Política: De la ‘Polépica’ a la 'Polírica'

’Polírica’ y ‘Polépica’ son neologismos que proponemos, derivados respectivamente del concepto binomial de "política lírica” y "política épica".

La historia de la humanidad ha recorrido un largo camino donde la política, incluso la pacífica y democrática, se ha basado en el esquema de derrotar al adversario. La fórmula del voto universal y los partidos políticos ha demostrado ser mejorable, como señaló Churchill, “la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el género humano,... con excepción de todos los demás”. El anhelo de superación y las nuevas posibilidades de participación ciudadana permiten sospechar en mejoras sustanciales para la gestión compartida de la convivencia.

La ‘polépica’ habla de entelequias abstractas (como identidades excluyentes), cree que sólo hay un partido correcto, produce afiliados clónicos de pensamiento uniforme (llega a crear fanáticos), se atrinchera, divide, levanta barreras, busca la conquista como dominio con una visión maniquea de la realidad política con fracciones separadas entre "nosotros y los otros". Por el contrario, la ‘polírica’ descubre a las personas solidarias (que quieren ser en función del hacer junto a los demás), busca encuentros constructivos desde posiciones diversas, levanta puentes, suma e integra, entiende la conquista como seducción y busca una “relación amable” entre un único todos nosotros.

Existen numerosos y significativos detalles no sólo del agotamiento del modelo de enfrentamiento gobierno-oposición, sino incluso de soluciones inéditas que empiezan a proliferar y divulgarse en los medios de comunicación. De las sospechas de agotamiento del esquema “épico” da cuenta la desafección creciente hacia la política de bloques, el cansancio del electorado por campañas ruines basadas en el descrédito del oponente y la ineficacia de gobiernos débiles, monocolores, sin mayorías solventes.

Más esperanzadores son datos puntuales, pero innovadores en toda la escala de políticas autonómicas, estatales o mundiales. Como la búsqueda de transversalidad en la política vasca, el apoyo a los presupuestos ajenos en época de crisis (con renuncia a la acción destructiva de la habitual oposición mal entendida), o la petición de respeto hacia el adversario directo del mismísimo candidato del partido republicano en plena y disputada campaña electoral.

Ha surgido una era en la que el electorado se nutre de fuentes muy diversas, participando más activa y bidireccionalmente (gracias a Internet) en el debate social, escuchando y hablando tanto con quienes simpatizan o discrepan en ideas políticas. Ese encuentro produce una fertilización de frutos aún poco visibles, pero con promesas ciertas de realización a corto, medio y largo plazo. Algunos ejemplos de buen hacer, en este sentido, son Think Gaur o las Plataformas Ciudadanas.

Uno de los primeros productos de esa aproximación ha sido el atenuar la distancia entre la clase política y el resto de la ciudadanía. Se están acercando y colaborando más y más quienes se dedican a la política y aquellas personas a quienes representan. Y esa escucha se produce de forma continua, no sólo en período electoral. Más aún, se están auscultando también electores y simpatizantes de distintas tendencias, comprobando que junto a las legítimas e inevitables diferencias de opinión, existen grandes áreas de coincidencia y acuerdo.
Así, de un modo imperceptible pero continuo, está surgiendo un movimiento de “polírica”, donde lo compartido se destaca en la acción política, frente a la “polémica polépica” de que ganen los mejores y los demás esperen tiempo mejores sin participar en la cosa pública. A modo de exploración de una determinada opción partidista, señalemos algunos signos indicativos de una promisoria práctica de “polírica”, producida cuando…

1. Escucha al conjunto de la ciudadanía, además de a su propia afiliación, facilitando en todo momento la máxima participación en la toma de decisiones y ofreciendo posiciones nítidas y sin artificio. Así se supera la situación actual en muchos partidos, cuyas propuestas son cerradas, limitadas a la militancia e incluso sólo al “aparato interno”, para generar, en la práctica, proyectos, prioridades y candidaturas con listas cerradas.
2. Transmite mensajes claros basados en sus propuestas, citando promesas y dificultades, sin demagogia y sin ocultar la propia trayectoria, presentando con sinceridad aciertos y sin hurtar los errores cometidos que serán presentados como camino de mejora.
3. Construye identidad política atesorando centralidad, a fin de extender sus potenciales alianzas por las múltiples conexiones y coincidencias con otras opciones. Basta la trillada radicalidad por la vía de acumular retahílas de viejos conflictos frente a otras disyuntivas. Ha de renunciarse a desacreditar otras candidaturas, definiéndose por sí mismo y abandonando la dialéctica de oposición con antítesis a otras propuestas.
4. Interpreta el resultado de las urnas, aceptando el apoyo recibido por cada partido, sin medias verdades para negar ni atenuar la voz de la ciudadanía que se pronuncia con sus votos y con su participación previa, simultánea y ulterior a los comicios a través de fórmulas de participación.
5. Resalta los puntos de acuerdo con otras opciones políticas, que siempre respetará en sus matices porque cuentan con cierto respaldo social. Encuentra y favorece lo mejor de la sociedad, destacando los puntos fuertes y compartidos del arco político, sin desacreditar a quienes piensen de modo discrepante.
6. Comprende las perspectivas divergentes a la suya que coexisten en su entorno, entendiéndolas como un elemento de riqueza, pluralidad y de búsqueda conjunta de los objetivos comunes. Del análisis de tales disensiones, habrá de hallar sendas de superación progresiva o de avance convergente sobre los raíles basados en elementos de consenso.
7. Busca acuerdos estables, diferenciando entre pensamiento y acción política que requiere capacidad de gobernar desde mayorías lo más amplias posibles, pero respetando a las minorías de oposición. Para ello, suma voluntades de todo el espectro parlamentario en pro de objetivos comunes, que beneficien al conjunto de la sociedad.
8. La clase dirigente entiende su labor como servicio público, como una etapa personal delimitada en el tiempo, precedida y seguida de otras labores profesionales. En su responsabilidad social se aprecia la misión de representar a la comunidad, con una dedicación volcada en buscar el bien común, nunca el beneficio (ni siquiera el protagonismo) personal o grupal.
La nueva sociedad en red sugiere avances en los canales de e-democracia posible. El sistema político ha de acomodarse a las nuevas realidades de la comunicación contemporánea. Franklin D. Roosevelt, John F. Kennedy y, probablemente, Barak Obama supieron recoger las ventajas de enlazar mejor con su electorado a través de la radio, la televisión e Internet.
El mundo actual está intercomunicado y distribuido en red nodal y multicéntrica. Los partidos políticos han de superar sus estructuras centralizadas, piramidales y rígidas. Si no lo hacen, perderán gradualmente posiciones frente a alternativas más abiertas y participativas. La grandeza y visión de futuro de cada opción partidista se refleja con nitidez en su cultura organizativa interna. Necesitamos candidaturas tejidas y partidos en red, una nueva dimensión política adicional al previo Estado-Nación.
A ser demócrata se aprende en la escuela, en la familia, mucho antes de votar para un parlamento. Es una actitud suprema ante la vida, de respeto, de aprecio, de colaboración, y la clase política debiera ser el mejor referente de esa superioridad social y ética. Cuando esta forma de hacer una positiva Política 2.0 se extienda, el electorado sólo atenderá a quienes hayan demostrado que también son capaces de escuchar. Tags Technorati: | | | | .

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2008/polirica.DOC

Un día en blanco...

Hay días así... Nos pasa a todas las personas. Incluso a los bloggers y a los grafiteros... Jornadas en la que uno piensa, dice o pintarrajea: "No se me ocurre nada"... Y ya está, no pasa nada, la vida sigue. [Truco que tenía reservado hace tiempo para salir del paso, de la angustia de un día sin post,...] Otros "días blancos".

Trabajar, aportar, legar,...

El suplemento XL Semanal de hoy recogía con la firma de Paulo Coelho (autor siempre recomendable para la infancia y juventud) un artículo sobre las fuerzas de la naturaleza. En un apartado se recogía una vieja historia, que creo leí hace muchos años (¿en algún Selecciones?) con una redacción algo distinta. En todo caso, es un gran relato, inspirador para cualquier día laborable y especialmente para los lunes (o para vencer esa mal definida depresión prelaboral de los domingos a la tarde). Cuenta algo así:
"Nada más morir, alguien se vio en un bellísimo lugar, rodeado por las comodidades y por la belleza con las que siempre había soñado. Una persona vestida de blanco se le aproximó:
–Tiene usted derecho a todo lo que desee.
Encantado, el sorprendido hizo todo lo que había deseado en vida. Tras muchos años de placeres, buscó a la persona de blanco. Le dijo que ya lo había probado todo, y que ahora necesitaba trabajar un poco para sentirse útil.
–Esa es la única cosa que no puedo conseguir –dijo el personaje de blanco.
–¡Voy a pasar la eternidad muriéndome de aburrimiento! ¡Preferiría mil veces estar en el infierno!
–¿Y dónde piensa usted que se encuentra?"
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Séptimo taller de Aprendices: Presentaciones

Nos hemos reunido en cçonclave multitudinario en el Hikaateneo del Casco Viejo de Bilbao. Hemos dado la bienvenida a las nuevas incorporaciones: Iker San Vicente, José Mari Macías, Roberto Cacho, Nerea Gálvez, Larri (José Asensio Larrinaga), Amaia, (otro) Roberto, Carmen Mellina, Igor, y alguno más... También nutrida presencia de los habituales: Julen, Mak, Thooby, Josu O. y Josu G., Jaizki, Sergio, Hontza, Germán, Lorena, Jorge, Alberto, Nati, Ricardo, Miguel Luis, Iñaki, Carmen y quien suscribe.
Una síntesis de pocas líneas: Aunque somos usuarios de la web 2.0 también nos gusta a los Aprendices reunirnos en persona como si fuéramos francmasones contemporáneos en una periódica tertulia que nos gustaría fuese con público, como estamos pensando para la siguiente convocatoria muy especial con una Pecha Kutxa Aprendiza. Hubo un debate enriquecedor y coincidente, en el fondo, sobre cómo las necesidades humanas son atendidas y potenciadas por las tecnologías emergentes. Preexiste la necesidad de una mejor comunicación, y la web 2.0 aparece para atenderla... y recrear nuevas demandas. En todo caso, los nuevos recursos siguen coexistiendo con los anteriores, pero reubicando sus roles. La mejor metodología de presentaciones, de comunicación, de formación,... es la suma y combinación de fórmulas anteriores y recientes. Un ejemplo lo constituye la propia reunión presencial, un cónclave periódico, pero que había sido trabajado antes, durante y después del mismo encuentro. Hablábamos a turnos, mientras escuchábamos, twitteábamos y microblogeábamos (lo que ha repercutido en 6 puestos menos del karma de Plurk), M@k elaboraba sus "filipinas" y Julen las notas del taller que forman parte de la síntesis, junto con las crónicas de muchos de los presentes. Los comentarios previos, simultáneos y ulteriores enriquecen el conjunto de lo que, a día de hoy, se puede hacer con las presentaciones, que son mucho más que "pobrepoints". Tres apuntes finales:
1º Los programas de presentaciones, comenzando por el mismísimo Powerpoint de Microsoft (¡con todas las letras!) han jugado un papel histórico que debe ser reconocido en la popularización de herramientas 1.0 (como ya expusimos hacia tiempo con un un homenaje al Word de la conocida serie ofimática), si bien ha quedado escaso para la dimensión 2.0 que apuntamos en el encuentro, a fin de recoger las aportaciones de todo el proceso para lo que haría falta un instrumento genuino 2.0.
2º Me decanto por la visión optimista de la botella medio llena cuando se presentó el uso real en las aulas de este tipo de programas. Considero que se ha recorrido un largo camino, con muy apreciables resultados, si bien resta generalizarlo al conjunto del profesorado. Grupos similares a Aprendices pero formados por docentes, como Ikasbloggers con citas inmediatas con temas como los mashups, coadyuvarán al éxito en este ámbito de trascendente relevancia.
3º Uno de los secretos del "buen rollito" de este creciente grupo se gesta con la logística, también anterior, coincidente o ulterior al meollo de la cuestión. Improvisando y programando, que hace falta un mix de ambas, se organizaron perfectamente la comida con diez participantes en "El Botxo" (con registro en el wiki y encargo de Iñaki), los cafés y picoteo en el Hikaateneo (con Thooby volcado en su rol de perfecto anfitrión) y las copas finales (de las que la generación intermedia, los prejubilables, nos excusamos).
Más fotos. Dos vídeos, éste y el de abajo, abajo. Resumen en el wiki. Otras crónicas: Larri, Mak (y sus fotos), Julen, Josu O., Iñaki, Thooby, Jorge, Alorza, Iker, Germán, José Mari, Ricardo,...

Lasai! La prisa no es buena consejera

En pocos días, una misma idea con su palabra exacta han rondado y surgido en circunstancias muy diferentes. El sábado pasado, Antoni Gutiérrez Rubí se despedía con ella, y este jueves Daniel Innerarity la repetía: Lasai, en euskara, tranquilos.
Era la primera palabra de la lengua vasca que había aprendido el catalán, y según el bilbaíno sería la palabra con la que se saludarían los filósofos si escogieran un lema. Wittgenstein diría “no os deis prisa”. Luego, en la conferencia hasta los ingenieros estuvieron de acuerdo, y recordaban anécdotas de cómo se llamaba “cinemáticos” a quienes siempre iban vertiginosos de un lado para otro... sin hacer nada. Porque la persona más ineficaz de una organización se descubre, precisamente, por su continuo y errático movimiento. Recordemos: Menos es más...

Resumen libre de la conferencia de Daniel Innerarity

Haciendo nuestro el lema de la Fundación de Jonas Salk: “Hemos de llegar a ser buenos antecesores” (aportación de Josu Aramberri, con quien coincidimos en el evento). Daniel Innerarity nos habló ayer del olvidado y desvalido futuro, marginado por la reinante inmediatez. Hablaremos del futuro, del próximo y del lejano, que es el personaje más olvidado en el debate de ideas, en la toma de decisiones e, incluso, entre nuestras preocupaciones cotidianas.

I Tiranía del presente

Prima el presente, y las líneas del tiempo apenas contemplan el pasado inmediato, pero casi nada del futuro. Vivimos una época de “imperialismo temporal”. Ya no se colonizan otros espacios, otros continentes, pero sí explotamos despiadadamente el futuro.
La inmediatez de los sondeos de opinión, la aceleración de la vida cotidiana, nos han llevado a contemplar únicamente el presente y el futuro más inmediato. Cinco grandes razones nos han conducido a ello:
1º La aceleración estructural de la vida moderna. Nuestros abuelos vivían peor, pero sin incertidumbres del porvenir. Ni siquiera podían imaginar que su futuro fuera a ser diferente de su presente.
2º Los períodos electorales, múltiples y frecuentes. El ritmo de las urnas marca un tantán inexorable, que establece prioridades a muy corto plazo, buscando rendimientos muy cercanos en los momentos de reelección. Estos períodos cuatrienales no se corresponden con los grandes temas sociales que evolucionan y se manejan con grandes propuestas que requieren plazos mucho más dilatados en el tiempo. Esto introduce un efecto perverso, en el sentido de que la soberanía y las decisiones se adoptan por un electorado que compromete y condiciona la vida de personas aún no nacidas, o todavía sin capacidad de votar.
3º La propia naturaleza humana que tiende a descarta de sus cálculos todo aquello que se refiera al futuro, por un doble motivo: no se conoce con precisión y no se sabe si nos va a corresponder vivir en ese tiempo. Pero el resultado es que la competencia injusta se establece entre los de ahora,... y los que vivirán en el futuro, que apenas suelen ser tenidos en consideración.
4º El electorado de la tercera y cuarta edad crece continuamente, tanto en número como en importancia. Y frente a su creciente protagonismo, no existen lobbies de electores futuros.
5º Utilizando el espacio político convencional, supuestamente abierto a todos (partidos, sindicatos, grupos de presión...), suelen ganar la partida los más alborotadores, con problemas concretos y presentes,... Es raro ver una “movilización de parados”,...
Afortunadamente, existen algunos factores de esperanza. La idea de sostenibilidad ha ido calando en ámbitos distintos, e incorpora la noción de futuro en muchas de las decisiones más trascendentes. Algunos frutos de ello se pueden apreciar en áreas críticas, como estabilidades presupuestarias, pactos de pensiones,... También ante la crisis financiera de estas fechas se han comprobado que se adoptan medidas planetarias, porque la globalización ha convertido a la humanidad en una “unidad cosmopolita de destino”.

II Justicia Intergeneracional

La fijación en el presente otorga una “preferencia ilegítima” a las generaciones presentes frente a las venideras. El colonialismo temporal parece basarse en el viejo proverbio de que “los que vengan,... que arreen”, En muchas ocasiones, ante decisiones que hipotecan el futuro, nadie parece preguntarse: ¿y esto lo aceptarían quienes lo van a... pagar? Con honradez, hemos de reconocer que estamos parasitando a nuestros hijos y nietos. No podemos dejarles residuos radioactivos, ni sistemas de pensiones insostenibles.
Existe una tácita “coalición de los vivos”, frente a los no nacidos. Ya Diderot defendía que cada generación debía redefinir todo, una autodeterminación generacional. El mayorazgo fue una figura caduca, porque tutelaba el futuro desde el pasado. Ahora somos, quizás sin percibirlo, “okupas del futuro”, nos hemos instalado y beneficiado del futuro, sin ser sus propietarios.
Parece que tratemos al futuro como el basurero del presente, postergando propuestas decisivas para su mejor existencia. Y cuando convertimos el futuro en un basurero, lo siguiente es tratar de esconderlo, de no verlo, de ignorar su existencia. Con todo ello, ¿dónde queda la justicia intergenaracional?
Hay que socializar el futuro, pasarlo desde la propiedad privada de los presentes a colectivizarlo con quienes habrán de vivir en él. Existe una asimetría en las relaciones temporales de corto plazo, que da ventaja a los primeros en vivir. ¿Cómo logramos hallar representantes del futuro, que defiendan los intereses del porvenir y de quienes allí vivan? Jefferson decía que cada generación debía reescribir su Constitución. Nadie aceptaría ninguna Constitución sin cláusula de revisión, con todas las garantías que se quiera.
Recordemos antes de adoptar ninguna decisión de trascendencia preguntarnos: ¿Lo aprobarían nuestros hijos y nietos?

III Políticas de futuro

Hemos de recuperar el porvenir en nuestra realidad presente. Hace falta mucha gente pensando con suficiente anticipación. El escurridizo futuro debe ganar peso político, como en loables iniciativas a largo plazo (sin mencionarlo expresamente, podría tratarse de proyectos como Think Gaur). Los dirigentes han de responsabilizarse más del futuro que preparan, que del presente o del pasado que aportan.
El futuro es el tiempo débil, el huérfano de valedores. Y la fortaleza de la política reside en ocuparse de lo débil, de lo desvalido. Entre el conjunto de los desprotegidos, ha de incluir al futuro. Algunas sugerencias:
1º Incluso para el corto plazo, es negativo el cortoplacismo. Hasta en el caso de un apremiante incendio, hay que planificar la evacuación urgente. Estamos demasiado agitados por el periódico o la cotización del día, que nos ciegan sin permitirnos apreciar tendencias a medio o largo plazo.
Si todo cambia muy rápido, es preciso levantar la mirada, ver las corrientes de fondo y no sólo los movimientos de superficie. No basta atascarse únicamente con la “tiranía de las pequeñas decisiones”, ésas que sólo rectifican el rumbo inicial. Así se acaba finalmente donde... nos e quería llegar.
3º Se requiere una perspectiva temporal más amplia y profunda. El futuro ha de ser anticipado con una cierta coherencia. Las microdecisiones son miopes si no miran hacia lo lejos.
4º Ha de recuperarse algo de “aquellas visiones del faraón” (Génesis, 41), pero por parte de todos. Traigamos el futuro a nuestra mente, hagámosle testigo, intérprete y protagonista de nuestro día a día. Y esto hemos de hacerlo todos, sin despreocuparnos al confiar en que otros lo harán.

En el turno de preguntas, se formularon tres. La tercera puede verse en este vídeo. De las otras respuestas de Innerarity, entresacamos algunas grandes ideas.
Coexisten, al menos, tres grandes ritmos de tiempo en la sociedad contemporánea: El tiempo de la economía financiera, que es rápido y cambiante como hemos comprobado recientemente; el tiempo mediático, que se consume con fruición cada día y que recuerda a la vieja 'mili' (no hacer nada, pero a gran velocidad); y el parsimonioso tiempo político, donde las grandes decisiones se posponen en busca de acuerdos... hasta que son tomadas en otros ámbitos de decisión o los problemas están encarrilados. Pero sólo la democracia defiende a los desprotegidos, a los postergados. Por ello, no hemos de permitir que se transmita ese bulo interesado de que la política es algo anacrónico (quizá sí sus formas), porque ello nos llevaría a una sociedad donde se impondría la ley del más fuerte.
A modo de conclusión, la conferencia transmitía una moraleja de que hay que reformular la participación política, para asegurar a los presentes y a los venideros un futuro mejor.
[Otras crónicas: El País (aunque discrepo en que se citase al Think Gaur), Erikenea,...] Bibliografía adicional: La cultura de la urgencia.