"Hubo un príncipe italiano del Renacimiento a quien le preguntó un sacerdote en su lecho de muerte si tenía algo de lo cual arrepentirse. «Sí», dijo, «hay una cosa. En una ocasión tuve un visita simultánea del Emperador y del Papa. Los llevé a lo más alto de mi torre para mostrarles la vista, y desaproveché la oportunidad de haberlos arrojado a ambos desde allí, lo cual me hubiera ganado fama inmortal". |
Bertrand Russell |
No hay comentarios:
Publicar un comentario