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El wifi no es peligroso

El Wi-Fi, o wifi, nace en 1999 con la Wi-Fi Alliance (nombre actual) que buscaba hacer compatibles los diferentes estándares de comunicaciones inalámbricas. Las empresas 3com, Airones, Intersil, Lucent Technologies, Nokia y Symbol Technologies se reunieron para crear la Wireless Ethernet Compability Aliance, WECA, así llamada entonces. La Wikipedia habla extensamente de los "riesgos del Wi-Fi", pero se refiere a la seguridad en lo relativo a la transmisión de la información. Las redes Wi-Fi operan en la banda de 2.4 GHz, y la tercera generación (3G) de telefonía móvil en 3.5GHz, y la próxima cuarta generación (4G) en 3.9GHz.

El Wi-Fi pertenece a las radiaciones electromagnéticas (EM, no confundir con las ondas mecánicas como el sonido) de las microondas, que por su posición en el espectro general, que de menor energía a mayor abarca desde las ondas de Radio – TV – Microondas – Infrarrojos – Visible- Ultravioleta - Rayos X hasta los Rayos Gamma. El Wi-Fi es una de las Radiaciones NO IONIZANTES, que no penetran en las moléculas (algo probado por el efecto fotoeléctrico descubierto por Einstein, y por el que le otorgaron el Premio Nobel de Física de 1921).
Las ondas no ionizantes por su frecuencia a la que emiten no son capaces de romper, ni de mutar las células. La energía de sus fotones es el producto de la constante de Planck por la frecuencia ν de la onda lumínica. Es cierto que con esta misma frecuencia operan los hornos microondas de la cocina, y son capaces de calentar el agua, pero la potencia aplicada es muy superior (de orden de 500 ó 1.000 veces, lo que dista de 0,1-1 W hasta 800-1.000 W), por lo que serían necesarios acumular centenares de emisores Wi-Fi en muy poco espacio para producir un calentamiento similar.

Es cierto que siempre se invoca el principio de precaución ante los riesgos desconocidos, pero conviene recordar que tras miles de investigaciones (y aún hay decenas en marcha), la ciencia NO HA HALLADO RELACIÓN entre estas ondas EM y ninguna enfermedad. No hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF, y bastaría una sola para prohibir estos equipamientos, procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud.
Llevamos décadas conviviendo con estas radiaciones EM producidas por la humanidad: Hace más de 100 años comenzó la radio (usadas en 1897 por Marconi y desde 1906, en emisiones utilizando el principio heterodino, cuando Reginald Fessenden transmitió desde Brant Rock Station (Massachusetts) la primera radiodifusión de audio de la historia). Son más de 50 años de TV, 20 años de móviles, 11 de Wi-Fi, WiMax,...

La referencial Wikipedia se ocupa de la seguridad del Wi-Fi, pero de la seguridad de los datos, de la información transmitida,… Sólo en la versión inglesa se referencian algunos estudios relativos a la salud, sin pruebas fehacientes que superen el "método de doble ciego" (herramienta del método científico que se usa para prevenir que los resultados de una investigación puedan estar influidos por el efecto placebo o por el sesgo del observador). La hipersensibilidad electromagnética, está recogida en la Organización Mundial de la Salud OMS como una enfermedad mental, psicológica, propia de enfermos imaginarios que somatizan su miedo,… una percepción de riesgo, una auto-sugestión de algo amenazante subjetivamente,… Varias asociaciones que amparan estas fobias son de una fuente común y están movidas por intereses económicos, vendiendo "mantas" que protegen a los bebés,...

Decenas de estadounidenses que dicen haber caído enfermos por las consecuencias del wifi se refugian en la localidad de Green Bank, en West Virginia, un área de exclusión de 33.000 kilómetros donde están prohibidas por ley las emisiones de radio,... a fin de no perturbar las delicadas emisiones que recogen los potentes radiotelescopios allí instalados.

Es cierto que la OMS ha establecido en la categoría 2B al Wi-Fi entre los posibles carcinógenos aún bajo observación, al igual que el café, los vegetales encurtidos (conservados en vinagre), la gasolina, los tintes,… Está fuera del Grupo 1, carcinógenos para humanos; y del Grupo 2A, de "probables carcinógenos",... Lo que dice la Organización Mundial de la Salud, si consultamos su página web, es que la exposición a radiofrecuencia de estaciones (RF) de base oscila entre el 0,0002% y el 2% de los niveles establecidos en la directrices internacionales sobre los límites de exposición. Su conclusión es que «Teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud». Ésa es la versión científica vigente a nivel internacional.

Para finalizar hay quienes, legítimamente, recomiendan sustituir las conexiones Wi-Fi por cables físicos con conectores RJ ethernet 45, a fin de disfrutar de Internet. Es cierto que con ello no renunciamos a todo el aporte de la realidad digital, pero sacrificaríamos algi tan esencial con la cultura científica que es una competencia básica. Porque aceptar riesgos infundados del Wi-Fi exigiría unas escuelas también sin bombillas (la luz visible es mucho más energética que el Wi-Fi), sin sol, sin teléfonos inalámbricos, Radio-TV, LEDs,… y sin m-learning. Sin contar que los accidentes (sí probados de caerse con 25 ó 30 conexiones por cable) que se producirían.
Debate sobre Wi-Fi en los centros escolaresPost complementario sobre nuestra intervención en un debate de ETB-2: Un milagro por televisión, en directo. Y otro debate de Escépticos sobre el mismo tema.

Un milagro por televisión, en directo

Esta tarde hemos perdido la oportunidad de ofrecer una doble curación milagrosa en directo y por televisión. Ha sido en el programa "Ni más, ni menos", el magazine televisivo que conduce Klaudio Landa en las tardes de ETB-2. Se puede ver arriba, a partir del minuto 1:18:00 en la grabación de "ETB a la carta".

El debate trataba de la peligrosidad o no de la Wi-Fi y otras ondas electromagnéticas como las que permiten la telefonía móvil. Hemos expuesto las razones, y los argumentos que prueban que no hay pruebas que establezcan una relación causa-efecto con ninguna enfermedad (que no sea mental, por miedo a lo desconocido). Escribiremos un siguiente post ("El wifi no es peligroso") con muchos más detalles y argumentos científicos, pero por el momento os invitamos a ver el programa de 30' de duración.

Hoy no era nuestro mejor día para acudir, por molestias que nos están importunando, pero cuando nos contactaron hace una semana nos propusimos animar a representantes del mundo de la ciencia y la medicina (Colegios Profesionales de Ingenieros, Médicos,...). Al encontrar serias dificultades para que presentasen una visión oficial, hubimos de aceptar a la producción del programa -a título personal- la necesidad de asumir la defensa de la racionalidad.

El formato de estos magazines es moderadamente tumultuoso (bajo la experta dirección de Klaudio Landa ), lo que incomoda a presentar todo lo que merece ser debidamente expuesto. Al final todo parece opinable, lo que no es cierto cuando hablamos de ciencia. En el "circo" de los supuestos "enfermos por hipersensibilidad electromagnética" se insiste en el dolor que les provoca, por ejemplo, la petaca del micrófono inalámbrico" (una pequeña emisora de radio) que cada contertulio llevábamos para transmitir nuestro voz a control del sonido.
Debate sobre Wi-Fi en los centros escolares
Una de nuestras antagonistas afirmó que había de alejar este aparato porque si lo llevase pegado a la espalda le causaría un dolor insoportable. Otro "hiperelectrosensible" hizo lo mismo, al tiempo que medía la intensidad de las radiaciones radioeléctricas de un móvil antes y al tiempo de recibir una llamada.

Tras esta vistosa medida, quisimos proponer otro experimento con curación incluida, pero al no respetarse lo turnos de palabra, no pudimos llevarlo a cabo. Se trataba de mostrar con el "método de doble ciego" cómo se confirman los datos científicos. Simplemente, podíamos solicitar que estos "enfermos imaginarios" corroborasen ese "dolor" que les producía el emisor del micrófono inalámbrico. Después, sin que ellos viesen si estaba encendido o no, que detectasen ese dolor sin el efecto de la propia sugestión que a ellos les afecta. Veríamos en tres o cuatro ocasiones cómo no pueden distinguir si lo llevan activado o no a la espalda. En cinco minutos quedaría demostrado que es un dolor meramente psicológico, por temor, que llegan a somatizar.

En fin, la dinámica de estos debates hace casi imposible romper el ping-pong de pro y en contra, y de nada vale apelar a la autoridad no de tal o cual científico, o médico, sino del método científico en general. Lo lamentable, y al respecto entonamos el mea culpa, es la baja cultura científica de nuestra sociedad, y ello es atribuible a una educación obligatoria que debe mejorar esta competencia científica y a la propia comunidad de investigadores, científicos y médicos que ha de implicarse mucho más en la tarea de divulgar los riesgos reales (y desmitificar los ficticios).
"Ni más, ni menos", programa de Klaudio Landa en ETB-2 (picplz_upload)
Abajo, una imagen del plató previa al coloquio. Fue un placer coincidir con Andoni Beriain, @aberiai, y Juan de la Herrán, @JuanDeLaHerran, y reencontrar a algunos antiguos colegas del centro de Miramón. Post relacionado: "El wifi no es peligroso".