El mismo mismo que amanecimos en EE.UU., llegados con nuestros iPhone y el viejo iPad (foto buscando un wi-fi no prohibitivo), ante la dificultad de contratar ninguna tarjeta de datos móviles prepago que funcione en un Apple nos decidimos a comprar un nuevo iPad 3. Contratamos con Verizon un paquete que permitía utilizar 5 GB por 50$ (casi 60 por las tasas adicionales). Tenía que alimentar, actuando como un hotspot y trasmitiendo wi-fi para cuatro móviles) durante 14 días.
El trato en un Apple Center, estuvimos en el más cercano de Beverly Hills, fue inmejorable. Atención personalizada, sin colas, sin prisas, con casi una hora de duración hasta que por la rapidísma wi-fi preparamos el iPad para su inmediato funcionamiento (ver instalaciones en la foto inferior).
Es una delicia la velocidad del 4G o LTE (Long Term Evolution) que encontramos en Los Angeles y Las Vegas, pero no así en otras localidades menores de California y Nevada. Hasta que poco antes de despegar lo dimos de baja del contrato mes a mes, pero sin obligación de continuidad, disfrutamos de 15 MB de bajada y más de 5MB de subida (ver imagen con la medición tercera). Velocidades sólo comparables a las líneas por cable que se contratan (ver la segunda medición), sin teléfono fijo (¿para qué servían?) por precios del orden de 60$ mensuales con canales de TV para quien siga usando aquellos artefactos.
El iPad fue nuestro navegador secundario, con NavFree GPS Live USA, y lo llevamos constantemente en una pequeña bolsa. Hicimos fotos y vídeos, que inmediatamente subíamos por Instagram, PicPlz,... a Flickr, YouTube,... Para el vicio del geoposicionamiento era imprescindible disponer de datos móviles, porque un viaje se hace para contarlo... en el momento y desde el lugar.
Respecto al iPad de tercera generación, y como ya se ha escrito, la resolución es su gran baza. Tarda un poco más en cargarse, no hemos apreciado calentamiento excesivo y con los 16 GB de memoria, lo que más hemos agradecido respecto al primer iPad son sus cámaras, la trasera graba aceptablemente vídeo en 1080p, y la opción 3G (que ofrece actuar como hotspot, si el proveedor lo permite).
El trato en un Apple Center, estuvimos en el más cercano de Beverly Hills, fue inmejorable. Atención personalizada, sin colas, sin prisas, con casi una hora de duración hasta que por la rapidísma wi-fi preparamos el iPad para su inmediato funcionamiento (ver instalaciones en la foto inferior).
Es una delicia la velocidad del 4G o LTE (Long Term Evolution) que encontramos en Los Angeles y Las Vegas, pero no así en otras localidades menores de California y Nevada. Hasta que poco antes de despegar lo dimos de baja del contrato mes a mes, pero sin obligación de continuidad, disfrutamos de 15 MB de bajada y más de 5MB de subida (ver imagen con la medición tercera). Velocidades sólo comparables a las líneas por cable que se contratan (ver la segunda medición), sin teléfono fijo (¿para qué servían?) por precios del orden de 60$ mensuales con canales de TV para quien siga usando aquellos artefactos.
El iPad fue nuestro navegador secundario, con NavFree GPS Live USA, y lo llevamos constantemente en una pequeña bolsa. Hicimos fotos y vídeos, que inmediatamente subíamos por Instagram, PicPlz,... a Flickr, YouTube,... Para el vicio del geoposicionamiento era imprescindible disponer de datos móviles, porque un viaje se hace para contarlo... en el momento y desde el lugar.
Respecto al iPad de tercera generación, y como ya se ha escrito, la resolución es su gran baza. Tarda un poco más en cargarse, no hemos apreciado calentamiento excesivo y con los 16 GB de memoria, lo que más hemos agradecido respecto al primer iPad son sus cámaras, la trasera graba aceptablemente vídeo en 1080p, y la opción 3G (que ofrece actuar como hotspot, si el proveedor lo permite).
Prometemos una crónica más detallada y comparativa del iPad 3, pero el iPad 1 que nació con nuestro nieto ya tenía que estar a su disposición. Una foto adicional con el nuevo iPad ante un anuncio, había muchos, de su reciente comercialización.
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