Human es un retrato de la humanidad, un documental de 2015 dirigido por Yann Arthus-Bertrand. Presenta a través de 188 minutos un cuadro sobre la humanidad en el presente, combinando imágenes y el testimonio de personas de todo el mundo que reflexionan sobre diversas situaciones de vida.
El proyecto fue financiado por las fundaciones sin ánimo de lucro Goodplanet y Bettencourt Schueller. También fue presentado en las Naciones Unidas coincidiendo con el 70 aniversario de su fundación. La película está disponible en seis idiomas: español, francés, inglés, ruso, árabe y portugués.
El tiempo de rodaje se extendió por dos años, y su realizador con productores en 65 países y en 63 idiomas, hicieron cientos de entrevistas. Human acabó entrevistando a 2.020 personas de orígenes, idiomas, sueños y religiones distintos, indagando sobre en qué consiste ser humano. Para su edición, fueron elegidas un total de 110. Protagonistas directos de muy diversas situaciones, los participantes aportan emotivas y profundas reflexiones sobre temas de importancia universal como la guerra, la pobreza, la homofobia, la migración, el medioambiente, entre otros.
La monumental película Human es un ejercicio reflexivo que aborda al ser humano en su doble dimensión, de individuo e integrante perteneciente a una comunidad.
Entre los entrevistados, fueron seleccionados los testimonios de algunas personalidades conocidas como Bill Gates, Ban Ki-moon, Cameron Diaz (vídeo), el expresidente uruguayo José Mujica o Francine Christophe, quien fue deportada con su madre al campo de concentración de Bergen-Belsen en 1944.
Human es un precioso alegato por el amor y la concordia entre personas. El planteamiento del filme es aparentemente sencillo. Fondo negro, plano corto, respuestas no demasiado largas. “Hay inteligentísimas respuestas de gente sin estudios”, remarcó el cineasta, en la rueda de prensa posterior en Venecia.
Un hombre que proclama el amor por su esposa, una prostituta que quiere algo mejor para sus hijos, un niño que recrimina a su madre que le vendiera, una mujer que celebra tener una nevera, la que pide que el mundo sonría, el gay que fue apaleado, el hijo de un terrorista islamista que atentó en Estados Unidos en 1993, un senegalés que defiende su poligamia.
Un chico brasileño considera que hemos venido a este mundo “a llevar a la vejez la felicidad que tienes de niño”. “Sonreir es el lenguaje que todo el mundo habla”, dice una muchacha india. También aparece el ex presidente de Uruguay José Mújica opinando por qué no somos más felices: “El mundo se basa en el crecimiento contínuo, y para ello hay que consumir. Pero cuando compramos algo no lo compramos con dinero, sino con el tiempo que estuvimos ganándolo”. Hacia el final, un joven se pregunta (le pregunta a su padre, en realidad) por qué en 1993 atentó contra el World Trade Center de Nueva York, asesinando a seis personas. “¿Qué lograste?”. Muchos de los entrevistados contaban por primera vez vivencias traumáticas. “Fue sorprendente, nadie quiso revisarlo, y tras contárnoslo dijeron sentirse mucho mejor”, explicó una de las productoras, Anastasia Mikova.
Un chico brasileño considera que hemos venido a este mundo “a llevar a la vejez la felicidad que tienes de niño”. “Sonreir es el lenguaje que todo el mundo habla”, dice una muchacha india. También aparece el ex presidente de Uruguay José Mújica opinando por qué no somos más felices: “El mundo se basa en el crecimiento contínuo, y para ello hay que consumir. Pero cuando compramos algo no lo compramos con dinero, sino con el tiempo que estuvimos ganándolo”. Hacia el final, un joven se pregunta (le pregunta a su padre, en realidad) por qué en 1993 atentó contra el World Trade Center de Nueva York, asesinando a seis personas. “¿Qué lograste?”. Muchos de los entrevistados contaban por primera vez vivencias traumáticas. “Fue sorprendente, nadie quiso revisarlo, y tras contárnoslo dijeron sentirse mucho mejor”, explicó una de las productoras, Anastasia Mikova.
La película Human deja un regusto amargo de la condición masculina en muchos lugares del mundo, y tiene un reiterado mensaje en favor de la educación. “Muchos nos dijeron que con más educación habrían sido mejores personas”, explicó el cineasta.
De vez en cuando, la película intercala espectaculares imágenes aéreas de lugares que Yann Arthus-Bertrand convierte en bellos en cualquier caso: vertederos, favelas, campamentos, hordas de hinchas, desfiles militares, miles de personas en una piscina en Corea, una boda múltiple en China. También impresionantes paisajes de Mongolia, Camboya, oceános, cascadas… y Barcelona (en la 2ª Parte). Es impresionante, en la primera fase de la película, la secuencia de construcción de un quatre de nou. Un icono de construcción en común. Y un mensaje final de que la muerte no es el final de todo.
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