- Estudiar, comprender y saber expresar el conocimiento examinado. Este primer consejo podría ser suficiente, y siempre es necesario. Pero hay otras claves para recibir las mejores calificaciones.
- Ajustar las respuestas exactamente la estructura de los enunciados de la prueba. Contestar en cada apartado y en cada subapartado, respetando la numeración de quien haya elaborado el control. Ello ayuda a la corrección y siempre es recompensado por el profesorado que está aburrido de ver hojas desordenadas, donde no se destacan los resultados solicitados.
- Escribir con la máxima claridad, en el tipo de letra lo más legible posible, en la distribución de párrafos, en los gráficos o diagramas incluidos, y en la organización general de las respuestas.
- Sintetizar, ir a lo fundamental, es impagable. Si hay tiempo, y se quiere abundar en algo complementario o anexo, puede hacerse, pero indicando que se trata de algo colateral que mejora el contexto, y ubicándolo en un cuadro separado para su lectura opcional y en diagonal.
- Concluir con un resumen final, que condense todo lo expuesto. Esto es especialmente válido en el caso de pruebas extensas donde la visión general puede aparecer diluida si faltase este oportuno final.
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