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¡Sombras somos y sombras perseguimos!

¡Asombran ésas, las sombras!
Al amanecer, ya asoman;
al mediodía, se acortan,
según la estación de moda,
varían y se transforman,
pero siempre dan la nota.
Atardece y se prolongan,
desde los pies se desbordan.
Al anochecer, se agotan...
(Poesía de este mismo día; la foto, del verano en Getxo)
"Nunca temas a las sombras, sólo constituyen el indicio de que en un lugar cercano hay una luz resplandeciente", señaló Ruth Renkel. "Mantén tu rostro al sol y así no verás sombras", aconsejó Helen Keller, sorda y ciega desde los diecinueve meses...

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