La Mesa del Parlamento Vasco necesita una Misa para que la Masa vea que la Musa les inspira. Quizá una “Moza” sea la solución.
EAJ-PNV tienen perfecto derecho a designar como candidato para presidir la Cámara a quien mejor le parezca, y más aún si desde la campaña electoral Juan Mari Atutxa estaba señalado para ello, dispone de probada experiencia y ha sido el parlamentario que más votos ha recabado. Pero también los demás partidos están en su perfecto derecho de no votarle, aunque el veto ad hominem sea siempre indeseable. Pero hasta aquí pocas novedades en las seis votaciones repetidas del lunes y martes (16 y 17 de junio).
Lo que empieza a ser más indignante para la ciudadanía vasca son: I) Los argumentos esgrimidos por casi todos los partidos, que no repetiremos aquí; y II) La cerrazón política y mental de todos ellos. Esto no parece un “Parlamento” donde se “parlamenta”. Esto se asemeja más a un colegio de niños mimados que no se ponen de acuerdo ni para jugar en el patio, ofreciendo “nuestra clase política” un espectáculo que no se merece el electorado vasco.
Seguramente sólo la grandeza humana de Atutxa puede evitar este colapso institucional, que debería zanjarse para el futuro con un nuevo reglamento más previsor. A Juan Mari por su extensa carrera, que su propio electorado valora como excelente por estar amenazado tanto por ETA como por los tribunales por defender la dignidad del Parlamento Vasco, le ha pasado factura el denominado “síndrome del desconocido”. Se prefiere a candidatos inéditos o a personajes débiles, como en el paradigma de “Yo, Claudio”, que promocionan sin hacer nada y, por tanto, sin acumular enemigos. A la tercera va la vencida: Sólo Juan Mari Atutxa con un nuevo sacrificio personal puede salvar, otra vez, el honor del Parlamento Vasco. En este caso, como en casi todas las situaciones de enfrentamiento estéril, “quien cede… gana”, y así debiera ser reconocido por toda la gente de bien.
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://mikel.agirregabiria.net
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/mesa.htm
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