Ante el anuncio de ETA de no atentar contra "los electos de los partidos políticos”, caben tres reacciones inmediatas.
1º La sensación de alivio para tantas y tantas personas sometidas a la “violencia de persecución” durante tanto y tanto tiempo.
2º La esperanza avivada de avance hacia la disolución definitiva de ETA, anhelo frustrado durante tantas décadas que no puede ser infructuoso en esta postrera oportunidad.
3º La reflexión, reiterada una vez más, sobre la aberración ética, social y política que significa toda forma de violencia, y que ahora se resalta adicionalmente por la intolerable contradicción de que los últimos amenazados de muerte pasen a ser los más anónimos e indefensos.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/eta.htm
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