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Portátil educativo universal

El próximo mes se presentará el primer ordenador portátil de menos de 100 $ (83 €) desarrollado por Media Lab del MIT.

Nicholas Negroponte dirige una ONG, cuyo nombre “Un portátil para cada niño” (One Laptop Per Child, OLPC) define su objetivo. En colaboración con prestigiosos y poderosos socios tecnológicos, como AMD, Google, Brightstar, News Corporation y Red Hat, han ideado un portátil aplicado a la educación, preferentemente destinado hacia países pobres. Un prototipo inicial será presentado oficialmente en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información que tendrá lugar en Túnez entre el 16 y el 18 de noviembre de 2005, ante la presencia de Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas (ONU).

Se espera producir 15 millones de equipos en 2006 y 150 millones en 2007, cifra que triplica el número de ventas anuales de portátiles a nivel comercial. Este modelo se venderá directamente a los gobiernos que se acojan a la iniciativa, en pedidos mínimos de un millón de unidades, con el fin de ser repartidos entre el alumnado como “libros de texto” por sus administraciones educativas. Los primeros países en acogerse a este proyecto serán Brasil, China, Egipto, Tailandia y Sudáfrica, así como el Estado de Massachusetts, que se ha comprometido a equipar a cada uno de sus alumnos como “dueño” de un portátil.

Precedentes históricos: Cuentan que la inspiración para este proyecto orientado a países subdesarrollados le vino a Negroponte en 1999 durante una visita a Camboya. Aunque la componente de obra social es nueva, no es la primera vez que se intenta crear un PC barato para un segmento concreto. Ya en 1996 Larry Ellison declaró que "un ordenador barato y fácil de usar sería esencial si se deseaba un próspero futuro en América". El producto debía costar menos de $500 y bajar, con el tiempo, hasta menos de $300. El Net-PC de Ellison en 1997 fue sonado fiasco, pero ha habido otros, incluido el AOL Avant ("Paquito" o “bicho azul”), oficialmente Intel Dot.Station Web Appliance.

Características técnicas: El nuevo modelo es un híbrido capaz de actuar, además de como laptop, como tablet, e-book y casi como handheld o PDA (por su compacto tamaño), tecnológicamente avanzado y dotado de una robustez y polivalencia excepcionales para su aplicación en entornos sin recursos tan básicos como la electricidad. Por razones de economía se opta por software libre, con Linux como sistema operativo más una suite ofimática sobre un procesador AMD a 500 MHz y 1 GB de memoria, sin disco duro que sería reemplazado por una tarjeta flash. Incluye WiFi, 4 puertos USB y una simplificada pantalla dual que permitirá cambiar de color a blanco y negro, para mejorar la visualización en condiciones de gran luminosidad. La energía provendrá, alternativamente, de la red, de baterías o “dándole cuerda” mediante una manivela similar a la de la radio Lifeline FreePlay. Actuará como nodo de una red peer-to-peer, compartiendo una conexión a Internet, segura y libre de contenidos inapropiados.

Precio insólito: Es factible alcanzar un precio unitario tan bajo, menos de 100$, si concurren las circunstancias previstas de desprenderse de aditamentos superfluos, mediante una producción masiva y distribución directa a grandes clientes institucionales. Se elude la mayor parte del precio de un portátil convencional destinado a software, marketing e intermediarios. En este económico equipo, el hardware indispensable impone el precio final, destinándose 30$ a la reducida pantalla (12 pulgadas) y los otros 70$ al resto del equipo. AMD ganará dinero vendiendo millones de chips, Red Hat se ocupará de los acuerdos de mantenimiento y Google adiestrará a futuros usuarios con su buscador. Para la distribución se utilizará, probablemente, a compañías como Red Hat y Red Flag Software.

Viabilidad del proyecto: La lógica comercial puede resultar impecable, considerando el subyacente interés de las corporaciones patrocinadoras en detraer una porción del monopolístico binomio Wintel (WINdows + InTEL). Aunque la operación no está exenta de riesgos, como pudo observarse en la presumible factibilidad económica de los Net-PCs ya citados. Entonces también los compradores corporativos (el inicial segmento bancario como adoptador temprano) obtendrían sustanciales ahorros de coste, Oracle se beneficiaría de su presencia como base de datos, e IBM y Sun podrían vender hardware y Java. Contaban con la supuesta ventaja de una máquina elemental que impedía instalar Windows. Pero el fracaso sucedió: los usuarios finales no se interesaron en un tonto semi-PC, y menos cuando se abarataban los PCs.

La oportunidad educativa es otra incógnita. La eficacia pedagógica exige mucho más que repartir hardware y un software de base, incluso con conectividad a Internet. La continuidad y el mantenimiento resultan igualmente críticos, porque aún con su recubrimiento de goma para un escolar nada es irrompible. Puede ser cuestionable que los gobiernos del Tercer Mundo prefieran quedar en manos de Google o Red Hat antes que de Microsoft, aunque un argumento contundente sería la exorbitante inversión en licencias del Sistema Operativo.

Una genuina alfabetización digital planetaria, indiscutiblemente necesaria para abrir el futuro a los países menos desarrolladas y para soslayar la creciente brecha digital entre sociedades, requiere una actuación más integral, mejor guiada en los aspectos didácticos (aunque ya participa Seymour Papert en el proyecto) y abordando el ingente reto plurilingüe e intercultural de los contenidos curriculares. En todo caso, este portátil barato y de bajo consumo, podría revolucionar el panorama educativo e informático mundial, extendiéndose como generalizado primer o segundo ordenador personal hasta capas sociales muy desfavorecidas o hacia entornos inusuales (como el sanitario).

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/olpc.htm

Activista derechista


Como Napoleón, la China y dos tercios del mundo, siempre he sido partidista y proselitista de guiarnos por la derecha.

La lista derechista es mayoritaria en el mundo actual. Según datos oficiales 3.824.562.670 de personas se conducen por la derecha (el 66,35%) y 1.939.854.524 prefieren la izquierda (el 33,65%). De los diez países más poblados del planeta, 5 son derechistas y 5 izquierdistas, si bien disponen de mayor censo los primeros: China, 1.210.004.956; Estados Unidos, 265.562.845; Brasil 162.661.214; Rusia, 148.178.487 y Nigeria 103.912.489; frente a los izquierdistas India 952.107.694; Indonesia, 206.611.600; Pakistán, 129.275.660; Japón 125.449.703 y Bangla Desh, 123.062.800.

Sólo al principio de los tiempos hubo centrismo en la conducción. La ancestral burocracia china reguló hacia el año 1100 AC el lado del camino para circular, fijando que los hombres debían marchar por la derecha, las mujeres por la izquierda y los carruajes por el centro. Desde el Imperio Romano, con una red de calzadas de más de 150.000 Km. y durante toda la Edad Media se circuló por la izquierda, probablemente para poder defenderse con la espada en la mano derecha y repeler a posibles asaltantes que se cruzasen en el camino.

La primera norma de “tráfico” la dictó en el Papa Bonifacio VIII en el año 1.300 con motivo de una multitudinaria peregrinación a Roma, reglamentando que los carros circularan por su izquierda. Cinco siglos después, la Revolución Francesa obligó a la aristocracia (que viajaba veloz por la izquierda mientras los campesinos debían caminar por la derecha), a juntarse con el pueblo llano y conducir por la derecha. Así pues, fue un ejercicio de democratización y fin de privilegios, la unificación mediante la regla universal de “guardar la derecha” que se introdujo en París en 1794.

Napoleón la aplicó en todos los países europeos ocupados por sus ejércitos, y la costumbre resistió tras el fin de sus conquistas. Los Estados que resistieron a Napoleón mantuvieron la conducción por la izquierda: Reino Unido, Portugal, Imperio Austro-Húngaro y Rusia. Al final del zarismo, Rusia cambió; Portugal en 1928 y Gibraltar en 1929. Tras la I Guerra Mundial, toda Europa continental unificó la circulación por la derecha, excepto Suecia, Austria, Checoslovaquia y Hungría. Fue Hitler, con su anexión de Austria en 1938 y de Checoslovaquia en 1939 y la invasión de Hungría en 1941, quien acabó con los ‘izquierdistas’ centroeuropeos. Suecia, en 1967, e Islandia en 1968, dejaron a Reino Unido e Irlanda como únicos países que “conducen bien”, dado que ellos dicen que los demás vamos por el lado incorrecto (“by the wrong way”).

En el continente americano sólo las antiguas Guayanas Británica y Holandesa (Guyana y Surinam), junto con algunas pequeñas islas del Caribe (Bermudas,…) prefieren viajar por la izquierda. Varias extensas regiones canadienses cambiaron entre la I y II Guerra Mundial, al igual que Panamá en 1943, mientras que Argentina y Uruguay normalizaron su tráfico en 1945.

En Asia, en 1946 China y las dos Coreas se pasaron a la conducción contraria a la japonesa, y en 1970 Birmania también se sumó al sistema derechista, al igual que siempre habían mantenido los países árabes y las ex–colonias francesas de Vietnam y Camboya. El resto del sudeste asiático, junto a Japón, Pakistán, India y Bangladesh, así como la mayoría de Oceanía (Australia, Nueva Zelanda,…) transitan por la izquierda. Hacia 1960 Pakistán desestimó el cambio por la dificultad de enseñar a los viejos… camellos, que de noche circulan en caravanas mientras sus conductores dormitan.

En África sólo resta con la conducción a la izquierda el Sudeste, desde Kenia hasta Sudáfrica, tras numerosos procesos de normalización que afectaron entre los años 60 y 70, a los países del centro como Nigeria, Ghana, Sudán, Etiopía, Somalia, Angola,…por el aumento del turismo y del comercio globales.

En las últimas décadas parecen haberse paralizado los costosos cambios en el sentido de conducción. Siempre fueron para pasarse a la conducción más extendida, por la derecha, excepto en la isla de Okinawa en 1978, para adecuarla al resto de Japón y borrar el recuerdo de 27 años de ocupación estadounidense, con un coste de más de 200 millones de euros. En 1982, los argentinos impusieron en las islas Malvinas la conducción por la derecha, hasta que los británicos volvieron a dirigir el tráfico. Como última reliquia del Imperio Británico queda Hong Kong, devuelto a China en julio de 1997 y donde se circula por la izquierda.

Sería aconsejable por razones de seguridad y estandarización que como automovilistas, motoristas o transportistas,… todos fuésemos siempre derechistas en las autopistas. A propósito, ello también significa circular por el carril más a la derecha que esté libre, dejando los restantes para quienes circulan más rápidos. Recuerden la norma: “Por la izquierda, sólo para adelantar”.