¡Que viene el robo!

Socorro! Nos asustan con alertas para confundirnos.

La mentalidad carpetovetónica esta fuertemente mediatizada por el cuento de Caperucita Roja y el Lobo Feroz, implantado en el inconsciente colectivo de una ciudadanía a la que, no en vano, se le ha dormido durante generaciones con aquella absurda canción de cuna: "Duérmete niño, duérmete ya, que viene el lobo y te comerá”,… Y la sociedad celtibérica sigue adormilada.

Sólo la despierta el poder político, que siempre es de los poderosos, con el miedo desatado por el grito de “¡Que viene el Lobo!”. El sempiterno pastorcito embustero y el mismo pueblo ingenuo, aletargado con deporte, telenovelas y programas del corazón, más una descarada propaganda a destajo en todos los medios controlados por los de siempre.

Se acercan las elecciones y hay que sacar despavoridos a los pueblerinos de sus casas para que voten, repitiendo la fábula de Esopo o de "Pedro y el Lobo". Tras los múltiples avisos en falso de ¡que viene el rojo!, hay que cambiar a ¡que viene el Bono!, ¡que viene el moro! o ¡que viene el roto! En realidad se trata de que viene el voto... y al ñoño PP, estando solo y fofo,… le pilla el toro.

¡Menos lobos! Según Thomas Hobbes en su celebérrima frase antedicha por Plauto, "homo hominis, lupus", sólo el hombre en un lobo para los otros hombres. Aprendamos de Félix Rodríguez de la Fuente: El peligro no es el lobo. El coco es que como noto poco el tono y el foco del nodo, todo loro y topo, de ese modo bobo, con la “moto” del coro loco y el foro soso hasta el moño, como un mono cojo el lodo del foso con poso de moco y moho. Y caigo al hoyo romo con dolo y sin gozo: al pozo de un dogo godo de tomo y lomo. ¡Coño!

Niños enemigos


¿La exaltada seguridad debe prevalecer sobre los derechos humanos?



Publican los periódicos la horripilante noticia, perdida en la sección de información internacional, de que el Gobierno Bush libera a 3 niños de Guantánamo porque "no poseen información válida y ya no representan una amenaza para la seguridad nacional”. Estos “enemigos” tenían entre 11 y 13 años cuando fueron capturados hace 24 meses en Afganistán, donde serán retornados con la ayuda de una ONG. Según el ejército norteamericano “la edad no es un factor determinante. Nosotros detenemos a combatientes enemigos que atacan a nuestras fuerzas armadas o ayudan a quienes lo hacen”, y aseguran las fuentes militares que la campaña de presiones encabezada por grupos de derechos humanos de todo el mundo no ha influido en su decisión de liberarlos, que se produce únicamente porque ahora se les considera “no peligrosos”.

Estos críos, junto a otro centenar de chiquillos que no alcanzan ni la edad de la preadolescencia, han permanecido incomunicados al igual que todos los prisioneros en el campo de concentración de Guantánamo. Mientras la lenta justicia estadounidense estudia varios recursos sobre la constitucionalidad de la detención indefinida de estos presos sin que les formulen cargos y acepta, a instancias del abogado representante de la administración Bush, Ted Olson (el mismo que convenció a los magistrados en 2000 de que Gore no debía ser el presidente), el desquiciado argumento de que “otorgarles el derecho a defensa a los sospechosos de terrorismo interferiría con los interrogatorios claves para la seguridad nacional”.

Estos sucesos son repulsivos, ¿o sólo nos lo parece así a algunos? El fatídico 11-S se evaporaron todas las esencias democráticas del mundo occidental y se propagó algún extraño virus (no aquel ántrax del que nunca se volvió a hablar), que ha pervertido nuestras almas en pro de la idolatrada seguridad, y parece que ya ni la infancia es inocente. Muchos jamás aceptaremos la culpabilidad de un niño, ni un castigo de alejamiento de su familia y entorno. Milton dijo que “de todas las personas, los niños son las más imaginativas porque se entregan sin reservas a todas las ilusiones”. Esos niños procedían de familias talibanes y, simplemente, querían a sus padres. Eso no es un delito.

Se agolpan los pensamientos de educadores y filósofos que supieron valorar la infancia y cuyas enseñanzas parece que hemos olvidado: Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón. Debe cultivarse en la infancia preferentemente sentimientos de independencia y dignidad. El amor es para el niño lo que el sol para las flores: No basta pan: necesita caricias para ser bueno y para ser fuerte. Los niños necesitan más de modelos que de críticos. El niño es como un barro suave donde puedes grabar lo que quieras... pero esas marcas se quedan en la piel... esas cicatrices se marcan en el corazón... y no se borran nunca. Terminemos con dos axiomas: Los niños usan los puños, hasta que alcanzan la edad en que pueden usar el cerebro, de Robert Browning y la de Juvenal: El niño es acreedor al máximo respeto.

Acierto cierto


¿Cómo actuar acertadamente entre la precipitación y la indecisión?

En la vida moderna se valora especialmente la cualidad de ser resolutivo, de tomar decisiones atinadas en el plazo improrrogable del que se disponga. Incluso el salario está en función de la calidad y cantidad de determinaciones que hayan de adoptarse en el puesto de trabajo.

No vale acertar fuera de tiempo, ni equivocarse en plazo. La clase de vida que nos aguarda está en función directa de nuestras elecciones: ¿Qué clase de amigos preferimos?; ¿Estudiamos mucho o no?; ¿Qué tipo de carrera?; ¿En qué sector o empresa trabajaremos?,... Ortega decía que “Vivir es constantemente decidir lo que vamos a ser”. Pero generalmente las elecciones no son claras, entre un número determinado de opciones donde son bien conocidos sus inconvenientes y sus ventajas.

Se trata de un dilema clásico, aplicable a todos los interrogantes anteriores en lo que a técnica de decisión se refiere, desde la elección de la pareja o del piso, salvada la lógica diferencia de trascendencia entre un cónyuge y un inmueble. No hay que precipitarse, porque el resultado es muy importante, pero tampoco se puede dilatar la preferencia hasta que sea demasiado tarde. Es la sempiterna historia de la princesa que buscando la mejor flor del bosque nunca se decidió… hasta que salió de la arboleda. O la anécdota de Kant, con acreditada fama de meditabundo. Para casarse también se lo pensó largamente, y cuando concluyó que su primera y única novia era la idónea, acudió a su ciudad para comunicárselo llevándose un inmenso desengaño al enterarse que su amada se había mudado… hacía 20 años.

La teoría de juegos, especialidad matemática muy compleja, propone un modelo que simplificamos para su mejor comprensión: El caso del detective y el bandido alto. A las puertas de un garito donde se reúne una banda, espera un investigador con la misión de seguir al jefe. Sólo sabe que es el más alto del grupo de malhechores, pero ignora si todos ellos son rateros o púgiles, por lo que el cabecilla puede medir sólo un metro o más de dos. Además, para evitar ser seguidos los delincuentes salen de uno en uno, y al azar. El agente ve aparecer el primero y debe resolver seguirle o perderle. Conoce aproximadamente el número de bandidos, imaginemos que 100, y debe acertar en su única elección. ¿Parece imposible acertar? ¿Sólo un 1% de éxito? La estadística establece que con un método adecuado se puede acertar casi el 40%, aún en tan adversas circunstancias. El mejor sistema, sin enrevesadas demostraciones, consiste en dejar pasar a un tercio de los bandidos, a 33 en este caso, midiendo aproximadamente la altura del más alto que haya desaparecido. Luego se elige como posible jefe al siguiente que muestre una altura mayor. Así se optimizan las probabilidades.

En resumen, para cualquier decisión existe una fórmula que minimiza el error. El procedimiento descrito sugiere que también en situaciones análogas de la vida real, menos ideal que un problema matemático, como la compra de un piso, es conveniente evaluar un período aún perdiendo algunas oportunidades para fijar un valor de referencia. Y luego optar por la siguiente ocasión en la que se supere ese nivel. Si uno está dispuesto a ver 50 posibles viviendas, valoremos en 15 de ellas el precio/calidad de la mejor,… y sigamos visitando casas hasta que una supere a la mejor de las anteriores, sin perpetuar la búsqueda hasta el infinito. Observar, medir, comparar… y luego decidir con la confianza de haber acertado. Napoleón ya lo sentenció: “Nada más difícil, pero nada más precioso, que el decidirse”.

Actualización: Otro post que corrobora y matiza lo expuesto lo hemos publicado como "Las matemáticas del amor", en febrero de 2015.

Inteligencia de abecedario

¿Escándalo o fariseísmo?

Existen creencias tan elementales que debieran ser compartidas por toda la ciudadanía, y que conviene exponerlas y repetirlas para que desde los muchos que así pensamos convenzamos a la totalidad de la sociedad.

- Creemos que ETA debe desaparecer de una vez por todas.
- Creemos que todas las formas de violencia son execrables éticamente.
- Creemos que es abominable cualquier instrumentación política de los crímenes.
- Creemos que el mejor modo de resolver conflictos es el diálogo humano y no la fuerza bruta.
- Creemos indefendible cualquier coartada para no condenar explícita y taxativamente la intimidación, la coacción o la exclusión de los adversarios políticos.
- Creemos hipócrita y farsante la actitud de un gobierno que, según parece, prefiere espiar a un político de la oposición y no detener a sus interlocutores, presuntos delincuentes para ponerlos a disposición de la justicia.
- Creemos repugnante filtrar información privilegiada desde el Centro Nacional de Espías (que no merece el nombre de Inteligencia) a un ultraconservador periódico preferencial, para contaminar y abortar cualquier debate ante unas Elecciones Generales, con una actuación inaceptablemente partidista y sectaria.
- Creemos que esta carta no será publicada en el ABC, a pesar de ser remitida en primer lugar a dicho diario.

Planetas rojos

Cervantes ya habló de la blanda Venus y el duro Marte.

Aquí al lado, en esta misma galaxia a sólo 170 millones de kilómetros de distancia, existe un planeta hermano llamado Marte. Es noticia actual porque ha reunido sobre su superficie una pequeña flota internacional de vehículos terrestres: el Spirit y su gemelo Opportunity de la NASA, el europeo Mars Express, y sólo falta la fallida nave japonesa Nozomi. La revitalización de la aventura espacial, probablemente se inspira en prosaicos intereses electoralistas del Imperio norteamericano, cuando los redactores políticos de Washington comprendieron al final y acuñaron el lema “No war in ’04” (No guerra en 2004).

No importa el motivo, si sirve para concentrar el esfuerzo en tareas constructivas de interés general, que mejoren la vida de quienes vemos ese punto rojizo, visible en los anocheceres despejados, que ha inspirado a la Humanidad desde el principio de las civilizaciones. Junto con el otro planeta fraterno, Venus, ha sido atribuido a sus imaginarios habitantes el carácter bipolar de los seres humanos: hombres marcianos y mujeres venusianas. Un esquema simple de la Historia de la Humanidad, siempre oscilante entre la guerra y el amor.

La conquista de Marte indudablemente ofrecerá beneficios científicos y tecnológicos, favorecerá la cooperación internacional y despertará nuevos retos estimulantes para las generaciones más jóvenes. Tampoco será especialmente costosa, sino una gran y rentable inversión si se financia con parte de los inútiles e inconmensurables presupuestos militares. Porque nunca hemos de olvidar que todavía hoy convivimos en un segundo planeta rojo, el de la guerra real, que sigue tiñéndose de sangre humana en todos sus continentes.

El desafío técnico del espacio debe venir precedido y acompañado de una mejora ética de las personas, que habitamos como única tripulación este precario navío espacial llamado Tierra. Ojalá muy pronto que la Educación, la Cultura y la Política hagan realidad que una hipotética sonda extraterrestre, que aterrizase en nuestro planeta, no pudiese localizar en todas sus tierras y mares una sola gota vertida de ese funesto líquido encarnado denominado sangre, que tan profusa y cruelmente seguimos derramando.

EA: Idea aérea

Eusko Alkartasuna parece descartar definitivamente la coalición con EAJ-PNV, según noticia reciente, y además pide a los jeltzales que dejen de “agredir innecesariamente” (sic), se supone que por la insistencia en constituir un “eje estratégico permanente”, como preconizó José Jon Imaz en su primer discurso como Presidente del EBB.

EA se debate en un estrecho segmento electoral e ideológico. La negativa de Aralar a concurrir con EA, por incumplir Begoña Lasagabaster la condición impuesta por Aralar de que los cabezas de lista sepan euskera, desmonta en estas elecciones generales la escapatoria del denominado “bloque vasco”, de difícil justificación en la Comunidad Autónoma Vasca, a diferencia de su necesidad sentida en la Comunidad Foral Navarra. Sólo le resta a EA un acuerdo natural con su socio nacionalista de gobierno común en Lakua y en las administraciones forales y municipales, pero ello comporta -en opinión de la cúpula ganadora de su congreso- la antítesis a sus posiciones, en pro de un alejamiento del partido hegemónico para evitar una visualización social de reintegración en EAJ-PNV.

EA, si se permite la crítica, es un partido pequeño con muchos cuadros en cargos públicos, por su sobre-representación en las distintas administraciones. Queda poco partido fuera de los gobiernos. Incluso en los procesos electorales últimos, al acudir conjuntamente con EAJ-PNV, la movilización de sus militantes ha sido mínima. Anecdóticamente un apoderado jeltzale decía que los escasos interventores de EA eran “peneuvistas sin ganas”.

¿Interesa a EA concurrir electoralmente con EAJ-PNV?

Subsiste adicionalmente en EA una sutil tensión entre su diferenciador mensaje urdido con trenzas socialdemócratas y sus propias bases, sociológica y psicológicamente provenientes indudablemente del EAJ-PNV más conservador. Los intentos de izquierdización son difícilmente verosímiles, no ya para su electorado sino inclusive para su militancia interna. La cita de José Luis Aranguren dedicada al PSOE cuando gobernaba, es aplicable parafraseada a EA: Es un partido de derechas, que se dice de izquierdas y que hace la política de centro… que le marca EAJ-PNV.

Quedan apenas 24 horas para que expire el plazo de presentación de candidaturas. EA debe optar entre un acuerdo de último hora, como ha acostumbrado a EAJ-PNV, o concurrir en solitario. El electorado nacionalista, que siempre cuida la cantera propia, nunca entendería que el voto de EA se desperdiciase sin lograr ningún escaño en varios territorios históricos, y probablemente descubra esta idea antes de votar, dedicando su papeleta a la opción abertzale más segura.

La pervivencia de EA como proyecto político exige no cometer errores de calado en las decisivas convocatorias electorales. Sin devaneos prematuros con Batasuna, aceptando la diferencia con el electorado de Aralar y reconociendo su peso político actual. Euskadi es una sociedad electoralmente muy estable, pero que ya ha amortizado a partidos menores (EE en PSOE), si no aciertan con su única política posible: la de alianza con socios próximos. En caso contrario, y como diría algún pomposo dirigente de EA, Saturno terminará devorando a su hijo.