- Cuentan de un niño que un día no supo qué soñar, y creció.
- Cuentan de un joven que un día no supo qué amar, y envejeció.
- Cuentan de un viejo que un día no supo qué aprender, y entristeció.
- Cuentan de un poeta que un día no supo qué cantar, y enmudeció.
- Cuentan de un político que un día no supo qué prometer, y dimitió.
- Cuentan de un explorador que un día no supo qué investigar, y se perdió.
- Cuentan de un profesor que un día no supo qué enseñar, y aprendió.
- Cuentan de un blogger que un día no supo qué postear, y esto escribió.
- Cuentan que así era yo que un día no supo qué compartir, y lo redescubrió.
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