"El imperio del sol" es una película pacifista de 1987 producida y dirigida por Steven Spielberg, basada en el libro homónimo de J. G. Ballard escrito en el año 1984. La película está protagonizada por el actor Christian Bale y John Malkovich, y una de sus bazas principales es la magistral banda sonora de John Williams, eterno colaborador del exitoso cineasta. La música comienza con el tema "Suo Gan", cantado por un coro de voces blancas (vídeo), sigue con "Jamie and the Plane" (ver en el centro) y concluye con el "Exultate iusti", de Ludovico Grossi da Viadana. Adicionalmente, otras temas originales reiteran el motivo principal como "Cadillac of the Skies" (vídeo) y "Toy Planes, Home and Heart".
Convertido por el paso del tiempo en un film clásico, que puede verse una y otra vez y que sigue llegando a la médula de la conciencia por su mensaje, que narra la esperanza de vivir a pesar de la guerra y de la muerte. Todo la grandeza y la miseria de la humanidad, vista a través de los ojos de personaje Jim Graham, un niño que se ve obligado a crecer aceleradamente en medio de la II Guerra Mundial. Ofrece este largometraje un relato de pura políRica, o política lírica, donde podemos apreciar buena gente de ambos bandos contendientes que sufren y mueren en un conflicto que, como todos, no ofrece nada sino víctimas humanas, donde el género humano es inevitablemente vencido, y -al final- sólo quedan perdedores en grado mayor o menor.
Hay decenas de posibles aprendizajes. Muchos relacionados con la educación. La "buena educación", propia de la élite extranjera, el ingenio de la infancia, un espíritu indomable cultivado y el dominio del lenguaje (con palabras como suntuoso, opulencia,...) permiten sobrevivir a un niño "pijo" en medio de la tragedia que se cierne a su alrededor. La propia miopía de no comprender a fondo qué sucede a su alrededor, ni percibir los riesgos en los que incurre, otorgan verosimilitud al relato. Todo ello, a pesar de las múltiples oportunidades que se le ofrecen de ser testigo cercano o remoto de algunos grandes hitos que aquella contienda (como "ver" el resplandor de la bomba de Nagasaki desde Shanghái).
Hay decenas de posibles aprendizajes. Muchos relacionados con la educación. La "buena educación", propia de la élite extranjera, el ingenio de la infancia, un espíritu indomable cultivado y el dominio del lenguaje (con palabras como suntuoso, opulencia,...) permiten sobrevivir a un niño "pijo" en medio de la tragedia que se cierne a su alrededor. La propia miopía de no comprender a fondo qué sucede a su alrededor, ni percibir los riesgos en los que incurre, otorgan verosimilitud al relato. Todo ello, a pesar de las múltiples oportunidades que se le ofrecen de ser testigo cercano o remoto de algunos grandes hitos que aquella contienda (como "ver" el resplandor de la bomba de Nagasaki desde Shanghái).
[Abajo, uno de los muchos micro-vídeos sobre la película...]
Hermosa pelicula de Spielberg. Donde se muestra que al final de una guerra nadie gana. Fotografia y musica hacen de esta pelicula, pura poesia. Gracias por recordarme este film, es uno de mis favoritos.
ResponderEliminarHola espléndido este post...y muy bien documentado...te sigo yo también nos veremos por aquí porque pasaré a visitarte a menudo...gracias por seguir mi blog...
ResponderEliminarUna película que me impacto y me gustóo a partes iguales. Mensaje claro, en una guerra pierden todos, aunque para variar unos siempre pierden más que otros.
ResponderEliminarBesos desde Estella.