Lo mejor comienza a partir del minuto 3:00,...
Hace apenas unos días, el 24 de Junio de 2012, la cadena HBO estrenó la serie The Newsroom. Creada por el gran guionista Aaron Sorkin, autor de series de éxito como El ala oeste de la Casa Blanca. Relata la historia de un famoso presentador de televisión (protagonizado por Jeff Daniels) que se destapa (políRicamente diríamos) con unas polémicas declaraciones en una universidad ante las preguntas de jóvenes estudiantes de periodismo.
Que la serie exista y mantenga un cierto éxito habla de la capacidad de autocrítica de una ciudadanía (o de parte de ella), que ojalá fuese más generalizada allí,... y aquí. Cuando el protagonista se anima, finalmente, a decir la verdad y expresarla en alto, en público,... se produce el milagro de la verdad y se inicia un camino para ser mejores.
No se trata de ser la mejor nación del mundo, sino de ser una humanidad más solidaria, más culta, más movida por la verdad desnuda que por el miedo o por obsoletos patriotismos que sólo son un periclitado "sálvese quien pueda". Porque desde nuestro esfuerzo personal, en ese mínimo espacio donde nos movemos, podemos ir mejorando el mundo, día a día, sin engañarnos ni desesperanzarnos, con el esfuerzo cotidiano de hacer lo mejor que podamos lo que nos corresponde asumir.
"No somos los mejores, pero podríamos serlo", "mejoremos la comprensión lectora (alfabetización), las Matemáticas, las Ciencias,..., avancemos en educación que aún queda mucho", "la juventud como la generación peor (in)formada de la historia",... y en la parte final de su sublime discurso (desde el minuto 6:15), "luchábamos contra la pobreza, no contra los pobres", "tratemos de conquistar las estrellas",.. son citas que sólo cabe escuchar en una serie televisiva norteamericana. Y no se refieren a EE.UU., sino a lo más glorioso de nuestro mundo, a sus mejores épocas, a cuando sabíamos qué queríamos mirando hacia el cielo.
Ojalá viésemos líderes así, en la política, en el periodismo y en todos los ámbitos comenzando por el educativo, que remueven el adormecimiento y la autocomplacencia colectivas, e impelen al esfuerzo de mejorar entre todos y para el bien de todos. Pocos vídeos, aunque sean de ficción como éste, representan tan perfectamente la políRica, o la política lírica que muchos preconizamos.
Que la serie exista y mantenga un cierto éxito habla de la capacidad de autocrítica de una ciudadanía (o de parte de ella), que ojalá fuese más generalizada allí,... y aquí. Cuando el protagonista se anima, finalmente, a decir la verdad y expresarla en alto, en público,... se produce el milagro de la verdad y se inicia un camino para ser mejores.
No se trata de ser la mejor nación del mundo, sino de ser una humanidad más solidaria, más culta, más movida por la verdad desnuda que por el miedo o por obsoletos patriotismos que sólo son un periclitado "sálvese quien pueda". Porque desde nuestro esfuerzo personal, en ese mínimo espacio donde nos movemos, podemos ir mejorando el mundo, día a día, sin engañarnos ni desesperanzarnos, con el esfuerzo cotidiano de hacer lo mejor que podamos lo que nos corresponde asumir.
"No somos los mejores, pero podríamos serlo", "mejoremos la comprensión lectora (alfabetización), las Matemáticas, las Ciencias,..., avancemos en educación que aún queda mucho", "la juventud como la generación peor (in)formada de la historia",... y en la parte final de su sublime discurso (desde el minuto 6:15), "luchábamos contra la pobreza, no contra los pobres", "tratemos de conquistar las estrellas",.. son citas que sólo cabe escuchar en una serie televisiva norteamericana. Y no se refieren a EE.UU., sino a lo más glorioso de nuestro mundo, a sus mejores épocas, a cuando sabíamos qué queríamos mirando hacia el cielo.
Ojalá viésemos líderes así, en la política, en el periodismo y en todos los ámbitos comenzando por el educativo, que remueven el adormecimiento y la autocomplacencia colectivas, e impelen al esfuerzo de mejorar entre todos y para el bien de todos. Pocos vídeos, aunque sean de ficción como éste, representan tan perfectamente la políRica, o la política lírica que muchos preconizamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario