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Rectificando en política

En nuestro ámbito político se estila mucho más la continua ratificación que la rectificación oportuna.

Cada vez leo menos las páginas de política en los periódicos. Al final he comprendido que hay una profunda razón para ello, que se reitera en cada ocasión que huyo de esta sección del diario: La sensación de que muchos políticos son tan incompetentes o inseguros, que no saben, no quieren o no pueden… rectificar. El resto de mortales repetidamente debemos rectificar o contradecirnos. Y no pasa nada si el nuevo rumbo es más sensato.

Dicen que rectificar es de sabios… equivocados. Pero es de sabios. Más aún, Confucio señaló que gobernar significa rectificar. Casi toda decisión política o temporal,… llega un tiempo en el que de acertada se convierta en errónea. Y entonces es el momento de rectificar.

Sería conmovedor escuchar sentidamente a algún dirigente reconocer públicamente: “Me he equivocado, y debo rectificar”. Se ganaría inmediatamente a toda la ciudadanía…. Desde el poder, posiblemente,… algún día,… seguramente una mujer (o un hombre) como es debido,… rectificarán,… aunque sólo sea para seguir acertando, no para renunciar ni para desistir.

Quienes alardean de consecuentes, en realidad sólo son unos engreídos que parecen decir: estoy tan cierto de mis doctrinas, que todo lo que el futuro descubra no me hará rectificar jamás. Quizá sea difícil enmendar en acuarela, vidrio o amor. Mas para vivir es preciso rectificar, casi constantemente, para apoyarse en uno mismo, en su pasado y en su presente. Rectificando sobre la marcha, así se repasa, se progresa, se madura, se superan los contratiempos, nos sobreponemos a los acontecimientos,… y de esta suerte se va viviendo, se va amando y se va siendo.

Versión ilustrada en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/rectifica.htm

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