La película "Lo que queda del día" es una perfecta metáfora, en nuestra modesta opinión, de la labor de quienes se sienten bloggers. Aprovechan ese rato libre (lo solaz que queda del día), generalmente al anochecer, para su propio enriquecimiento. Stevens, el mayordomo interpretado por Anthony Hopkins, lo dedicaba a la lectura de libros románticos. Como magistralmente se recoge en la escena cinematográfica del libro (véase en este vídeo), esa intimidad personal se siente invadida incluso por el acercamiento tenue de la señorita Kenton (Emma Thompson), en un enamoramiento mutuo que no encuentra un camino para el amor. Mientras, a su alrededor, suceden hechos históricos de los que son mudos testigos (algo que un blogger puede cambiar).
Esos minutos diarios, de cita obligada con quienes nos leen y, especialmente, cuando nos comentan, embelleciendo el blog (como Mary hacía con las flores que llevaba al sobrio desván de Stevens), establece un vínculo intenso, pero de límites obvios. Estamos a gusto en nuestros encuentros cotidianos que anhelamos, se relajan los protocolos rígidos de las horas laborales, las sombras del ocaso favorecen la sinceridad, afloran los deseos de paz y cordialidad, la felicidad se asoma en una charla amable y distendida,... mas aún persisten los límites infranqueables de lo íntimo y personal.
Sí, así es, tan humano como la claridad de la luz en el vestigio de los días, o como persigue la noche el diente de las sombras. Y felicitarte por recordar una maravillosa película que prefiero recordar, pero titulada en francés: "Les vestiges du jour".
ResponderEliminarExcelente sitio!
ResponderEliminarSIn duda alguna es una gran pelicula, una de mis favoritas de ese año.
ResponderEliminar