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Sin ancianas y ancianos no hay futuro

Sin ancianos no hay futuro
Sin ancianos no hay futuro es un llamamiento para re-humanizar nuestras sociedades y para rechazar una sanidad selectiva. Se ha traducido a varios idiomas y a partir de hoy se difunde a nivel internacional. Nace de una preocupación de la Comunidad de Sant’Egidio por el futuro de nuestras sociedades, una preocupación que ha surgido en estos días de crisis del coronavirus. 

Apela a todos, ciudadanos e instituciones, a cambiar radicalmente de mentalidad para impulsar nuevas iniciativas sociales y sanitarias a favor de la población anciana. Véanse los algunos de los primeros firmantes al final. Os animo a firmar en este enlace, como acabo de hacer yo mismo. Reproducimos aquí este llamamiento.

Durante la pandemia del Covid-19 los ancianos están en peligro en muchos países europeos. Las dramáticas cifras de muertos en residencias hacen estremecer. 

Habrá que revisar muchas cosas en los sistemas sanitarios públicos y en las buenas prácticas necesarias para llegar a todos y curarlos con eficacia, y para superar la institucionalización. Nos preocupan las tristes historias de mortaldades de ancianos en residencias. Se está abriendo paso la idea de que se pueden sacrificar sus vidas en beneficio de otras. El papa Francisco lo define como "cultura del descarte": privar a los ancianos del derecho a ser considerados personas relegándolos a ser solo un número y, en algunos casos, ni siquiera eso. 

En muchos países, ante la necesidad de atención sanitaria está surgiendo un modelo peligroso que fomenta una "sanidad selectiva" que considera residual la vida de los ancianos. Así, su mayor vulnerabilidad, su avanzada edad y el hecho de que pueden ser portadores de otras patologías justificarían una forma de "elección" a favor de los más jóvenes y de los más sanos. 

Resignarse a una solución de este tipo es humana y jurídicamente inaceptable. Lo es no solo según una visión religiosa de la vida sino también según la lógica de los derechos humanos y de la deontología médica. No se puede avalar ningún "estado de necesidad" que legitime o dé cobertura al incumplimiento de dichos principios. La tesis de que una menor esperanza de vida comporta una reducción "legal" del valor de dicha vida es, desde un punto de vista jurídico, una barbaridad. Que eso se produzca a través de una imposición (del Estado o de las autoridades sanitarias) ajena a la voluntad de la persona representa un intolerable atropello añadido de los derechos de la persona. 

La aportación de los ancianos sigue siendo objeto de importantes reflexiones en todas las culturas. Es fundamental en la trama social de la solidaridad entre generaciones. No podemos dejar morir a la generación que luchó contra las dictaduras, que trabajó por la reconstrucción después de la guerra y que edificó Europa. 

Creemos que es necesario reafirmar con fuerza los principios de igualdad de tratamiento y de derecho universal a la asistencia sanitaria conquistados en los últimos siglos. Es el momento de dedicar todos los recursos que sean necesarios para proteger el mayor número de vidas posible y para humanizar el acceso a la atención sanitaria para todos. Que el valor de la vida sea siempre igual para todos. Quien rebaja el valor de la vida frágil y débil de los más ancianos, se prepara para desvalorar todas las vidas.  

Con este llamamiento expresamos nuestro dolor y nuestra preocupación por el elevado número de ancianos que han fallecido en estos meses y esperamos que se desate una revuelta moral para que cambie la dirección en la atención sanitaria a los ancianos y para que estos, sobre todo los más vulnerables, jamás sean considerados un peso o, aún peor, inútiles. 

Entre los primeros firmantes destacan: 
Andrea Riccardi, historiador, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio 
Romano Prodi, expresidente del Gobierno italiano y de la Comisión Europea 
Manuel Castells, profesor de sociología de la Universidad de California Berkeley, España 
Irina Bokova, exdirectora general de la UNESCO, miembro del alto comité para la fraternidad humana, Bulgaria 
Jürgen Habermas, filósofo, Alemania
  Pensar en primera persona, Aitor Urrutia
Como extra recomendamos leer la columna "Pensar en primera persona" de Aitor Urrutia.

Butler, Benhabib y Dussel: tres rutas de filosofía hacia la justicia

Dedicaremos un post consecutivo y adicional a las tres figuras de la filosofía que hemos analizado este mes, Butler, Benhabib y Dussel, resaltando sus coincidencias y diferencias en torno a ética, política y justicia. La justicia no se piensa desde arriba, sino desde abajo: desde la fragilidad, el exilio y la opresión.

Coincidencias:

- Los tres cuestionan estructuras de poder que marginan (género, cultura, pobreza).

- Comparten una ética que pone en el centro a quienes son excluidos o vulnerables.

- Sus obras buscan una democracia más inclusiva y crítica con el orden establecido.

Diferencias:

- Butler: se centra en género, cuerpo y performatividad.

- Benhabib: se enfoca en ciudadanía, migración y democracia deliberativa.

- Dussel: piensa desde el Sur global, con una filosofía de la liberación anticolonial y crítica del capitalismo.

Vulnerabilidad, ciudadanía y liberación: un diálogo entre Butler, Benhabib y Dussel

La filosofía no es un saber abstracto que se encierra en bibliotecas; también puede ser una herramienta para pensar las injusticias del presente. Tres voces contemporáneas —Judith Butler, Seyla Benhabib y Enrique Dussel— muestran cómo la reflexión filosófica puede abrir caminos hacia una política más justa e inclusiva.

Judith Butler: la vulnerabilidad compartida

La filósofa estadounidense Judith Butler (1956) se ha convertido en una referencia ineludible en feminismo y teoría queer. Su tesis más conocida es que el género no es algo fijo ni natural, sino una performatividad, una construcción que se repite en actos y normas sociales.

Pero su pensamiento va más allá de la identidad: Butler insiste en que toda vida es precaria y, por lo tanto, depende de redes de cuidado e interdependencia. Reconocer esa vulnerabilidad compartida es, para ella, la base de una ética de la no violencia y de la solidaridad.

Seyla Benhabib: ciudadanía en transformación

Nacida en Estambul en 1950 y formada en Estados Unidos, Seyla Benhabib ha sido una de las grandes teóricas de la democracia deliberativa. Inspirada en Habermas, pero también crítica con él, propone un universalismo interactivo: los derechos universales deben respetar las diferencias culturales y de género.

Sus estudios sobre migración y ciudadanía son especialmente actuales. Benhabib defiende que la ciudadanía no es un estatus fijo, sino una práctica en constante transformación. En un mundo de fronteras y desplazamientos, urge repensar quién tiene derecho a pertenecer y a participar en la vida pública.

Enrique Dussel: la filosofía desde el Sur

El filósofo argentino-mexicano Enrique Dussel (1934–2023) fue el gran fundador de la filosofía de la liberación en América Latina. Exiliado en México durante la dictadura argentina, desarrolló un pensamiento profundamente crítico con el eurocentrismo y el capitalismo global.

Para Dussel, la filosofía debía partir del grito del oprimido: el pobre, el excluido, el colonizado. Su ética de la liberación coloca en el centro la dignidad de las víctimas, mientras que su política de la liberación exige una democracia auténtica, construida desde los pueblos marginados.

Tres caminos hacia la justicia. Aunque parten de contextos distintos, Butler, Benhabib y Dussel comparten una misma convicción: la filosofía debe escuchar a quienes han sido históricamente silenciados.

Butler pone el acento en la vulnerabilidad de los cuerpos y en la lucha contra las normas que disciplinan el género.

- Benhabib centra su reflexión en la ciudadanía y los derechos de los migrantes, insistiendo en la necesidad de un diálogo intercultural.

- Dussel interpela desde el Sur global con una crítica radical a la colonialidad y al capitalismo, proponiendo la liberación como horizonte.

Los tres, desde perspectivas diversas, nos recuerdan que la justicia no puede pensarse desde arriba, sino desde abajo: desde la fragilidad, el exilio y la opresión.

Butler, Benhabib y Dussel son filósofos de la resistencia. Sus obras invitan a ampliar nuestra mirada, a preguntarnos quién queda fuera del “nosotros” y a imaginar formas de vida más inclusivas. En tiempos de crisis climática, migratoria y social, sus voces nos enseñan que la filosofía no está desconectada de la realidad: al contrario, puede ser brújula para orientarnos hacia un mundo donde nadie quede excluido.

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