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Mayoría de gobierno o de bloqueo

El 17-A la ciudadanía vasca se juega poder avanzar o permanecer inmovilizada con un Parlamento encadenado.

Algunos intereses partidistas inconfesables lo han conseguido. La movilización del electorado vasco es menor que nunca. Los mismos medios de comunicación estatales que calentaron hasta la ebullición las pasadas autonómicas de 2001, han dejado en el olvido la temática vasca. Ya ni los cambios de camisa de “su” serpiente ETA-Batasuna merecen mayor polémica. Todo lo que sea para adormecer a la ciudadanía vasca, a fin de que con el efecto EHAK todo siga igual en Euskadi: Con un Parlamento en Vitoria-Gasteiz al que cuesta sacar adelante leyes y presupuestos. De este modo, el PSOE de Zapatero espera poder “pescar” políticamente algo en el período 2005-2009.

La mayoría de la ciudadanía vasca considera aberrante la Ley de Partidos, erigida frente al nacionalismo vasco democrático. Esa misma mayoría opina que Batasuna debiera poder presentarse directamente en las urnas. Su peso electoral está muy cuantificado, y siendo sus votantes muy militantes, esas papeletas estarán en poder de EHAK y al servicio de Batasuna, a partir del 17-A.

Los 7 escaños de Batasuna en 2001, reducidos desde los 14 anteriores, fueron el resultado no sólo de su pérdida de electorado, cansado de que ETA rompiera la tregua y siguiera asesinando, sino también de la alta participación ciudadana del electorado vasco en 2001.

La predicción de escaños en 2005 no es demasiado difícil, excepto en la incógnita EHAK. PNV-EA será con gran diferencia la fuerza más votada, con entre 33-36 parlamentarios. EB-IU variará poco de sus actuales 3 escaños, y Aralar quizá logre una parlamentaria en Gipuzkoa. Éstos son los únicos escaños que pueden apoyar a un Gobierno Vasco con mayoría absoluta que siga construyendo una Euskadi pacífica y democrática.

El PSOE por mucha parafernalia que despliegue cree, como sabemos todos, que no puede sino aspirar en el mejor de los casos a gobernar con el PP, en tan sonada minoría que sólo le reportaría desgaste propio y ajeno. Y lo mismo reza para el PP, aún más huérfano de todo apoyo en Madrid. EHAK, lamentablemente, seguirá manteniendo la posición obstinada de Batasuna de política antisistema, actuando con lo hace en Física esa fuerza real pero pasiva que es la resistencia del rozamiento, que sólo sabe oponerse al movimiento en cualquier dirección.

Los votantes de Batasuna, con el inesperado plácet del PSOE, podrán otorgar legítimamente su representación a EHAK. Quizá esta vez sean menos de cien mil sus votos, porque también hay escrupulosos batasunos a quienes votar comunista no les satisface. El resto del electorado motivado ya ha tomado su decisión, por los distintos partidos convencionales del espectro político. Euskadi es, probablemente, uno de los países con voto más estable, pero persiste una variable que resultará determinante: la participación electoral.

Con una participación del 80%, inusual pero posible como en 2001, Euskadi podría abordar una legislatura esperanzadora, con una Batasuna que se vea obligada a madurar y una oposición que asuma finalmente su papel de crítica, pero constructiva. Incluso desde el Estado español habrían de desmontarse los obstáculos para una negociación sosegada y provechosa.

Esta hipótesis del binomio de mayoría dinámica o estática podremos verificarla incluso antes de que acabe alas 20:00 horas la jornada electoral del 17-A, en función directa de la participación. Una abstención mayor que la del 13-M del 2001 pronosticará ciertamente un Parlamento Vasco paralizado por la estrambótica entente PP-PSOE-EHAK.

Resumiendo: ¿Quién posee la clave del 17-A? El electorado dormido, tibio, vacilante, la juventud “pasota”, quienes opinan que “todos los políticos son iguales”,… Este complejo y variado segmento social mantiene su inalienable derecho, obviamente válido, de abstenerse o de votar. Pero han de saber que son ellos quienes determinarán que exista una mayoría de gobierno… o de bloqueo. Nunca como ahora los indecisos fueron tan decisivos.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo

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