Charles Leadbeater en esta charla TED subtitulada y transcrita muestra, tras analizar más de cien casos distribuidos por todo el mundo, cuánto provecho saben obtener en condiciones extremas. Afirmaciones plausibles como "la educación es una religión mundial" y "educación + tecnología = esperanza" confirman lo que muchos siempre hemos creído. Incluso algunos vimos nacer (y morir, por desgracia) servicios administrativos que se llamaron "Tecnología y Educación", imposibles de prosperar en el terreno burocrático.
Maravillosa la metáfora de la cuerda de Leadbeater, aunque no lo diga así, de que en educación el alumnado debe sentirse atraído (tirado desde delante como se mueve una soga), y no empujado por el sistema educativo caduco. Ello relativiza el peso de los currículos oficiales, mientras que revaloriza el valor del escenario de aprendizaje para lograr la motivación (mejor la intrínseca que la extrínseca) a medio o largo plazo. Algo necesario para aplicar el esfuerzo inicial que se requiere para descubrir el gusto por el estudio y el aprendizaje a lo largo de la vida.
Sistemas como el que preconiza Sebastiao Rocha (para enseñar Ciencia,...) de comenzar en círculo con una pregunta (y no de respuestas definitivas), con fórmulas lúdicas (juegos en lugar de lecciones, con teatro, música, circo,...) e interesando al auditorio discente para avanzar en el crecimiento personal y grupal.
Estos modelos que no provienen de Finlandia podría ser efectivos en nuestra realidad escolar. Una nueva escuela participativa y personalizada cabe en el mundo desarrollado, como funcionan los restaurantes chinos en todas partes, pero no hay ninguna cadena (tipo McDonald's) de restaurantes chinos.
La educación actual de masas comenzó con el vuelco histórico del siglo XIX (del maquinismo). Y eso es lo que necesitamos desesperadamente otra vez a escala mundial. Nuestros sistemas convencionales están fallando desesperadamente en llegar a las personas que más lo necesitan o en compensar desigualdades de base familiar. Ya no basta la innovación sostenible para adaptar un sistema escolar formal, básicamente «bismarckiano» que se desarrolló en el siglo XIX. Fue gran logro que diseminó competencias, aprendizaje, lecto-escritua,... pero que arrasó la imaginación, la curiosidad, la confianza social. Nos liberó... pero también nos estratificó.
Necesitamos innovación disruptiva, reinvención (o REDinvención, si se acepta el neologismo). En todo el mundo aparecen escuelas que se están reinventando a sí mismas como las Big Picture (Panorama General) en EE.UU. y Australia, las Kunscap Skolan (Escuela del Conocimiento) en Suecia, Jaringan en el norte de Queensland,... Y todas con un alto grado de colaboración, personalización alta y, casi siempre, tecnología omnipresente. Aprendizaje que parte de preguntas problemas y proyectos, no de conocimiento y planes de estudio. Para atender problemas educativos de raíz familiar o social, se necesita mayor implicación de toda la comunidad, para complementar a las escuelas. Como en los centros Reggio Emilia en Italia, o el Harlem Children's Zone.
Por último, se requiera innovación transformativa que pueda imaginar la inclusión de personas al aprendizaje de maneras completamente nuevas y diferentes. Así que estamos a punto, en 2015, de un logro asombroso, la escolarización de roda la infancia mundial. Es por eso que necesitamos un pensamiento radical, que ahora es más posible y más necesario que nunca en la manera de aprender.
Más conferencias TED subtituladas (ya hay muchas charlas traducidas). Especialmente recomendada la vivida en Bilbao: TEDxBilbao. Más posts sobre PurposedES,...
Felicidades por este artículo tan necesario. El compromiso de mi pareja y mío en la educación de nuestros hijos pasa por brindarles una educación comprometida y respetuosa con sus necesidades, pero no encontramos un proyecto educativo como el desarrollado, por ejemplo, en Reggio Emilia.
ResponderEliminarY es que el impulso económico para que una ciudad entera se adapte a las necesidades de l@s niñ@s es tan grande que dudamos que sea posible de realizar en España. No olvidemos, además, que el ratio en una escuela es de 1 profesional por 25 alumnos (lo que corresponde a menos de 1 hora de dedicación exclusiva de un adulto a tu durante toda una semana).
Para ello, una posible solución que vemos factible es la redacción (y posterior pelea con el Departament d'Ensenyament) de un proyecto educativo para niñ@s de 2 a 6 años, a nivel local y con financiación privada.
Y aquí es cuando chocamos con la realidad: un proyecto de este tipo requiere una participación amplia (unos 40 niñ@s), unas instalaciones adecuadas (aulas, jardín, material didáctico, etc.) y un equipo de profesionales amplio (ratios de hasta 1 profesional por cada 10 alumnos).
Si las familias ni el país pueden (o quieren) costearlo, ¿como crees que se puede proyectar una innovación educativa radical en España? ¿De dónde se puede sacar financiación para realizar un proyecto de este tipo?
Un cordial saludo,
Miquel