Como reflexión que intentamos aportar, tras la intervención de Begoña Garamendi, sugerimos seguir explorando y ampliando el encuentro entre educación y ajedrez. Pocos escenarios son más fructíferos que el tablero de 64 escaques para el desarrollo de competencias muy diferentes y el cultivo de valores y actitudes como el que buscamos.
Propusimos, con el fin de equilibrar ambos géneros en el disfrute del ajedrez, una feminización (que no es otra coso sino humanización) de este deporte-arte-disciplina, redescubriendo la creatividad, la belleza del juego y no, exclusivamente, el jaque mate. Al igual que en el multideporte escolar, o en el recreados juegos como nuestro artzikirol, se han de recombinar aspectos para favorecer una práctica mixta de alumnas y alumnos.
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