La formación del Gobierno Vasco es un paradigma del “por pedir que no quede”, o como dijo el poeta: ¡Qué mina inagotable es el pedir!
1º Leemos en la prensa de ayer en grandes titulares: “EHAK reclama a Ibarretxe los ediles que habría obtenido Batasuna en 2003”. ¡Inaudito, porque la “ilegalización aprobada por el PP-PSOE” ha beneficiado en sobre-representación a todas las formaciones, pero muy especialmente a… EHAK! Si algún partido debe devolver “toda” su delegación política es la propia EHAK, que ni existiría parlamentariamente si retornase sus nueve escaños a Batasuna.
2º Batasuna dice que no está en el Parlamento Vasco, pero que sí lo está a través de EHAK. No se puede aducir que, además de los nueve de EHAK, Batasuna merece otros nueve parlamentarios. Cuando se juega a bloquear cualquier solución de gobernabilidad, lo justo es no revolverse demasiado. Como decía Salvador Dalí, “lo menos que puede pedirse a una escultura, es que no se mueva”.
3º El político catalán Francesc Cambó señalaba que “Hay dos maneras seguras de llegar al desastre: una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo inevitable”. En Euskadi el problema no es solamente la complejidad de siete fuerzas (desaparecida ya Unidad Alavesa), sino las incompatibles demandas de todas ellas: EAJ-PNV liderazgo en minoría precaria con EA y Ezker Batua (y apoyo de Aralar); Ezker Batua sin aceptar apoyos de EHAK, ni de PP; PSOE exigiendo Lehendakari y sin más apoyo que el PP; PP sin cesión al nacionalismo vasco; y EHAK… ¿qué quiere Batasuna? Además se impone que el Proyecto de Nuevo Estatuto aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento simultáneamente siga y se retire, se perfeccione y se anule.
4º Como descubrió Alejandro Dumas, “Uno se pregunta adónde irán todas esas gentes que nos encontramos, a pie o en coche, por las calles… Van a pedir algo a alguien…”. Parece que la clase política sigue al pie de la letra esto: No aportar nada y pedirlo todo. Para evitar el eterno empate a 33 parlamentarios, que históricamente sólo puede desnivelar el nacionalismo vasco moderado con los 9 escaños adicionales de Batasuna, sólo caben tres opciones:
- Que ETA mueva pieza hacia la paz y que Batasuna comience un juego político pleno, destinado a influir constructivamente y no a reventar toda posibilidad de acuerdo.
- Si lo anterior no se produce con brevedad de semanas, un gobierno en minoría (lógica y matemáticamente presidido por Ibarretxe), sin concesiones a las pretensiones absurdas y desmedidas de todos los lados.
- Si tampoco esto se alcanza con estabilidad en un plazo medio, de algunos meses, la convocatoria de nuevas elecciones para que los partidos políticos maduren sus actitudes y repiensen sus programas, y principalmente para que el electorado vasco recapacite, vote con alta participación y concentre sus votos en torno a las únicas opciones viables de administración: PNV-EA, PSOE-PP, o Batasuna.
Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/pedir.htm
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