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Entrevista en Blog de blogs

Hace exactamente un mes, en Blog de blogs me hicieron esta entrevista, que reproduzco aquí. ¡Gracias, M@k!

1.- ¿Nos hablas de Mikel Agirregabiria?
¡Qué difícil es hablar de uno mismo! El género de biografías siempre me ha parecido superior, pero el de autobiografías es el supremo. Mikel, Joseba Mikel, José Miguel, es una persona ya mayor (desde fuera es algo inapelable), que ha cumplido once lustros. No es que empiecen a pesar, que sí pesan, sino que –y es lo peor- comienzan a pesar para los demás. Parece que ya no cuentan tanto con mi aportación, con mi potencial,… y eso hace mella. Lo cierto es que mis “ambiciones”, lo digo sin ambages, han ido quedando por la cuneta de la vida. Es un camino largo, creo que ameno (no lo cambiaría por ningún otro), pero que te va despojando de metas,… aunque aún conservo algunas. La verdad es que no puedo quejarme. Para mí, lo familiar es lo primero, y lo profesional lo segundo,… y todavía quedan más apartados. Soy muy feliz con mi familia, con mi esposa, pero nuestros hijos han crecido, han acabado sus carreras (al menos, las iniciales) y están trabajando. Mi hija mayor se ha casado, pero con hijos responsables y sin nietos (todavía, confío), disponemos de algún tiempo libre. Mi profesión, en un puesto de funcionario de Innovación Educativa, con perspectiva de toda Bizkaia, es sumamente estimulante, y ofrece unas inmensas oportunidades de seguir aprendiendo, sobre todo con los equipos humanos con quienes tengo la suerte de trabajar. Son educadores, asesores especialistas, profesorado de aula,…, y sí también con algunos de rango político, con quienes –a veces, muchas veces- hasta se coincide en la vocación del magisterio. He sido, siempre, alguien dedicado a la formación. En colegios y en la universidad, impartiendo clases en la Escuela de Magisterio de Bilbao. En 1981 conseguí la titularidad en Didáctica de las Matemática y de las Ciencias Experimentales, y en 1985 pedí la excedencia voluntaria, tras diez años de docencia universitaria. Mis estudios de Ingeniería Industrial en Automática (tras mi Licenciatura en Ciencias Físicas, especialidad teórica) me habían llevado a un primer contacto con la Informática. Programé en el Centro de Cálculo con tarjetas perforadas, compré en 1982 un Sinclair ZX-81 y escribí el primer libro en castellano sobre Logo, un lenguaje que parecía tener futuro en la educación. Dirigí en 1984 la primera experiencia de informática educativa con Acorn BBC y entré en 1985 en un recién creado Servicio de Tecnología y Educación en el Gobierno Vasco en 1985. Fue una experiencia única que nos llevó a liderar a escala europea este campo, acertando al homologar PC para las aulas (un disparate en la época, Televideo PCs con un coste individual de 300.000 ptas de la época, superior a un coche utilitario). Editamos revistas como Txalaparta y viajamos por toda Europa, contando el Plan Vasco de Informática Educativa (PVIE). Luego hubo cambios políticos, y el impulso inicial se desvió. Fueron tiempos de cambios. Trabajé, por días en Fujitsu, en grandes ordenadores. Pasé por los Departamentos de Cultura y Turismo, como asesor de ciencia y tecnología, para crear un Museo de la Técnica de Euskadi. Cursé un interesante Máster en Museología. También estuve en el Departamento de Presidencia, en Prevención de Drogodependencias, antes que disfrutar ocho años como Director de Formación en EITB (Ente Vasco de Radio Televisión), entre 1991 y 1999. Entre 1995 y 2000 mantuve, con mi familia nuclear, una Academia de Informática e Idiomas, kIDEAk, que fue algo inolvidable, de nuevo por el contacto con un alumnado excepcional. Todo ello, compatibilizando el trabajo por cuenta ajena y una labor de tardes y fines de semana. Después me incorporé a la plaza de responsable de Innovación Educativa de Bizkaia, donde sigo en la actualidad con un paréntesis entre 2001 y 2005 en el Departamento de Industria, donde pude experimentar el teletrabajo. Siempre me he dedicado a la enseñanza, en ámbitos como la Universidad o la empresa (EITB), y he participado -activamente, pero en segundo plano- en la definición de políticas educativas. Conocí los detalles del Pacto Escolar de 1993, las negociaciones de la LOGSE, de la LOCE, de la LOE,… aunque sin responsabilidades de gobierno, excepto las derivadas de mi condición de funcionario (en varias administraciones). Me he extendido demasiado, pero no es sino por los años acumulados,… Además, creo que he relatado lo más externo y objetivo; es decir, lo menos interesante. Para saber quién es alguien, lo mejor es leer su blog.

2.- ¿Qué es lo que te movió a bloguear? ¿Y lo que te mueve ahora? ¿Y a "twittear"?
Siempre me gustó escribir. Poesía, de estudiante (algún día debo encontrarla en el camarote). Compré una máquina de escribir, luego una eléctrica y cuando el editor LOGO del Commodore C-64 permitió redactar, sin acentos ni eñes, me lancé a escribir. He escrito varios libros, pero sobre todo Cartas al Director. En prensa diaria y revistas especializadas, desde Autopista hasta las primeras revistas de Informática, donde obtenía algunos jugosos rendimientos (también de algunos programas de la era protoinformática). Comencé hacia 1998 con mis hijos pequeños una web, www.getxoweb.com, que aún puede verse (como www.agirregabiria.net). Mis dos mil artículos de opinión, que se han publicado en dos centenares de medios en papel y electrónicos, se fueron agrupando en mikel.agirregabiria.net. Cuando llegaron los blogs, hacia el año 2002, me pasé a Blogger y allí sigo con mi blog.agirregabiria.net, que acumula 4.400 entradas de peso e interés muy variable. Más recientemente he creado un segundo videoblog, en Tumblr, además de colaborar a crear otros blogs colectivos, como ZiberEskola.
Twitter es una experiencia de hace unos veinte meses, y que me ha sorprendido tanto por su respuesta, como por la incredulidad que aún mantengo respecto a saber exactamente de qué se trata. Es una ventana de vecindad, con amigos cercanos y que conocemos en la vida real, y otros más remotos con quienes se debate, o te alegran la mañana (algunos simplemente porque están en otro huso horario y se van a acostar con unas terribles ganas de reírse del mundo). La admiración por el micrologging también me llevó a la foto diaria en Twitxr (sin contar las 30.000 fotos de Flickr, la mayoría privadas). También me divierten los wikispaces, y mantengo alguno personal, Wiki, y varios profesionales.

3.- ¿Crees que existe "la blogosfera"? ¿Cuál crees que es el efecto real de nuestra actividad sobre la sociedad, sobre el "mundo real"?
La blogosfera, como las meigas, haberla la hay. ¡Vaya si existe! Todavía no ha alcanzado el impacto que logrará, pero su influencia es creciente. Hay que reconocer que para una gran parte de la población, la blogosfera es una entelequia que no parece afectar a su vida cotidiana. Pero, en la misma o mayor medida en la que lo aceptarían de los medios de comunicación más convencionales, sus opiniones, sus creencias, sus convicciones, sus emociones,… se están gestando en un ámbito que aparece opaco a sus vidas. Pero les alcanza de una u otra manera. Más aún a quienes hemos descubierto, y cada día aprendemos más, otro modo de relación a través de Internet.

4.- ¿Qué sectores de la sociedad piensas que necesitarían más adoptar "lo 2.0": empresa, educación, ciencia, cultura, política, religión...?
Al fin, una pregunta fácil, aunque veo que también contiene su truco. ¿Qué sectores? Todos. Lo difícil es señalar en cuáles es más urgente la revolución 2.0. Para algunos, quizá la educación, donde no podemos perder un segundo. Puede que no sea neutral, porque educación es mi pasión. Pero, sin olvidar la empresa, la ciencia, la cultura, la política (que tanto podría hacer si se entendiese 2.0). ¡Si nos dejasen “entendernos políticamente” a los/las bloggers! Religión, otro ámbito urgente. Fina cuestión. Hasta entrar en el meollo de la blogosfera, algunos no nos dimos plena cuenta del sentido, a veces sublime y otras grisáceo, de la liturgia.

5.- Unas cuantas preguntas cortas, con la declarada intención de ponerte en algún brete:
- ¿Getxo o Bilbao?
Me pones en un apuro, M@k, lo que demuestra que me conoces (sobre todo, por Aprendices y por Twitter). No puedo decidirme. Soy de Bilbao, nací (y mis hermanos, mi esposa y mis hijos en un tramo de la calle Gordóniz), y nos criamos entre Indautxu y el Casco Viejo. Felizmente, desde hace poco vuelvo a trabajar en Bilbao (después de Vitoria y Iurreta), y me encanta Bilbao, el nuevo y el viejo. La Villa oscura que fue y la metrópoli luminosa que es. Pero, al casarnos (con 24 y 22 años) nos fuimos a vivir al lugar soñado, Las Arenas en Getxo. Y Getxo nos atrapó, de por vida. Sólo lamento el atasco cotidiano para enlazar los catorce kilómetros que unen Getxo con Bilbao. Si me obligas a decantarme, me quedo con… Getxo.

- ¿Getxo o Alicante?
Otro dilema. Suelo decir que “vivir, vivo en Alicante”, aunque sólo pase allí dos meses al año (con escapadas). Veraneamos en el municipio costero más meridional desde que nuestro hijo pequeño tenía dos años, y ese municipio nació con él (en 1986, al segregarse de Orihuela). Creo que tengo idealizado Alicante, por sus gentes, por los amigos de todas partes que allí nos reunimos, por la luz, por el sol infinito. Si me obligas a decantarme, me quedo con… Getxo, pero necesito más tiempo en Alicante donde pasaría mucho más tiempo del que actualmente puedo permitirme.Aquí lo tengo más claro. Creo, quiero creer, que puedo pasarme sin Twitter. De hecho, cuando no funciona, sobrevivimos sin Twitter. Me resultaría más espinoso no cumplir la cita diaria, caiga quien caiga y se pueda desde donde se pueda, con mi blog.

- ¿Wiki o Google Doc?
Ambos, pero uso bastante más los Wikis; acaso, porque me gusta tener organizada y estructura la información por reuniones periódicas, grupos de trabajo o de amistad,….

- ¿Fortran o HTML?
FORTRAN fue mi primer lenguaje, estudiado sobre el papel y en teoría. Con exámenes en cuartillas, hasta que llegó un miniordenador al Departamento de Termodinámica, con pantalla y todo. Lo conté en Confesiones de un adicto a la Informática. Luego vinieron muchos lenguajes, y BASIC fue en el que más programé. Pero, HTML fue una revelación. Hoy día, HTML,… y lo que le siguió (Java, Php,… aunque estoy descolgado de esta carrera).

- ¿Canon o Nikon?
Otra vez me pillas. Pero Nikon es mejor, aunque todavía no me llega y me he quedado con Canon. Es un largo recorrido de cámaras desde las convencionales Zenith y Pentax, y las digitales Panasonic, Fujitsu, Sanyo, Canon,… y quizá, algún día,… No tengo demasiada prisa.

6.- Cambiando un poco de tercio, ¿la red favorece más la creación de "think tanks" locales o más la recolección individual de la información y la autoeducación personal? ¿Se podría considerar que Aprendices es un think tank, de alguna manera?
La red permite, favorece, impulsa y hace poco a poco inevitable otros modos de gestionar la información, el conocimiento, la sabiduría, el poder,… Internet distribuye el poder en más centros, en nodos que hasta ahora estaban huérfanos de acceder a los demás e influir en sus decisiones. Pero la inercia, la –a veces- maldita inercia, trata de oponerse. Y los poderes fácticos se niegan a que la ciudadanía de a pie sea consciente de la emancipación que suponen la mayor pluralidad de agentes decisorios. Los "think tanks" no dejan de ser estadios intermedios de evolución, el mal menor que toleran los dinosaurios. Han abierto las compuertas del castillo donde residía el poder absoluto, el santa santorum del saber, pero siguen creyendo en minorías selectas. Se tardará todavía unos años, menos de los que suponen muchos eruditos, pero el voto ya está repartido y el poder se diseminará con el crecimiento de las redes sociales, algo que ya está aconteciendo. Aprendices es más que un think tank, es una vidriera, aún tosca, que permite vislumbrar un futuro prometedor.

7.- ¿Qué se necesita más en Educación: ordenadores ultra portátiles o plataformas de blogs?
Ambos elementos. Los ultraportátiles nos liberarán de las salas que concentran ordenadores, y los introducirán en las aulas ordinarias, impediendo que el profesorado más recalcitrante pueda escapar a su existencia trastornadora. Las plataformas de blogs permitirán la creación de contenidos “entre todos”, también por el alumnado, pero sin que la función de enseñanza-aprendizaje se rompa. Aprender mediante un proceso de instrucción guiado es un método rapidísimo de avanzar, pero el aprendizaje significativo ha de construirse por uno mismo… con ayuda de grandes docentes.

8.- ¿Ves algún modo de encajar blogs y divulgación científica? ¿Podría ser una forma de atraer a los científicos a la arena del pueblo?
La ciencia es una asignatura pendiente. Especialmente, y en estos momentos, en Europa, y entre nosotros. La Unión Europea, y el primer mundo, están preocupados por la falta de profesionales en áreas científicas y tecnológicas. En nuestro entorno, estas carencias serán gravísimas a muy corto plazo. Para solventar este problema es preciso acometer medidas muy tempranas. La enseñanza infantil y primaria debe alfabetizar matemáticamente, para evitar el alejamiento prematuro de algo esencial para interpretar el mundo contemporáneo. La enseñanza secundaria debe concentrarse en competencias matemáticas, científicas y digitales, algo que no logra actualmente. El método científico exige una enorme variedad de procedimientos teóricos y experimentales que encuentren destinatarios jóvenes que hayan descubierto el placer de investigar el universo que nos rodea. La ciencia debe encontrar vocaciones, evitando la laguna matemática y mostrando cómo hemos sabido crear el corpus de conocimiento actual sobre generaciones y generaciones de saber acumulado, inferido, comunicado, replanteado, redescubierto,… Los científicos punteros tienen responsabilidades innegables, de enseñar, de investigar y de divulgar. Y no sólo sus ideas, sino también sus motivaciones para seguir en la búsqueda de la verdad, que tanto nos ayuda a todos.

9.- Otra de tus grandes aficiones es la fotografía, y últimamente publicas muchas "fotos HDR". ¿Podrías explicarnos de qué se trata?
Me considero un fotógrafo mediocre, porque no he sistematizado mi afición con estudios complementarios. Pero lo intento, casi todos los días. Mi único mérito es llevar encima una cámara, casi siempre. Me siento incompleto si salgo a la calle sin mi testigo del tiempo. Por eso elijo cámaras compactas. Las fotos HDR son imágenes tratadas para que imiten el funcionamiento de la pupila humana, como explica la Wikipedia. El efecto es mágico, en el sentido que ilumina y resalta todas las áreas retratadas, a pesar de las diferencias de luz que pueda haber y que la fotografía sin retocar no compensa. Para obtener estas fotos HDR, basta tomar varias instantáneas con exposiciones distintas (entre +2 y -2) y luego superponer las imágenes. En la práctica, es muy sencillo usar una cámara que admita formato RAW de modo que programas como Photomatix Pro permita lograr ese efecto.

10. Con todas tus actividades, y lo que publicas y twitteas, ¿te da tiempo a leer blogs? ¿Cuáles nos recomendarías del entorno de la educación? ¿Y de la ciencia?
Sigo y leo, con Google Reader, 483 blogs. Ser blogger es, ante todo, leer muchos blogs. Luego, comentarlos, aunque en esto peco de escasez. Y por último, si hace al caso, escribir algo,…, y aquí mi error es por exceso. Publico demasiados posts, de interés muy desigual, y de temáticas muy dispersas. Quizás ahora, Twitter y Tumblr, me permiten derivar reseñas a formatos más ligeros para dar algo de homogeneidad al blog principal. Mis suscripciones, incluidas las de educación y ciencia, pueden verse linkadas en este post, de hace casi un año. Todos los días selecciono decenas de entradas que me han gustado en mis posts compartidos, que incluyo en la banda lateral del blog.

11. Una última pregunta que no suelo publicar: dejando a un lado los de la pregunta anterior, ¿qué blogs te gustan más?
Me agradan especialmente los blogs que agrupo en una categoría de colegas, con personas que siento cercanas y a quienes sigo con máxima atención. Muchos blogs son de Aprendices, o de Ikasbloggers. Además de los campos citados, me gustan algunos de humor, fotografía, automóviles y tecnología.

Innovación educativa: ¿excesiva e inconexa?

Así parece opinar Michael Fullan (Vía: La Mirada Pedagógica), quien considera que una de las principales dificultades para la mejora de las escuelas de los países occidentales no es la ausencia de innovación, sino más bien la presencia de demasiados proyectos novedosos, compartimentados y no acordados. A las reformas estructurales estatales, LOGSE, LOCE, LOE,... se suman y superponen cambios de marco europeos (generalmente bien orientados, currículos de competencias básicas) y otras muchas innovaciones autonómicas. En nuestro caso, nuevo currículo vasco, revisión de los modelos lingüísticos, mapas escolares,... más planes, programas y líneas prioritarias (hasta 17 en el último trienio),... ¿Está siendo asimilada e incorporada a la práctica real de las aulas... y de las casas... tanta renovación pedagógica poco evaluada y nada explicada a las familias?
¿No convendría en un ámbito tan esencial como la educación una mayor prudencia, análisis y evaluación de experiencias anteriores o externas antes de proyectar tantos y tan variados cambios superpuestos, relacionados y simultáneos?

LOE: La Olvidada Educación

Un eclipsado debate tras 8 Leyes Orgánicas educativas aprobadas en 25 años. Demasiadas reformas para seguir distanciados de la Europa más avanzada.

La educación es una tarea generacional, prolongada a lo largo de la vida, que afecta intensivamente a los más jóvenes, en un inigualable esfuerzo colectivo donde participan familias, profesorado, alumnado y el conjunto de la sociedad. Todo ello requiere un marco político y administrativo consensuado, con vocación de larga permanencia en el tiempo para garantizar el máximo aprovechamiento de tan ingentes recursos humanos y materiales.

La educación es responsabilidad de la familia, que delega en la enseñanza parte de sus funciones. La formación se estratifica en etapas, desde la educación infantil hasta la formación profesional o la universidad, y en planos de actuación abarcando desde el autoaprendizaje, el aula, el centro, la red o el sistema global. En el Estado español, con las competencias educativas transferidas a las Comunidades Autónomas, una nueva Ley Orgánica de Educación (LOE) ha despertado un doble debate, interno entre docentes y público donde se enfrentan algunas visiones opuestas (asignatura de religión, concertación de centros privados,…).

El proyecto de LOE presentado por el Ministerio de Educación y Ciencia para su tramitación en el Congreso ha sido calificado de muchas formas, según la perspectiva de los analistas. Puede definirse como un texto reducido, no excesivamente pormenorizado ni intervencionista, que busca soslayar los mayores escollos con los sectores más influyentes sin negar su inspiración “socialista”. Quizá la LOE sea una concreción del “talante Zapatero”, que -con paradojas y contradicciones- busca la máxima mayoría parlamentaria.

Repasemos algunas inconsistencias. En la exposición de motivos, declara que las evaluaciones internacionales recientes, como PISA (trianual) y TIMMS (cuatrianual), ponen de manifiesto que es posible combinar calidad educativa con equidad en su acceso, pero la LOE ni propone mecanismos urgentes de mejora (que obligarían a una mayor inversión), ni menciona las “devastadoras conclusiones del Informe Pisa” que denuncia el Consejo de Estado de Educación, máximo órgano consultivo que en su preceptivo dictamen proclama: “Parece como si el anteproyecto tratara sólo de modernizar el sistema educativo y no de corregir tendencias a la baja calidad que son de dominio público y preocupan a la sociedad…”.

Entre las incoherencias, sobresalen algunas. Propone el carácter “complementario” de las redes escolares pública y concertada, porque reconocer la “subsidiariedad” sería impresentable en nuestra realidad educativa continental, aunque luego en el articulado separe tajantemente entre centros públicos y centros sostenidos con “fondos públicos” (que incluiría a los privados concertados). Igualmente se pregona la autonomía de los centros docentes, pero no se facilitan instrumentos para ello en la escuela pública. Presume como gran novedad un área de “educación para la ciudadanía”, sin que se sepa quién impartirá tan difuso y discutible contenido.

En su última redacción ha incorporado el “esfuerzo individual de los alumnos”, como uno de los principios de la educación y como uno de sus fines “el mérito y el esfuerzo personal”. Este eslogan de la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación) era uno de los aspectos más rescatables de la ley del PP, y aunque el PSOE se negaba a destacar su presencia, al final la obviedad se ha impuesto. Afortunadamente en la disposición final primera se pregona que el primer deber básico de los alumnos es… estudiar (lo que lamentablemente parece pertinente por un inexplicable olvido muy extendido).

El porcentaje de contenidos básicos de las enseñanzas básicas, 55% en las Comunidades Autónomas con lengua cooficial y 65% para las restantes, ha sido otro punto de polémica política artificial en prensa. Los educadores sabemos que la realidad escolar del siglo XXI exige un núcleo planetario absolutamente común (no en el Estado, ni en Europa siquiera), que es lo que se mide en las evaluaciones internacionales (matemáticas, ciencias, primera lengua,…). Igualmente sólo alguien ajeno a la práctica docente puede negar la indispensable adecuación curricular que desde la escala no sólo autonómica, sino de centro, de profesorado, de aula y de cada miembro del alumnado ha de programarse.

Otra espinosa controversia se centra en la enseñanza de la religión. La disposición adicional segunda comienza desacertadamente: “La enseñanza de la religión se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre el Estado español y la Santa Sede,…”. Pareciera que la enseñanza religiosa no fuese una frecuente demanda familiar, de un alto porcentaje de madres y padres que la consideran esencial. Su deseo legítimo, al igual que el de quienes prefieren que sus hijos e hijas no reciban enseñanza confesional alguna, debe ser garantizado, al igual que los derechos de los docentes de estas materias. La opción más aceptable sería una materia de oferta obligatoria en todos los centros en sus versiones confesional (de todas las iglesias con representación significativa) y no confesional, para la aceptación voluntaria por parte de las familias. Debiera ser evaluada didácticamente para su notificación familiar, aunque no computable a ningún efecto académico (becas, promoción,…). El apartado 3º, que otorga a la entidad religiosa la condición de empleador y establece el pago delegado, no parece satisfacer ni al profesorado implicado, ni a las jerarquías eclesiásticas, por lo que parece inviable semejante variación unilateral de empleador cuando ni el receptor ni los trasferidos lo asumen. También sería de justicia la equiparación académica y salarial de este colectivo que reúne a más de 17.000 docentes en el Estado.

Entre sus cualidades, la LOE se destaca porque simplifica la proliferación de leyes educativas y de sus correspondientes reglamentos emitidos desde 1990, derogando -además de otras leyes menores- la LOGSE (Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de 1990), la LOPEG (Ley Orgánica de Participación, Evaluación y Gobierno de los Centros Docentes de 1995), y la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación de 2002). La litigada LODE (Ley Orgánica del Derecho a la Educación de 1985), corrigiendo algunos de sus excesos, queda drásticamente reducida a una cincuentena de artículos (de sus 63 artículos iniciales), e incluso también son abolidos o reformulados muchos apartados de los artículos vigentes por la disposición final primera del anteproyecto. Desafortunadamente, el anteproyecto delira cuando, en su apartado 5º de la citada disposición, introduce un disparatado y encubierto derecho a la huelga del alumnado menor de edad, que ni respeta las responsabilidades, derechos y deberes de los padres, ni mejora la participación discente en la organización escolar. Debería suprimirse este enunciado, sin perjuicio de recoger adecuadamente el derecho de reunión en el centro escolar, respetando los horarios de actividad y los derechos de cuantos constituyen la comunidad educativa, previa comunicación a la dirección o de acuerdo con ella.

Las preconizadas “evaluaciones de diagnóstico”, al finalizar el segundo ciclo de Primaria (10 años) y al concluir el segundo curso de la Secundaria obligatoria (14 años), pueden ser reconocidas como puntos positivos por su carácter formativo y orientador, sin la estricta connotación de reválida (que la LOCE promulgaba) y que al medir currículos (y no competencias) podría condicionar y uniformar excesivamente la necesaria autonomía docente para atender a la diversidad discente. De este modo, queda una medición objetiva de la Primaria, antes de su tercer ciclo, y otra graduación en la crítica edad intermedia de la ESO, cuando en 3º parece que muchos de nuestros estudiantes encuentran súbitamente todos los obstáculos en lo que parecía un generalizado progreso modélico. Más dudosa es la supresión de la PGB (Prueba General de Bachillerato), prevista en la LOCE y común en toda la Unión Europea (salvo en Grecia y Portugal).

El retardo de los itinerarios hasta 4º de la ESO es oportuno y paneuropeo, cuando aparecen tres materias de modalidad y algunas optativas, retrasando el prematuro adelanto de la LOCE. Igualmente resulta conveniente la suavización en el número de asignaturas no superadas para promocionar de curso, porque nuestro retardo medio no mejora ni la calidad ni la equidad, y porque son más efectivas las medidas de refuerzo dirigidas hacia la superación final. El clamor contra la “promoción automática” ni es exacta, ni se corresponde con la reglamentación de los países de referencia educativa.

El reagrupamiento en tres bachilleratos de Ciencias y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales, y Artes es acertado. La fusión en el primero de ellos de los antiguos Bachilleratos de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud junto al de Tecnología era necesaria, y debería servir para incrementar el flujo hacia esta modalidad. Únicamente entre las materias comunes del Bachillerato, previstas en el artículo 34, debería incorporarse el metalenguaje omnipresente de una “Matemática Aplicada”.

Las insuficiencias de la LOE son variadas. El avance que supone la declaración de carácter educativo de los dos ciclos de Educación Infantil (superando el anacrónico nombre de Preescolar que reitera el PP), queda desdibujado por no abordar este período en tres ciclos bianuales (como todo el resto de la educación hasta el diseñado en el Espacio Europeo de Educación Superior). La espuria razón para este lastre es la inercia anterior y la insuficiente financiación dedicada a esta etapa, que da lugar a discrepancias totales entre Administraciones Educativas donde se retarda Andalucía (única con tasas de escolarización menor del 90% de la población de 3 años), mientras el País Vasco supera el 90% incluso de la infancia de 2 años. La gratuidad promulgada por la LOE del segundo ciclo de Infantil (3-6 años) es una mejora sólo para las Comunidades más retrasadas, mientras que las demandas sociales en edades más precoces ya se desbordan en las Comunidades mejor financiadas. En esta etapa, la subsidiariedad de la concertada se manifiesta en el artículo 15, en donde se garantizan una oferta suficiente en los centros públicos (además sólo con un incremento progresivo desde la situación actual), mientras que apenas se esboza que “podrán establecerse conciertos con centros privados”.

Son meramente declarativas y sin previsiones las apuestas por la mejora de los idiomas (foráneos y oficiales), que la LOE sigue sin apoyar más decididamente, o el aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación, donde nuestro retraso pedagógico comparado es deprimente. Igualmente las bibliotecas escolares quedan simplemente citadas y no incentivadas.

La participación de las familias podría acrecentarse asegurando, en función de la edad del alumnado, porcentajes no inferiores a un tercio de padres adicionalmente a un sexto de alumnos, en el artículo 126 sobre la composición del Consejo Escolar, para mostrar quiénes son los destinatarios que justifican todo el servicio educativo.

Respecto a la equidad escolar, el creciente alumnado (propio y extranjero) con necesidad específica de apoyo educativo por origen o minusvalía (sensorial, síquica o motora), e incluso el de altas capacidades intelectuales, sigue en la ambigüedad o en la inseguridad al asegurarse que las dotaciones para centros públicos y concertados serán las mismas (artículo 72), mientras que simultánea y posteriormente en el artículo 112, de medios materiales y humanos, se distinga sutilmente entre sus apartados primero y siguientes. Inicialmente se menciona expresamente a los “centros públicos” como aquéllos que deben ser dotados por las Administraciones Educativas, mientras en los restantes párrafos sean los “centros” genéricos los que atiendan a alumnado de educación especial,… Este artículo debiera incorporar el detalle de referirse en todo momento a los “centros sostenidos con fondos públicos”.

Preocupante resulta el matiz establecido en el artículo 84, relativo a la admisión de alumnos, donde se cita que “las Administraciones educativas realizarán una programación adecuada de los puestos escolares gratuitos que garantice el derecho a la educación”, pero sin mencionar la libertad de elección que corresponde a las familias. En ese mismo artículo, falta la inclusión de un criterio que facilite la continuidad pedagógica en un mismo centro, tanto en el caso de titularidad pública como no pública. En el artículo 88, sobre garantías de gratuidad, sigue sin aparecer el coste de los servicios complementarios de transporte y comedor, que debieran recibir un tratamiento similar en todos los centros sostenidos con fondos públicos.

Tampoco se acomete en esta oportunidad un refuerzo de la formación inicial del profesorado de enseñanza infantil, primaria y secundaria. La convergencia de las condiciones laborales, profesionales y económicas del profesorado y del personal no docente, tanto de centros públicos como concertados, queda en el limbo de los deseos, con una confusa cita en el apartado 117.4 donde turbiamente se sugiere “posibilitar la equiparación gradual de la remuneración (del profesorado concertado) con la del profesorado estatal (sic)”. Como si no existiesen diferencias salariales, incluso entre funcionarios docentes (respecto al “profesorado estatal”, sólo el redactor sabrá a qué se refiere en niveles no universitarios). Por último, en el capítulo del profesorado, la disposición transitoria segunda podría extenderse más allá del 4-10-2010 el régimen de jubilación voluntaria de los mayores de 60 años, a fin de rejuvenecer las plantillas docentes.

Lo peor es el mantenimiento de un sistema educativo basado en la oferta, y no en la demanda familiar (artículo 109. 2). La misma consideración de la educación como “servicio público”, quedaría mejor expresada como “servicio esencial” o de “interés general”, con independencia de la titularidad pública o concertada del centro elegido por los progenitores (situación a la que más se acerca en el Estado la Comunidad Autónoma Vasca, por tradición y financiación). El progreso hacia un sistema cooperativo, prestado por centros públicos y otros de iniciativa social, se entorpece cuando se desiguala por titularidad, como en el artículo 122.3 donde se concede que sólo los centros públicos podrán obtener recursos complementarios. Esto es apropiado y novedoso, pero debiera abrirse en las mismas condiciones a todos los centros “sostenidos con fondos públicos”.

Resulta aberrante el apartado 3 del artículo 109: “En la programación de la oferta de plazas, las Administraciones educativas armonizarán (sic) las exigencias derivadas de la consideración de la educación como servicio público, con los derechos individuales de alumnos, padres y tutores. Asimismo, conciliarán (sic) la libertad de elección de centro con el principio de equidad, atendiendo a las limitaciones materiales derivadas de la capacidad de los centros y de las consignaciones presupuestarias existentes y al principio de economía y eficiencia en el uso de los recursos públicos (sic)”. Discrepamos profundamente de que la economía impida derechos fundamentales, o que éstos queden restringidos por inciertas razones de supuesta eficiencia. Nefastamente, en la redacción actual el Estado parece erigirse como único titular originario del derecho a la educación, quedando las familias y los centros educativos reducidos a concesionarios de tal derecho. A todos nos conviene que los padres defendamos nuestro derecho a escoger el tipo de educación que preferimos, incluida la formación moral y religiosa que responda a nuestras convicciones.

Nadie discute la necesidad de una reforma educativa, cuando los datos negativos se acumulan en informes internacionales o en comparativas de fracaso escolar. El optimismo para que podamos competir con los mejores debe partir del máximo realismo sobre nuestra posición de partida, así como de un amplio y comprometido enfoque comunitario. Una Pedagogía del Éxito entraña que las familias y los educadores mantengan expectativas positivas sobre las capacidades de sus hijos y alumnos, para afrontan motivada y conjuntamente tan decisiva tarea, solventando los problemas crónicos con ilusión y apoyo social.

Concluyendo: Conviven en el Estado sistemas educativos muy diferenciados que la LOE debiera impulsar y desarrollar mirando hacia lo mejor de Europa, nunca uniformar por abajo. En general, nuestras posiciones educativas son mediocres o insuficientes respecto a la Unión Europea, y entre los países de la OCDE. No es algo de extrañar, dado que socio-culturalmente, económicamente y en esfuerzo educativo (interés familiar y porcentaje del PIB) no destacamos especialmente hasta la fecha.

Sólo cuando la ciudadanía presiona electoralmente, los poderes públicos y los dirigentes políticos otorgan la merecida atención, prioridad y recursos a la educación, a la universidad y a la investigación. Es el tiempo de los hechos. Rige un lema magistral: 'Si alguien cree que la educación es cara, que pruebe con la ignorancia'. Nuestro futuro individual y colectivo, a corto, medio y largo plazo, depende básicamente de nuestra apuesta educativa. Ojalá el debate sobre la LOE nos permitiese advertir la trascendencia de lo que está en juego.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/loe.htm

Paremos la contrarreforma educativa

Urge una moratoria contra el desarrollo de la LOCE.

Mikel Agirregabiria Agirre / Pedro Pablo Arrinda Miembros de la Asociación de Profesorado www.Irakasten.org

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española delimita la palabra REFORMA como "lo que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o mejora en alguna cosa". Por ello, Ley Orgánica de Calidad Educativa (LOCE) siendo justamente la antítesis de la definición, fue exactamente una Contrarreforma, dirigida tanto a desandar los aspectos más progresistas de la LOGSE como a imponer un sistema educativo uniforme, negando las peculiaridades socio-lingüísticas y los avances educativos de sistemas escolares líderes, como el vasco. Por ello, la LOCE fue rechazada de plano por la Comunidad Educativa en Euskadi, impugnada por las autonomías del Estado y sólo pudo aprobarse en las Cortes por imposición de la mayoría absoluta del PP.

La LOCE siguió un procedimiento de urgencia regido la falta de debate entre los diferentes estamentos y agentes educativos, siendo justamente un contraejemplo de lo que debe ser todo progreso en materia educativa, que inevitablemente origina profundas transformaciones y efectos en múltiples áreas sociales, culturales y laborales. Siempre fue una premisa, hasta la etapa de Pilar del Castillo, el previo consenso político mediante el diálogo entre las partes y el respeto exquisito a las competencias plenas que en materia educativa concede, incluso, la Constitución.

Justamente cuando el reconocimiento universal a la “educación en valores éticos” es obligado baluarte de toda educación contemporánea del siglo XXI, el procedimiento seguido por el gobierno del PP para efectuar su contrarreforma -sin contar con ningún grupo de la oposición- atentó contra las bases mínimas de tolerancia que cabe esperar entre educadores. El diálogo brilló por su ausencia, lo que no redundó justamente en beneficio de la “calidad”. Difícilmente la comunidad escolar de profesorado, alumnado, familias y administración aprenderá a compartir derechos y responsabilidades, si el Ministerio de Educación, Ciencia y Deporte impone sus ordenanzas por el artículo 33 del “ordeno y mando”, más propio de épocas pretéritas.

El Gobierno Vasco fue el muy crítico con la tramitación de la LOCE, por el agresivo recorte que suponía la violación de la capacidad de decisión que otorga el vigente Estatuto de Gernika. Con esta Ley Orgánica se pretendió vulnerar y vaciar de un plumazo todo el contenido educativo del Estatuto, no sólo incumpliendo la transferencia de las competencias que restan aún por traspasar, sino anulando la capacidad legislativa exclusiva reconocida y aplicada desde 1979.

La Calidad Educativa se expresa en complejos términos cualitativos y cuantitativos, donde no valen pretextos simples como la reducción estadística del fracaso escolar, que no se resuelve por decreto y que -por cierto- difiere en mayor grado entre Euskadi y algunas regiones españolas, que entre los Estados más avanzados respecto a nuestra realidad educativa propia. La deseada armonización europea está siendo justamente muy respetuosa con los distintos escenarios educativos para progresar desde sus diferentes posiciones sin uniformismos innecesarios.

Para finalizar, quisiéramos reseñar que existen dos principios básicos para una educación de excelencia: la autonomía hasta la escala de centro y el consenso de todos los agentes socioeducativos implicados en la tarea de aprender conjuntamente. Dado que el PP omitió ambas piedras angulares de todo sistema educativo de calidad, nos sumamos a la petición de suspensión o moratoria de todos los decretos derivados de la LOCE.

Políticos en la Escuela

Que los políticos hablen de educación es un indicio seguro de elecciones.

El profesorado, las familias y la ciudadanía en su conjunto sabemos que un signo inequívoco de próxima convocatoria electoral es que los políticos hablen de educación. Sólo se acuerdan de la enseñanza en períodos inmediatamente preelectorales. El PSOE de Zapatero ha elevado esta usanza al máximo: “el nombre del programa electoral es Educación, y el apellido Cultura”. Estaba obligado frente a la política de Atila-Aznar, de los “hunos” o los “unos”: un líder, un partido, una nación (mejor un imperio), un “pensamiento” único,… un extravío paranoico con un exponente paradigmático: un sistema educativo uniformado por la LOU, la LOCE,… cuando el Estado ya no tiene competencias educativas y sin destinar presupuesto alguno para las reformas.

Conste que los educadores deseamos que se debatan en sociedad los temas educativos, pero con rigor y sin frivolizar hasta extremos horripilantes. Las consignas electoralistas siempre son simplistas: mejor hablan de dos alumnos por ordenador que de reformar el currículum para no ser el hazmerreír de Europa con una informática educativa optativa, o de libros de texto gratuitos mientras se dictan apuntes desde Primaria e Internet brilla por su ausencia para que las mochilas carguen libras de libros. ¿Por qué no hablar de atajar el insoportable “fracaso escolar” o, incluso más grave aún, del mismo absentismo cuyo promedio estatal –por no señalar diferencias entre autonomías- es el más alto de la OCDE (el 34% del alumnado de 15 años falta injustificadamente a clase)?

Alguna esperanza brilla en Catalunya donde han comenzado su nueva legislatura con medidas y presupuestos de refuerzo educativo en los departamentos segregados de Enseñanza y Universidades, gestionados ambos por ERC (Joseph Bargalló y Carles Solà). Es demasiado pronto para valorar su acierto, pero no es mera palabrería: obras son amores y no buenas razones. En Euskadi el panorama de confrontación, que tan bien instrumentaliza el PP con el seguidismo del PSOE… de Madrid, ha bloqueado lamentablemente cualquier mínimo preliminar del proyectado “Acuerdo Educativo”, que preveía el programa de gobierno tripartito como renovación del “Pacto Escolar” suscrito en 1993 entre el PNV y el PSOE.

Lo dicho: Por motivos electoralistas los elefantes de la política han entrado nuevamente en la cristalería de la educación. Cuidado con los escolares, que son muy frágiles.

La religión en la escuela

Mikel Agirregabiria / Pedro Pablo Arrinda [1]

La enseñanza de la Religión ha cambiado de estatuto y de orientación con la nueva Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE). Este artículo, basado en los datos recopilados por el profesor Rafael Artacho, analiza esos cambios y propone un camino para configurar una enseñanza de la Religión dentro del Sistema Educativo Vasco. La Religión en la escuela ha sido una de esas asignaturas pendientes, irresuelta después de 25 años de transición política en el Estado español. Durante los años del régimen del General Franco la enseñanza de la Religión Católica en la escuela fue una asignatura obligatoria para todos. El Estado era confesional y la escuela era confesional. La Constitución de 1978 consagró la libertad religiosa como un derecho fundamental, así como el derecho de los padres a elegir libremente la educación religiosa y moral de los hijos; un derecho del cual la Constitución hace garantes a los poderes públicos (Art. 27,3).

En este contexto tuvo lugar el 3 de enero de 1979 la firma de los Acuerdos sobre enseñanza y asuntos culturales entre el Estado español y la Santa Sede, introduciendo en la legislación tres novedades fundamentales: Primera, que esta enseñanza sería obligatoria en todos los Centros escolares, aunque de voluntaria elección por parte del alumnado (o de sus familias), sin que ello supusiera discriminación académica, ni para los que elegían seguir la asignatura ni para los que la dejaban. La segunda novedad era el profesorado no sería obligado a impartir la asignatura de religión. Y la tercera, la que se reconocía a la jerarquía episcopal el derecho de seleccionar y conceder o denegar la missio canonica para nombrar profesores de Religión, a fin de cubrir las plazas docentes de Religión Católica. Estas tres novedades de los Acuerdos dieron lugar a dos efectos prácticos, asentados durante años en la indefinición. El primer efecto fue la creación de una asignatura alternativa a la Religión Católica. Y el segundo, la creación de una plantilla de profesores de Religión en la escuela, nombrados directamente por el Ordinario de las diócesis. En principio, éstos tuvieron carácter de voluntarios, reclutados sobre todo entre catequistas parroquiales, independientes de cualquier titulación académica. Poco a poco, este grupo de “voluntarios suplentes” fue dando paso a un cuerpo de profesorado con un estatuto contractual y retributivo extraño y ajeno en lo previsto en las leyes de Función Pública.

Con la llegada de la LOGSE, ni el tema del currículo de Religión, ni el tema del profesorado lograron una solución adecuada. Fueron tres las objeciones que, repetidamente, se formularon contra la enseñanza de la Religión en la escuela y contra su estatuto como asignatura curricular. La primera impugnación aducía que se trataba básicamente de una situación de privilegio que los Acuerdos Santa Sede-Estado otorgaban a un grupo religioso determinado, en un Estado constitucionalmente no confesional. La segunda discrepancia radicaba en que para mantener este privilegio propio de algunos alumnos (los católicos), se obligaba a todos a mantener una asignatura adicional en el currículo (Religión o su Alternativa). El tercer reparo señalaba que la Religión es fundamentalmente una vivencia que no puede reducir su estatuto a lo exclusivamente académico.

Todo este cúmulo de hechos e interpretaciones hizo que la cuestión de la Religión en la escuela se presentara a la opinión pública como un asunto pendiente solamente entre la Iglesia y el Estado y no como una cuestión irresuelta de resolver dentro del propio sistema educativo. Este es el contexto en el que hay que situar la nueva regulación de la enseñanza de la Religión en la escuela, que realiza la LOCE, en su disposición Adicional Segunda, y que configura un nuevo modelo de enseñanza de la Religión. Se crea un área denominada Sociedad, Cultura y Religión, obligatoria para todo el alumnado, pero con dos modalidades: Enseñanza Religiosa Confesional o Enseñanza No Confesional de la Religión. En el primer caso (Enseñanza Confesional), el alumnado sigue cursos de Religión y Moral de cualquiera de las Confesiones religiosas, frente a quienes eligen la Enseñanza No Confesional, con un programa que les llevará al conocimiento tanto de los sustratos religiosos de la cultura actual de Occidente, como de las religiones que sustentaron las grandes culturas de la Humanidad.

¿Cuáles son las diferencias que la nueva situación presenta respecto de la LOGSE? En primer lugar, está en la estructura del área. La LOCE establece un área curricular de Sociedad, Cultura y Religión, universal y obligatoria para todos, creyentes y no creyentes. Confesional o No Confesional son pura y simplemente diferentes modalidades de un único currículo. En la LOGSE mientras unos alumnos seguían el currículo de Religión, otros realizaban alguna actividad alternativa. Otra diferencia estructural es que el seguimiento del currículo de Sociedad, Cultura y Religión en cualquiera de sus formas, queda reflejado con esta denominación en el expediente académico del alumno y consignados los resultados de su evaluación.

La innovación de la estructura curricular en la enseñanza de la Religión es consecuencia de una innovación de mucho mayor alcance: la configuración jurídica. En la LOGSE -también en la Disposición Adicional Segunda- la enseñanza de la Religión en la escuela se sustentaba, como base jurídica, en la referencia a los Acuerdos sobre enseñanza y asuntos culturales firmados entre el Estado español y la Santa Sede. Naturalmente, estos Acuerdos sólo eran válidos para la enseñanza de la Religión católica por lo que el texto de la LOGSE se hacía extensible a otros posibles Acuerdos que se pudieran establecer entre el Estado español y otras confesiones religiosas que vinieron después. La LOCE, por su parte supone una configuración jurídica de la enseñanza de la Religión: La existencia de un Área de Religión se establece en cumplimiento del precepto constitucional que obliga a los poderes públicos a garantizar la libre educación religiosa y moral de los ciudadanos. La base jurídica no está, pues, en los Acuerdos sino en la propia Constitución.

Pero hay dos puntos débiles en la ordenación legal de la enseñanza de la Religión diseñado en la LOCE. Se trata, en concreto, de la Evaluación de la asignatura, y del profesorado responsable de impartir los programas de Religión Confesional como No Confesional. Los Decretos sobre el currículo de la LOGSE convirtieron la Religión en una asignatura no evaluable. Se argüía que una vivencia no debía ser objeto de evaluación académica. Quien así argumentaba entonces, desconocía que la naturaleza de la enseñanza escolar de la religión, se diferenciaba -al menos oficial y teóricamente- de la catequesis desde 1979. Para evitar la discriminación académica se estableció que la nota de religión no concurriese a la hora de establecer la nota media a efectos supra-curriculares.

Creemos que suprimir la evaluación es desnaturalizar el carácter de disciplina escolar de un área de conocimiento. La valoración con notas ofrece una función reguladora y orientadora en la propuesta y en el logro del aprendizaje. Eliminar la evaluación equivaldría a hacer inoperantes las metas del aprendizaje. Cualquier menoscabo de la evaluación de la nueva área de Sociedad, Cultura y Religión llevaría irremediablemente a convertirla en una asignatura ‘maría’, reducto de mojigaterías bienintencionadas más propias de beaterio que de la institución escolar. Por ello, nuestra opinión es que esta área curricular debe ser evaluable, con informe a las familias como en cualquier otra asignatura, pero no computable a efectos extraacadémicos de expediente escolar, tales como la obtención de Becas o de Selectividad (o Prueba General de Bachillerato), como en la etapa LOGSE, dado que las diferentes opciones no confesional o confesionales en sus distintas religiones ofrecen variantes que no pueden asegurar un criterio equitativo, más aún por la procedencia múltiple de su respectivo profesorado.

Éste es el segundo problema que afecta al área de Sociedad, Cultura y Religión en la escuela: la cuestión del profesorado. El profesorado actual que imparte Religión Confesional se rige ante todo por los Acuerdos establecidos entre el Estado español y las diferentes Confesiones religiosas. Pero la situación legal es distinta según se trate de los profesores de la Religión Católica, o de los profesores de Religiones pertenecientes a las Confesiones judía, islámica o evangélica, que son las que en este momento tienen un concierto con el Estado. Los profesores de Religión católica son propuestos cada año por la jerarquía católica y establecen una relación contractual con las administraciones educativas. En general, en estos Acuerdos la enseñanza de la Religión en la escuela no se considera como parte del currículo, y en consecuencia no existen ni requisitos, ni derechos en el régimen de este profesorado. Es evidente, a la vista de los datos que la normalización de la situación del profesorado de Religión Confesional constituye un requisito indispensable para la normalización real y efectiva de la asignatura.

Parece legítimo, por una parte, que los responsables de las diferentes confesiones religiosas mantengan competencias en la gestión del currículo y el nombramiento, valoración y seguimiento de los profesores que imparten la enseñanza de su confesión religiosa. Pero, desde la nueva situación de la enseñanza de la Religión y desde los fines de la escuela es igualmente exigible que se trata de una responsabilidad compartida con el Estado, o mejor con los Gobiernos autonómicos que ya disponen de plenas competencias educativas, en una situación de trasferencias escolares muy diferente de la que regía en 1979. Por tanto, la Administración Educativa no puede inhibirse de su responsabilidad en un especie de subcontrata acordada con las jerarquías religiosas. Una de las fórmulas para compartir esta responsabilidad entre el Estado y las Confesiones Religiosas podría ser el modelo vigente en Italia. Allí los profesores de Religión deben de acreditar su preparación en materia de Religión y Moral y su Didáctica específica, ante las autoridades religiosas; y deben de probar su competencia pedagógica escolar ante las autoridades educativas. Sólo en el caso de demostrar su competencia ante las dos instancias una candidatura puede tener acceso a la función pública como profesorado de Religión. Así mismo, la Administración Educativa debe asegurar por su parte que este profesorado debidamente homologado disponga de unas condiciones laborales y salariales similares a las del resto de los componentes de los claustros docentes.

En cuanto al profesorado de Religión No Confesional, encomendar, sin más esta asignatura, al profesorado de Ciencias Sociales o Filosofía sin haber recibido una preparación específica sería un acto de irresponsabilidad. Por tanto, consideramos conveniente que se estableciesen unos mínimos de competencia profesional para que los profesores de estas áreas se responsabilicen de la Religión No Confesional. Para ello se articularían cursos de habilitación específica para el profesorado en ejercicio, y un área propia en la formación inicial impartida en las Facultades Universitarias o en los Centros de Formación del Profesorado, definiendo los estudios conducentes a la obtención de un “Certificado en Ciencias de la Religión No Confesional”.
A modo de síntesis final, concluiríamos que la presencia de la religión en la escuela es un caso paradigmático de problemática educativa, que sobre la base de una realidad asentada en décadas anteriores obliga a un esfuerzo de innovación para prestar un óptimo servicio a la sociedad y a las familias de cada etapa histórica. Son condicionantes de peso la presencia curricular en formato de una asignatura confesional optativa y un núcleo significativo de profesorado especializado en condición precaria e inestable. En un sistema educativo que se re-escribiese desde cero, quizá fuera preferible una única área curricular troncal, común, no confesional, obligatoria, evaluable y computable que persiguiese objetivos cognitivos, actitudinales y afectivos de educación en valores éticos, impartida por especialistas en “Sociedad, Cultura y Religiones”, que se complementarse por voluntarias catequesis externas o incluso internas, pero optativas y en horario extraescolar, aunque fuesen programadas regularmente por centros escolares con ideario religioso.

Por último, la enseñanza de la(s) Religión(es) posee entre otras, una función de integración social, sobre todo en una sociedad multi-religiosa. Para ello serían necesarios unos pactos básicos de las Confesiones entre sí y con la Administración Educativa, orientados a la aceptación de principios comunes que garanticen la contribución de estas enseñanzas a la función integradora de la sociedad intercultural. El primer acuerdo iría orientado a garantizar dos objetivos: Primero, que todos los alumnos tengan la posibilidad de adquirir unos conocimientos mínimos de las religiones diferentes a la opción confesional cuyo currículo está siguiendo. Y, segundo, garantizar el ejercicio del diálogo y el intercambio entre alumnos de diferentes confesiones, y su participación en proyectos sociales comunes. Ello supondría, evidentemente, una renuncia expresa a cualquier planteamiento proselitista o apologético, aunque no excluye, naturalmente, la adecuada justificación racional de las propias opciones de fe. Cada Religión debe ser plenamente consciente de que la escuela es un espacio público compartido con el resto de las confesiones religiosas y con opciones agnósticas, donde se forma conjuntamente una comunidad escolar con creyentes de distintos credos y con quienes no profesan ninguna Religión.

Miembros de la Asociación de Profesorado http://www.irakasten.org/
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Eskola eta erlijioa

Mikel Agirregabiria / Pedro Pablo Arrinda
Erlijioaren irakaskuntzak bestelako estatutu eta helburuak ditu orain, LOCE Hezkuntza Kalitatearen Lege Organiko berria dela medio. Artikulu honetan, Rafael Artatxo irakasleak bildutako datuetan oinarriturik, aldaketa horiek aztertu ditugu eta Euskal Hezkuntza Sisteman erlijioaren irakaskuntza berritzeko bidea proposatzen dugu. Espainiako Estatuan, 25 urteko trantsizio politikoaren ondoren, erlijioaren irakasgaia konpondu gabeko kontu bat da. Francoren agintaldian, erlijio katolikoa guztiei nahi eta nahi ez erakutsi beharreko irakasgai bat izan zen. 1978ko Konstituzioak, aldiz, erlijio askatasuna funtsezko eskubidetzat jo zuen eta gurasoei seme-alaben heziketa erlijioso eta morala aukeratzeko askatasuna eman zien; Konstituzioak dio, gainera, eskubide horiek botere publikoek babestu behar dituztela (27.3 artikulua). Egoera hori zela, 1979ko urtarrilaren 3an, Estatuak eta Vatikanoak irakaskuntzari buruzko akordioak egin zituzten. Eta hiru kontu berri ekarri zituzten: 1.) Ikastetxe guztietan irakasgaia derrigorrezkoa izatea erabaki zuten, baina hautazkoa izan behar zuen ikasleentzat (edo haien familientzat), eta eskolan inor ez zen baztertu behar irakasgaiari heltzea edo muzin egitea erabakitzeagatik. 2.) Irakasleek ez zuten zertan erlijioa irakatsi. 3.) Eskolan erlijioa irakatsi beharreko irakasleak aukeratzeko eskubidea Elizari aitortu zitzaion. Akordio horiek, beraz, Erlijio katolikoaren ordezko irakasgai bat ekarri zuten, batetik, eta Elizak zuzenean aukeratutako irakasle sail bat, bestetik. Irakasleok, ustez, boluntarioak ziren, zeukaten titulazioa zeukatela katekisten artetik aukeratutakoak. Gerora, «boluntario» sail horretatik, kontratu berezia zuen irakasle talde bat sortu zen, Funtzio Publikoaren legeek ziotenaz bestera.

LOGSE legea etorri zen gero, baina ez zuen konpondu, ez modu itxurosoan behintzat, ez irakasleen kontua, ez erlijioa ikasketa planetan sartzekoa. Ikasketa planetan ez sartzeko, hiru argudio erabili ziren erlijioaren kontra: batetik, pribilegiozko egoera bat sortuko zen, Vatikanoaren eta Estatuaren arteko akordioek beste talde erlijiosoei aitortzen ez zietena aitortuko ziotelako talde jakin bati, Estatua ez baitzen konfesionala; bestetik, zenbait ikaslek (katolikoek) pribilegio hori izateko, gainerako ikasleak irakasgai bat gehiago izatera behartuko zituzten, Erlijioa edo haren ordezkoa izatera alegia, eta, azkenik, erlijioa ezin bide zen eskolako irakasgai hutsera ekarri, funtsean hori baino gehiago zelakoan. Hala, bada, LOCE legeak, bigarren xedapen gehigarrian, Gizartea, Kultura eta Erlijioa irakasgaia sortu du ikasle guztientzat, nahitaezkoa. Bi aukera daude, hala ere, horren barruan: irakaskuntza erlijioso konfesionala eta konfesionalaz besteko irakaskuntza erlijiosoa. Lehenengoan, sineste guztien erlijio eta moral ikastaroak ematen dituzte; bigarrenean, munduko kultura handien oinarri erlijiosoari buruzko programa bat lantzen dute.

Zer alde dago, beraz, oraingo legearean (LOCE) eta LOGSEren artean? Bateko, irakasgaiaren egitura bestelakoa da. LOCEk Gizartea, Kultura eta Erlijioa esparrua sortu du ikasketa planetan, eta sinestunak izan, sinesgabeak izan, guztientzat da nahitaezkoa irakasgaia. Konfesionala izan, konfesionalaz bestekoa izan, biak ikasketa plan beraren bi aukera dira. LOGSErekin, ikasle batzuek Erlijioa ikasten zuten; gainerakoek, aldiz, haren ordezko zerbait lantzen zuten. Besteko, Gizartea, Kultura eta Erlijioa irakasgaian ateratako notak ikaslearen eskola dosierrean ageri dira orain, izen horrekin. LOGSErekin, arestian aipatutako akordioei esker lantzen zen erlijioa; akordio horiek, ordea, erlijio katolikoari buruzkoak ziren bakarrik, baina LOGSEk beste erlijioak irakasteko ere baliatu zituen. LOCEren arabera, aldiz, erlijioarentzako tartea nahitaezkoa da, Konstituzioak hala aginduta; hala, herritarrek nahi duten heziketa erlijioso eta morala izateko modua egitera behartzen ditu Konstituzioak botere publikoak. Oinarri juridikoa, beraz, ez dago akordioetan, Konstituzioan bertan baizik.

Gure ustez, LOCEren arau sailak bi ahulgune ditu: irakasgaiaren ebaluazioa eta eskolak eman behar dituzten irakasleak, hain zuzen ere.

LOGSErekin, Erlijioa irakasgaitik kendu egin zituzten azterketak, 1979tik erlijioaren eskolako irakaskuntza mota eta kristau ikasbidea teorian, behintzat bat ez zirela jakin gabe. Azterketak kentzean, gure ustez, jakintza arlo horren irakasgai izaera ezabatu zuten, nolabait. Notak banatzeak irakaskuntzan jarraibideak eta arauak ezartzen laguntzen du. Horregatik, guk uste dugu irakasgai honen bi aukeretan azterketak egin behar direla eta gurasoei txostena bidali behar zaiela, gainerako irakasgaietan egin ohi den moduan. Baina, gure ustez, ez litzateke kontuan hartu behar eskola dosierrean sartzeko, bekak lortzeko eta Selektibitatearen ordezko Batxilergoko Proba Orokorra egiteko; izan ere, aukera konfesionala eta konfesionalaz bestekoa izanik eta konfesionalaren barruan hainbat erlijio izanik, ez da ziurtatzen irizpide zuzena erabiliko denik.
Horixe da Gizartea, Kultura eta Erlijioa irakasgaiak duen bigarren arazoa, irakasleena. Gaur egun horiek Espainiako Estatuaren eta erlijioen arteko akordioek diotenari jarraitzen diete, batez ere. Haien egoera juridikoa ez da bat; erlijio bakoitzaren baitan dago. Hala, ez da bera erlijio katolikoko irakasleen egoera eta judaismokoena, islamekoena eta ebanjelismokoena. Erlijio katolikoko irakasleak Eliza katolikoak proposatzen ditu urtero, eta haiek kontratu bidezko lotura izaten dute hezkuntza arloko administrazioarekin. Ondo iruditzen zaigu erlijioetako arduradunek ikasketa planean eskua sartzeko aukera izatea eta beren erlijioa irakatsi behar dutenak hautatzean eta haiei azterketak egitean zer esana izatea. Baina, eskolaren helburuak kontuan hartuta, aldi berean, exijitu egin beharra dago Estatuaren edo, zehatzago, hezkuntza alorreko eskumenak dituzten erkidego autonomoetako gobernuen ardura ere badela; ez alferrik, 1979koaren aldean, eskumen aldetik oso bestelakoa da hezkuntza arloko egoera. Beraz, Hezkuntza Administrazioak ezin dio muzin egin duen ardurari erlijio bakoitzeko buruekin azpikontratu modukoak eginez. Italian indarrean duten ereduari erreparatu eta hona ekartzea litzateke ardura hori partekatzeko modua: han, Erlijioa eta Morala irakasgaia emateko jantzita daudela erakutsi behar diete Erlijio irakasleek buru erlijiosoei; baina, aldi berean, eskolak emateko gai direla frogatu behar diete hezkuntza arloko buruei. Bi horiek frogatzen badituzte lor dezakete bakarrik irakasle postua. Era berean, Hezkuntza Administrazioak ziurtatu behar du irakasleok, behar bezala homologaturik, gainerako irakasleen pareko soldatak eta lan baldintzak dituztela.

Konfesionalaz besteko irakaskuntza erlijiosoko irakasleei dagokienez, arduragabekeria galanta da gaia erakusteko lana Gizarte Zientzietako eta Filosofiako irakasleen esku uztea prestakuntza berezia jaso ez badute. Hala, gure ustez, beharrezkoa da dagoeneko eskolak ematen dituzten eta irakasgaia eman nahi duten irakasleentzat propio ikastaro bereziak antolatzea, eta uste dugu, batetik, atal berezi bat sortu beharko litzatekeela irakasle eskoletan eta fakultateetan, ikasketak hasi bezain pronto irakasgaia lantzeko, eta, bestetik, konfesionalaz besteko irakaskuntza erlijiosoko nolabaiteko irakasle agiria ateratzeko aukera eman beharko litzatekeela, horretarako zen ikasi behar den zehaztuz.

Hezkuntza arloan arazo asko daude eta Erlijioaren kontua horren adibide argia da. Urteetan irakatsi izan da erlijioa, baina berritzeko ahaleginak egin beharra dago, unean uneko gizarteari, ikasleei eta gurasoei zerbitzu onena emango badie. Bi oztopo ditu, baina: bata, ikasketa planetan irakasgai konfesional bat izatea eta hori hautazkoa izatea; bestea, irakasle taldea nabarmena eta oso espezializatua izatea eta lan egoera kaskarrean egotea. Beharbada, hobe izango litzateke ikasle guztientzat irakasgai bakarra jartzea eta hura konfesionala ez izatea, nahitaezkoa izatea, azterketak egitea eta eskola dosierrean kontuan hartzea, baina ikasitakoa balio etikoetan oinarritua egotea, eskolak Gizarteak, Kulturak eta Erlijioak sailean jantzitako irakasleek ematea eta, hala nahi dutenentzat, eskola horiek eskolaz kanpoko orduetan kristau ikasbideko kanpoko edo barruko boluntarioek osatzea.

Erlijio(ar)en irakaskuntzak herritarrak erlijio anitzeko gizartean integratzeko zeregina dauka, besteak beste. Horretarako, ezinbestekoa da erlijioek beren artean eta Hezkuntza Administrazioarekin oinarrizko itun bat egitea, eta itun horrek kultura anitzeko gizartearen funtzio integratzailea bermatuko duen irakaskuntza ekarriko duten oinarri komunak onartzeko behar luke izan. Hala, ikasle guztiek beste erlijioei buruz oinarrizkoa ikasiko lukete eta erlijioen arteko hartu-emanak ziurtatuko lirateke. Noski, horrek eskolako guztien ikasketa planean proposamen proselitistak egiteari uztea ekarriko luke. Erlijio bakoitzak jakin behar du eskola denontzako lekua dela eta gainerako erlijioekin eta aukera agnostikoekin partekatu beharrekoa dela, hau da, bertan elkarrekin eskola komunitatea osatzen dutela suerte guztietako sinestunek eta inolako erlijiori jarraitzen ez diotenek.

La asignatura prohibida

Se tiene noticia de que un sistema educativo de nuestro entorno va a prohibir en toda la enseñanza obligatoria la enseñanza del idioma internacional más importante de nuestro tiempo. Un derecho básico del alumnado será obstaculizado, impidiendo la alfabetización plena de la ciudadanía contemporánea, en contra del deseo mayoritario de las familias.

Resultaría increíble que una administración educativa competente del siglo XXI considerase que prohibir expresamente la asignatura de inglés como materia independiente fuese el mejor método para que nuestra juventud supiese hablar y escribir bien en este lenguaje universal, al tiempo que aprovechase ese dominio para el aprendizaje de las restantes áreas curriculares. Imaginemos que simplemente recomendasen el uso trasversal de vocabulario anglosajón en las demás disciplinas, añadiesen un par de capítulos de inglés a la asignatura 'Lengua Castellana' y sugirieran al profesorado que se interesase por la lengua de Shakespeare para que su conocimiento fuese calando en sus alumnos. Para reforzar todo esto los profesores especializados y titulados en inglés serían los menos preferentes para ser contratados porque se les orientase exclusivamente hacia la docencia en academias privadas, donde impartiesen clases complementarias a quienes deseasen aprender esta lengua, que deberían pagar por tan esencial asignatura.

Aunque sea de escándalo esto es exactamente lo que sucede con el sistema educativo donde están nuestros hijos. La ciencia en cuestión no es el inglés, sino la informática, materia instrumental reconocida en los países más avanzados como recurso básico e indispensable para todo el alumnado, donde se considera asignatura obligatoria en enseñanza primaria y secundaria y donde reclutan urgentemente expertos titulados para responsabilizarse de su docencia. Sin embargo, para nuestra administración educativa la Informática, mejor definida como TIC -Tecnologías de la Información y de la Comunicación-, debe subsumirse en la asignatura de Tecnología, materia cuyo programa se retuerce y donde ha desembarcado un profesorado de origen diverso con un insuficiente conocimiento de las TICs y de su incalculable aplicación educativa.

Un sistema educativo moderno en la era digital mide su calidad y excelencia por muy diversos parámetros, como nuestro insuficiente ratio de equipos informáticos por aula, pero sobre todo por el reconocimiento y presencia curricular de las nuevas tecnologías informáticas y telemáticas (que la reciente LOCE –Ley Orgánica de Calidad Educativa- empeora aún más que la ya precaria situación de la LOGSE) y por el porcentaje de profesorado licenciado o diplomado en Informática (inferior al 1%, y que probablemente podría ofrecer un mejor soporte técnico en los propios centros que el meritorio profesorado –mayoritariamente de letras- reconvertido con un abreviado cursillo sin ninguna evaluación, ni previa ni final).