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El rostro del paro...

Aparentaba tener unos cuarenta años. Los ojos rojos, pero sonreía. Un mendigo negro, así alguien lo describiría. Alto, delgado, pero con mucha ropa amontonada. Hacía frío, y llovía. Se había asomado a la valla y, al ver salir al joven aparejador con el casco, se le acercó. Pidió trabajar en la obra, de cualquier cosa, sólo para pagarse un alojamiento donde dormir. Respetuoso, sólo quería empezar, "ahora mismo" dijo. Insistió, acabada de venir de Madrid. En Bilbao encontraría trabajo, le habían dicho. En la construcción, tenía alguna experiencia. El técnico le dijo que lo intentaría. El inmigrante se lo agradeció. Que volviese mañana. Y el africano se alejó. El arquitecto técnico, de sólo 22 años, estaba en los inicios de su carrera y nunca había visto tan de cerca la pobreza. Parecía ser muy buena persona aquel hombre maltratado por la vida en dos continentes. Seguro que nadie merece estar así, sin saber qué cenaría o dónde descansaría aquella noche. Habló con su colega más experimentada. Lo comentaron con la subcontrata. Sería difícil. Una tristeza profunda le invadió al pensar que él tenía una casa (la de sus padres) para vivir. Nunca olvidará la cara del desempleo, de la miseria, de la desigualdad. Algo se me había roto, aquella tarde oscura y lluviosa. Luego, comprendió. No era la crisis,... O, al menos, no la reciente, por grave que fuese. Eran siglos, milenios de injusticia. No bastaba facilitar un folleto con la Guía de Recursos Sociales. Ya era hora de empezar a despertar, a construir un mundo mejor, con todas las personas, entre todas, para todas, para las de aquí y las de allá, allí y acá.

6 comentarios:

  1. Muchas gracias Mikel! Contagiante tu permanente labor educadora y humanista, escribiendo con la sensibilidad propia de un educador, de alguien que le duele la pobreza y la falta de oportunidades, y seleccionando temas que nos enriquecen, como los vídeos a los que nos tienes acostumbrados y que tanto agradezco nos los compartas.


    Celebro tu calidad de blog!


    Roberto Matosas
    www.matosas.com
    Veracruz, México

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  2. Excelente retrato, excelente. Y ¿sabes? en el hilo de "ya era hora de hacer algo" me incluyo sin diferencias. Excepto, la del poder que imprime el tener la sartén por el mango. Ese chico de la empresa que "quería" contratar al parado inmigrante, y las desgraciadas formalidades de contratas y subcontratas, que no le permitían hacerlo, detallan a la perfección -a mi juico- la necesidad de hacer algo, ya. Sin duda,ninguna duda,
    que es necesario hacer algo.
    Saludos cordiales, Mikel

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  3. Publicado en El Confidencial Digital, el miércoles 11-2-2009.

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  4. Publicado en el Diario DEIA, el viernes 13-2-2009.

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  5. Publicado en el Diario El Día de Tenerife, el jueves 12-2-2009.

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  6. Publicado en Periodismo católico, el lunes 16-2-2009.

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