Para adelgazar o engordar, al igual que
para rejuvenecer, no hay como viajar... por el espacio. Con el campo gravitatorio variable de
otros planetas (y algún satélite) nuestro
peso puede alterarse de modo drástico. Ejemplo: en Mercurio sería anoréxico, en Venus estaría en mi peso correcto, y en Júpiter llegaría a los 230 kilos.
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