Mostrando las entradas para la consulta latín ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta latín ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

Sexualidad y nacionalismo

El binomio escogido como cabecera puede resultar estridente, pero aún lo sería más si se hubiese escogido la terna de “sexualidad, religiosidad y nacionalismo”. Adelantemos sin preámbulos la idea a defender: El nacionalismo es una emoción humana, tan arraigada en la sensibilidad de la persona como pueda serlo la sexualidad, más instintiva si se quiere, o la religiosidad, más refinada históricamente. El nacionalismo es una poderosa pasión, que unos sienten y otros no, que unos cultivan y otros no, que unos reconocen y otros no, que a unos les sirve como un motor vital y a otros no,… exactamente como la sexualidad o la religiosidad. Estos sentimientos bien canalizados se han demostrado que generalmente contribuyen a la plenitud humana, aunque persista el riesgo de fanatismos y perversiones por excesos o extravíos.

El nacionalismo es una de las fibras, como el amor o la amistad, de las que está hecho el ser humano. Un componente, como las citadas expresiones del sexo y la religión, de mayor o menor trascendencia en cada individuo en particular, pero de los que convendría no negar ni su existencia ni su validez para quienes optan voluntariamente por un armónico desarrollo personal a través de su ejercicio. No se trata aquí de asemejar la religiosidad con la sexualidad, ni éstas con el nacionalismo,… sino de que se acepte la obvia existencia de este último, recordando cuando han negado y reprimido la sexualidad algunos credos o cuando se persiguieron las religiones por considerarse patrañas. Para cada uno de nosotros, la religiosidad, la sexualidad o el nacionalismo serán mucho, poco o nada importantes, pero existir ¡vaya si existen! y para otras personas (muchas o pocas) son potencias transformadoras. Es legítimo debatir sobre qué abusos de estos sentimientos son inadmisibles por los daños sociales o personales derivados, pero lo más absurdo sería pretender que no coexisten.

El nacionalismo no lo inventó Bismarck, ni Sabino Arana. No es “una alucinación inventada por un loco”. Y es que hemos llegado a un momento en el que se pregona un despropósito de tal calibre. La palabra "nacionalismo" proviene de nación, que, a su vez, deriva del latín “nasci” (nacer). El nacionalismo es un sentimiento natural de protección de los elementos simbólicos, sociales y culturales de una colectividad (lengua, historia, mitología, tradiciones,…), mucho antes que un movimiento político que puede invocar el derecho a una Nación propia con alguna forma de Autogobierno o de Estado. Por supuesto que a lo largo de la Historia, este impulso ha sido semilla de muerte y destrucción, como la guerra de Troya se inició por el amor de una mujer o las cruzadas e inquisiciones fueron desencadenadas por la religión. Pero este resorte humano, el nacionalismo, también ha elevado al hombre a la categoría de ser social, ha estructurado la tribu, la colectividad y es la base de cualquier democracia moderna actual. El proceso de humanización, de superioridad del ser humano se debe a su razón y a una óptima explotación de sus instintos básicos de conservación, de cuidado del grupo y de la especie, reconociendo y conduciendo su sexualidad, sus deseos de identidad personal y colectiva, sus ansias de pervivencia y trascendencia más allá de la muerte.

Despreciar el nacionalismo como algo caducado o propio de charlatanería localista, o como un tabú que no existe o no se puede interpretar, es tan insensato como sería hacerlo con la sexualidad o la religiosidad. Mantener que “el nacionalismo conduce a la estupidez o a la guerra”, es tan grotesco como sostener que la sexualidad o la religión son malsanas, en sí mismas y sin más precisiones. Un ser humano, y una comunidad humana, construyen su cosmovisión identitaria mediante un imaginario común, un entramado multidimensional donde “el cuidado de lo propio”, el nacionalismo, está presente y actuante.

No ridiculicemos un sentimiento humano tan hondo como la religión, el amor o la sexualidad. El nacionalismo no es un mito, y en todo caso como diría Lévi-Strauss "todo desciframiento de un mito es otro mito”. A pesar de que el nacionalismo ha quedado emparedado por las dos corrientes políticas dominantes del siglo XX que comparten un racionalismo economicista, liberalismo y socialismo, se puede pensar con la mente y también con el corazón, sin ser irreflexivos. Porque en el conflicto vasco-español, del que algunos niegan su existencia o la de un pueblo vasco, los más “antinacionalistas” son quienes han celebrado “Días de la Raza (Española)”, de la Hispanidad (Comunidad de Lengua) y los mismos que se sublevan en defensa de la ñ. Así pues, dejemos que dialoguen los argumentos y también la bondad de los corazones solidarios que comprenden cómo sienten los demás.

“El nacionalismo es frecuentemente la ideología de los aplastados”, según Gerd Behrens. Es una convicción que enraíza muy profundamente en una cualidad de la naturaleza humana. Aceptémoslo para avanzar hacia el acuerdo mediante el diálogo y el respeto mutuo. En este siglo XXI de la intercomunicación y de la globalización mundial que nos aboca hacia la uniformidad homogeneizadora, el nacionalismo rebrota como el calor del “hogar propio” en un planeta anodino. El nacionalismo se materializó en el pasado mediante conquistas en Imperios y en Estados, pero el progreso democrático ha purificado los elementos de sacralización, de belicosidad y de enfrentamiento para la autoafirmación autóctona, floreciendo un nacionalismo inteligente y moderno, cuyos primeros frutos en forma de nuevas Naciones pueden verse en la Unión Europea, en zonas tan desgarradas como los Balcanes o el Báltico. Muchos creemos que en Euskadi y en España, con arrobas de talento e imaginación, con comprensión y democracia, podríamos también abrir una modesta pero meritoria página en la cruenta Historia de la Humanidad, quizá incluso antes que en Irlanda, Flandes, Québec, el Sahara o Palestina.

San Maletín

Además de San Valentín, está San Martín.

Hamelín es un polvorín. El malandrín mandarín maneja el fortín con su flautín. Presume de pitilín el espadachín bailarín en su tontín volatín de calcetín y mocasín sobre el cojín pequeñín del botín del fedayín. Es un figurín danzarín, andarín parlanchín de pasquín, con su delfín de postín electo por pizarrín. Otro adoquín afín el alevín cantarín, benjamín comodín, querubín de caolín, budín carmín de calabacín, un baldosín como monopatín de chocolatín.

Si el aserrín del serafín arlequín gana el trajín del 14M, el trampolín de sillín les hará tilín a los del maletín. Un sinfín de folletín y tallarín, festín en zeppelín para los del sanedrín que estarán como Agustín en su Berlín. Jardín monín de jazmín y violín para los del banderín de boletín y el resto al confín del verdín con mastín y un celemín de hollín.

Menos clarín en latín, menos matachín michelín, menos chelín de botiquín, y más motín de listín. Al chiquitín puerco espín del peluquín, su San Martín en un bergantín saltarín sin llavín. Dicho sin retintín.

Procrastinación: Un mal actual

Esta denominación es designación de la dominación por la indeterminación: No perezca en la pereza.

Una grave enfermedad contemporánea es la procrastinación, la actitud de postergar los problemas o de aplazar las tareas que se imaginan dificultosas. El descriptivo término es un anglicismo reconocido por la Academia de la Lengua, derivado del latín pro (para) y de cras (mañana), que matiza el atávico pecado capital de la pereza como esa demora e inactividad provocada por el temor y la comodidad.

La procrastinación conduce a evitar o aplazar consciente o inconscientemente lo que se percibe como desagradable o incómodo. Es el caso del ejecutivo que eterniza una reunión para evitar un conflicto o el estudiante que sistemáticamente demora estudiar. Se enmascara la ociosidad desviando la atención hacia otras tareas más asequibles. La Biblia dice que “El perezoso quiere y no quiere al mismo tiempo”. Los perezosos tienen siempre deseos de hacer algo, pero no aquello que deberían afrontar. La procrastinación deja para mañana lo que debe hacerse hoy. Se complica más cuando se justifica con excusas y más excusas. Escudándonos tras disculpas huecas sólo nos engañaremos a nosotros mismos.

La procrastinación crónica origina incluso trastornos psicológicos, y en cualquier caso actúa como un ladrón de tiempo. El “déjalo para mañana” realmente es el arte de “vivir en el ayer”. Los perezosos siempre encuentran razones para esperar. Siguen la ley del mínimo esfuerzo: Pueden estar ocupados en intrascendentes aficiones, pero son incapaces de cumplir sus obligaciones con esmero metódico. Deberían saber que si el trabajar duro frecuentemente sólo rinde con el tiempo, en cambio la holgazanería se paga al contado.

El laborioso gana su vida; el perezoso la roba y cree suerte el éxito del trabajador. Ante la misma situación responden muy distintamente. Quién no ha visto a un albañil cantando alegremente mientras dispone ladrillos, junto a otro amargado que realiza la misma tarea con desgana. Y lo mismo en las aulas o en las familias. Hay padres y profesores que se recrean en las tareas del hogar y en la educación, y quienes parece que sólo saben quejarse del trabajo y de los quebraderos de cabeza que les proporcionan sus hijos o sus alumnos.

Una persona con pereza es un reloj sin cuerda que se fatiga de su propia vagancia. La holganza hace caer en profundo sueño que disgrega la voluntad. Basta de excusar nuestra pereza so pretexto de la dificultad. Liberémonos de la esclavitud de la pereza, que conduce inevitablemente a la pobreza y a la tristeza. El diablo tienta a todos, pero el perezoso tienta al diablo. Sócrates incluso amplía el concepto de indolencia y señala que “No es perezoso únicamente el que nada hace, sino también el que podría hacer más y mejor lo que hace”.

Huyamos de la procrastinación. Muchas veces nos lamentamos de las oportunidades que se escaparon de nuestras manos por diferirlas o aplazarlas. Tranvías que pasaron y no volverán. Los estudios que no acabamos, las amistades que no cultivamos, la ayuda que no prestamos… La diferencia entre un sueño y una meta es la acción. La meta tiene un objetivo, una línea de tiempo y unas etapas intermedias; el sueño es... una fantasía. No dejemos que nuestros ensueños nos roben nuestra realidad. Si de verdad deseamos algo empecemos, movámonos, actuemos. Todos podemos si queremos; además nos lo debemos a nosotros mismos... y a quienes nos necesitan.

Esperando un esperanto

El Esperanto es una lengua universal que no se habla en ningún sitio: Ésa es su mejor cualidad.

El Esperanto es un idioma inventado cuyo propósito es servir de lenguaje de comunicación entre personas que hablan diferentes lenguas maternas. Fue desarrollado entre 1877 y 1885 por el médico judío Lázaro Luis Zamenhof, nacido en Bialistok, una zona donde Polonia y Lituania era un solo país bajo el dominio de Rusia.

Zamenhof creció en una sociedad donde se hablaba el polaco, el alemán, el lituano y el ruso, además del yiddish propio de los judíos, así como el hebreo y arameo que empleaban los rabinos. Cada barrio tenía su propio idioma y la incomprensión entre las gentes era absoluta. Pensó que una lengua común evitaría aislamientos, enemistades y conflictos. Descartó las lenguas hegemónicas de su tiempo (francés, alemán, inglés y ruso), porque eran difíciles de aprender y otorgarían ventaja a sus hablantes nativos con respecto a quienes las aprendiesen como segunda lengua. También rehusó las lenguas "muertas" con las que estaba familiarizado, el latín y el griego, porque eran complicadas y con pocos hablantes.

Dos son básicamente las ventajas de un lenguaje artificial como el esperanto: 1ª) Es un idioma neutral, que no siendo nativo de ningún grupo o etnia “pertenece” por igual a todas las personas. 2ª) Es relativamente fácil de aprender, e indudablemente mucho más asequible que cualquier idioma natural. Toda su gramática con todas sus reglas, y sin excepciones, se reduce a una sola página.

Las terminaciones indican el carácter de cada término: ~O, sustantivo; ~A, adjetivo; ~E, adverbio; ~J, plural; ~N, acusativo (complemento directo). En los verbos indican el tiempo: ~AS, presente; ~IS, pasado; ~OS, futuro; ~US, condicional; ~U, imperativo; ~I, infinitivo. Los prefijos son: BO~, parentesco por matrimonio (bopatro = suegro); DIS~, la diseminación (doni = dar; disdoni = repartir); EK~, el comienzo de la acción (iri = ir; ekiri = partir); GE~, la reunión de los dos sexos (gepatroj = ambos padres); MAL~, lo contrario (facila = fácil; malfacila = difícil); RE~, repetición (fari = hacer; refari =rehacer). Los principales sufijos son: ~AD, duración (paroli = hablar; paroladi = dar un discurso; ~ET, diminutivo (dometo = casita); ~IN, femenino (bovino = vaca);… Con esto, y un poco de vocabulario, ya es posible hablar en esperanto.

¿Por qué no ha triunfado aún esta utopía que cualquier niño podría imaginar, un lenguaje común con el que todo el mundo se entendiese, sin renunciar a los idiomas propios de cada cultura y de cada comunidad? Todos nos lo preguntamos, pero quizá algún día este ideal será posible. Esperanto significa en este idioma "el que tiene esperanza". Muchos confiamos, porque el esperanto no es sólo una lengua, sino un vehículo de amistad (Esperanto estas ne nur lingvo, sed vehiklo de amikeco).

Mikel Agirregabiria Agirre.
Esperantista desde 1970

El ajedrez es un deporte

Jaque a la Dirección Vasca de Deportes que lo niega.

Deporte, según el diccionario de la RAE y derivado del latín “deportare” (diversión, recreo, descanso), es toda actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas, o en segunda acepción, toda recreación, pasatiempo, placer o ejercicio físico, por lo común al aire libre. En términos similares se pronuncian la Enciclopedia Británica, Larousse, Lur Entziklopedia, Enciclopèdia Catalana, Encarta o Wikipedia: Un deporte consiste en una actividad diaria realizada con un propósito y en un ambiente diferente al habitual, destinado a la competición, el disfrute, el logro de excelencia, el desarrollo de una habilidad, o una cierta combinación de estos objetivos. La diferencia de la intención es lo que caracteriza al deporte, combinado con la noción de habilidad individual o en equipo.

Lo definitorio de deporte no es el esfuerzo físico puesto en juego, completamente variable entre límites como el atletismo, el tiro o la hípica, sino el carácter de sujeción a unas normas, sin intervención del azar, y donde se acredite destreza en una actividad derivada de la vida común. Justamente la excelencia en la sublimación de lo cotidiano es lo paradigmático del deporte. El lema olímpico "Citius, Altius, Fortius" denota la búsqueda del más rápido, más alto o más fuerte. Coubertin, pedagogo y sociólogo, engrandecía el espíritu de esfuerzo como cualidad vital. El ajedrez emula la actividad humana de lucha más común, la guerra, pero la depura con cálculo, la purifica con creatividad y la enaltece sobre un escenario de escaques y trebejos con insondable belleza matemática. Franklin certificó que “La vida es una especie de ajedrez” y Goethe dictó que “El ajedrez es un desafío para la mente humana”. Un deportista trata de rendir al máximo: El ajedrez, con su ejercitación, permite que sobresalga el potencial mental de concentración, de decisión, de táctica y estrategia de cada persona.

El ajedrez está definido como deporte-ciencia, por la moción del Senado desde el 5 de octubre de 1994, con los votos favorables de CC, PNV, PP, PSOE y CiU. Está reconocido en 156 países como disciplina deportiva, por cumplir los requisitos exigibles: accesible a todos, carácter divertido de juego, principio de rendimiento, regido por reglas, fórmula de competición y presencia internacional. Contiene el indiscutible factor competitivo, con una organización plenamente deportiva (federaciones, reglamentos, árbitros, resultados, rankings ELO), sin que la suerte influya en la prueba y sin depender esencialmente de ningún artilugio mecánico.
El ajedrez, superlativa expresión del sutil equilibrio del lema 'Mens sana in corpore sano'", será deporte de exhibición en la Olimpiada de Sydney. El COI ha acogido al ajedrez en el "Movimiento Olímpico", junto al golf y el rugby, tras comprobar que cumple las normas de no discriminación por raza, sexo, religión, así como los principios fundamentales del Olimpismo: "Una filosofía de la vida que exalta y combina en un conjunto equilibrado las cualidades del cuerpo, de la voluntad y del espíritu. Uniendo el deporte a la cultura y a la educación, se quiere crear un estilo de vida construido sobre la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo y el respeto de los principios éticos universales".

En Euskadi somos más de 7.000 ajedrecistas federados (5.000 en la CAV, 1.500 en la CFN y 500 en Iparralde), agrupados en un centenar de clubs, e incontables los aficionados al ajedrez. Adicionalmente están los millares de alumnos participantes en torneos escolares y universitarios, con sus correspondientes monitores y profesores. El valor del “Ajedrez Escolar” es inigualable, como representativo de lo más inteligente del deporte. Su singularidad es tal que muchos educadores abogamos por su incorporación como materia curricular, además de la opción extraescolar, para favorecer el desarrollo cognitivo y actitudinal a través de su provecho interdisciplinar. Además favorece la integración de colectivos que, por minusvalías (motoras, sensoriales o mentales) o retraimiento, encuentran un cauce perfecto para su incorporación grupal en espacios de deporte u ocio. Igualmente es destacable su validez común para niñas y niños, con independencia de edad, pudiendo competir en un deporte cuya práctica no se veta a nadie. Esta joya lúdico-deportiva ofrece la facilidad de poder jugarse a distancia, por Internet o por correo, entre jugadores diferentes en lengua, edad o cultura de todo el mundo, como pasatiempo o competición, intercambiando movimientos en una notación universal, comprensible para todos.

Los innumerables ajedrecistas, vascos o no, requerimos un análisis más profundo a los autores de tan desafortunado borrador de deporte, para ver más allá del “efecto horizonte” propio de las primeras computadores jugando torpemente al ajedrez, pidiéndoles que no se enroquen en una defensa cerrada que les lleva a la derrota. Sr. Director de Deporte: Cuando se está en jaque y no se puede capturar a la pieza atacante, porque somos demasiados, es mejor no interponer piezas menores que serían comidas prosiguiendo el jaque. Conviene mover y apartar la pieza jaqueada. Hasta ese momento, continuaremos situando nuestros peones en línea, las torres en columnas abiertas, activando alfiles libres y ahorquillando con caballos. Seguro que así ganaremos esta decisiva partida… posiblemente en dos jugadas como en el “Mate del León” (la partida más breve posible).

Publicado en BERRIA (29-4-2004), CyberEuskadi (Columna diaria, 27-4-2004), Kaos en la Red (27-4-2004), Foro Republicano (27-4-2004), Sr. Director (27-4-2004), Vistazo a la Prensa (27-4-2004), Portal Miami (27-4-2004), Foros EITB (25-4-2004), El Debate (IblNews, 20-4-2003), Estrella Digital (Carta central, 26-4-2004), E-Galicia Diario (26-4-2004), Revista Pangea (26-4-2004), Uribe Kosta Digitala (Colaboración diaria, 26-4-2004), Vorem (26-4-2004), Carta-Traca nº 89 (Sección propia en Galicia Información 26-4-2004), E-Familiar (25-4-2004, comentario de Vicente Oltra), Periódico Hispanidad (27-4-2004), Que se vayan todos (Boletines de diversos medios, recensiones frecuentes, 27-4-2004), ...


Kirola edo deportea latineko deportare hitzetik etorria zera da, Espainiako Hizkuntza Akademiaren hiztegiaren arabera: jarduera fisiko oro, lehiaketa edo joko modura egiten dena, eta entrenatzea eta arau batzuk betetzea eskatzen du; edo, bigarren adieran, edozein jolas, denbora-pasa, afizio edo ariketa fisiko, gehienetan aire zabalean egiten dena. Horren moduko antzeko definizioa irakur daiteke Entziklopedia Britanikoan, Laroussen, Lur Entziklopedian, Enciclopèdia Catalanan, Encartan edo Wikipedian: kirola eguneroko jarduera bat da, helburu jakin batekin egiten dena, ohiz kanpoko giro batean; lehiaketa, gozamena, bikaintasuna edo abilezia lortzea du helburu, edo aurreko helburu guztiak nolabait batuta. Asmo ezberdintasuna da kirolaren ezaugarria, banakoaren edo taldearen abilezia nozioarekin uztartuta.

Kirola ez du eginahal fisikoak definitzen, eginahala asko aldatzen baita atletismoa izan, tiro ariketa izan edo zaldi lasterketak izan, edo bestelakorik izan. Ezarritako arau jakin batzuk betetzea da kirolaren izatea, zoriak zerikusirik ez duela, eta eguneroko bizimoduan iturburua duen abileziazko jarduera. Egunerokoa goratzea eta bikain bihurtzea da kirolaren ezaugarria. «Citius, Altius, Fortius» ikurritz olinpiarrak bizkorrena, garaiena edo indartsuena izatea bultzatu nahi du. Coubertin pedagogo eta soziologoak bizi ezaugarritzat jotzen zuen ahaleginerako gogoa izatea. Xakeak giza jarduera ohikoena imitatzen du: gerra. Baina kalkuluarekin gardendu, sormenarekin araztu eta laukiz eta piezaz osatutako jokalekuko matematika harrigarriarekin goratzen du. Franklinentzat, «bizitza xake mota bat da»; Goetherentzat, «erronka da giza adimenarentzat». Kirolariak ahalik eta gehien egiten du beti: xakeak, jardun ahala, kontzentrazio ahalmena, erabakimena, taktika eta estrategia indartzen ditu jokalariarengan.

Xakea zientzia-kiroltzat jo zuten 1994ko urriaren 5eko Espainiako Senatuan onartu zen mozioan; CC, EAJ, PP, PSOE eta CIU alderdiek aldeko botoa eman zuten. 156 herritan kirol izaera aitortzen zaio xakeari, bete beharreko baldintza guztiak betetzen dituelako: denentzako modukoa, gozagarria, errendimendu printzipioa duena, arautua, lehiaketa formuladuna eta nazioartekoa baita. Alderdi lehiakorra ere badu, eta kirol antolamendu erabatekoa (federazioak, araudiak, epaileak, emaitzak, ELO sailkapenak); zorteak ez du eraginik, eta ez dago inolako gailu mekanikoren beharrik. Xakea da «mens sana in corpore sano» esaeraren adierazpenik gorenena, baina erakustaldi kirola izango da Atenasko Olinpiar Jokoetan. Nazioarteko Olinpiar Batzordeak Olinpiar Mugimenduan sartu du xakea, golfarekin eta errugbiarekin batera, egiaztatu baitu kirol horrek bete egiten dituela arauak (arrazagatik, sexuagatik edo erlijioagatik inor ez baztertzea eta Olinpiar printzipioak betetzea) eta oinarrizko olinpiar printzipioak: «Olinpismoa bizi-filosofia bat da, eta goratu eta orekatu egiten ditu gorputzaren, borondatearen eta espirituaren gaitasunak. Kirola hezkuntzari eta kulturari uztarturik, biziera bat eraiki nahi da ahaleginaren poztasunean, ondo eginaren balio hezitzailean eta printzipio etiko orokorren begirunean oinarriturik».

Euskal Herrian 7.000tik gora xakelari federatu gaude (5.000 Euskal Aautonomia Erkidegoan, 1.500 Nafarroako Foru Erkidegoan eta 500 Ipar Euskal Herrian) 100 bat klubetan sailkatuak; xakezaleak, berriz, asko eta asko dira. Horrezaz gain, kontuan hartu behar dira unibertsitate eta eskola txapelketetan parte hartzen duten milaka ikasle, beren monitore eta irakasleak lagun dituztela.«Eskolako Xakearen» balioa berdingabea da, kirolik adimentsuena baita. Hain aparteko deritzogu joko horri, hezitzaile askok eskola curriculumean sartu nahi genuke, eskolaz kanpo ere aukerakoa izan arren, gisa horretan ikasleen ezagutza eta jarrera garapena hobetuko liratekeelakoan. Hori gutxi izango balitz bezala, mesede egiten die giza talde ezindu eta elbarriei gizarteratzeko garaian, taldeetara moldatzeko modu ederra eskaintzen baitie xakeak kirol eta aisialdi guneetan. Azpimarragarria da, era berean, xakeak balio berbera duela mutikoentzat nahiz neskatoentzat; edadea ere ez da muga, eta kirol hau ez zaio inori galarazten. Xakeak urrutira jokatzeko aukera ere ematen digu, gero eta hedatuago dagoen Internetez edo postaz, beste hizkuntza, adin, kulturetako jendearekin, lehia zein jolas modura... Izan ere, mugimenduak modu unibertsalean egiten dira, denek uler dezaketen eran.

Xakelari ugarik, euskaldun izan ala ez izan, azterketa sakonagoa egin dezaten eskatzen diegu kirolaren zoritxarreko zirriborro hori egin duten egileei. Zabal dezatela beren ikuspegi estu hori, eta ez daitezela porrota besterik ez dakarren enroke erako defentsa itxirik egin. Kiroletako Zuzendari jauna: xakean zaudenean, eta erasoko pieza jan ezin denean, asko baikara, hobe da janak izango liratekeen pieza txikiak tartean ez sartzea gero xakeak bere hartan jarraituko badu. Mugitzea komeni da, xakepean dagoen pieza apartatuz. Gure peoiak lerroan jartzen segituko dugu, dorreak zutabe irekietan, gotzain libreak abian jarri eta zaldiekin jokaldiak egingo ditugu. Horrela, ziur irabaziko dugu partida erabakigarri hau... ziurrenik bi jokalditan, Lehoiaren Matea eginez (denik eta partida laburrena, alegia).
Tag Technorati: .

Veranos de antaño

Estas fotos corresponden a la fiesta de la trashumancia de Brieva de Cameros. Consentida su publicación por su autor: Pablo Fontecha Olave, Asociación Cultural Brita, Brieva de Cameros, La Rioja.Antes, en verano, veíamos la trashumancia de las ovejas; ahora, los corderos asisten al trasiego masivo de los humanos.

Todos los veranos de mi infancia los he pasado en Ubidea, un pequeño pueblo vizcaíno en la frontera con Zigoitia (Álava), de donde procedía mi abuela paterna. Allí, mis bisabuelos mantuvieron un gran rebaño ovino, siendo mi tío-abuelo Esteban Etxebarria, uno de los últimos pastores del Gorbea. No llegué a conocerle. Su rebaño desapareció en la guerra civil, requisado sucesivamente por los dos bandos que libraron la “Batalla de Villarreal” en las inmediaciones.

Hasta los años ’60, recuerdo que -cuando llegábamos para las fiestas de San Juan- junto al río cercaban a los rebaños para esquilarles su lana diestramente con unas grandes tijeras. Con la leche de oveja se preparaba, sólo en estas fechas, una inolvidable cuajada deliciosa que llamábamos “putxa”, en el dialecto bizkaiera del euskera.

De pequeño me sorprendía sobremanera aquel desplazamiento del ganado desde los pastos de invierno a los del estío, y especialmente la voz que lo definía: "trashumar". Me traía resonancias de “traspasar el humo” (como cuando saltábamos sobre la hoguera de San Juan). Luego descubrí que el verbo, procedente del latín, sólo significaba “cambio de tierra”, trans (de otra parte) y humus (tierra).

Los veranos actuales también comportan otra forma de trashumancia: la “translación de humanos”. En julio nuestros jóvenes circulan de fiesta en fiesta, de localidad en localidad, e incluso de continente en continente por aquello de aprender idiomas. Después, en agosto, las familias enteras recorren miles de kilómetros para buscar nuevas tierras. Viajes de ida y vuelta, como antes las ovejas.

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2005/veranos.htm