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Fiebres de diciembre

Cuidémonos de los dos extendidos timos navideños: la ‘tontería nacional’ y la ‘ilusión monetaria’.

La “cuesta de enero” se genera en el “consumismo de diciembre”, cuando se juntan dos tradicionales y generalizadas estafas. En primer lugar, el ‘impuesto a la pobreza’ en forma de loterías de Navidad y del Niño, donde gastamos sumas ingentes de dinero que sólo sirven para crear algún nuevo rico a base de que muchísimos infelices nos hagamos más pobres.

En segundo lugar, para quienes disponen de la “paga de navidad”, se produce lo que los economistas denominan la ‘ilusión monetaria’, por no aumentar el poder adquisitivo a pesar de recibir más sueldo. Al crecer en masa el salario de la población activa los productos se agotan antes, por lo que incrementan su precio. En diciembre con una nómina doble pagamos unos precios doblados en regalos y celebraciones. El truco es que con más dinero sólo compramos lo mismo.

Mejoremos fácilmente nuestra calidad de vida con dos simples consejos:

1º Nunca apostemos a ningún juego de azar. Mejor ingresar el dinero de quinielas y loterías en una hucha que abriremos en enero para recoger lo jugado en un año. Nos sorprenderemos de cuánto acumula y de que siempre toca.

2º Guardemos la paga extra hasta que termine la época de consumo desbocado en la campaña navideña. La misma paga que se evapora en diciembre, se cuadruplica en las rebajas de enero, cuando bajan notablemente los precios.

A la familia y a las amistades podemos regalarles desde este año 2004 una verdadera navidad de calidad, no de cantidad, con pequeños y originales obsequios hechos por nosotros mismos o buscados con antelación y cuidado. Recordemos que siempre el mejor regalo es compartir nuestro tiempo y afecto con los nuestros.

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