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Rethinking Ethical Education


Dos muestras de reflexiones sobre la educación, desde perspectivas muy diferentes pero con una convergente propuesta de profunda transformación en lo que debiera ser hoy el glorioso aprendizaje.

En la primera grabación habla el psiquiatra chileno Claudio Naranjo, denunciando que “la misión de la educación hoy es hacer a la gente igual y crear trabajadores en lugar de desarrollo humano”. Seguidamente responde a cuestiones tan pertinentes como ¿quién es responsable de este sistema educativo que solo enseña y no nos deja aprender desde nuestro propio interés?, o ¿por qué nos adaptamos al sistema económico como a un déspota en lugar de tener un sistema que se adapte al hombre?, o -finalmente- ¿qué nos hace guiarnos por el deber y no por el placer en la vida?

Nos sumamos a la propuesta de Claudio Naranjo (indispensable recorrer su web, www.claudionaranjo.net) en pro de aprender y cultivar el amor y la felicidad desde las edades más precoces. También recomendamos otras entrevista a Claudio Naranjo, alguna con el mismo periodista, Francisco Guaita, donde -al final- indica caminos hacia la felicidad (calma, auto-conocimiento, entrega a la vida,...) y otras grabaciones en Redes (que hace cinco años ya posteamos),...
El segundo vídeo es de un joven, Pablo Pérez-Paetow, muy poco referenciado aún en Internet, pero con una gran fuerza de comunicación por su modo de interpelarnos a quienes tenemos algo que ver con la educación, y que somos una gran parte de la sociedad (y que a nadie debiera serle indiferente): progenitores, quienes educamos, administramos, reformamos,...

Pablo Pérez-Paetow nos alerta sobre el peligro de las 3M' (memoria, mediocridad, monotonía) que pueden llegara a atenazar un sistema educativo demasiado rígido, reglado y riguroso. Analiza el fenómeno "ni-ni", de un aterrador porcentaje de juventud que ni estudia ni trabaja (los "desoficiados", que coloquialmente dicen por Murcia). Aboga por el cultivo, no la represión, precoz de la creatividad, de la curiosidad, del espíritu crítico, la educación emocional, una personalización del aprendizaje (no puede ser de otro modo),... a fin de reconocer y disfrutar del placer de aprender, sin duda una de las máximas gratificaciones de la vida para quienes creemos que el amor mismo, no es sino un modo de aprender.

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