Nos sumamos con este post, ¡qué facil y seguro es!, al gran binomio de posts de Julen Iturbe-Ormaetxe y Lorena Fernández para reivindicar el valor de la introversión y recuperar su valoración ante el desmedido crédito que goza la extraversión. El vídeo TED de Susan Cain es una delicia con la que nos identificamos desde sus primeras palabras. Nos reconocimos en esas lecturas en grupo, en silencio absoluto, pero acompañados. Y su referencia a los grandes líderes... introvertidos, como Gandhi, es definitiva.
Suscribimos las tres recomendaciones finales de Susan Cain : 1º Detengan la locura del constante trabajo en grupo. 2º Vayan al desierto (tengan sus propias revelaciones, como Buda). 3º Echen una mirada a lo que hay dentro de su propio bagaje y por qué lo pusieron ahí.
La extraversión (mejor que decir extroversión) ha devenido en un valor de moda, desde el momento en que se asumió como necesario el trabajo en grupo. Y, por falso silogismo, se arrinconó a la introversión como una actitud a corregir. Sin embargo, y como recomienda la Wikipedia, lo óptimo es "obrar en función de un equilibrio entre la introversión y extraversión, sin seguir una forma fija de responder al mundo".
La educación misma ha incurrido en esa apuesta desmesurada por la extraversión, ignorando el inmenso potencial de la introversión. Lo adecuado sería analizar y explotar ambas fórmulas para convertirnos en ambivertidos, sabiendo estar a gusto en plena soledad, donde se forja la personalidad, y en medio de la gente, donde contribuimos con la acción que sigue a la reflexión.
Los ambivertidos, en general, se adaptan más fácilmente a la vida y a sus dificultades, al tiempo que tienen más éxito al tratar con personas. Se dice que son, a menudo, los mejores profesores, directivos y buenos padres. Los bloggers suelen tender a la ambiversión, dado que se requiere simultáneamente una capacidad de volcarse en la escritura cotidiana mientras se asiste al espectáculo de la vida social.
Suscribimos las tres recomendaciones finales de Susan Cain : 1º Detengan la locura del constante trabajo en grupo. 2º Vayan al desierto (tengan sus propias revelaciones, como Buda). 3º Echen una mirada a lo que hay dentro de su propio bagaje y por qué lo pusieron ahí.
La extraversión (mejor que decir extroversión) ha devenido en un valor de moda, desde el momento en que se asumió como necesario el trabajo en grupo. Y, por falso silogismo, se arrinconó a la introversión como una actitud a corregir. Sin embargo, y como recomienda la Wikipedia, lo óptimo es "obrar en función de un equilibrio entre la introversión y extraversión, sin seguir una forma fija de responder al mundo".
La educación misma ha incurrido en esa apuesta desmesurada por la extraversión, ignorando el inmenso potencial de la introversión. Lo adecuado sería analizar y explotar ambas fórmulas para convertirnos en ambivertidos, sabiendo estar a gusto en plena soledad, donde se forja la personalidad, y en medio de la gente, donde contribuimos con la acción que sigue a la reflexión.
Los ambivertidos, en general, se adaptan más fácilmente a la vida y a sus dificultades, al tiempo que tienen más éxito al tratar con personas. Se dice que son, a menudo, los mejores profesores, directivos y buenos padres. Los bloggers suelen tender a la ambiversión, dado que se requiere simultáneamente una capacidad de volcarse en la escritura cotidiana mientras se asiste al espectáculo de la vida social.
Más conferencias TED subtituladas (ya hay muchas charlas traducidas).
Me ha parecido interesante, oportuno y pedagógico este vídeo y estoy de acuerdo con su conclusión de que hay que tratar de equilibrar las dos tendencias introversión/extraversión que normalmente compartimos los humanos. Veo cierto paralelismo con el binomio optimismo/pesimismo, que frecuentemente se equipara con simpático/antipático, que hay que seguir/evitar. La vida está llena de simpáticos optimistas que no vieron los peligros y se estrellaron y de antipáticos pesimistas que nunca hicieron nada por miedo a fracasar. Es verdad el viejo adagio de que la virtud está en el término medio. Lo malo es que el punto medio es el más difícil de ver y alcanzar.
ResponderEliminarTe queda un poco "ambivertido"el artículo, ¿no? jajajaja
ResponderEliminarComplicado esto de mantener equilibrio bloguero ;-)
¡Gracias por los comentarios a Juan José y Julen, desde una de las ciudades más extrovertidas del mundo: Las Vegas ( o simplemente Vegas como dicen por aquí).
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