Su nombre... apesta. También sus incontables asesinatos y su mentira como treta. Nunca más lo pronunciaremos, ni cuando desaparezcan. No citaremos su jerga, y menos en euskera, que no merece tal afrenta. Tampoco olvidaremos el aberrante silencio,.. de su entorno caradura. Desde ahora, sólo hablaremos de sus víctimas. La última ha sido Eduardo Puelles García. Siempre nos dolerá su pérdida.
Hoy, sin quitarnos el luto, hablaremos de paz y mañana lo proclamaremos desde el silencio de la marcha "Por la libertad... Askatasuna". Hoy educaremos para la paz y en la no violencia. Hoy diremos al mundo, que aquí somos pacíficos porque... seguimos en guerra. Así lo sentimos, y así superaremos el desgarro de tan gran profunda pena. Cada día que pasa, estamos más cerca. Con la unanimidad de hoy del Parlamento Vasco, todos unidos por la paz, sin más banderas ni esperas.
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