El sentir ciudadano se ha extendido y democratizado con la incorporación de webs y blogs al espacio reducido de la prensa escrita convencional.
Internet ha permitido a millones de seres humanos compartir sus voces y reflexiones, buscando completar las opiniones que se expresaban exclusivamente por medios de comunicación más elitistas, a los que sólo tiene acceso una minoría cercana a los diversos poderes fácticos de las diferentes comunidades de intereses económicos, políticos, sociales y culturales.
La eclosión y popularización de los sitios web, junto con el fenómeno más inmediato de las aplicaciones según el modelo de las bitácoras (blogs y feds), ha contribuido decididamente a una inimaginable facilidad de escritura-transmisión-almacenamiento abierta a un significativo porcentaje de la población, al menos en las sociedades más avanzadas.
La reciente irrupción de la denominada “Blogosfera”, archipiélago plurilingüístico e intercultural de los lugares weblogs, ha alterado las fórmulas y los procedimientos de interrelación humana. En la prensa escrita, los artículos de opinión podían ser o no compartidos, y sólo quedaba la ocasión de aplaudir o criticar mediante el resquicio de escribir una “carta al director”. Los foros de internautas han permitido generalizar y globalizar mucho más el debate, con respuestas y contrarréplicas. Quizás convenga diferenciar ambos formatos, blogs y webs, en función de si se desea generar o no polémica ulterior, donde se ofrece la oportunidad añadida para quien lo desee de proseguir la defensa de su posición inicial en este efecto inducido por su publicación.
Hoy día es perfectamente factible remitir un escrito diario a decenas de boletines (la inmensa mayoría sólo digitales), mediante el simple envío a una lista de correo electrónico. Quienes seguimos este procedimiento, lamentablemente no podemos entrar -sino muy ocasionalmente- en las cuestiones colaterales suscitadas, independientemente de su carácter favorable o desfavorable.
Ayer, alguien que firma como “ciudadano global”, apuntaba en uno de estos foros (concretamente en IblNews). “Estimado Mikel A. A.: Permíteme que te indique que siento curiosidad por saber cómo es posible que tengas tantos fans que salen en tu defensa, porque al parecer tú no lo ves necesario. Si ésa es tu filosofía, que sería de respetar, convendría que indiques a tus fans que no deseas que te defiendan. De lo contrario, y muy a mi pesar, voy a tener que pensar que estás detrás de esas defensas, lo que ya no me parecería tan positivo… Cordiales saludos y mi enhorabuena por todos tus escritos”. Le respondo con esta nota: “Estimado Ciudadano Global: Me alegra que se debata sobre mis posiciones, siempre que sea constructivamente, con respeto e inteligencia. Me congratula saber tengo algunos fans a favor… y muchos en contra, y que discutan entre sí. Ruego excusen que no intervenga en el seguimiento de mis artículos por falta de tiempo, aunque siempre respondo a los e-mails identificados que recibo. Esperando su comprensión, se despide atentamente…”.
Lo más sorprendente no es que alguien no llegue a entender que un autor rehuya participar en el reguero de controversias, a menudo con pocos argumentos, que pueden generar sus artículos. Lo más increíble es que se llegue a sospechar que quien por economía de tiempo no puede rebatir o matizar las opiniones agregadas, se entretenga disfrazándose bajo el tosco subterfugio de un anónimo fan suyo. En la libertad de escribir mediante apodo o nominalmente, cada interlocutor elige su método de participar, siendo improbable un cambio de modalidad.
Más aún, las normas de etiqueta y cortesía debieran excluir que, a quien escribe identificadamente, se le pueda replicar desde el anonimato más absoluto, pero en pro de la participación todo se tolera. Lo que es ya rizar el rizo es que alguien agazapado bajo el anonimato acuse a quien se retrata… de estar detrás de sus fans. Ridículo, y sólo solucionable exigiendo la identidad registrada de todos los contertulios. La desafortunada mezcolanza de respuestas en algunos foros con insuficiente moderación ha favorecido la preeminencia del sistema de los blogs donde la moderación corre exclusivamente a cargo de su creador.
En todo caso, como consejo general se recomienda iniciarse en el arte de la escritura solamente tras haber dedicado muchos años al análisis de prensa impresa y electrónica, además de haber navegado por todo tipo de literatura. Si dicen que estamos dotados con dos oídos y una sola lengua para escuchar el doble de lo que hablamos, entre la lectura y la escritura la desproporción es aún mucho más acusada. Por ello, un objetivo deseable para todos nosotros es la lectura cotidiana de múltiples y variadas fuentes de información y conocimiento,… como los blogs y webs.
Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/weblogs.htm
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