Uno de los más esperados inventos está a punto de comercializarse, con la mejor música de todos los tiempos.
Sin inventores no existirían los inventos, pero además los creadores son mucho más interesantes que sus creaciones. La vida de Thomas Alva Edison, por ejemplo, es más fascinante que una simple bombilla de incandescencia. Antes de explicar un nuevo producto creado conviene destacar la biografía de su autor.
El padre del “muro de silencio” es Danny Hillis. Otrora niño prodigio de la informática, el presidente de la Thinking Machines Corporation es un inefable gurú de la tecnología, un futurólogo reconocido y un renacentista contemporáneo con dosis masivas de ese escaso “sentido común”. Hillis ha colaborado con empresas como Walt Disney, AT&T, Xerox, Kodak, IBM o Hewlett-Packard. De su imaginación y de su sabiduría provienen la Connection Machine, el primer superordenador comercial con arquitectura de procesamiento masivo paralelo creado entre 1983-1985 (cuando era un veinteañero doctorando), y el reloj del Milenium, un artefacto de Silicon Valley (EE.UU.) que marcará rigurosamente el tiempo durante los próximos 10.000 años.
Tras diseñar el más rápido procesador de su momento, Hillis colaboró en la construcción de la máquina digital más lenta de la historia, un reloj mecánico digital binario concebido para hacer tic-tac una vez al día, como símbolo universal de recuerdo para que dilapidemos el legado recibido y pensemos en los tataranietos. Este reloj del Milenium, de nulo mantenimiento, podría sobrevivir a las negligencias humanas, e, incluso, permanecer tras la extinción de la especie. Su objetivo es denunciar la propensión a las actuaciones individuales y colectivas pensando sólo en el corto o medio plazo.
Hillis señala: “cuando era niño, la gente hablaba de lo que sucedería cuando llegase el año 2000. Ahora nadie habla de lo que sucederá en el 2050 o en el 2100. Pienso que la meta de este proyecto es crear algo que vaya más lejos de la barrera mental del futuro”. Con un cuco que sale cada 100 años, se ofrece un referente para que reajustemos nuestro marco intelectual al largo plazo, visualizando un responsable Largo Ahora, en lugar del apremiante e imperante Urgente Ahora. Según Hillis somos como amebas, que no comprendemos hacia dónde nos dirigimos, ni qué estamos creando a tanta velocidad. Diez mil años equivale aproximadamente al período de la Historia de la Tecnología Humana. Con su nueva notación, "ahora" estamos en el año 02001.
Con estos inmejorables precedentes, Hillis nos presenta ahora Babble, un silenciador electrónico por 325 €. Con este dispositivo de Applied Minds es posible mantener una conversación privada entre dos interlocutores, sin que puedan entender nada quienes se encuentren un poco alejados. Por ejemplo, se puede hablar por teléfono sin cuchichear mientras que desde la mesa de enfrente sólo escucharán una babel de sonidos sugestivos, pero en mezcolanza ininteligible. Así pueden suprimirse paredes y barreras acústicas en espacios abiertos sin que sus ocupantes pierdan privacidad.
Sólo le queda un reto a Hillis. Desarrollar un aparato que anule enteramente el ruido ambiental para ofrecer silencio absoluto. Algo perfectamente posible, porque el sonido es una onda mecánica que se propaga por el aire y puede compensarse con otra onda. La mejor música de la Humanidad sería el silencio opcional. Porque el silencio es… el gran arte de la conversación; el ruido más fuerte y elocuente; lo más difícil de refutar; la voz infinita que vale por todas las palabras y que a nadie perjudicó; el santuario de la prudencia; el elemento donde se forma todo lo grande; el supremo heraldo de la alegría; la felicidad en la que todos sucumbimos,…
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/silencio.htm
El verdadero problema con la realidad es que no hay música de fondo.
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