A los educadores se nos acusa de que nuestro entorno escolar no ha evolucionado con el paso de los siglos, pero existen otros entornos actuales que no se han transformado desde la prehistoria.
Las escuelas integraron la pizarra desde sus orígenes. Arquímedes se valía de dibujos sobre la arena para explicar sus descubrimientos. Hoy día, las pizarras interactivas son necesarias para captar la atención en el aula, que cada día se nutre de nuevos dispositivos tecnológicos. Hasta las tradicionales iglesias han incorporado pantallas para que los feligreses aúnen sus cánticos.
Sin embargo, una reflexión siempre acude a mi mente cada vez que he tenido ocasión de visitar el salón de plenos de mi Ayuntamiento (Getxo), el Parlamento Foral (Juntas Generales de Gernika), el Parlamento vasco (Vitoria-Gasteiz), el Congreso o del Senado (Madrid), o el Parlamento europeo (Strasbourg): No hay sino una palestra (con sus tres significados) y unos asientos. La primera reacción es pensar qué grado de oratoria deben reunir estos representantes para llegar a acuerdos desde perspectivas y opiniones diferentes.
Lamentablemente, espectáculos como el último debate parlamentario (que vi de refilón, porque demagogia y descalificación por doquier aburren demasiado), nos demuestran que es preciso renovar los parlamentos, al menos en su elementos físicos. Conviene exhibir más datos y menos prejuicios. Ya basta de esgrimir un folio con supuestas cifras, que son seguidamente rebatidas con otra hoja ilegible. El único instrumento aceptado es el micrófono-altavoz, que ciertamente sirve para gritar más alto, pero no para expresarse mejor.
Señores Parlamentarios: ¿Cómo pueden explicarse, entenderse y consensuarse problemas del siglo XXI en el entorno de una fogata con el solo uso de la palabra por parte de políticos con escasa retórica? Usen todos los medios humanos, metodológicos y materiales para llegar a acuerdos, para facilitar el debate y la participación de la ciudadanía, para comunicar sus ideas, sus esperanzas y sus logros. Vivimos una era Web 2.0. Por favor, no nos retrotraigan a los primeros balbuceos propios del amanecer de la Humanidad…
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/parlamentos.DOC
Las escuelas integraron la pizarra desde sus orígenes. Arquímedes se valía de dibujos sobre la arena para explicar sus descubrimientos. Hoy día, las pizarras interactivas son necesarias para captar la atención en el aula, que cada día se nutre de nuevos dispositivos tecnológicos. Hasta las tradicionales iglesias han incorporado pantallas para que los feligreses aúnen sus cánticos.
Sin embargo, una reflexión siempre acude a mi mente cada vez que he tenido ocasión de visitar el salón de plenos de mi Ayuntamiento (Getxo), el Parlamento Foral (Juntas Generales de Gernika), el Parlamento vasco (Vitoria-Gasteiz), el Congreso o del Senado (Madrid), o el Parlamento europeo (Strasbourg): No hay sino una palestra (con sus tres significados) y unos asientos. La primera reacción es pensar qué grado de oratoria deben reunir estos representantes para llegar a acuerdos desde perspectivas y opiniones diferentes.
Lamentablemente, espectáculos como el último debate parlamentario (que vi de refilón, porque demagogia y descalificación por doquier aburren demasiado), nos demuestran que es preciso renovar los parlamentos, al menos en su elementos físicos. Conviene exhibir más datos y menos prejuicios. Ya basta de esgrimir un folio con supuestas cifras, que son seguidamente rebatidas con otra hoja ilegible. El único instrumento aceptado es el micrófono-altavoz, que ciertamente sirve para gritar más alto, pero no para expresarse mejor.
Señores Parlamentarios: ¿Cómo pueden explicarse, entenderse y consensuarse problemas del siglo XXI en el entorno de una fogata con el solo uso de la palabra por parte de políticos con escasa retórica? Usen todos los medios humanos, metodológicos y materiales para llegar a acuerdos, para facilitar el debate y la participación de la ciudadanía, para comunicar sus ideas, sus esperanzas y sus logros. Vivimos una era Web 2.0. Por favor, no nos retrotraigan a los primeros balbuceos propios del amanecer de la Humanidad…
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/parlamentos.DOC
Mikel
ResponderEliminarCreo que partes de un supuesto erróneo
Señores Parlamentarios: ¿Cómo pueden explicarse, entenderse y consensuarse problemas del siglo XXI en el entorno de una fogata con el solo uso de la palabra por parte de políticos con escasa retórica? Usen todos los medios humanos, metodológicos y materiales para llegar a acuerdos, para facilitar el debate y la participación de la ciudadanía, para comunicar sus ideas, sus esperanzas y sus logros. Vivimos una era Web 2.0. Por favor, no nos retrotraigan a los primeros balbuceos propios del amanecer de la Humanidad…
Dado como está el patio, yo no creo que quieran explicarse (del modo que se entienda) ni entenderse ni mucho menos consensuar... su consigna es diferenciarse a cualquier precio para obtener ventajas electorales y para ello se miente, se difama, se enturbia, se insulta... y España?, bien, gracias, ellos están para otros intereses.
Juan Manuel