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Google lo apunta: La educación es...

La educación es...
Google sabe mucho... y de todo. Basta preguntarle para que nos sugiera la mejor búsqueda: "La educación es"... Y nos señala algunas de las mejores respuestas: La educación es la preparación a la vida completa, la educación es un tesoro, la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo, la educación es el mayor desafío, la educación es un derecho, la educación es una ciencia, la educación es un derecho, la educación es el camino, la educación es un servicio público, la educación es un vestido de gala para asistir a la fiesta de la vida (la mejor en nuestra opinión), la educación es un medio de superación personal,... Y la opción de "Voy a tener suerte" nos lleva a la entrada "Educación en Wikipedia".

Si buscamos la misma frase exacta
en este blog, nos ofrece resultados sobre los que hemos escrito 1.907 posts etiquetados como educación, con frases literales como estas: Si crees que la educación es cara, prueba con la ignorancia; La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor; "la educación es algo tan importante que jamás debe dejarse exclusivamente en manos de educadores; la educación es el descubrimiento de… nuestra propia ignorancia; la educación es un bien cada vez más preciado; la educación es una tarea generacional, prolongada a lo largo de la vida; la educación es fuente de vida; la educación es más importante para la persona que el nacimiento; la educación es nuestro pasaporte para el futuro; la educación es la base del progreso de las naciones; la educación es esperanza, es garantía, es la actividad más gratificante y sublime de la humanidad, su rasgo definitorio (nuestra preferida),...
Educar es
Otras opciones buscadas en Google: "Educar es": Educar es lo mismo que poner un motor a una barca (poesía de Gabriel Celaya); educar es estimar; educar es amar; educar es dar vida; educar es enseñar caminos,...

Todas las mañanas

“Todas las mañanas, cuando leo el periódico,…” así decía en un poema de Gabriel Celaya. Por Internet ahora, circulan otras odas.

Todas las mañanas, la vida empieza, en cada gota de rocío, repite su ejercicio, continuado, de nacer, crecer, transformarse, y multiplicarse. Todas las mañanas, la vida florece, extiende sus brazos, hacia el cielo, y se reproduce. Todas las mañanas, la vida se abre, y de par en par, se encuentra, se entrega, y se manifiesta, de mil formas, de mil maneras, diferentes de ser, maravillosas de ser,… Y se reinventa, su milagro infinito, de reempezar, cada mañana.

Todas las mañanas del mundo son inexplorados caminos sin retorno. Todas las mañanas, la naturaleza, se despierta, se aviva y se exalta. Como tú y yo, yo que te amo, y tú que me amas, todas las mañanas, cuando yo te acompaño, eres tú quien me amparas. La jornada, nos separa. Pero son horas vanas, porque todas las mañanas, ellas todas, vienen de sus noches, bien juntadas. Todas las mañanas, todas las noches, yo te amo y tú me amas.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/todas.htm

¡Qué bello es vivir!

Aprendiendo de nuestros mayores que vivir es algo mágico e irrepetible. Gabriel Celaya lo resumió: “Vivir es fácil y, a veces, casi alegre”.

A veces, los educadores escuchamos de algún joven que no merece la pena vivir. Siempre nos sorprende y nos conmueve. En dos días seguidos, he oído dos declaraciones muy sentidas. Una, de desesperanza, de abandono, de renuncia, de deserción, por parte de una persona adolescente, en plenitud de salud, inteligente, capaz y con todo el futuro abierto. Simplemente se encontraba ante una situación que no controlaba, un pequeño contratiempo intrascendente, que pronto superará si no cae en la desesperación y no consuma algún error irreversible.

Pocas horas después, un viejo amigo me comentaba cómo su nonagenario padre se debate entre la vida y la muerte en un hospital. Sufre todo tipo de dolencias y achaques desde hace años, que han limitado toda su movilidad y le mantienen semiinconsciente. Pero cuando despierta y reconoce a su hijo, muy cabal, sólo le susurra: “Txetxu, qué bonita es la vida”.

No es el primer anciano que lo pregona. Son muchos los que proclaman: “Cada día creo que vivir me gusta más”. Quizás haga falta toda una vida de experiencia para comprenderlo. Con razón dicen que vivir es sentir, sin amarguras, todas las edades, hasta que llega la muerte. Sólo con la edad entendemos que vivir es recordarse, que vivir es decidir constantemente qué vamos a ser, ya sea en la siguiente década, en el próximo año o en el minuto postrero.

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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/vivir.htm

Una vida ancha

Mejor pidamos una existencia ancha, antes que larga.

Nuestra esperanza de vida se alarga, pero la vida no siempre se ensancha. Antes de pasar a mejor vida, todos deseamos una vida larga: Parece que olvidemos el ancho de vida. Para sentirnos a nuestras anchas, la vida exige compromiso y militancia… con aquello que es importante,… para cada uno de nosotros,… aunque no lo sea para otros.

A veces pensamos: “Soy un fracasado. ¿Qué he hecho con mi vida?”. Y la mejor respuesta nos la dan los nuestros, los más próximos: “¡Te diremos lo que has hecho de tu vida! Has sabido ganarte el amor de tu cónyuge y de tus hijos, de tus amigos y compañeros, a los que has dado cariño, fidelidad y vida. Nos has dado todo lo que pudiste, que nunca es poco”. Entonces comprendemos que podemos triunfar del todo.

En el año del Quijote se ha dicho: “Sancho no es, se hace”. Lo mismo puede parafrasearse del espíritu: “Ancho no es, se hace”. Día a día, con un poco de esfuerzo diario. Dos recetas para una vida ancha. Cúmplelas y te quedarás más ancho que largo. Una proviene de un proverbio chino: “Quien cede el paso se ensancha el camino”. La otra de Gabriel Celaya: “Hago mías las faltas. / Siento en mí a cuantos sufren / y canto respirando. / Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas / personales, me ensancho”.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/ancho.htm

Playa de plata

Descubre, tras el día de playa-plaga y la tarde de la playa-plaza, la noche blanca en la placa plana.

Hay días que uno quisiera borrar, días que nunca debieron nacer. Hay tardes donde el tiempo no pasa, tardes que no debieron ser. Hay noches negras, noches sin norte, noches donde se siente un doble golpe en el gozne de la medianoche.

En una de esas pobres noches, al borde de la desesperanza, sólo cabe huir al mar, fugarse a las orillas donde se unen arenas y olas. La cólera que sentimos se desvanece ante la calma de una solitaria playa de plata, como las olas mueren en la playa. Ovidio dijo que "Hay tantas penas como conchas en la playa", porque la tristeza se transmuta en nácar marino.

Una receta personal para dar un giro a un problema. Ponerse a andar, con la m
ente en blanco, a lo largo de la orilla, siempre en una dirección. Las olas a un lado, la arena a otro; el cuerpo levemente inclinado por la suave pendiente; la brisa en un oído nos trae la risa multitudinaria del océano. La catarsis exige mojarse los pies, sentir la temperatura tibia de las lágrimas salobres de Neptuno. Seguir caminando diez, veinte o treinta minutos, las luces nocturnas de la costa a un costado, la inmensidad del agua al otro; la pequeña contrariedad a un lado, la infinitud de la vida al otro. Y, de pronto, al llegar a un punto final del arenal, tras ir cerrando progresivamente los ojos, dar la vuelta bruscamente y mirar la misma ribera pero ahora desde la perspectiva contraria. Todo ha cambiado, de golpe, donde estaba la costa está el mar, y viceversa. La transformación sensorial provoca un vuelco en el alma. Problema, ¿qué problema?

Casi todo es más divertido hacerlo en pareja, o en grupo. Pero esta fórmula, requiere esa sociable soledad con uno mismo, esa soledad que es una dieta espiritual, el precio de la libertad, el preámbulo de la reflexión. Ésta es mi secreta playa de plata, desembarcando a Espronceda: "La luna en el mar riela, / en la lona gime el viento, / y alza en blando movimiento / olas de plata y azul". Se renace allí a solas, sólo con las olas y las gaviotas. El ángel caído que somos se alza de su suerte. Y entendemos a Gabriel Celaya, cuando musitaba: "A solas soy alguien. / En la calle, nadie".

Legado cotidiano

Nada resulta intrascendente en nuestra vida...

La vida nos parece rutinaria en ocasiones, casi como una secuencia programada y repetitiva. Pero cada acción, por insignificante que parezca, puede ser decisiva, no sólo para nosotros, sino para otros muchos que pueblan nuestro entorno, incluso para personas lejanas o desconocidas, que quizá no han nacido todavía.

Nunca olvidaré dos historias de mi infancia, que me impactaron en su momento y me han obligado a reflexionar en muchas circunstancias vitales. En alguno de mis primeros libros de párvulos, con cinco o seis años, leí una borrosa anécdota de un niño holandés que con su dedo, taponó un dique perforado y salvó de una inundación a los Países Bajos. Mejor recuerdo el antiguo proverbio de la sabiduría popular: "Por un clavo se perdió una herradura. Por una herradura se perdió un caballo. Por un caballo se perdió un caballero. Por un caballero se perdió un ejército. Por un ejército se perdió una batalla. Por una batalla se perdió una guerra. Por una guerra se perdió un reino,… y la Historia cambió”. Aquel herrero que puso mal el clavo inicial no fue consciente de sus consecuencias,…

Más recientemente se popularizó el denominado “efecto mariposa”, con la célebre frase de J. Gleick: “Si hoy una mariposa aletea el aire de Pekín, puede modificar el clima de Nueva York el mes que viene”. Obviaremos la física recóndita por la que mediante ecuaciones matemáticas el meteorólogo Edward Lorenz explicó un modelo de comportamiento de la atmósfera en 1960. En síntesis, Lorenz dedujo con gran sorpresa que pequeñas diferencias en los datos de partida (aparentemente tan irrelevantes como emplear 3 ó 6 decimales) conducía a notables diferencias en las predicciones. Cualquier mínima perturbación en las condiciones iniciales provocaba una gran variación en el resultado final. Lo explicó mediante un ejemplo hipotético: Si un meteorólogo alcanzase una previsión muy exacta, mediante complejos cálculos, podría malograrse el pronóstico por no haber considerado el aleteo de una mariposa en el otro lado del planeta.

Esta clase de dependencias sucesivas y consiguientes "efectos en cascada” está muy presente en nuestra existencia. Cada hecho cotidiano puede alcanzar derivaciones imprevisibles en el futuro, por efectos encadenados. Nuestra vida debe ser cuidadosa, en todos sus aspectos, pues vamos provocando resultados inducidos que pueden ser trascendentales. Una buena acción origina un buen ejemplo, que puede ser seguido por los demás y alcanzar insospechados frutos. Al igual que en los procesos de calidad continua, hemos de abogar por las mejoras minúsculas, que se amplifican por sus consecutivas secuelas en una dinámica de progreso.

En nuestro trabajo, en nuestra vida familiar y social, deberíamos ser más conscientes de cómo trasciende cada pequeño esfuerzo, cada insignificante actuación con un inimaginable resultado final en destino. La labor de los padres y madres, o la de los docentes, es aún más decisiva por las consecuencias personales y sociales que puede alcanzar. Como homenaje al profesorado, Gabriel Celaya resumió el legado cotidiano del educador en un sublime poema:
"Educar es lo mismo / que poner un motor a una barca. / Hay que medir, pesar, equilibrar... / Y poner todo en marcha. / Pero para eso, / uno tiene que llevar en el alma / un poco de marino.../ un poco de pirata... / un poco de poeta... / y un kilo y medio de paciencia concentrada. / Pero es consolador soñar, / mientras uno trabaja, / que ese barco / – ese niño, ese joven – / irá muy lejos por el agua. / Soñar que ese navío / llevará nuestra carga de esperanza / hacia puertos distantes, / hacia islas lejanas. / Soñar que cuando un día / esté durmiendo nuestra propia barca, / en barcos nuevos / seguirá nuestra bandera enarbolada."

Gora España

Quizá sea una expresión políticamente incorrecta para muchas personas, de aquí y de allá, pero algunos pensamos que la ideología del nacionalismo democrático sería perfectamente aplicable en España.

Pero algunos pensamos que la ideología del nacionalismo democrático sería perfectamente aplicable en España. La idea de “vasquizar” España (voz que puede proceder del euskera ‘ezpaina’, pronunciado ‘españa’ y que significa labio) ya la propuso el bilbaíno Miguel de Unamuno, y la expresó poéticamente el hernanitarra Gabriel Celaya (Rafael Gabriel Juan Mugika Zelaia): “Hay que revasquizar España, iberizarla, salvarla del poder abstracto y absoluto, volver a nuestras tribus, nuestro federalismo, nuestra alegría fiera, nuestro respirar limpio, nuestro no al centralismo francés y su dominio”.

La organización administrativa cambiaría radicalmente: Respeto absoluto a la independencia de las autonomías (como entre la Comunidad Autónoma Vasca, la Comunidad Foral Navarra o Iparralde), y descentralización de las provincias (territorios históricos en el caso vasco) con haciendas (forales) independientes y el mismo peso en la elección de los gobiernos autónomos (25 diputados Araba o Bizkaia).

Esto significaría que Madrid o Cuenca contasen con el mismo número de congresistas, como sucede en el Parlamento vasco, y que en cada capital de provincia existiese una hacienda autónoma, que bien se preocuparía de recaudar impuestos y desarrollar su progreso. Destinaría una partida para gastos de la comunidad, en los contados temas coordinados a nivel de cada autonomía (policía autónoma, educación y sanidad), y un cupo para los mínimos del Estado (Corona y ejército, así como Asuntos Exteriores con participación de las autonomías).

Se reubicaría la capital administrativa fuera de grandes ciudades y sin razones históricas, quizá a Ávila (como Vitoria-Gasteiz, descartando la histórica Iruña-Pamplona, el demográfico Bilbao o el turístico Donostia). Se estimularía un pluralismo político y sindical con varios grandes partidos y sindicatos (no menos de cinco en cada caso como en la CAV), lo que inexorablemente conduciría a gobiernos más flexibles, tripartitos como mínimo. Los partidos serían bicéfalos para evitar la concentración de poder ejecutivo y político.

Se cultivaría un respeto a las lenguas, culturas, folklores y tradiciones hispánicas, o ibéricas, favoreciendo el plurilinguismo con varios idiomas oficiales. No sólo el castellano, el euskera, el catalán y/o valenciano y/o mallorquí, el gallego-portugués, el bable,… sino todos los dialectos como el andaluz o el murciano serían cuidados y mantenidos como un bien común y por la riqueza cultural que suponen (como los varios euskalkiak, los dialectos vascos como el Bizkaiera,…).

Se estrecharían lazos con las comunidades en diáspora por todo el mundo. Se aplicarían medidas que ya son efectivas en la CAV con carácter general cuyo efecto positivo es innegable: la gratuidad de la educación en centros públicos o concertados, altos porcentajes de escolarización desde un año hasta la universidad, un mayor gasto sanitario por habitante, una menor inseguridad ciudadana, un bilingüismo real de la sociedad con su lengua propia u otras, la solidaridad con el Tercer y Cuarto Mundo, un salario social extendido a todas las familias, una elevación de salarios y calidad de vida, una mejor formación continua de los trabajadores, un pacifismo militante generalizado por tanto dolor acumulado,… Y otros infinitos matices cotidianos, como los equipos deportivos propios, con jugadores autóctonos.

Creemos que todo ser humano lleva inscrito ese sentimiento que los vascos llamamos AMALUR (Ama Lurra: Madre Tierra, el amor al terruño), y que en quechua se dice Pachamama significando literalmente lo mismo. El nacionalismo es la responsabilidad de cada persona, y de cada pueblo, de cuidar su parcela del planeta Tierra, no frente a los demás, sino frente al descuido y al olvido,... ¿Alguien se apunta a desarrollar más este Proyecto apenas esbozado?
Es posible que desde Euskadi contara con muchos apoyos, y muy probablemente también desde otras nacionalidades o regiones de la península. Quizá pronto podamos oír un recíproco ¡Arriba Euskadi! (que por cierto parece que ese Arriba también fue traducción franquista del euskera Gora, en sustitución del natural Viva). ¡Gora España Askatuta! ¡Viva Euskadi Libre!