Ratos: Los que he necesitado para escribir esto y los tres minutos que empleará usted en leerlo.
Retos: Los que significan simplificar a unas líneas el “problema vasco”, de modo que sea comprensible por todos, los vascos y el resto de la humanidad.
Ritos: Los que han rodeado de mixtificación este tema, desde la independencia del “paraíso perdido” hasta la Constitución eterna de la “grande y única patria”.
Rotos: Como nos sentimos de dolor y hastío por tanto fanatismo, tanta muerte, tanta violencia, y por tanta desunión entre todos.
Rutas: Las que deben abrir los líderes políticos, los partidos y la sociedad civil para ser debatidas pacífica y democráticamente, con serenidad y rigor, sin vetos ni prejuicios, respetando la pluralidad.
¿Tan difícil es comprender que hay vascos que se sienten españoles, o franceses, además de vascos, y que hay vascos que sólo se sienten vascos?
Las rutas deben permitirnos seguir conviviendo juntos y ofrecernos a todos una vía de defensa de las ideas propias. Así convergeremos en una sociedad más tolerante en la que quepamos todos.
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