En ocasiones, la enseñanza es noticia por disfunciones aisladas, pero el sistema educativo ofrece un servicio social inigualable.
Para la totalidad de la ciudadanía nuestra sociedad ofrece un puesto adaptado a las necesidades de cada persona. No importa a qué minoría étnica se pertenezca (todos pertenecemos a alguna), no importa qué minusvalía o déficit se tenga (todos tenemos algunos), no importa la familia de origen, el momento de llegada, no importa nada… entre los 6 y los 16 años se han dispuesto los necesarios recursos humanos especializados e ingentes presupuestos para una perfecta formación.
Todo el profesorado, en sus distintos niveles, funciones y especialidades, todo el personal de apoyo (conserjes, cocineras, conductores,…), todas las instalaciones y servicios,… atiende durante 10 años a nuestros hijos e hijas. En la práctica, la atención educativa se extiende una media de más de 20 años, desde los pocos meses hasta pasados los 22-24 años en el caso de la enseñanza superior de FP o universitaria (sin citar la formación continua, ocupacional o de personas adultas). Las condiciones son inmejorables, incluida la gratuidad para las familias que no pueden contribuir económicamente.
Llegará el día en el que los sistemas de protección social se ocupen de las necesidades específicas de atención, en los casos necesarios, para el estudio o el trabajo de la generalidad de la población… durante toda su vida. Mientras tanto, el complejo sistema de educación muestra el camino y cuida durante un largo periodo preparatorio a las generaciones más jóvenes.
Esta custodia es perfectamente compatible con la transmisión de un mensaje inequívoco desde la educación primaria: “Cada persona debe ir asumiendo, tan pronto como sea posible, todo el grado de autonomía y responsabilidad que le sea posible, colaborando con su esfuerzo y trabajo (incluido el de estudiar) a su propio crecimiento personal, profesional y familiar, así como al bien común de la sociedad en la que ha podido nacer y crecer”.
Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/educaejemplo.doc
Gracias Mikel por recordarnos lo que tenemos en casa y muchas veces no vemos.
ResponderEliminarAhora que cualquier español –y extranjero- puede disfrutar en nuestro país de una enseñanza reglada y no reglada de calidad y científica, apenas podemos imaginar lo que era la tónica general aquí y lo que es actualmente en mas de la mitad de los países del mundo.
A veces se tiende a ver la botella no solo medio vacía, si no vacía por completo, particularmente desde la propaganda de la extrema derecha, haciendo creer que el sistema educativo español es un desastre y no funciona, cuando todo el mundo sabe que lo desastroso sería poner este sistema en manos de ellos.
Lo mas importante que podemos producir los españoles, lo que mas nos puede hacer estar orgullosos de nosotros mismos, no es un crecimiento económico del 4 %, ni una balanza de pagos con superávit, ni que un equipo de tal deporte sea campeón mundial, ni unas cuentas públicas con excedente, ni una tasa de desempleo mayor o menor. Todas estas cosas con ser tan importantes disminuyen ante la importancia de un país bien y suficientemente formado.
Ya los ilustrados advirtieron que la educación es la base del progreso de las naciones.
Me parece muy correcto como enfocas el tema. Y comparto tus ideas.
ResponderEliminarSaludos.