A respirar los malos humos de la caravana de Le Tour,...
El espectáculo deportivo y comercial que representa el Tour de France es algo único. El inicio de Le Tour desde Bilbao nos lo ha demostrado una vez más. Es un evento mundial que sintoniza con personas amantes del deporte, de la bicicleta y de rodar al aire libre por espacios de campo y montaña, además de atravesar ciudades emblemáticas. También es un estandarte de Francia que inventó esta competición.
Con tanta gente que acude y espera para ver el paso de los ciclistas, así como el de la caravana de apoyo y publicitaria que les precede y sigue, hay algo contradictorio que supone una disonancia cognitiva que merece nuestra atención:
¿Cómo se entiende el paso de vehículos contaminantes y ruidosos acompañando a un pelotón esforzado y silencioso que nos admira por el uso de una máquina (la bicicleta) ecológica por excelencia?
En esta 110ª edición del Tour de France no había ni motocicletas ni automóviles sostenibles, excepto el Skoda Enyaq iV del director de carreraya desde 2021. La marca Skoda patrocina desde hace 20 años el Tour y aporta 208 vehículos este año.
Creemos, que incluso Skoda reconoce que la electrificación de toda el convoy del Tour debiera ser una realidad, ya en 2023. Con vehículos eléctricos puros y no con apaños de híbridos o motores de combustión.
Este espectáculo rodante único también podría ser el mejor escenario para que los autobuses, la policía, medios de comunicación o servicios médicos mostrasen su apuesta por la movilidad sostenible,... Pero otro año más sin que se haya aprovechado esta oportunidad.
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