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Jubilación de la corbata

Mikel y Carmen 20150904
Dicen que los duelos, las transiciones de la vida,... deben ser vividos con sosiego, desde dejar el pecho materno, renunciar al chupete, empezar a andar,..., hasta jubilarse, perder el carnet de conducir,,... valorando lo que se gana en el nuevo estado y recordando con cariño lo que queda atrás.

Sentimos el retorno del verano, y más en las fechas presentes, cuando ya quedan unos días para cumplir 40 años de servicio en la cosa pública (10 años en la universidad pública, desde el 1 de octubre de 1975, y 30 años en la administración y en sociedades públicas), y cuando apenas restan dos años y medio para que nos jubilen (sin opción, el mismo día de nuestro cumpleaños con 65 años).

Hay que ir adoptando decisiones de desvinculación progresiva, muy del momento por la "desconexión catalana" que cita la histórica disolución de Noruega yéndose de Suecia en 1905 (ver en Wikipedia,

Sin perder el hilo. volviendo a lo personal y al invento de los egipcios pero cuyo nombre deriva de los croatas, hay que ir des-conectando temas y re-conectando relaciones, tareas,... También cambiando y remarcando, de modo aparente, que algo va cambiando. Renunciar a la corbata, que merecería otro post (que aún sería más aburrido que este), ha sido un elemento que remarca la paulatina llegada de nuevas etapas.

Notas finales: No es la primera vez que hablamos de la corbata, de corbatas o, incluso, del fin de todas las corbatas (Extinction Timeline lo estima para 2041). La foto con Carmen es reciente, del viernes pasado, tras una semana laboral sin corbata (aunque en verano ya la solíamos apartarla). ¡Ah, tampoco es una renuncia absoluta, pero queda para las grandes ocasiones!

4 comentarios:

  1. Me alegro mucho por tu liberación. Yo mismo di ese paso hace 13 años, temeroso del "qué pasará" y resulta que no pasó nada. Respecto a la jubilación, querrán forzarte a abandonar tu actividad oficial en una fecha determinada, pero estoy seguro de que seguiremos activos en muchas otras. No te dejaremos dejarlo :).

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  2. No os dejaré que me dejéis dejarlo, Venan. Gracias,...

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  3. En mis primeros pasos laborales, era bastante presumido y me gastaba mi dinero en corbatas y gemelos, y la verdad me ayudó la imagen a prosperar, por lo menos a facilitarme la entrada. LLevaba corbata siempre invierno y verano, salvo en vacaciones. En mi última vida laboral fui prescindiendo gradualmente en favor de la comodidad. Ahora la reservo para ocasiones puntuales. Siempre he tenido 50/100 corbatas.

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  4. Te conozco poco y sé que la jubilación no te parará. Lo de la corbata... Como los tacones, mejor liberarse.

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