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Comida rica en cocina vecina


Cuando era niño comía muy poco y mi madre estaba preocupada por mi delgadez. Siempre inapetente, ninguna comida me gustaba, pero la inventiva de mi ama supo encontrar una fórmula para alimentarme. En cierta ocasión me había gustado una merienda que nos había ofrecido la anciana vecina de al lado.

Y lo debí recordar con insistencia porque en alguna comida mi madre, desesperada, me pasó a comer a casa de Pantxi, la amable señora cuya manjares siempre con tomate o algún condimento original parecían gustarme. Aquella fue la solución que debieron emplear durante años, con la única condición de que me lavase bien las manos antes de sentarme en la cocina ajena con grandes platos decorados.

Pasaron años antes de que supiese mi gusto de aprendiz de sibarita había sufrido una engañifa continua. Mientras me aseaba en el cuarto de baño ajeno, mi madre traspasaba mi comida a la vajilla de Pantxi donde el mismo alimento aderezado con alguna salsa me sabía de maravilla.

[Actualización: Tras su publicación en varios medios de prensa escrita, recibe este comentario de Albert Santos en La Vanguardia (ver abajo, de la edición impresa, de suscripción obligatoria pero gratuita]

5 comentarios:

  1. Tu relato hizo que yo también recordase mi infancia y los dolores de cabeza que le ocasioné a mi abuela por ser mala comedora. Lo mismo que tu madre, también me engañaba llevando la comida que yo me negaba a comer en mi casa, a casa de una vecina que tenía nueve hijos y que tenía que hacer números para que pudiesen comer todos.
    Bicos

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  2. Durante un año hice lo mismo con mi hijo,mi madre vive justo detrás de mi casa ,mi hijo no comía mi comida y estaba muy flaquito pero ponderaba la comida de mi madre así que le pasamos todos los días la comida a casa de ella,como mis padres comían más temprano que nosotros le decíamos que sus abuelos le guardaban esa comida,pero después el se dió cuenta,ahora come bien según el sintió vergüenza de ponerme en esos aprietos,jejeje,me trajiste ese tiempo a mi memoria con tu relato,gracias!

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  3. Yo soy un mal comedor y hoy es aun el dia que me engañan para comer!!!
    Pero claro nuestras madres son muy listas y nos hacen ver una cosa y comemos otra.

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  4. Bueno!!!! Eso me gustó!!! Seguramente Profesor sus hijos no le dieron tanto trabajo!! Yo que soy mamá de hijos mañeros para comer comprendo mucho a su señora madre!!! Me hizo usted reír!!

    Saludos, Vivi

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  5. Publicado en el periódico DEIA, el 8-8-2009.

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