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Gora España

Quizá sea una expresión políticamente incorrecta para muchas personas, de aquí y de allá, pero algunos pensamos que la ideología del nacionalismo democrático sería perfectamente aplicable en España.

Pero algunos pensamos que la ideología del nacionalismo democrático sería perfectamente aplicable en España. La idea de “vasquizar” España (voz que puede proceder del euskera ‘ezpaina’, pronunciado ‘españa’ y que significa labio) ya la propuso el bilbaíno Miguel de Unamuno, y la expresó poéticamente el hernanitarra Gabriel Celaya (Rafael Gabriel Juan Mugika Zelaia): “Hay que revasquizar España, iberizarla, salvarla del poder abstracto y absoluto, volver a nuestras tribus, nuestro federalismo, nuestra alegría fiera, nuestro respirar limpio, nuestro no al centralismo francés y su dominio”.

La organización administrativa cambiaría radicalmente: Respeto absoluto a la independencia de las autonomías (como entre la Comunidad Autónoma Vasca, la Comunidad Foral Navarra o Iparralde), y descentralización de las provincias (territorios históricos en el caso vasco) con haciendas (forales) independientes y el mismo peso en la elección de los gobiernos autónomos (25 diputados Araba o Bizkaia).

Esto significaría que Madrid o Cuenca contasen con el mismo número de congresistas, como sucede en el Parlamento vasco, y que en cada capital de provincia existiese una hacienda autónoma, que bien se preocuparía de recaudar impuestos y desarrollar su progreso. Destinaría una partida para gastos de la comunidad, en los contados temas coordinados a nivel de cada autonomía (policía autónoma, educación y sanidad), y un cupo para los mínimos del Estado (Corona y ejército, así como Asuntos Exteriores con participación de las autonomías).

Se reubicaría la capital administrativa fuera de grandes ciudades y sin razones históricas, quizá a Ávila (como Vitoria-Gasteiz, descartando la histórica Iruña-Pamplona, el demográfico Bilbao o el turístico Donostia). Se estimularía un pluralismo político y sindical con varios grandes partidos y sindicatos (no menos de cinco en cada caso como en la CAV), lo que inexorablemente conduciría a gobiernos más flexibles, tripartitos como mínimo. Los partidos serían bicéfalos para evitar la concentración de poder ejecutivo y político.

Se cultivaría un respeto a las lenguas, culturas, folklores y tradiciones hispánicas, o ibéricas, favoreciendo el plurilinguismo con varios idiomas oficiales. No sólo el castellano, el euskera, el catalán y/o valenciano y/o mallorquí, el gallego-portugués, el bable,… sino todos los dialectos como el andaluz o el murciano serían cuidados y mantenidos como un bien común y por la riqueza cultural que suponen (como los varios euskalkiak, los dialectos vascos como el Bizkaiera,…).

Se estrecharían lazos con las comunidades en diáspora por todo el mundo. Se aplicarían medidas que ya son efectivas en la CAV con carácter general cuyo efecto positivo es innegable: la gratuidad de la educación en centros públicos o concertados, altos porcentajes de escolarización desde un año hasta la universidad, un mayor gasto sanitario por habitante, una menor inseguridad ciudadana, un bilingüismo real de la sociedad con su lengua propia u otras, la solidaridad con el Tercer y Cuarto Mundo, un salario social extendido a todas las familias, una elevación de salarios y calidad de vida, una mejor formación continua de los trabajadores, un pacifismo militante generalizado por tanto dolor acumulado,… Y otros infinitos matices cotidianos, como los equipos deportivos propios, con jugadores autóctonos.

Creemos que todo ser humano lleva inscrito ese sentimiento que los vascos llamamos AMALUR (Ama Lurra: Madre Tierra, el amor al terruño), y que en quechua se dice Pachamama significando literalmente lo mismo. El nacionalismo es la responsabilidad de cada persona, y de cada pueblo, de cuidar su parcela del planeta Tierra, no frente a los demás, sino frente al descuido y al olvido,... ¿Alguien se apunta a desarrollar más este Proyecto apenas esbozado?
Es posible que desde Euskadi contara con muchos apoyos, y muy probablemente también desde otras nacionalidades o regiones de la península. Quizá pronto podamos oír un recíproco ¡Arriba Euskadi! (que por cierto parece que ese Arriba también fue traducción franquista del euskera Gora, en sustitución del natural Viva). ¡Gora España Askatuta! ¡Viva Euskadi Libre!

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