Se consume demasiada riqueza y demasiados hombres, y el resultado es el mismo: miseria para todos”.

Política: Los dirigentes son los mismos, o sus herederos. El hijo de un Presidente norteamericano es reelegido, mientras su hermano se prepara para heredar la más poderosa república del planeta sin historia monárquica. En Europa, el rechazo a políticos que acumulan 40 y 50 años en el poder, incluido un ministro de Franco que se postula como presidente autonómico, han provocado una disociación entre el electorado y la clase política. Así no es de extrañar el divorcio entre el compadreo del politiqueo y la voluntad popular, que se manifiesta en toda oportunidad de referéndum, cuando la sociedad civil doblemente se revela y se rebela. Tampoco sorprende la pervivencia extendida de manifestaciones de toda clase, por la ineptitud política de canalizar las necesidades ciudadanas por vías parlamentarias.

Economía, educación, cultura, sanidad,… y tantos otros temas de máxima trascendencia social quedan pospuestos o marginados en círculos especializados de la información. Los grandes grupos de prensa prefieren no insistir en temas como la pobreza planetaria, si pueden glorificar la seguridad mundial aportada por la guerra de Irak. Así, casi nos olvidamos lo que hace décadas denunció Alvin Toffler, y que sigue plenamente vigente: “El 70% de todos los seres humanos actuales son la gente del pasado, viven, en muchos aspectos, como sus antepasados de hace siglos. Otro 25% forma parte de las sociedades industrializadas. El restante 5% forma la nación internacional del futuro”.

Deporte: Para que no se advierta en demasía la ausencia de genuina información, el deporte sigue rellenando las páginas y los telediarios (la antigualla del Panem et Circenses romano). Como el deporte desprestigia la portada de todos los días, entre las “innovaciones” aparecidas en los medios de comunicación se destaca quién fue “garganta profunda” en el caso Watergate y cómo se confirma que Napoleón murió asesinado en su exilio de Santa Elena. Dos novedades de hechos acaecidos respectivamente en 1970 y 1821, pura actualidad que se dice. Quizá sólo nos quede esperar algunas décadas más para saber quién mató al presidente Kennedy (1963), o barruntar cómo se produjo el accidente de Lady Di (1997), otros dos temas de “permanente y candente actualidad” en la única viva y creciente “prensa de corazón”.

Con esta mezcolanza embrollada de des-información trasnochada, entreverada con masiva publicidad comercial, no sorprende la enorme discrepancia paradójica entre las listas publicadas de los “principales problemas” de un país y los de su ciudadanía. Así parece que la formación, el paro, la vivienda o el empleo de calidad nos preocupan a todos nosotros, pero no a nuestros dirigentes ni a los comunicadores, más enfrascados en el movimiento de intereses y poltronas en ministerios y redacciones.

José Martí dijo una gran verdad: “Todo está dicho ya; pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas”. Quizá la notable falta de novedad en la información sea un significativo síntoma adicional de la deplorable ausencia de sinceridad.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/actualidad.htm

Enfado desenfadado

©Mikel AgirregabiriaVivimos tiempos donde abundan los resentidos descomedidos. Pero el problema tiene solución.

Parece que el mundo entero está enfurruñado: los políticos discuten y sus seguidores se aborrecen; los ricos se enojan y los pobres padecen; los viejos critican y los jóvenes protestan. Todos están disgustados y molestos por todo lo que los demás hacen o dejan de hacer. Cada día crece el malestar y se duplica el resentimiento.

La humanidad entera parece levantarse enfadada e ir incrementando su irritación a lo largo del día. La gente se enfada en el trabajo, en el coche, en la calle y en casa. Nos enfadamos con la familia, con los amigos, con los vecinos y con todos aquellos que nos rodean. La vida se hace demasiado corta para soportar tanto enfado.

La clave para remediar esta plaga se descubre con una pregunta básica: ¿Con quién estamos enfadados? Porque el enfado no proviene de aquéllos a quienes se lo atribuimos. Su causante no es quien nos engañó o defraudó, sino nosotros que nos dejamos embaucar. No nos enoja quien nos censura o menosprecia, sino nosotros al reconocer que las críticas son merecidas.

El promotor de todo enfado no vive muy lejos. Realmente sólo nos enfadamos con nosotros mismos. A veces depositamos demasiadas esperanzas en nosotros mismos, y luego la frustración nos incomoda. En demasiadas ocasiones tras aceptar sólo nuestro criterio, surge la rabieta por el fracaso de un consejo propio. Proyectamos hacia los demás la razón de nuestro descontento, cuando realmente se ha construido casi por entero en nuestro interior.

Hay demasiado enojo en el mundo. Hay excesiva insatisfacción con nosotros mismos. Hemos de educarnos para apreciar en todo su valor lo que verdaderamente somos y lo mucho que podemos hacer, sin crearnos falsas expectativas desmesuradas. La persona sensata y cabal jamás se enfada. La sabiduría enseña a no irritarse y a reír…se de uno mismo. Porque nadie es más ridículo que cuando se enfada… consigo mismo. He ahí el antídoto del enfado: la risa. ¡Abre el ojo, y te ahorrarás enojo!

Versión web: mikel.agirregabiria.net/2005/enfado.htm

Diario subsidiario

©Mikel Agirregabiria¿No sería mejor escribir cada día una crónica de lo que pudo ser, pero no fue? Optemos en lugar del consabido diario-testimonio por un prometedor diario-testamento.

Si descartamos a las memorias autobiográficas, escritas al final de la vida de alguna personalidad, existen dos tipos de “diarios personales”: I) Los diarios íntimos que escriben personas anónimas, destinados a su lectura futura por un circuito reducido compuesto por el mismo autor y, quizá, por gente próxima de su entorno de familiares o amigos. II) Los diarios históricos, que provienen de los primeros cuando alcanzan suficiente valor literario, fundamentalmente por ser testimonios relevantes de una época, como el “Diario de Ana Frank”.

Como sugerencia, proponemos un tercer tipo adicional de “Diario Alternativo”, que podría ser de gran ayuda en nuestra vida para aprender de nuestros frecuentes errores. Recogería cotidianamente las disyuntivas a nuestro comportamiento, en aquellas acciones o actitudes que fueron mejorables. Escribiríamos en dos columnas: A la izquierda, lo que hicimos, bajo el título de "Pasado"; a la derecha, lo que pudimos haber hecho de modo superior, bajo el epígrafe de “Futuro”. Por ejemplo: “Ayer, en una comida con personas relevantes me saludó un viejo amigo, a quien no le presté toda la atención que merece. // De hoy en adelante, dedicaré a mis buenos amigos toda la cortesía debida y les presentaré con todos sus méritos ante los interlocutores con quienes coincidamos”.

Así venceríamos el riesgo que predecía el escritor Ambrose Bierce: “Un diario íntimo es la relación cotidiana de la parte de nuestra existencia que podemos contamos sin enrojecer”. Como sugirió el dramaturgo George Bernard Shaw: “Algunas personas ven las cosas como son, y se preguntan: ¿Por qué? Yo sueño cosas que nunca fueron, y me pregunto: ¿Por qué no?”.

El mundo puede cambiar,… con la premisa de que “Alguien tiene que hacerlo. ¿Por qué tú? Alguien tiene que hacerlo. ¿Por qué no yo?“, como apuntó Miguel de Unamuno. Si nos ponemos en el lugar de los otros, veremos que a nosotros no nos gustaría que nos hiciesen lo que hacemos ocasionalmente, pero casi todos los días. La famosa diva Tallulah Brockman Bankhead decía que “las muchachas buenas son las que escriben diarios personales; las malas nunca tienen tiempo”. La mayoría diariamente incurrimos en errores que podemos corregir con un “diario subsidiario”, que será tanto más breve cuantos menos desaciertos cometamos. El sabio pacifista Mahatma Gandhi sugería: “La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?”.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/subsidiario.htm

Manzanas famosas

©Mikel AgirregabiriaLa Oda a la Manzana de Neruda, “... quiero ver a toda la población del mundo unida, reunida, en el acto más simple de la Tierra: mordiendo una manzana”. Sigamos su ejemplo. A propósito: ¿Cuántas manzanas famosas conocemos?

Muchos confiamos en ese refrán de “una al día, la manzana sana”, porque es un proverbio que existe en muchas lenguas, con expresiones tan diversas como halagüeñas tales como “una manzana cada mañana, aparta al médico de la cama”. Después de la cena, el mejor cepillado de dientes es comerse una manzana, una solución naturista inmejorable. Además la manzana es rica en minerales, vitaminas, azúcares y fibras, proporciona sensación de saciedad que evita la obesidad y es de reconocido valor para combatir el colesterol, así como tónica para la circulación e inhibitoria del cáncer.

Siendo el manzano el árbol frutal más extendido a escala mundial por su facilidad de adaptación a diferentes climas y suelos, y siendo su cultivo tan antiguo como la humanidad agrícola, la manzana puede ser apreciada con distintas elaboraciones, desde bebidas como la sidra, el txakoli, o el vinagre de manzana hasta como ingrediente básico de tartas de manzana, manzanas caramelizadas, compotas, membrillos, zumos o mermeladas. Pero para “estar sano como una manzana”, la forma suprema de la saludable manzana es fresca y con piel bien lavada. Además la manzana cruda se conserva sin necesidad de frío, se puede transportar fácilmente sin aplastarse y se puede mordisquear sin mancharse ni de interrumpir otras actividades simultáneas.

Sólo los incontables méritos y referencias culturales de la manzana pueden igualarse a sus abundantes cualidades medicinales y gastronómicas. Comamos una Reineta en ocho bocados mientras repasamos la historia literaria a través de ocho célebres manzanas.

1ª) Manzana de Eva. Fue elegida para simbolizar el pecado original, convirtiéndose en la imagen bíblica de la tentación, según la tradición cristiana, si bien el Génesis no cita expresamente que fuese una manzana el fruto prohibido que provocó la expulsión del ser humano del paraíso. Mark Twain señalaba jocosamente que “El error fue prohibir la manzana. Adán se comió la manzana porque estaba prohibida. Si Dios hubiese prohibido la serpiente, Adán se hubiera comido la serpiente”.

2ª) Manzana de Afrodita. En la mitología griega, aparece nuevamente la áurea “manzana de la discordia” dedicada a la mujer más bella, puesto que se disputaron Hera, Atenea y Afrodita, diosa del amor que finalmente fue la designada, no sin provocar la Guerra de Troya. Todo empezó cuando Tetis y Peleo celebraron sus bodas, invitando a todos los dioses, excepto a Eris (la Discordia). Ésta, furibunda, arrojó una manzana que llevaba inscrito en su cáscara: “Para la más hermosa”. Las diosas se pelearon por la manzana y Zeus determinó que fuera un mortal, el príncipe Paris de Troya, quien señalara a la más bella. Hera le prometió a Paris la conquista de toda Asia si la señalaba como la beldad; Atenea le aseguró que lo haría sabio e invencible; Afrodita le prometió el amor de la mujer más bella, de modo que un seducido Paris le entregó a la diosa del amor la manzana funesta. Cuando Afrodita guiaba a Paris hacia Esparta, donde vivía la mortal más hermosa, Helena, las desairadas Hera y Atenea fraguaron una venganza terrible inmortalizada en La Ilíada.

3ª) Manzanas de las Hespérides. También es memorable el jardín mítico de las bellas ‘Ninfas del Ocaso’ que vigilaban un huerto mágico de árboles con manzanas de oro que otorgaban a sus poseedores la vida eterna.

4ª) Manzana de Guillermo Tell. El héroe más popular del folklore suizo, obligado por el invasor austriaco Gessler al negarse a inclinarse ante su sombrero colgado en un poste de la plaza, hubo de disparar su ballesta contra la manzana colocada sobre la cabeza de su hijo menor Walter.

5ª) Manzana de Isaac Newton. Lord Byron escribió sobre una anécdota del mayor físico y científico de todos los tiempos: “Newton vio caer una manzana, y entonces... descubrió una forma de probar la rotación terrena en un remolino del todo natural, llamado gravitación. Y así, desde Adán, ha sido el primer mortal que pudo coger una manzana o una caída”.

6ª) Manzana de la Isla del Tesoro. Robert L. Stevenson narra en su pasaje más emocionante cómo el joven protagonista Jim Hawkings, embarcado en la expedición a una isla desconocida en busca del mítico tesoro del capitán Flint, escucha al malvado Long Silver John desde el barril de manzanas (siempre previsto para largas travesías por los antiguos navegantes). Recordemos su relato: “Tuve que meterme en el barril para poder coger una manzana, ya que sólo quedaban unas pocas en el fondo. Me senté en aquella oscuridad para comérmela, y, por el rumor de las olas o el balanceo del barco, el hecho es que me adormecí. Entonces noté que alguien, y debió ser alguno de los marineros más corpulentos, se sentó apoyando su espalda en el barril, lo que dio a éste un violento empujón. Me despejé de golpe y ya iba a saltar fuera de la barrica, cuando un hombre, cuya voz me era conocida, empezó a hablar. Era Silver, y no bien escuché una docena de sus palabras, cuando ya ni por todo el oro del mundo hubiera dejado de permanecer escondido, pues no sé qué fue más fuerte en mí si la curiosidad o el temor: aquellas pocas palabras me habían hecho comprender que las vidas de todos los hombres honrados que iban a bordo dependían únicamente de mí…”.

7ª) Manzana de Blancanieves. Hasta los hermanos Grimm eligieron esta fruta como la pieza envenenada que la malvada bruja utilizó para intentar acabar con la belleza de Blancanieves.

8ª) La manzana de Turing. El conspicuo físico Alan Turing se suicidó comiendo una manzana emponzoñada con cianuro potásico, perseguido por su condición de homosexual en la Inglaterra de los años 50, y obligado a seguir un tratamiento hormonal con estrógenos que le destrozó física y espiritualmente. Este científico, pionero de la Inteligencia Artificial, había contribuido decisivamente a que los Aliados ganasen la II Guerra Mundial al descifrar el código secreto nazi generado por la máquina Enigma. Su apellido es universalmente conocido por la sencillez solemne de su artículo más famoso (“Computing machinery and intelligence”, de 1950), donde establece su regla de oro para atribuir inteligencia a los ordenadores, en el denominado “test de Turing”.
Este recorrido literario e histórico, con la manzana como protagonista, reafirma que las cosas más sencillas también pueden ser sublimes. Acertadamente, otro físico y celebérrimo divulgador como Carl Sagan afirmaba: “Para hacer una tarta de manzana, primero tienes que crear un universo”. ¡Ah, y en tanta manzana no olvidemos la de Apple!
Artículo ilustrado: mikel.agirregabiria.net/2005/manzanas.htm

La infancia es un país completo…

Algunos de mis primos y yo. ©Mikel AgirregabiriaLa propia infancia es un país, o, al menos, debiera serlo; lástima que, al crecer, perdamos la nacionalidad...

Los años de la niñez son para cada uno de nosotros los tiempos más fabulosos de la historia. He vivido intensa y constantemente en el recuerdo de mi propia infancia, siempre presente en mi alma. Con el transcurrir de los años, he llegado a tres conclusiones, que quisiera compartir con los supuestos lectores que en algún sitio pudieran aparecer.

1ª) La propia infancia es un país plagado de difuntos presentes. La mayoría de los personajes con los que convivimos en nuestra niñez han ido desapareciendo gradualmente. Mis bisabuelos Isabel y Pedro, mis abuelos, mis padres, y otros muchos de quienes más aprendí habitan ya entre las estrellas del cielo. El peso de los grandes protagonistas infantiles persiste en nuestra memoria, tanto más vigentes cuanto más etéreos.

2º) La propia infancia es un país cargado de vivencias. Las experiencias más significativas y decisivas se producen en las edades más tempranas. Los sucesos se aceleran y atropellan en nuestros primeros años; a menudo, sin que puedan ser entendidos en su momento por quienes los vivimos y los aceptamos como inevitables. Esas vivencias moldean crucialmente nuestro espíritu.

3º) La propia infancia es un país rebosante de claves. La vida paulatinamente nos descubre las soluciones que explican lo que nos asombró durante la inocencia de nuestra niñez. La existencia va adquiriendo su significado progresivamente. El descubrimiento de los secretos y la magia del aprendizaje son máximos en las etapas incipientes; luego el escepticismo y, lo que es peor, la indiferencia se van apropiando de nosotros.

Por todo ello, muchos reivindicamos el retorno a los valores de la infancia, a los hallazgos propios de la niñez. No es nuevo el mensaje de la infancia como la patria común de todos los mortales. Antoine de Saint-Exupery señaló que “la infancia es la patria de todos los hombres”. Más matizadamente, Georges Bataille apuntaba que “la literatura es la infancia al fin recuperada”.

Otra conclusión también se deriva: La trascendencia de la educación infantil y primaria. Y necesariamente a través de educadores que coincidan con el pedagogo suizo Edouard Claparede, cuando sentenció que “todo el sentido que se da a la educación depende del significado que cada uno atribuya a la infancia”. De ahí la necesidad de que todos los adultos, pero especialmente quienes somos padres o educadores, interpretemos debidamente la etapa de la infancia. Con la misma atribución que otorgamos a nuestra propia niñez, desde la percepción más personal.

Sólo así descubriremos que la razón última es que “la infancia es un país repleto de amor”, ese deseo de imitación divina. El escritor Gilbert Keith Chesterton relataba: “Dios crea cada margarita separadamente, y nunca se cansa de forjarlas. Puede ser que Él tenga el apetito eterno de la infancia. Porque nosotros hemos pecado y envejecemos, pero nuestro Padre es más joven que nosotros”.

Un proverbio turco asegura que “el amor devuelve a los viejos sabios a la infancia”. Otros sugieren que el amor no envejece nunca,… muere en la infancia. Una razón más para perseverar en los valores infantiles de la incansable pasión por el juego, por la amistad y por el afecto. Hagamos que nuestra vida contradiga ese pesimista presagio que insinúa: “la infancia es una eterna promesa que nadie jamás mantiene”.

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2005/infancia.htm

La velocidad mata

©Mikel AgirregabiriaUna medida simple que inmediatamente salvaría millones de vidas en las carreteras.

El 17 de agosto de 1896, Bridget Driscoll, una mujer de 44 años, se convirtió en la primera víctima mortal de un accidente de tráfico frente al Crystal Palace de Londres. Fue atropellada por un vehículo que iba “a gran velocidad”, según afirmó un testigo. Posiblemente fuera a 8 millas/hora (12,8 km/h), cuando debía respetar un límite máximo de 4 mph. El joven chofer, que ofrecía paseos para mostrar el incipiente invento, trataba de impresionar a una pasajera igualmente joven. Durante la investigación, el magistrado encargado afirmó: “Esto no debe volver a ocurrir nunca más.” 

Desde entonces, más de cuarenta millones de personas han muerto a causa del tráfico rodado. Según un informe publicado conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial en abril de 2004, "los accidentes causan anualmente 1,2 millones de muertos y 50 millones de heridos o minusválidos”, siendo la segunda causa mundial de mortalidad de personas entre 5 y 29 años y la tercera entre 30 y 44 años. 

La velocidad, por sí sola, es el mayor factor de riesgo en la carretera. En el mundo occidental, casi cuatro de cada diez percances mortales (37%) se provocan por exceder los límites permitidos de velocidad. La velocidad produce múltiples efectos peligrosos, como una visión reducida del conductor (“efecto túnel”), un menor tiempo de reacción, una mayor distancia de frenado, así como un incremento de la gravedad y frecuencia de los accidentes. Las posibilidades de sobrevivir a un choque son ínfimas para un ocupante a 200 km/h, o para un peatón a 80 km/h. 

Las leyes de la Física dictan inexorablemente que la energía cinética absorbida en una colisión se incrementa con el cuadrado de la velocidad de impacto. En otras palabras, la gravedad de los accidentes aumenta desproporcionadamente con la velocidad. Investigaciones canadienses demuestran que elevar la velocidad legal, máxima simplemente desde 70 mph (112 km/h) hasta 75 mph (120 km/h), provoca un aumento del 35% en la mortalidad vial. Otros estudios constatan que "la mayor parte de las paraplejías y tetraplejías se producen entre los 100 y 130 km/h, por encima de este límite, la velocidad mata". La OCDE ha estimado que un solo kilómetro/hora añadido de velocidad promedio en una vía eleva en un 5% las lesiones y en un 7% los accidentes fatales. Así, con una reducción de sólo 5 km/h., en la Unión Europea cada año podrían evitarse 11.000 muertos y 180.000 heridos. 

El accidente de tráfico es una maldición evitable. Especialmente evitando el exceso de velocidad, que es uno de los pocos factores de la seguridad vial que podríamos controlar voluntariamente nosotros mismos. Pero no lo hacemos colectivamente. Son muy numerosos los conductores multados por velocidad excesiva, cuya probabilidad de verse envueltos en accidentes sube un 59% respecto de la media (según el informe Stradling de 2002). Hoy día quienes circulan más rápidos no son sino los más insensatos, inconscientes de actuar como criminales potenciales. 

¿Por qué tolerar esta tragedia colectiva? Cada día, jóvenes o familias enteras dejan su vida en el asfalto por imprudencia propia o ajena,... y por desidia de todos (autoridades, conductores, ciudadanos,….). Se adoptan acertadas decisiones como el carné por puntos, los controles de alcoholemia o de uso de cascos y cinturones, o la proliferación y generalización de dispositivos de seguridad activa y pasiva (airbags, ABS, ESP, sillas infantiles,…), pero son medidas insuficientes ante un veloz parque móvil que supera crónicamente los límites de seguridad. 

La delgada línea entre la vida y la muerte se desvanece cuando circulamos a gran velocidad, o en medio de un tráfico ajeno que no respeta los límites y que nos rodea a velocidades inadecuadas. Para evitar la sangría de muertos en las cunetas, es preciso derribar el hipócrita culto a la velocidad, propio del mundo frenético en el que vivimos. Bastaría con añadir el más simple de los dispositivos de seguridad: un limitador de la velocidad. Con reguladores (o tacógrafos) incorporados de serie en todos los vehículos, que impidiesen circular a más de 120 km/h (quizá permitiendo breves subidas hasta 140 por razones de seguridad activa), se reducirían millones de muertos y heridos, con su insoportable dolor derivado e incluso su incalculable coste económico. 

Con la instalación de un simple limitador de velocidad aplicado a escala universal, de coste irrelevante e incorporado de serie, todos viviríamos más y mejor. Esto ya se hace en camiones, en marcas de lujo (pero con la barrera a 250 km/h) o en toda la gama de modelos Renault (pero sólo con avisador y una restricción opcional). Además con la velocidad autolimitada infranqueablemente a 140 km/h, nos ahorraríamos los complicados radares de multas y perderían sentido los coches de más 120 CV o las motos de más 60 CV. ¿Por qué anuncian y venden vehículos rebasan sobradamente el máximo permitido de 120 km/h? ¿Por qué no humanizamos el tráfico rodado, y con ello la calidad de vida contemporánea?
Conduce más despacio

Oído en Euskadi

©Mikel AgirregabiriaUna tertulia de amigos debatiendo sobre política vasca puede ser esclarecedora… sobre todo si se llega a una conclusión común.

Podría poner los nombres propios a cada interlocutor, pero quizá alguno se molestase y fuese menos espontáneo en la próxima ocasión. Tampoco es necesario reseñar la pluralidad de ideologías que cada uno de los tertulianos representa. Sus palabras y sus opiniones expresan sus simpatías o afinidades políticas, reales o atribuidas. Extrañamente en esta ocasión, al finalizar estábamos todos prácticamente de acuerdo. Escuchemos las intervenciones de mis amigos.

- ETA sigue a bombazo casi diario, con extorsiones del penúltimo recibo y riesgo de alguna muerte…
- … Y Otegi vuelve a la cárcel.
- Pero el PSOE y EHAK ya rentabilizaron con más votos su enfrentamiento y la esperanza de todos.
- Si pudiésemos votar de nuevo,…
- El asunto de la Mesa del Parlamento ha sido demasiado…
- Otra vez votando juntos el PP-PSOE, mientras Batasuna se divierte (o EHAK, que da lo mismo).
- ¿Y qué me dices del espectáculo final con EA desmarcándose del tripartito?
- Aquí parece que todos estamos descontentos con los resultados electorales.
- Probablemente es cierto, pero eso vale para todos.
- Los del PNV consideráis que 22 escaños (de los 29 de la coalición) no es representativo.
- Y vosotros, los del PSOE, sabéis que con 18 parlamentarios no podéis hacer nada,…
- El PP es un aliado que nos arruina el futuro en Euskadi, y nos estropea la imagen en España.
- … Ya, mejor conseguir gratis los 15 del PP, para bloquear el Parlamento y desgastar a Ibarretxe.
- Nosotros creemos que el PP es el único coherente, pero para lo que nos sirve… con Patxi en el PSOE.
- Vosotros, los Batasunos, estáis presentes y estáis ausentes a través de ese engendro de EHAK.
- Tampoco los de Ezker Batua estamos nada satisfechos de repetir el resultado de 3 escaños.
- Al menos, vosotros en Aralar estaréis satisfechos…
- Tampoco, una parlamentaria nos permite asomarnos en la CAV, pero poco más.
- Lo que no entiendo es que vosotros, en EA, os quejéis también…
- Nuestra posición no se entiende debidamente al ir en coalición con el PNV…
- Al menos, ya se disponemos de Mesa en el Parlamento,…
- … Y el Lehendakari en funciones podría convocar nuevas elecciones si su investidura se presentase difícil.
- Quizá sería lo mejor, con una campaña electoral a cara descubierta, cada partido por su cuenta,…
- … Las coaliciones luego, entre nacionalistas vascos o españoles….
- Y hablando claro. O Ibarretxe o López, porque San Gil y Otegi no tienen opción.
- Creo que el PNV mejoraría notablemente sus 22 parlamentarios en solitario, aún sin D’Hont.
- EA no tiene miedo a acudir por separado para diferenciar nuestro discurso y medir nuestra presencia.
- EB podría demostrar su representación consolidada y superarla…
- … Y Aralar se vería como una opción útil posible en los tres Territorios Históricos.
- En el PSE indudablemente subiríamos por el voto del cambio.
- Y el PP también, porque teníamos razón con la falsa tregua…
- Que nos dejen presentarnos a Batasuna y ya veremos…
- ¿Lo proponemos en serio cada uno a su partido?
- Me atrevo. ¿A que no os atrevéis vosotros,..?
- …Sí, los que deseáis triturar a un triparto débil y soñar con alguna extraña alternativa PSOE-EA-IU y…
- Por mi parte, sí… preferiría acudir de nuevo a votar, ahora que se han aclarado las cosas…
- Y yo también,…
Todos parecían felices al coincidir, aunque probablemente algunos debían disimularlo.

NOTA FINAL firmada por todos los presentes: Señoras y señores dirigentes de nuestros partidos vascos: A la vista de que ETA sigue en sus trece, y todos ustedes en sus 33, formalmente les pedimos: ¡Convóquennos nuevamente a las urnas! Les prometemos mucha mayor participación,… y algunos cambios muy deseables, aunque sólo dispongamos del derecho de voto (y no el de veto, porque ese día….). ¿No dicen que es el momento de dialogar? Permítannos hablar de nuevo en las urnas. Tenemos ganas.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://mikel.agirregabiria.net

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/euskadi.htm

Fábula animal de la política

La pluralidad política explicada como una manifestación social del darwinismo y las enseñanzas inducidas de esta interpretativa descripción.

Charles Robert Darwin tras estudiar medicina en la Universidad de Edimburgo, entra en la Universidad de Cambridge para convertirse en pastor anglicano. Después de graduarse en Cambridge a los 22 años embarcó en el HMS Beagle como naturalista sin sueldo, emprendiendo una expedición científica alrededor del mundo desde el 27 de diciembre de 1831 al 2 de octubre de 1836.

El 24 de noviembre de 1859 publicó su libro "El origen de las especies", donde recogía su teoría de la evolución y la selección natural y cuya primera edición se agotó el primer día de venta. En 1871 se editó "El origen del hombre", donde defendía la teoría de la evolución del hombre desde un animal similar al mono, lo que provocó gran controversia religiosa. En 1875 el teólogo Charles Hodge le acusó de ateísmo al negar la existencia de Dios por definir a los humanos como el resultado de un proceso natural en lugar de provenir de una creación divina directa. Aún hoy día, persiste este falso debate religioso-científico en algunos Estados de Australia y de los Estados Unidos (como Kansas), con partidarios de la acientífica teoría del creacionismo.

La ciencia ha comprobado que en un único ecosistema por la adaptación al mismo medio natural las distintas especies de organismos evolucionan y divergen en función de la herencia previa de caracteres adquiridos. Así surge la maravillosa y sorprendente diversidad biológica que acondiciona la anatomía y la morfología de cada taxonomía animal o vegetal. Merece citarse el caso paradigmático de la Amazonía que aún resta intacta, reuniendo el 50% de la biodiversidad mundial en flora y fauna, con más de diez millones de especies de insectos, tres mil especies de peces de agua dulce, mil especies de aves, 300 especies de reptiles, 324 de mamíferos entre ellos más de 30 especies de monos,… Estas miríadas de variedades orgánicas se interrelacionan en una cerrada interdependencia, de frágil equilibrio mutuo, y son el supremo espectáculo vivo de cómo se puede responder de forma miscelánea al reto de sobrevivir armónicamente sobre un mismo territorio.

En política podríamos extrapolar este fenómeno. En una misma sociedad cada miembro de la ciudadanía evoluciona responde por adaptación a los mismos problemas en función de su herencia sociocultural, de su posición ideológica familiar previa y del segmento sociológico de su entorno más próximo. Aunque las personas estemos dotadas individualmente de una capacidad de raciocinio y de sentimiento, la perspectiva desde la que contemplemos la misma realidad social es determinante para componer la conclusión final que obtenemos subjetivamente. Así, resulta fácil comprender que otras personas, con diferentes circunstancias, hayan decidido preferir opciones políticas o ideológicas discrepantes con las nuestras, pero igualmente legítimas y respetables.

En las democracias la evolución de la especie humana, por adaptación inteligente y fraternal, ha sabido compatibilizar la pluralidad política como un reflejo elevado de la biodiversidad, superador de simplificaciones como los “falsos determinismos darvinianos”, que sólo admite la supervivencia de los más fuertes por la fuerza bruta.

Hemos de aprender aún más de la complejidad de los seres humanos, múltiples en razas, colores, credos, idiomas y culturas, para coexistir simbiótica y ecológicamente desde la diversidad máxima que hace que cada ser humano es único y, al mismo tiempo, comparte una universal voluntad común de convivencia en libertad y en equidad.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/animal.htm

Leguemos una herencia positiva

"Hay dos tipos de personas: los que pasan por la vida sin dejar huella y los que la dejan. Entre los segundos, los que pueden crean y los que no siendo capaces de tanto, destruyen".
Opinamos muchos...
Mikel Agirregabiria Agirre

Herencia paterna

Unos heredan una casa o unas tierras, otros un negocio familiar, algunos incluso un reinado, pero nuestro padre nos dejó el mejor legado.

Supongo que nuestro padre, alguna vez, quiso ser próspero. Sus diversos oficios, algunos proyectos de negocio, así lo acreditan. Pero siempre tuvo una endiablada capacidad para eludir la fortuna, a pesar de su demostrado y denodado esfuerzo. La prematura muerte de nuestra madre, tras una larga enfermedad, tampoco ayudó. Nuestro padre supo entonces, con un magistral criterio probablemente surgido de sus convicciones religiosas, otorgarnos la mejor de las herencias a todos y cada uno de sus hijos. Ahora, con la perspectiva que nos dan los diez años transcurridos desde su muerte, podemos reconocer fielmente el regalo de su legado.

En nuestra infancia nos preparó para ser jóvenes, y en nuestra adolescencia nos mostró el camino para ser adultos. Nuestro padre nos enseñó a enfrentarnos con el mundo existente, a afrontar la vida real con su ineludible tributo de dolor, pero con su dosis de gozo y esperanza. Nuestro padre supo hacernos ricos, pero no por darnos todo, sino por enseñarnos a necesitar lo menos posible. Nuestro padre nos convirtió en triunfadores, pero no por asegurarnos el éxito, sino por mostrarnos cómo se aprende de cada fracaso.

Nuestro padre logró que entendiéramos desde muy pequeños que nuestro futuro dependía esencialmente de cada uno de nosotros, de nuestro esfuerzo individual y del apoyo que pudiéramos prestarnos en el seno familiar. Gracias a ello crecimos imbuidos en un fuerte espíritu de firme respaldo encontrado en todos nuestros parientes. También supo inculcarnos el amor a los libros, primera y decisivamente a los libros de texto. Luego a los libros infantiles (Julio Verne, Enid Blyton,…), luego a los libros condensados y de divulgación, a las novelas, y a toda la literatura finalmente.

Pero lo mejor fue su ejemplo de bondad natural, que nos mostró cómo ser feliz viviendo con sencillez y siendo generoso con todos. Su habilidad para educar hijos no me ha sido traspasada. Reconozco que he malcriado y consentido en exceso a mis propios hijos. No supe contagiarles tan espontáneamente esa voluntad de trabajo que nuestro padre supo infundirnos con su ejemplo vital. Afortunadamente en ellos reside mucho de la energía de sus abuelos y de la inteligencia de sus abuelas. A pesar de las indulgentes y laxas enseñanzas con las que mi esposa y lo les hemos mimado, parece que han sabido encontrar ese motor vital que distingue a quienes saben conducir, construir y compartir su vida con valores trascendentes.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/paterna.htm

¿Quién lee a Virginia Woolf?

Dos “films de culte” para recordar a quien, junto a James Joyce, más ha aportado para configurar la estructura de la novelística contemporánea.

El día 28 de marzo de 1941, Virginia Woolf, se suicidó rellenando con piedras los bolsillos de su abrigo y adentrándose en el río Ouse cercano a su casa. Posiblemente quiso provocar, como le dijo una vez a su amiga Vita Sackville-West, "la única experiencia que nunca podré describir".

Enferma de una depresión crónica, dejó dos postreras notas. La dedicada a su marido explica la razón de su fatal decisión: Queridísimo: Tengo la certeza de enloquecer nuevamente, siento que no podremos enfrentarnos a esos terribles momentos. Y esta vez no tendré recuperación. Empiezo a oír voces y no me puedo concentrar. Así que voy a hacer lo que me parece lo mejor. Tú me has dado la máxima felicidad posible. No puedo pensar en dos personas que hayan podido ser más felices hasta que llegó esta terrible enfermedad. Ya no puedo luchar contra ella,... Todo se me ha escapado menos la certidumbre de tu bondad

Su nombre de soltera era Adeline Virginia Stephen, y había nacido el 25 de enero de 1882 en Londres. Jamás fue a la escuela y todos sus estudios los realizó en su hogar, aprovechando la nutrida biblioteca de su acomodado padre victoriano. Tal vez influida por la valoración negativa de su progenitor, Virginia duda inicialmente de su capacidad como escritora. Pronto decide superar su destino femenino programado, que en su época se limitaba al matrimonio y a la maternidad. Así convierte a la escritura en el "supremo alivio y la peor condena".

Resulta imposible sintetizar su biografía y, menos aún, su obra (de libre acceso en Internet). Pero dos laureadas películas (entre varias) han contribuido a popularizar a esta feminista escritora británica, cuya descriptiva técnica poética elevó el monólogo interior de sus personajes a la cumbre de la literatura universal. El primer filme “¿Quién teme a Virginia Wolf?” dirigida por Mike Nichols en 1966, con Elizabeth Taylor y Richard Burton de protagonistas, divulgó el nombre y la obra de la novelista sobre un texto teatral de Edward Albee.

La segunda extraordinaria película se titula “Las horas”, dirigida por Stephen Daldry y basada en una novela del pulitzer Michael Cunningham con una irreconocible Nicole Kidman, perfectamente caracterizada como Virginia Woolf. Funde tres épocas, tres historias y tres mujeres. Destaca la narración primaria con la vida de la novelista hacia 1924, cuando residía en un suburbio de Londres y luchando contra la locura, comienza su primera gran novela, La Señora Dalloway (léase en larioja.7host.com/rinconlit/woolf.htm). Al igual que el Ulises de James Joyce, se desarrolla en una sola jornada, con puntual indicación horaria marcada por el tañido del Big-Ben (los círculos sombríos que se disuelven el aire), mediante una narrativa 'radial y no lineal', que se deriva en múltiples direcciones.

Virginia Woolf representa un hito crucial en la literatura inglesa. Su titánica lucha desde el intimismo y espontaneidad de su obra es un canto que pregona la excelsitud de todas y cada una de las personas. Desde su feminidad reivindicada (‘Cuando una mujer se pone a escribir está deseando alterar los valores establecidos’, o ‘las mujeres han servido todos estos siglos como espejos mágicos que poseían el delicioso poder de reflejar la figura masculina al doble de su tamaño natural’), supo descubrirnos a toda la humanidad verdades grandiosas, como “La vida es sueño; el despertar es lo que nos mata” y, sobre todo, “Ninguno de nosotros está completo en él solo”.

Cada vez que leemos a Virginia Woolf descubrimos nuevas dimensiones de nosotros mismos, los ignotos seres humanos. Tras sus novelas aflora siempre una corriente de vida que fluye incontenible: "Yo utilizo a mis amigos más bien como lámparas: veo que ahí hay otro campo: con tu luz. Allí, una colina. Así ensancho mi paisaje,…".

La mirada subjetiva

"A través de las mismas rejas uno mira el lodo; otro, las estrellas.".
Frederick Langbridge.
Mikel Agirregabiria Agirre

Promesa de Mesa

©Mikel AgirregabiriaLa Mesa del Parlamento Vasco necesita una Misa para que la Masa vea que la Musa les inspira. Quizá una “Moza” sea la solución.

EAJ-PNV tienen perfecto derecho a designar como candidato para presidir la Cámara a quien mejor le parezca, y más aún si desde la campaña electoral Juan Mari Atutxa estaba señalado para ello, dispone de probada experiencia y ha sido el parlamentario que más votos ha recabado. Pero también los demás partidos están en su perfecto derecho de no votarle, aunque el veto ad hominem sea siempre indeseable. Pero hasta aquí pocas novedades en las seis votaciones repetidas del lunes y martes (16 y 17 de junio).

Lo que empieza a ser más indignante para la ciudadanía vasca son: I) Los argumentos esgrimidos por casi todos los partidos, que no repetiremos aquí; y II) La cerrazón política y mental de todos ellos. Esto no parece un “Parlamento” donde se “parlamenta”. Esto se asemeja más a un colegio de niños mimados que no se ponen de acuerdo ni para jugar en el patio, ofreciendo “nuestra clase política” un espectáculo que no se merece el electorado vasco.

Seguramente sólo la grandeza humana de Atutxa puede evitar este colapso institucional, que debería zanjarse para el futuro con un nuevo reglamento más previsor. A Juan Mari por su extensa carrera, que su propio electorado valora como excelente por estar amenazado tanto por ETA como por los tribunales por defender la dignidad del Parlamento Vasco, le ha pasado factura el denominado “síndrome del desconocido”. Se prefiere a candidatos inéditos o a personajes débiles, como en el paradigma de “Yo, Claudio”, que promocionan sin hacer nada y, por tanto, sin acumular enemigos. A la tercera va la vencida: Sólo Juan Mari Atutxa con un nuevo sacrificio personal puede salvar, otra vez, el honor del Parlamento Vasco. En este caso, como en casi todas las situaciones de enfrentamiento estéril, “quien cede… gana”, y así debiera ser reconocido por toda la gente de bien.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://mikel.agirregabiria.net

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/mesa.htm

Escribiendo en Internet

En 1962 Bob Dylan presagió el fenómeno de Internet con su Blowin’ in the wind (La respuesta, colega, la susurra el viento).

La música de Bob Dylan representó, para quienes éramos jóvenes en la década de los ’70, el símbolo de trasgresión desafiante de quien desprecia el (des)orden establecido y se enfrenta a los más poderosos del país todopoderoso. Su balada pacifista fue una metáfora contra la guerra del Vietnam y sigue siendo el mejor alegato contra toda forma de violencia: “¿Cuántas veces deben volar las balas antes de que sean proscritas para siempre? ¿Cuántas muertes más tendrá que haber para que sepamos que ha muerto ya demasiada gente? ¿Cuántos años debemos sobrevivir antes de que se nos permita ser libres? ¿Cuántas veces giraremos la cabeza fingiendo no haber visto? La respuesta, amigo mío, se la lleva el viento”.

Treinta años después, no sólo la música permite difundir mensajes a los grupos y seres humanos menos favorecidos en el control de los grandes medios de comunicación en formato escrito o audiovisual. Internet, las webs y los blogs han popularizado una información planetaria, accesible a gran parte de la población mundial, sin más fronteras que una conexión telemática y el idioma de redacción.

Escribir en Internet ofrece, además de la publicación instantánea y múltiple, un retorno de los lectores, quienes pueden responder con igual rapidez y difusión a los artículos iniciales. Analicemos ambas propiedades, multiplicidad y debate, porque condicionan decisivamente el modo de diálogo, muy diferente al de una “Carta al Director” en un periódico de papel.

multiplicidad. Escribir sin pensar en un solo medio, ofrece una libertad sin igual. Anteriormente a Internet, un artículo de opinión o carta se dirigía a un diario concreto, y había de adaptarse a su formato breve de la prensa escrita, a su temática preferentemente política, e incluso al modo de pensar mayoritario que los lectores de cada publicación quieren releer para ratificarse en sus creencias.

Hoy día, personas tan desconocidas como quien suscribe, remiten un mismo artículo a toda la gama de periódicos de varios subcontinentes. Ello provoca la paradoja de que quienes leen un único periódico, donde ocasionalmente han aceptado algún escrito tuyo, creerán a pies juntillas que “eres de los suyos”, porque jamás te leerán en los “otros” medios. Me sucede a mí mismo con gente que sólo lee Gara o La Razón (por citar sólo dos extremos del espectro político), sin remitirse jamás a mi blog o web personal donde figuran cientos de artículos publicados, simultáneamente en ocasiones, en decenas de medios en papel y electrónicos.

Esa variedad y pluralidad de medios destinatarios permite a los autores desplegar toda la dimensión polifacética propia de los seres humanos, sin especializarse en monotemas, ni rehuyendo la complejidad de los enfoques posibles. Al mismo tiempo exige un máximo rigor argumental para defender una exposición no presentada sólo ante simpatizantes, porque tu voz será recogida por sensibilidades muy diferentes en medios convencionales o de contra-información, dirigidos a la juventud o a la tercera edad, de lectores con perspectivas ideológicas, políticas, sociales, geográficas o religiosas muy dispersas. Todo ello promueve el buen consejo de “perder el falso pudor”, y presentarte como lo haría un ingenuo niño o un anciano sabio que simplemente dicen lo que piensan sin absurdas restricciones de lo “social o políticamente correcto”.

debate. Los foros y los blogs estimulan las respuestas y la controversia sobre los artículos seleccionados. El precedente histórico más próximo serían las tertulias de café, sólo que aquí caben espectadores que intervienen sin más restricción que la acción del moderador, en caso de existir. La sinceridad preconizada precedentemente ante cuestiones muy diversas suele provocar que lectores demasiado unidimensionales no acepten que si alguien ha defendido una determinada posición política no coincidente con la suya, a partir de entonces repudien todo el resto de opiniones en cualquier otro terreno como la autoayuda, el amor, la familia, la educación, la adolescencia,… Esta estrechez de miras es frecuente y lamentable, por devaluar la discusión fructífera y por los efectos negativos sobre quienes la practican.

Lo cierto es que en las contestaciones a los escritos, la fidelidad ofensora de los detractores recalcitrantes es infinitamente superior a la adhesión de los tibios simpatizantes. Éstos últimos, lógicamente, no siempre mantienen un criterio concurrente y son justificadamente críticos con algunas opiniones emitidas, discrepando en señaladas ocasiones al tiempo que aceptan algunas concomitancias de pensamiento común. Los primeros, los fustigadores acerbos, no dejan nunca de leerse un escrito para repudiarlo con tenaz reiteración e insistir en que jamás volverán a leer nada más de su odiado autor… hasta que vuelva a aparecer el siguiente un día más tarde. Así que todo blogista, por muy amateur que se considere, quizá debiera procurar no defraudar jamás a sus más perseverantes censuradores maldicientes… antes que intentar la difícil tarea de agradar repetidamente a sus inconstantes fieles.

Pero es preciso escuchar con sutileza toda crítica, destructiva o constructiva. Los contumeliosos te acotan la senda de tu mejor camino, y los positivos refuerzan la voluntad de proseguir tanteando un posible avance, admitiendo sus sugerencias cuando surgen las discrepancias puntuales. En todo caso, es muy de agradecer a unos y otros sus aportaciones, su seguimiento y perseguimiento, sus lealtades en el ataque y en la defensa, generalmente más públicas y anónimas las primeras en el foro general y las segundas más entrañables por correo electrónico privado con plena identificación del interlocutor.

Como conclusión general, cabe señalar el nuevo espacio de diálogo y libertad que produce la denominada blogosfera. Aunque algunos rémoras históricas sigan actuando, como la abundancia de plataformas políticas en contraposición a las escasas de opinión humanista y cotidiana más intimista. Además, la hipertrofia política se sobreentiende casi exclusivamente como confrontación, como contraposición de perspectivas, nunca como un intento de aproximación de posiciones,… Endémicamente se busca la polémica por la polémica, la contestación airada, la descalificación injustificada e injustificable; raramente cabe compartir sensaciones, recordar juntos aquel olor a barquillos que nos retrotrae a la infancia,… ¡Lástima por todos nosotros!

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/internet.htm

Universidad incomunicada

Han pasado siete lustros desde que la inauguramos, pero continúa igualmente apartada.

Hace 34 años fui uno de los alumnos que estrenó el campus de Leioa de la entonces Universidad de Bilbao, en el curso 71-72 (aunque la web institucional señale el 72-73 como fecha inicial). La Facultad de Ciencias pasó de unas instalaciones provisionales en Botica Vieja al primer edificio de Medicina y al año siguiente al suyo propio. Para llegar a clase fuera del escaso horario de autobuses, habíamos de caminar por veredas y campas desde la estación del tren, hasta que organizamos un legendario Renault 4-L.

Hace 17 años, cuando volví para los cursos vespertinos de doctorado, el coche propio seguía siendo imprescindible dada la ausencia de un servicio integral de transporte público. Y lo mismo cuando mis hijos hicieron sus pruebas de selectividad. El pasado sábado mi hija fue subcontratada para custodiar un examen de EGA convocado en el campus. La hube de subir con mi coche a la mañana y recoger al mediodía en medio del mismo espectáculo retrospectivo, con filas de automóviles particulares atestando la carretera única y aceras llenas de peatones transitando, sin advertirse esos autobuses, tranvías o lanzaderas de los que tanto se ha hablado y no menos prometido.

Mis hijos, en Deusto, en Navarra, o en las universidades europeas del Programa Erasmus, mantienen los fines de semana todo tipo de actividades académicas y complementarias, incluso clases los sábados por la mañana. No era ése el panorama que podía ofrecer el mayor recinto universitario vasco, y centro de la EHU-UPV, fuertemente condicionado por la falta de un accesible sistema público de transporte. ¿Esta desidia social e institucional es sólo un síntoma aislado o algo más preocupante?

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/incomunicada.htm

Beldad, verdad, bondad


La vida suele ser una sucesión de tres etapas: Primero la época de la belleza, seguida del tiempo de la verdad y concluye con la era de la bondad.

Cuando ya son demasiados los objetivos perseguidos y no conseguidos, cuando los fracasos multiplican los éxitos, cuando la fecha de caducidad propia se atisba por el horizonte,… llega la edad de la bondad. Algunos, quizá, hemos descubierto esta secuencia con demasiado retraso. Si quien lea estas palabras descubre esta paradójica trinidad y la asume con juventud de espíritu, se le puede augurar una vida provechosa y feliz. Existen verdades tan grandes que tardan en entrar en algunas mentes, porque las verdades más elevadas y puras no se adquieren mediante la reflexión y la inteligencia, sino por el sentimiento, según Anatole France.

La Belleza: Es aquello que es inteligible sin reflexión y que, según Stendhal, no es más que la promesa de la dicha. La belleza es ese misterio hermoso e indescifrable. La belleza del cuerpo suele ser indicio de la del alma, y casi siempre la belleza de las cosas reside en el espíritu de quien las contempla. Y de la belleza se pasa a la verdad, porque la belleza siempre tiene razón. Según Keats, la belleza es verdad, y la verdad belleza; esto es todo lo que acá abajo sabemos, y necesitamos saber.

La Verdad: Es un alimento como el trigo, es una antorcha que luce entre las tinieblas. Es como el sol, lo hace ver todo y no se deja mirar. La verdad es como la luz: una y diversa; es como la naturaleza: una y fecunda; es como Dios: uno e inmenso. La verdad es grande y prevalece, porque es hija del tiempo, no de la autoridad. La verdad padece, pero no perece. La verdad existe; sólo se inventa la mentira. Y, de nuevo según Víctor Hugo, la verdad está dentro de nosotros, no surge de las cosas de fuera, porque es fundamento de la virtud más sublime,…

La Bondad: Es la flor de la fuerza. La bondad vence a la maldad como el agua al fuego. La bondad, más que cualquier otra cosa, desarma a todos. Pero la bondad si no está en la conducta, sobra en las opiniones. Una prueba no pequeña de la propia bondad, reside en confiar en la bondad de los demás. El círculo de unidad se cierra: beldad, verdad y bondad. La bondad es la belleza del alma, y esta verdad está en marcha y nada puede pararla.

La insignificancia de un ser vivo se alza con la piedad hacia el infinito de la deidad, incluso en la Tierra, ciudad de maldad. Aprendamos a mirar,… a los que tienen menos. En una pared de la impresionante Capilla del Hombre puede leerse: “Yo lloré porque no tenía zapatos,… hasta que vi un niño que no tenía pies”.

La común esencia de belleza, verdad y bondad se llama AMOR, esa sustancia divina a la que esta noche, a lo lejos, alguien canta,... Son los versos más tristes y bellos que pueda imaginarse y que han inspirado este texto. Se oye in crescendo a Yolandita Monge, en http://www.goear.com/listen.php?v=c242fce. Todo lo que dice del amor vale para la vida, porque una vida sin amor no es vida, porque la belleza es la expresión estética del amor. Eso es todo. Escucha y estremécete, si no estás muerto,… ¡Es fabuloso saber que existen personas como tú,…, efímeros supervivientes que han comprendido algunas claves antes del final anunciado!

El amor es un rayo de luz indirecta, / una gota de paz, una fe que despierta, / un zumbido en el aire, un punto en la niebla, / un perfil, una sombra, una pausa, una espera,... / El amor es un suave rumor, que se acerca, / un timbre a lo lejos, una brisa ligera, / una voz en la calma, un aroma de menta, / un después, un quizá, una vez, una meta. / El amor va brotando, entre el aire y el suelo, / y se palpa y se siente y hay quien puede verlo, / y hace que te despiertes y pienses en él, / y te llama despacio, rozando tu piel.

El amor te hipnotiza, te hace soñar, / y sueñas y cedes y te dejas llevar, / y te mueve por dentro y te hace ser más, / y te empuja y te puede y te lleva detrás,…/ Y de pronto te alza, te lanza, te quema, / hace luz en tu alma, hace fuego en tus venas, / y te hace gritar al sentir que te quemas / te disuelve, te evapora, te destruye, te crea,... / Y te hace viajar, en el filo del tiempo, / remontando los ríos de mil universos, / y te lleva a la gloria y te entrega a la tierra / y te mira,... y te ve,... y piensa,... y piensa,...

Y de pronto el amor, es la luz de una llama, / que se empieza a apagar,... y se va,... y se apaga, / es la isla pequeña perdida en la niebla, / una gota, un no sé, una mancha, una mueca. El amor es la hoja caída en la tierra, / un punto en el mar, una bruma que espesa, / un peso en el alma, un sol que se vela, / un porqué, un según, un ya sé, una queja.

El amor va bajando, peldaño a peldaño, / con las manos cerradas y el paso cansado, / te pregunta quién eres, para hacerte saber, / que apenas te conoce, que qué quieres de él,... El amor te hace burla, se ríe de ti, / mientras tú sigues quieto, sin saber qué decir, / y deseas seguirle y decirle que no, / que se quede, que vuelva, que comete un error.

Y el amor desbarata tus grandes ideas, / te destroza, te rompe, te parte, te quiebra, / y te hace ser ese, que tú no quisieras,/ y te empuja a ser malo / y te deja hecho mi**da / Y te arroja de bruces, al último infierno, / arrancándote el alma, pisándote el cuerpo, / y te ahogas de ansia, de volver a la nada, / y de pronto,... se para,... y te ve,... y se apiada,...