HISTORIA DE UN ASESINO (I)

Un relato policíaco ilustrado en Flickr.

Otra forma de utilización de esta aplicación.

El texto es mejorable, pero las ilustraciones -de aparición periódica- son muy llamativas y trabajadas.

Sígase la historia desde Flickr, pasando desde AQUÍ a las imágenes sucesivas que se presentan... (Ya van 7...)

El día después

Como es fácil imaginar, conociendo la dinámica de “Cartas al Director”, las misivas de este día después fueron escritas días antes. Eso es lo que estoy haciendo. En unos minutos mi mensaje estará escrito y remitido en la confianza de ser publicado el día después de las elecciones: el 26M. Esto es auténtica futurología, sin trampa ni cartón. He aquí mi pronóstico, para mi eterna burla o ganarme el respeto del “respetable”.

La mayoría de los partidos y de las gentes dirán “Hemos ganado nosotros”. Y será cierto para aquellos que realmente hayan “acertado” con sus colores y para los que estaban esperando saber “quiénes habíamos ganado”. Por tanto, lo realmente difícil de predecir es quiénes han perdido, o eufemísticamente avanzado hacia atrás, o no alcanzado todos los objetivos, o cogido carrerilla para las siguientes.

Perderá el PP, y cederá algunas comunidades y capitales importantes (Aragón, Sevilla,…) y, con acuerdos ulteriores, la comunidad y/o la capital de Madrid. Pero sobre todo, retrocederá en Euskadi. Salvo las pírricas victorias en los pueblos donde han anulado las demás listas, reculará para siempre, tanto en la Comunidad Autónoma (incluida Araba) como en la Comunidad Foral Navarra, donde no existe sino a través del crisol UPN. También se materializará el fracaso de Batasuna, con independencia de los votos nulos que pueda contabilizar, ya que la ilegalización que ha imposibilitado su presentación, significará ver desaparecer su escaso (aunque ahora reconocerán que valioso) poder institucional en Ayuntamientos y Diputaciones. En ambos casos, será el fruto de “políticas” de confrontación, de radicalidad, de tensión, propias de partidos de “pensamiento único” que buscan la victoria en la derrota sin paliativos del adversario.

Ganarán los partidos de la centralidad: el nacionalismo democrático, sobre todo el vasco, por efecto de la reanimación que provoca el ataque continuado de todas sus instituciones (Gobierno Vasco, Parlamento, Prensa, Lengua, Educación, Universidad, Policía,…), y menos el catalán por las circunstancias propias de Barcelona y cierta ambigüedad pasada de CIU en el poder que siempre desgasta. También ganará el PSOE, por la recogida de los réditos del fracaso del PP, la conversión en primarias de unas municipales y el bipartidismo mediático en la España no periférica. Y ganará IU, injustamente despreciada por el PSOE y vilmente difamada por el PP. En Euskadi emergerá una izquierda abertzale independentista, Aralar, muy embrionaria, democrática y respetuosa con los derechos humanos, con recorrido a futuro.

¿Y los pactos? Poco que decir ahora, pero el PP, con un apreciable tufo a oposición, no será buen compañero de viaje para terceros. Toca a su fin el “milagro de la derecha”: todos en el PP desde los ultramontanos hasta esa ciudadanía española de centro alternante que apuesta siempre a caballo ganador. ¡Ojalá brotase un PP más digno, centrista, dialogante, con menor liderazgo presidencialista, que no pretenda instaurar una “grandeza a la española” y cuyo modelo no sea el más rancio republicanismo norteamericano de insufrible adaptación europea!

(Escrito el 23-mayo, antes del 25M de 2003).

Vota "Sí a la Paz"

La Junta Electoral Central ha considerado que el lema “No a la guerra” contiene “connotaciones políticas” y, en consecuencia, ha prohibido exhibirlo en pegatinas o pancartas el día de los comicios por ser considerado como acto partidista de campaña electoral. Todo lo cual indica que algunos partidos son partidarios del “Sí a la guerra” y sienten que esta emblema les perjudica. Aunque el PP, que cerró y demandó al portal www.noalaguerra.org, se ha mostrado conforme con esta prohibición de la Junta a través de su secretario general del partido, Javier Arenas, casi inmediatamente se han producido numerosos desacuerdos y protestas con la decisión desde distintas instancias sociales.

A fin de cumplir la ley, convendría la estampación urgente de millares de pegatinas para exhibirlas solemne y orgullosamente el próximo domingo 25M, con la divisa “Sí a la PAZ”, y que al que le pique que se rasque.

El voto de Evarista

Cuando se produjeron las primeras elecciones democráticas en 1977 pudimos asistir a un espectáculo familiar que, entonces, nos pareció divertido. Nuestras ancianas tías abuelas de Ubidea (a quienes Dios tenga en su gloria), nos pidieron consejo para votar porque, además de olvidar el procedimiento, ciertamente no seguían de cerca la efervescencia política del momento. Nosotros, que jamás les habíamos oído hablar directamente de política, les indicamos que debían elegir entre la jungla de incontables siglas del momento, a lo cual ellas respondieron que querían votar "a los de aquí". Les preparamos la papeleta del PNV, pero no dejamos de sonreírnos por su simplicidad desde nuestra pretendida superioridad de jóvenes y presuntos intelectuales metidos gozosamente en complejos análisis electorales. Ahora sabemos que mis tías, también en esto, tenían razón. Ellas, en su ingenuidad pero desde su experiencia con vivencias como la batalla de Otxandiano (donde escucharon de los "rojos" españoles aquello de primero contra ellos –los fascistas- y luego contra éstos, -los nacionalistas-), sólo tenían un infalible criterio: los de aquí querrán lo mejor para todos nosotros. Puede aducirse que este voto con el corazón, más que con la cabeza, es primario, pero en la mayoría del electorado los sentimientos pesan y, aunque son más manipulables desde el exterior, no dejan de formar parte esencial de una decisión cabal, que satisfaga interiormente.

Obviamente es legítima cualquier opción política, pero la ciudadanía vasca que ha recuperado el autogobierno en los últimos 25 años, es dudoso que quiera perder su autonomía política cediendo poder a partidos que son gobernados desde sedes en calles céntricas de Madrid, ya sean Génova o Ferraz, y que –ciertamente- son más de allí que de aquí. Es la hora de votar. Votemos por adhesión, por simpatía, por proximidad, eligiendo a quienes más y mejor se preocupan de nosotros. Abramos entre todos un camino a la paz y a la libertad.

Las listas de los tontos

Definitivamente se han puesto de moda las “listas”. Aznar removió el avispero islamista por “delirios de grandeza” que dijo Llamazaremos, y porque creyó que Irak estaba muy lejos y las elecciones muy cerca. Y todo, según explicó después de comprender que había metido la pata según el 91% de los votantes, para que Batasuna figurase en el listado de terroristas de EE.UU. Ahora, tras la “mejora de la seguridad” experimentada en la segunda película de Casablanca, Zapatero le pide a Aznar que saque a España de la "lista del terrorismo internacional”, mientras ambos se fuman un pitillo en una pausa tras levantar muros en Euskadi (¿vuelven a estar en boga tras la caída del de Berlín?). Y la inconfesable ETA colabora añadiendo nuevos nombres y colectivos en su inmenso “listín de amenazados”, tantos que para abreviar podía indicar los no coaccionados y así acabaría antes.

Ahora que se acerca el “listón de las urnas”, que nos dejen votar en paz, y ya nos ocuparemos de los “listillos” que nos toman por tontos. Ibarretxe, al menos, hace planes, no catálogos de enemigos. Elige una lista de diálogo y de paz, y como diría Humphrey Bogart: “Vótala otra vez, Sam”.